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TEMA 68. LA POESÍA A PARTIR DE 1940.
1. INTRODUCCIÓN1
Con la Guerra Civil de 1936 desaparecieron por el
sumidero de la historia, afectados por la muerte, el exilio o la
cárcel, numerosos poetas de varias generaciones. Los jóvenes
que se incorporaban a la poesía crecieron huérfanos de sus
maestros naturales, pues la obra de los exiliados llegó a
España con cuentagotas, tras atravesar penosamente los
tupidos filtros de la censura, la ignorancia y la mala conciencia.
Pronto la poesía se vio urgida por las circunstancias históricas
y sociales. Pero, junto a esa escritura entendida como relato
notarial o denuncia política, se abrieron otros cauces por los
que discurría lo irracional, la indagación metafísica, el fervor
del lenguaje o la evocación de los sueños. Poco a poco se fue
recuperando una precaria normalidad, que años después se
confirmaría simbólicamente con el retorno de los exiliados en
la transición democrática. Asentada la democracia, se produjo
en España una suerte de “institucionalización de la
disidencia”. Pero los poetas nunca pueden arrellanarse en su
Olimpo, pues a un conflicto siguió otro, menos traumático y
más subrepticio. Derruidos los mitos del 68 y cuestionado el
proyecto de la razón ilustrada, los poetas debieron
replantearse la función de la poesía en la posmodernidad,
cuya inflación semántica ha permitido entenderla, en íntima
contradicción, como continuación, matización o refutación de
la modernidad. Sobre los cascotes de la metafísica, la poesía
volvía a tener la última palabra.
2. LA POESÍA EN LA POSGUERRA
Mientras España está en la posguerra, y tras la II Guerra
Mundial, se dan movimientos en Europa que alcanzan España
como el existencialismo
2
, el neorrealismo
3
y el arte
comprometido
4
, sin que las vanguardias dejen de ejercer su
influjo.
La pregunta de Höldering («¿y para qué poetas en tiempo
de miseria?») tendría respuesta en España: para intentar
redimir a la gente de la miseria y el miedo. D. Alonso dijo que
«la poesía no es sino uno de los modos más eficaces y rápidos
1
Tomado de la Presentación del portal de poesía española de Ángel L.
De Paula (Biblioteca Virtual Cervantes).
2
EXISTENCIALISMO: Más que los problemas ontológicos de Ser y tiempo
de Heidegger (la angustia de existir, el hombre se encuentra con una
existencia que le ha sido impuesta. Su esencia consiste en andar un camino,
el de existir, que es posibilidad y proyecto: «en la misma médula de la
existencia, lanada va disolviendo el ser en la nada». Las consecuencias
psicológicas en el arte las resume Sartre en La náusea (1938): «Todos los seres
que existen han nacido sin motivo alguno, siguen existiendo por impotencia y
mueren por accidente... El hombre es una pasión inútil». Paradójicamente,
este nihilismo alienta un compromiso político, como en el caso de Camus (El
hombre rebelde, 1951). La literatura existencial pone de relieve el sinsentido
que rige la vida del hombre, pero expresa esta concepción a través de un
discurso coherente. Pronto la estética del absurdo elevaría a rasgo formal
estas ideas (Ionesco, Beckett).
3
El REALISMO vuelve a la literatura en los duros años 30. Surge del
cansancio que provoca la experimentación gratuita de las Vanguardias. En el
«Primer congreso unitario de escritores soviéticos» (1934) se impone el
realismo socialista. El materialismo marxista había de tener su plasmación en
un materialismo literario, cuyo modelo era el del realismo decimonónico. Pero
que el hombre posee para alzarse de lo contingente a lo
absoluto».
Los cuarenta marcan el éxodo de la «España peregrina» y
la desaparición de Unamuno, Machado y Lorca van paralelos
a la quiebra de la libertad creativa del 27 en favor de los
condicionantes del Régimen. El arte comprometido al servicio
de una ideología provocará que los escritores tiendan al
proselitismo, tanto los «escritores fascistas» (recientemente
estudiados por Rguez. Puértolas), como los socialrealistas.
Mainer considera que «el zanjón no fue tan grande como
para que el historiador olvide los hilos de la continuidad», no
es que hubiera nacido otro país. Se puede hablar de epígonos
de la Edad de Plata, aunque sometidos a un abominable
control.
- Permanece el magisterio de J.R.J., métrica tradicional,
soneto y resistencia a abandonar el vanguardismo.
- Continúan las tendencias religiosas unamunianas que
resurgen en B. de Otero o en los vencedores.
