2.
Es un trastorno caracterizado por la aparición de
una hemorragia masiva como consecuencia de un
desgarro en la membrana de la mucosa en la unión
del estomago con el esófago-estomago (unión
escalocolumnar). Esta laceración suele deberse a
vómitos repetidos, como los que sufren los
alcohólicos y los pacientes con obstrucción pilórica.
3.
4.
Los desgarros longitudinales en el esófago cerca
de la unión gastroesofágica se conocen como
desgarros de Mallory-Wiss, y están muy
relacionados nausea severa y vómitos secundarios
a intoxicación de alcohol severa. Normalmente, un
reflejo
de
relajación
de
la
musculatura
gastroesofágica precede a la onda contráctil
antiperistáltica
asociada
al
vomito,
se
especula, que esta relajación falla durante los
episodios de vomito prolongados, produciendo un
abrumador reflujo gástrico, produciendo desgarros
y estreches de la luz del esófago.
6.
Más del 10% del sangrado de tubo digestivo
alto, que incluye hematemesis, se debe a
laceraciones del esófago en los que se incluye este
sindrome. Por lo regular el tratamiento no requiere
de intervención quirúrgica y la curación tiende a ser
rápida y completa, todo lo contrario al Sindrome de
Boerhaave.
7.
8. TRATAMIENTO
En la mayoría de los casos, la hemorragia se
detiene espontáneamente después de 24-48 horas y
se espera una cicatrización en aproximadamente 10
días. El tratamiento quirúrgico y/o la endoscopia es
a veces requerido para suturar o ligar
una arteria sangrante.
El tratamiento es normalmente efectivo si la
hemorragia persiste y puede que sea necesaria
una transfusión sanguínea. La terapia puede
incluir cauterización, fotocoagulación endoscópica
o inyección de epinefrina para detener la
hemorragia durante el proceso de la endoscopia.