Los relajantes musculares son medicamentos que reducen la tensión y rigidez muscular actuando en el cerebro y la médula espinal. Existen dos tipos principales: los bloqueadores neuromusculares que impiden la contracción muscular y los espasmolíticos que disminuyen el tono muscular centralmente. Algunos relajantes musculares comunes son el carisoprodol, ciclobenzaprina, clorzoxazona y metocarbamol, pero todos pueden causar efectos secundarios como somnolencia y dependencia si se usan por mucho tiempo.
2. Podría pensarse que los deportistas son los más expuestos a sufrir lesiones
musculares, aunque prácticamente cualquier persona corre este riesgo, pues
basta con realizar un movimiento brusco, falta de hidratación o una caída
imprevista para sufrir dolorosas consecuencias. Emplear relajantes
musculares promete brindar alivio, pero a costa de efectos adversos si se
utilizan sin precaución.
3. ¿Qué son los relajantes musculares?
También llamados miorrelajantes, son medicamentos para prevenir y
reducir espasmos y espasticidad muscular, es decir, rigidez y contracción
muscular dolorosa. No trabajan directamente en los músculos, sino en el
cerebro y la médula espinal, por lo que pueden provocar dependencia.
Los espasmos musculares
(comúnmente llamados calambres) se
producen por la contracción
involuntaria (no controlada), temporal
y dolorosa de cualquier músculo del
cuerpo, principalmente piernas y pies,
que se ha sobrecargado o lesionado,
por ejemplo, al realizar ejercicio muy
demandante sin beber suficientes
líquidos o tener niveles bajos de
minerales (potasio o calcio).
4. La espasticidad muscular se refiere a los músculos entumecidos o
rígidos con reflejos exagerados que complican su utilización. Puede
desencadenarse por parálisis cerebral (grupo de trastornos que
comprometen las funciones del cerebro y del sistema nervioso, como
el movimiento o el aprendizaje), esclerosis múltiple (enfermedad
autoinmunitaria que afecta al cerebro y la médula espinal) o
accidente cerebrovascular.
Es posible que dicha afección lleve a
contracturas musculares (tensión persistente
e involuntaria) y a pérdida del movimiento en
articulaciones afectadas, como consecuencia, a
la disminución de la capacidad para realizar
actividades de manera normal.
Relajantes músculo esqueléticos también
pueden ser utilizados para tratar dolor de
espalda o cuello, así como fibromialgia
(trastorno que causa dolores musculares,
fatiga y puntos hipersensibles en el
organismo).
5. ¿Cómo funcionan los relajantes musculares?
Existen 2 grandes grupos terapéuticos de relajantes musculares,
los cuales son empleados en situaciones distintas:
• Relajantes musculares de acción periférica (bloqueadores
neuromusculares): son empleados por anestesiólogos durante
procedimientos quirúrgicos y para la adaptación de enfermos con
ventilación mecánica en las unidades de cuidados intensivos, ya que
sus moléculas impiden que sustancias liberadas por el nervio se
fijen al músculo, logrando así que éste se relaje.
• Relajantes musculares de acción
central (espasmolíticos): son de
venta al público y funcionan a nivel
del sistema nervioso central para
disminuir el tono muscular y, con
ello, reducir la sensación de dolor.
6. Efectos aaddvveerrssooss ddee llooss mmiioorrrreellaajjaanntteess
Los efectos secundarios de los relajantes musculares son comunes y
el más relevante es la dependencia a dichos fármacos. Para disminuir el
riesgo, se recomienda no usarlos más de 7 días seguidos, ya que pueden
provocar:
• Somnolencia.
• Debilidad.
• Confusión.
• Alucinaciones.
• Mareos.
• Cefalea (dolor de
cabeza).
• Frecuencia cardiaca
irregular.
• Malestar estomacal.
• Vómitos.
• Salpullido (erupciones en la
piel).
• Dificultad para respirar o
tragar.
• Fiebre.
• Ardor en los ojos.
• Desmayos.
• Boca seca.
• Inflamación de cara o lengua.
• Dolor en el tórax.
• Crisis convulsivas.