- Poesía al servicio de la reflexión existencial (Aleixandre o
Dámaso Alonso).
A. LA GENERACIÓN DEL 36
Gullón
5
señala que les fueron comunes la influencia de
Ortega y el Unamuno que era ejemplo de insumisión frente a
la «regimentación». Luis Jiménez Martos publica una
antología de 25 poetas titulada La generación del 36 con
rasgos como la revalorización del sentimiento, de lo religioso,
del vitalismo y la intimidad.
MIGUEL HERNÁNDEZ
Puente entre la generación del 27 y la del 36, vivirá menos
de tres años tras terminar la contienda como consecuencia de
su larga permanencia en prisión. Aunque murió con 32 años,
dejó una importante obra poética, fruto de sus abundantes
lecturas que como autodidacta se impuso. De su hermetismo
inicial (Perito en lunas, 1933, neogongorina escrita en octavas
reales) o el catolicismo (El silbo vulnerado, 1933), pasó a la
plenitud poética de El rayo que no cesa (1936), ejercicio
garcilasiano donde afloran el amor, un amor inalcanzable e
insatisfecho que provoca la desazón extrema del poeta y la
muerte, en su elegía por Ramón Sijé. Viento del pueblo, poesía
en la guerra (1937) fue compuesto para ser recitado por
soldados, y Cancionero y romancero de ausencias (1939-1942,
años en prisión) es una aportación fundamental a este
periodo: elimina parte de la retórica; su dramática experiencia
el nuevo arte no debía aspirar a la imparcialidad o impasibilidad, sino a la
tendenciosidad o el partidismo, como señalaba Lúkacs en el 1932. En Italia
nace el neorrealismo en el cine y la literatura, que trasladan a la obra los
problemas del hombre común. Trata de captar la atención del espectador
para cosas insignificantes de gente sin importancia. Zavattini expuso y
practicó la teoría del predinamento, el reflejo novelístico o cinematográfico
de un trozo de la vida de un hombre al que no le ocurre nada notable.
4
ARTE COMPROMETIDO: Los totalitarismos fascista y bolchevique
pusieron el mayo empeño en utilizar el arte como elemento de propaganda.
Gramsci escribió en la oposición a Mussolini Los intelectuales y la organización
de la cultura, donde reclamaba el papel activo del arte y el pensamiento en la
lucha política. A partir de 1945, la intelectualidad izquierdista siguió
demandando la implicación del arte en la lucha social. Jean-Paul Sartre en
¿Qué es la literatura? critica la «tentación de irresponsabilidad» del artista
burgués, y exhorta al creador para que ponga su trabajo al servicio de la
transformación de la sociedad. Propone una «literatura de la praxis», moral y
problemática.
5
Ricardo Gullón, La generación española del 36; revista Ínsula, Madrid,
núm. 224-5 (julio de 1965), pág. 24
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harán que sea un poemario intimista, de intenso lirismo.
Recurre a diversas estrofas propias en su mayoría de la lírica
tradicional (Llegó con tres heridas:/la del amor,/la de la
muerte,/la de la vida), aunque hay poemas más largos («Hijo
de luz y de la sombra»). No fue publicado hasta el 52 en
Aguilar. La sencillez expresiva, no es, sin embargo, óbice para
el cuidado formal
6
.
LA POESÍA DE LOS VENCEDORES
La poesía acompaña al falangismo. Se pone voz a la
nostalgia del Siglo de Oro y la ortodoxia religiosa tridentina e
integrista. Se añaden temáticas como la Patria, el Imperio, la
Reconquista, la Cruzada, Castilla, el culto a la personalidad y a
la violencia o el antisemitismo. Rguez. Puértolas la llama
«literatura fascista» porque añora las fantasías imperiales, y
canta el espíritu enérgico de la raza y la justificación de la
fuerza.
- J. Mª Alfaro, director de Vértice.
- Leopoldo Panero, que se da a conocer en Caballo verde
para la poesía de Neruda y luego publica un ataque contra
él.
- José Mª Pemán, participante del a Comisión Depuradora
en la Guerra y director de la RAE.
B. LA POESÍA ARRAIGADA
La revista Escorial (1941-1950) aglutina autores solidarios
con los vencedores. También aparecen aglutinados en torno a
la revista Garcilaso (43-46) de J. Gª NIETO, que también acoge
a Aleixandre, Jiménez o Manuel Machado. Ésta produce una
lírica de perfecta factura y delicado sentimentalismo, pero fría
y evasiva, que se sitúa de espaldas a los problemas sociales del
momento.
