La cardiopatía isquémica se produce por un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno en el miocardio, lo que puede manifestarse como angina de pecho o infarto agudo de miocardio. La principal causa es la aterosclerosis en las arterias coronarias, que reduce el flujo sanguíneo al corazón. El tratamiento incluye medicamentos como nitratos, betabloqueantes y anticoagulantes para reducir los síntomas y prevenir eventos futuros.