7. En caso de padecimientos graves como parálisis cerebral o esclerosis
múltiple, los médicos determinan su uso pese al riesgo debido a los
beneficios que proporcionan a los afectados. Sin embargo, si sólo se
tienen espasmos musculares comunes, como dolor de espalda, cuello o
cabeza, es recomendable intentar primero obtener alivio mediante
terapias sin medicamentos (cojín o almohada térmica o eléctrica,
fisioterapia, masajes o yoga).
Si estos métodos no funcionan, los
analgésicos de libre venta como
acetaminofeno, ácido acetilsalicílico,
ibuprofeno o naproxeno podrían
aliviar los músculos. Sólo en caso de
que dichos medicamentos no causen
reacción benéfica o no se puedan
ingerir por otros motivos de salud, se
debe considerar la posibilidad de
tomar relajantes musculares en las
fases de mayor dolor.
8. RReellaajjaanntteess mmuussccuullaarreess mmááss ccoommuunneess
La mayoría de los relajantes musculares están disponibles en
comprimidos, cápsulas o solución inyectable. Es recomendable que se
empleen en combinación con otro tipo de medidas para relajar los
músculos, como descanso y fisioterapia:
Carisoprodol: alivia dolor y malestar causados por torceduras,
esguinces y lesiones musculares. Las tabletas se ingieren 3 veces al
día, pero puede provocar mareos, taquicardia (aceleración de la
frecuencia cardiaca), malestar estomacal y vómitos, por lo que se
recomienda tomarlo con alimentos o leche.
Ciclobenzaprina: suprime espasmos musculares
de origen local sin interferir con la función y
fuerza muscular. Este medicamento está
disponible en tabletas para tomar por vía oral y
es indicado en lumbalgia (dolor de espalda
baja) y tortícolis (torcedura del cuello).
9. Clorzoxazona: miorrelajante que actúa
principalmente en la médula espinal y las zonas
subcorticales del cerebro, donde inhibe la
generación y el mantenimiento del tono músculo
esquelético. Indicado en casos de fibromialgia,
tortícolis, reumatismos de partes blandas,
contracturas e hipertonía muscular (tensión
exagerada y permanente de un músculo a pesar de
estar en reposo). En raras ocasiones se ha asociado
con sangrado gastrointestinal, mareos y erupciones
alérgicas.
Diazepam: se usa para aliviar ansiedad, espasmos
musculares y crisis convulsivas, así como para
controlar la agitación causada por la abstinencia de
alcohol. Disponible en tabletas, cápsulas y solución
concentrada de acción prolongada. Entre sus efectos
adversos está la somnolencia, falta de memoria y su
alta dependencia si se consume durante más de 4
semanas.
10. Metocarbamol: desacelera la actividad del
sistema nervioso para permitir que el cuerpo se
relaje. Se ingiere vía oral en forma de tabletas.
Aunque los efectos secundarios de este
medicamento no son comunes, podrían llegar a
presentarse mareos, malestar estomacal, visión
borrosa o fiebre.
Orfenadrina: relajante disponible en tabletas o
inyectable. No interfiere con el tono muscular
normal ni con el movimiento voluntario. Su
acción es rápida y prolongada, sin producir
sedación.
Tetrazepam: combate contracturas
musculares e hipertonías. Se ingiere vía oral y
presenta actividad anticonvulsiva, ansiolítica,
sedante, hipnótica y amnésica.
11. Tizanidina: alivia calambres y el aumento del
tono muscular ocasionado por accidentes
cerebrovasculares, lesiones cerebrales o de la
médula espinal y esclerosis múltiple. Funciona
al hacer más lenta la acción del cerebro y del
sistema nervioso para permitir que los
músculos se relajen. Se presenta en tabletas y
cápsulas para administrarse por vía oral.
Tolperisona: relajante muscular y analgésico
contra espasmo resultante directo de
traumatismo, espasmo por torcedura de las
extremidades y espasmos secundarios a
estados inflamatorios y no inflamatorios como
lumbalgia y tortícolis.
12. La mayor parte de los relajantes musculares deben usarse con
responsabilidad debido a que causan somnolencia, lo que aumenta el
riesgo de sufrir accidentes automovilísticos o caídas. Algunos pueden
provocar toxicidad hepática y adicción.
Cuanto mayor sea el tiempo de uso de relajantes músculo esqueléticos,
mayores son sus efectos secundarios y menor su eficacia, por lo que es
importante evitar la automedicación y tomarlos bajo prescripción
médica.
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