El neogarcilasismo formaba parte de la política cultural del
«naciente imperio» y sus cultivadores están políticamente
comprometidos con el nuevo régimen. Pronto evolucionarán,
sin embargo, a una poesía de tono cotidiano y temática
religiosa. Sin perder la perfección formal desembocan en un
realismo intimista trascendente que busca en las realidades
del entorno, bajo la presencia constante de Dios, la razón
poética del existir, lo que Dámaso Alonso llama poesía
arraigada.
v Dionisio RIDRUEJO (1912-1975): primero creyente en la
revolución Nacional-Sindicalista y en 1956 identificado con
movimientos estudiantiles y encarcelado. Entre
barroquismo y coloquialismo. Sus poemas de compromiso
con el régimen son Poesía en armas, (1940) y Cuadernos
de Rusia (1944, sobre la División Azul). Luego abjura de
ello con Hasta la fecha (1961) y Fábula de la doncella y el
6
«La gesticulación literaria se ha reducido al mínimo, buscando una
dicción directa y transparente. Un análisis más detenido revela, sin embargo,
a un poeta en pleno dominio de la forma, con paralelismos y correlaciones
que cinchan sutil y musicalmente las composiciones en la línea de la poesía
popular. Se logra así una aparente espontaneidad y sencillez que no es sino la
culminación de una trayectoria densa que en poco más de seis años lo
transportó desde el epigonismo a una posición de avanzada (Sánchez
Vidal,1992)
7
Del clasicismo garcilasista de los inicios pasa a una cierta
experimentación vanguardista de orientación surrealista, expresado en los
versículos conversacionales de La casa encendida, donde elabora una poética
de lo cotidiano. Busca un paraíso perdido en la infancia.
8
Su Canto personal (1953) replica al Canto general de Neruda con loas
a la Virgen del Pilar y extravagancias como que eran semejantes los valores
río y Casi en prosa (72).Con Dama de soledad gana en 1950
el Adonáis. A partir de Tregua (1951) adopta un cambio.
v Luis ROSALES (1910-1992): falangismo en Corona de sonetos
a Primo de Rivera. Ligado en los 40 a la revista Escorial,
luego al Instituto de Cultura Hispánica. Conjuga arraigo y
desarraigo. Temas: religiosidad, muerte, desconcierto
7
. La
casa encendida (1949,1967), un largo poema narrativo, es
intimista y desolado, como Rimas y El contenido del
corazón.
v Leopoldo PANERO (1909-1962): participa en la Corona de
sonetos. Muestra intimismo en Versos del Guadarrama
(1932-33). Escrito a cada instante se centra en la tierra y lo
religioso.
8
v Luis Felipe VIVANCO (1907-1975): Había escrito con estilo
próximo a Neruda Cantos de primavera. En el ciclo Los
caminos trata la añoranza del campo y la «fidelidad a la
naturaleza» en El descampado (1957). Religiosidad y
temática existencia.
9
v Carmen CONDE (1907-1996): entronca en su poesía
amorosa. A esta época corresponden Ansia de la gracia
(1945) y Mujer sin Edén (1947), donde protesta ante las
distintas formas de la dominación femenina.
García de la Concha à el presunto arraigo de estos poetas no
es más que el revestimiento de un desarraigo motivado por la
conciencia de la precariedad del ser humano. Dámaso Alonso
habló de una triple dimensión de arraigo: familia, tierra y Dios.
Son uno de los grupos más coherentes en la práctica de todo
el panorama poético de posguerra.
C. LA POESÍA DESARRAIGADA
Autores que sienten repulsa por el régimen de Franco y
su política de silencio.
v Germán BLEIBERG (1915-1990), Premio Nacional de
Literatura en 1938 con M. Hernández. De estirpe
garcilasista son sus Sonetos amorosos (1936).
Neorromántico es Más allá de las ruinas (1947) o El poeta
ausente (1948).
v Juan GIL-ALBERT (1906-1994) fundó la revista Hora de
España. En el exilio mejicano será cercano a Octavio Paz y
Cernuda.
v Arturo SERRANO PLAJA (1909-1979) prisionero en un campo
de concentración en Francia. Parte del compromiso social
en El hombre y el trabajo (1938) para regresar al tema
religioso con La mano de Dios pasa por este perro (1965).
