El documento describe tres métodos para evaluar productos educativos: autoevaluación por los productores, juicio de expertos, y evaluación por y desde los usuarios. La autoevaluación permite mejorar productos de forma continua con bajo costo. El juicio de expertos proporciona evaluaciones detalladas pero depende de la calidad de los expertos. La evaluación por los usuarios es la más significativa porque evalúa directamente el producto por sus destinatarios, pero requiere una versión finalizada y es más costosa y laboriosa.