La publicación en 1944 de Hijos de la ira de Dámaso Alonso
10
es considerada como el arranque de la poesía desarraigada,
que adquirió carta blanca para eludir el preciosismo formal,
dando cauce a la zozobra del ser humano. En ese mismo año
líricos de Gª Lorca y Primo de Rivera. Laín Entralgo calificó el libro como un
«noble y generoso error».
9
«El proceso de Vivanco apunta a una depuración del decir poético, a
una palabra más sencilla y transparente, cargada de profunda emoción para
expresar un sentimiento religioso de la vida a partir de experiencias íntimas»,
Sanz Villanueva.
10
. Con el tono de los profetas antiguotestamentarios, Dámaso Alonso
eleva su voz hacia Dios y contra él, impetrándole e imprecándolo, en largas
series versales que se disponen mediante resortes reiterativos e
intensificativos, como los paralelismos anafóricos o las repeticiones de
sintagmas o versos enteros. Esta modalidad protestataria se prolongó durante
varios años en sus ramificaciones tremendistas, neoexpresionistas o
existenciales.
3. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 3
aparece Sombra del paraíso de Aleixandre, que habrá de
influir pese al panteísmo en esta poesía. También el año 44 es
el de la publicación a manos de Eugenio de NORA y Victoriano
CRÉMER de la revista Espadaña (León, 1944-51), que hace del
centro de su poesía al hombre y sus problemas existenciales,
convenciso de que el mundo es «un caos y una angustia, y la
poesía una frenética búsqueda de ordenación y ancla». Alzan
la bandera de la rehumanización y el compromiso histórico. Al
movimiento se le aplicó el calificativo de «tremendista». Son
escritores desarraigados que publican en esta revista el ya
citado Victoriano CRÉMER, Carlos BOUSOÑO, José María VALVERDE
o José Luis HIDALGO y Rafael MORALES.
D. OTRAS REVISTAS, GRUPOS Y POETAS
Ø Revista Proel (Santander), sin sesgo estético. Acoge a José
Hierro.
Ø Revista Cántico (1947-49, 54-57): grupo Cántico, que
empieza a definirse a principios de los 40
11
y puede darse
por constituido en el 43. Sus promotores son Ricardo
MOLINA, Pablo GARCÍA BAENA y Juan BERNIER, a los que se
suman Mario López y Julio Aumente. Pretenden romper
con el clasicismo garcilasista y con el tremendismo de
Espadaña, enlazando con la Generación del 27 a través de
Cernuda. Consideran que la poesía de posguerra se halla
empobrecida, por lo que cultivan una lírica neobarroca,
esteticista y sensorial. Proponen una poesía que sea
juzgada desde criterios intraliterarios en la que se tenga en
cuenta «ante todo y por encima de intenciones y temas,
un especial modo de elaborar el lenguaje» (Carnero). El
arte poético, a su juicio, es creación verbal. Se concede
espacio al intimismo, que si bien procede de las
experiencias y emociones de la vida cotidiana, se expresa
al margen de todo realismo y descriptivismo directo de
sensaciones o sucesos. La segunda época de la revista
adopta una postura ecléctica.
Ø Postismo (1945), único número. En torno a ella se
aglutinan los postistas, cuya actividad se prolonga tras dos
primeros años de apogeo hasta 1950. Los autores que lo
integran se consideran herederos de los ismos de
preguerra, en particular del Surrealismo francés.
Proclaman la libertad y la imaginación creadora. Su ideario
parte de los siguientes supuestos: «Ruptura con el
lenguaje poético al uso, actitud irreverente ante la
oficialidad, subversión de los valores éticos tradicionales
anquilosados». Víctima de una general incomprensión. No
ha sido rescatado hasta los setenta, con la publicación por
Félix Gran de la antología Poesía: 1945-1969 de Carlos
Edmundo de ORY
12
. Se unieron Gloria Fuertes y Fernando
Arrabal.
Ø Colección de poesía Adonais, la más importante y cauce de
las principales tendencias poéticas durante muchos años,
fundada por José Luis CANO.
11
Carnero en su estudio El grupo «Cántico» de Córdoba, 1976, detalla
sus características:
- Intimismo de contenido culturalista heredado del Modernismo y
del 27.
- Refinamiento formal, palabra rica y justa. Análisis introspectivo
mediante la selección léxica. Barroquismo.
- Tratamiento vitalista del tema amorososo, en continuidad con la
G. 27. Ausencia de formas de amor dentro del orden, como el
conyugal.
- Presencia de poesía de tipo religioso.
E. POESÍA EN EL EXILIO
Aurora de Albornoz
13
propone que la poesía de los
exiliados se mueve en torno al tema de España, de cuyas
esencias se consideran únicos portadores, con un exceso
análogo al de la propaganda del régimen.
ALBERTI alcanzó a expresar este dolor en Entre el clavel y la
espada o Retornos de lo vivo lejano (1952). Pedro GARFIAS
(1901-1967) escribió en México su Primavera en Eaton
Hastings. CERNUDA alcanza en el exilio su etapa de plenitud,
depura su verso y gana en intensidad expresiva. En Comoquien
espera el alba, 1947 o Vivir sin estar viviendo, (1944-1949),
Desolación de la Quimera (1962), fiel reflejo de la angustia del
desterrado y de la dolorida conciencia del paso del tiempo y
de la muerte, pero con la actitud contraria, la del despecho
por la patria.
3. AÑOS 50 Y 60
A. LA POESÍA SOCIAL
En 1952 Francisco Ribes publica la Antología consultada
de la joven poesía española, los nuevos nombres pertencen a
la nueva poesía rehumanizadora. El realismo social de los 50
oficiaba una poesía comprometida contra la Dictadura, con
rechazo al esteticismo y de las evasiones oníricas del
surrealismo. Parten de tesis marxistas. Los autores que se
adscriben a esta tendencia sienten la necesidad de cooperar
con sus versos a la transformación de la sociedad. Va a atender
los problemas colectivos desde una actitud inconformista. Se
acentúan el antiformalismo y la búsqueda de un lenguaje
sencillo y directo. A la minoría selecta que habían buscado
otros creadores se opone la «inmensa minoría» a la que estos
se dirigen, especialmente a partir de Pido la paz y la palabra
de Blas de Otero (1955).
Los estudiosos no están de acuerdo a la hora de valorar la
poesía social, ya que mientras uno la consideran intento fallido
que acaba cayendo en el tópico y degenera un prosaísmo
empobrecedor; otros proclaman su legitimidad al asumir un
papel testimonial. Es un fenómeno literario de extraordinaria
magnitud. La nómina de autores coincide en gran parte con la
de la poesía existencial, de la que provienen.
José María Castellet, en Veinte años de poesía española.
Antología. 1939-1959 (1962) auguró que la poesía social
continuaría muchísimo más, cosa que luego tuvo que desdecir
con sus Nueve novísimos poetas españoles (1970). José Batlló
en 1963, certifica el agotamiento de la corriente social en la
Antología de la nueva poesía española.
GABRIEL CELAYA
Su nombre es Rafael Múgica (Hernani, 1911-1991).Su
paso por la Residencia de Estudiantes y el trato con poetas del
27 le imprimen un carácter formalista y becqueriano en marea
de silencio (1935) y La soledad cerrada (1936). Después su
12
Su poesía conjunta un ingenio verbal extraordinario, un lenguaje
metafórico rico y lleno de destellos, un lirismo descoyuntado y nada
convencional y, también, un humorismo ácido que pone en solfa instituciones
y realidades establecidas. Sin embargo, muchos de los mayores aciertos
expresivos de Ory no deben buscarse propiamente en los poemas
desarticulados, más experimentales, sino en los que sostienen la
irracionalidad en bases sintácticas fijas y en moldes estróficos regulares: sus
sonetos son una luminosa prueba de e
13
«Poesía de la España peregrina: crónica incompleta», en J. L. Abellán
ed., El exilio español de 1939, Madrid: Taurus, 1977.
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escritura es más coloquial y directa, reflejando sin velos la
realidad oculta por la Dictadura con una «mezcla de
indignación, asco y vergüenza». Algunas de sus obras son
Tranquilamente hablando y Las cosas como son. En Cantos
iberos (1955) se presenta una nueva relación con el público en
«La poesía es un arma cargada de futuro».
BLAS DE OTERO (1916-1979)
Cántico espiritual (1942) posee incluso una clara
orientación religiosa, en línea con la poesía mística
aurisecular, aunque con presencia de la miseria humana. El
momento existencial está representado en Ángel fieramente
humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). Su obra Pido
la paz y la palabra (1955) propugna la “reconciliación
nacional”. Subraya la comunión con la gente y se dirige a la
inmensa mayoría. Su vocación de hacer hacer a los oprimidos
se verá frustrada por la certeza de no ser leído por aquellos a
quienes se dirigen sus versos.
B. PROMOCIÓN DE LOS AUTORES ÉTICOS-
PROMOCIÓN DEL CINCUENTA
El término “autores éticos” está avalado por Fanny Rubio
y José Luis Falcó en Poesía española contemporánea (1939-
1980). Esta promoción había nacido entre el 25 y el 35, la
Guerra Civil les había dejado huellas indirectas y practicaban
la resistencia política. Necesitaban despegarse críticamente
de los predecesores.
Guardan la preocupación social, pero articulada como
compromiso ético que no impide su decidida voluntad de
estilo. Aleixandre vislumbraba en torno a 1959 que la poesía
narrativa y la consideración del hombre histórico dominaba el
panorama de la literatura con un tono más esperanzado.
Muchos de los autores están ligados al premio Adonáis y
publican en las colecciones El Bardo y Collioure. Son lectores
de Celaya y Otero, mantienen rasgos de Neruda o Vallejo, les
interesa el Machado moral y del 27 prefieren a Cernuda.
En ellos el poema no es cuestión sentimental, sino un acto
de conocimiento del mundo, de sinceridad y compromiso,
donde lo épico y lo lírico se funden mientras el humor
contribuye a la distancia y desmitificación. Estos poetas
meditarán sobre el lenguaje poético, y se liberan del
compromiso de la poesía social.
Con la preocupación por el hombre, se recupera el mundo
íntimo y la experiencia personal ligada al amor, al entorno
familiar, los recuerdos de la infancia, los acontecimientos
concretos de la vida diaria… Debicki señala que, en general,
descubren las posibilidades artísticas del lenguaje cotidiano y
alejan la poesía española de los clichés, del sentimentalismo
exagerado y de la vaciedad retórica.
Alcanzan su madurez en la década de los sesenta. Este
grupo marca el camino por el que discurre la promoción que
empieza a publicar a partir del 60 (Joaquín Benito de Lucas,
Diego Jesús Jiménez, Jesús Hilario Tundidor, Joaquín Marco,
Félix Grande, Clara Janés, José Miugel Ullán, Ana María
14
“El lector advertirá que mi poesía sigue dos caminos. A un lado lo que
podemos calificar de «reportajes». Al otro, las «alucinaciones». En el primer
caso trato de manera directa, narrativa, un tema. Si el resultado se salva de la
prosa ha de ser principalmente gracias al ritmo, oculto y sostenido, que pone
emoción en unas palabras fríamente objetivas. En el segundo de los casos,
todo parece como envuelto en niebla. Se habla vagamente de emociones, y
Navales…). Un subgrupo definido lo constituye el mester
andalusí.
v José HIERRO (1922-2002). Su poesía tiene dos líneas: los
reportajes y las alucinaciones
14
, aunque como Aurora de
Albornoz ha visto, la separación tajante entre unas y
otras no siempre existe. Sus temas tienen siempre un eje
autobiográfico —con el lector como un tú semejante— y
otro eje metafísico, que presenta el vacío al que el ser
humano asoma, incapaz de encontrar en los «materiales
disueltos en el tiempo» ninguna firmeza con la que
ordenar el existir. Sus libros representativos son Quinta
del 42 (1952), Cuanto sé de mí (1957), y Libro de las
alucinaciones (1964) aunque Cuaderno de Nueva York le
reconcilia con un público aún más amplio.
v Ángel GONZÁLEZ (1925-2008): poeta con larga trayectoria.
(1) Se inicia en las lecturas de A. Machado, J. R. J., y G.
Diego, quienes aprende la relación entre la poesía y la
vida personal y la necesidad de la precisión. (2) Pasa por
el socialrealismo de Celaya y Otero y la creencia en que
la poesía transforma el mundo. (3) Gira al existencialismo
pesimista con Áspero mundo (1955), sin perder el vínculo
entre el yo y los demás
15
. (4) Testimonio histórico, con la
Guerra como “recuerdos desencadentaos por el
sentimiento” en Sin esperanza, con convencimiento
(1961). (5) Ironía y frivolización, que cree un rasgo
generacional y que tiene función de distanciar los
sentimientos. La temática del tiempo, el amor, el sentido
de la vida y la Historia es recurrente. En Tratado de
urbanismo (1967) acepta la inutilidad de las palabras. Se
amplían sus temas con la música ligera o el chiste, en
Procedimientos narrativos (1972). De su última obra son
destacables Otoños y otras luces (2001). Su antología es
Palabra sobre palabra.
v Jaime GIL DE BIEDMA (1929-1990): Publica en 1959
Compañeros de viaje coincidiendo con la Antología de
Castellet. Su obra está influida por Cernuda y gana en
trascendencia ética con Moralidades (1966), ejemplo de
irónica lucidez alejada de recorridos sociales. Reunió su
obra en Las personas del verbo (1975).
v José Ángel VALENTE (1929-2000): calificado como “poeta
de la mística y el silencio”. Ha realizado una obra poética
renovadora y aun residiendo fuera de España, su influjo
se ha hecho notar en poetas jóvenes. Su escritura está
desgajada de la “poética del silencio” de Celan. Son de
recordar Poemas a Lázaro (1960), que contiene
“Centerio de Morette- Glières (1944)”, dedicado a los
españoles que lucharon con la Resistencia francesa.
Punto cero (1980) recoge poemas entre el 53 y 78. Su
lenguaje es sobrio pero conceptuoso, producto de
continuada reflexión. Otros libros son Al dios del lugar
(1989), El fulgor y su producción última reunida en
Fragmentos de un libro futuro (2000) con el que recibió
el Premio Nacional de Literatura a título póstumo.
el lector se ve arrojado a un ámbito incomprensible en el que es imposible
distinguir los hechos que producen esas emociones”.
15
A este momento pertenece el arranque del libro: «Para que yo me
llame Ángel González,/ para que mi ser pese sobre el suelo,/fue necesario un
ancho espacio/ y un largo tiempo:/ hombres de todo mar y toda tierra,/
fértiles vientres de mujer, y cuerpos/ y más cuerpos fundiéndose incesantes/
en otro cuerpo nuevo».
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v Claudio RODRÍGUEZ (1934-1999): El donde la ebriedad
(Adonais, 1953), que Aleixandre estimó, es su primer
libro y muestra de brillante precocidad, donde la tensión
neorromántica se nutre de destellos simbolistas. Su
noción de poesía como conocimiento y su realismo
metafórico lo dotan de enorme singularidad. Se
vislumbra la vinculación con Guillén y Rimbaud, así como
con los místicos castellanos.
v Francisco BRINES (1932) presenta en su primer libro, Las
brasas, reminiscencias de J.R.J., y el A. Machado
intimista. En Aún no es satírico, pero su principal
preocupación es la expulsión que el ser humano sufre del
paraíso de la infancia. Amor y contemplación de la
naturaleza, la memoria de la experiencia plena que sale
al paso del aniquilamiento. En El otoño de las rosas hay
tonos elegíacos junto a exaltación serena de las
dimensiones equívocas de la existencia. Es el poeta vivo
al que las últimas generaciones acuden como guía y
modo de concebir la poesía como lenguaje y actitud vital.
v José Agustín GOYTISOLO: (1928-99): Salmos al viento
(1958), donde se halla su poema “Los celestiales”, que
alude a la situación poética en la que se debatía la
función de la poesía en aquel tiempo. Muy conocido por
Palabras para Julia y otras canciones (1980), pero
reflexiona sobre la condición humana (Claridad, 1961).
v J. M. CABALLERO BONALD (1928): ha hecho gala de una
selecta utilización del lenguaje: el coloquialismo de
algunos de sus versos no ha sido óbice para que no
cuidara al máximo la expresión poética, en la que ha
vertido sus inquietudes personales y sociales, desde las
adivinaciones (1952) al Manual de infracciones
(2005).Toda su obra, pero en especial sus últimos libros,
se nutren de su vastísima cultura y su conocimiento y
gusto por la mitología, con atención concreta por los
nautas y las navegaciones legendarias. En El papel del
coro (1961) encontramos el poema «Tengo bastante con
vivir», representativo de su tendencia íntima y
angustiada, existencial, de los poemarios de esa época.
v Félix Grande (1937-2014), expresa desolación por la
vorágine social o política y reivindica un mundo más
humano donde la música tiene protagonismo: Blanco
Spirituals (1967).
Los poetas andaluces:
- Alfonso Canales: Sobre las horas (1950) y Réquiem
andaluz (1972).
- Rafael Guillén: Antes de la esperanza, voz social.
A estas alturas, se ha hecho definitivamente patente el
despegue «de una poesía de la comunicación y compromiso
social, para asumir un nuevo compromiso con la indagación de
la identidad del mundo, y con la propia palabra poética». La
búsqueda de nuevas formas discurre por diferentes caminos,
pero todos coinciden en «la importancia decisiva de la
palabra», que desplaza el concepto de poesía «como simple
16
Palomo, M.O (1990), La poesía en el siglo XX (desde 1939), Madrid:
Taurus.
17
A estos «nueve novísimos» se les pueden añadir muchos otros que,
desde muy diferentes supuestos, participan en las tareas de renovación y se
decantan hacia lo neobarroco y antirrealista: José Santamaría, Luis Suñén,
reflejo de la realidad o como fenómeno de comunicación
denotativa» (Palomo
16
).
4. LOS 70. LOS NOVÍSIMOS
En los años 70 comienza un periodo de experimentación
en que se buscan horizontes más amplios y se produce una
ruptura definitiva con la tendencia social, partiendo del
principio de total autonomía del arte y del valor absoluto de la
poesía por sí misma. Dentro de una línea neobarroca domina
el culto por la forma.
- Se tiende al poema en prosa.
- Veta irracionalista
- Técnicas elípticas y sincopación.
- Aunque cuestionan la sociedad de consumo, sitúan en
primer término la nueva cultura, vinculada a los medios de
comunicación, cuyos mitos incorporan a la poesía.
- Junto a los temas frívolos y la inclinación a los camp y snob,
aparecen asuntos tan graves como la guerra y el racismo.
- Modelos: poetas que han laborado en la renovación del
lenguaje, como Aleixandre, Cernuda, Gil de Biedma,
Neruda, Vallejo, Paz… También el argentino Marcos
Ricardo Barnatán. Fuera de lo hipánico: Eliot, Pound, Saint-
John Perse, los surrealistas franceses…
Todos estos principios estéticos aparecen formulados en
la célebre antología que publica en 1970 José María Castellet
con el título de Nueve novísimos poetas españoles, en que se
«señalan las directrices de la nueva sensibilidad». Toma como
punto de referencia la obra de unos cuantos autores que
considera representativos divididos en dos grupos:
- Seniors: Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez
Sarrión y José María Álvarez, nacidos entre el 39 y el 42.
Les atribuye la iniciativa de haberse alzado contra las
formas caducas.
- Coqueluche: nacidos entre el 44 y el 48. Incluye a Félix de
Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo
Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero. Son
más provocativos e insolentes.
Tanto la selección como el prólogo le valieron muchas
críticas. La trayectoria de estos poetas ha tenido desigual
relieve, se ha desarrollado por caminos distintos e
ideológicamente también son diferentes
17
.
Frente a los novísimos, en los mismos años, se alza el
Equipo Claraboya (Agustín Delgado, Luis Mateo Díez, Ángel
Fierro, J. Antonio Llamas). En su Antología y poemas (1971)
propugnan una poesía heredera de la conciencia social de
Espadaña, pero también de Brecht, Luis Cernuda posterior a
la G.C., y del turco Nazim Hikmet. Aspira a reflejar y crear la
realidad en el poema.
5. POSNOVÍSIMOS. LA POESÍA DEL SILENCIO.
Tras el declive de los novísimos, a finales de los 80 surge
una nueva estilística llamada de lso posnovísimos por Luis
Antonio de Villena. Se preocupan por la juventud perdida, la
homosexualidad y el Mediterráneo, cultivando un tono entre
jubiloso o elegíaco bajo el signo de Kavafis y Cernuda.
Jaime Siles, Luis Izquierdo, Cristina Peri Rossi, José Luis Giménez Frontín,
Manuel Benavides, Antonio Carvajal, Jesús Munárritz, Jenaro Taléns, Andrés
Sánchez Robayna… Muchos de ellos están representados en Nueve poetas del
resurgimiento (1976) y Segunda antología del resurgimiento (1980) de Víctor
Pozanco.
6. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 6
Tendencia reflexiva, llamada “poética del silencio”,
inspirada en Paul Celan, María Zambrano o José Ángel Valente.
La poesía es una experiencia inefable y la palabra solo se
define como imperfección del silencio. Se sienten atrídos por
la reflexión metapoética (Valente, Jaime Siles o Andrés
Sánchez Robayna).
Una tercera vía recupera disposiciones simbolistas y
surrealistas, como Pere Gimferrer, Jorge Urrutia, Blanca
Andreu, Ana Rosetti, Juan Carlos Suñén y Juan Carlos Mestre.
Antologías de este momento:
- Postnovísimos (1986), Villena.
- La generación de los ochenta (1988), García Martín.
- Poetas de los 90 de Piquero.
- Las diosas blancas (1985), que contribuyó a poner de
moda la poesía de mujeres como Amparo Amorós, Blanca
Andreu, Ana Rosetti, Juana Castro y otras.
6. ÚLTIMAS TENDENCIAS
F. Rubio y J.L. Falcó proponen que debe partirse del
concepto de metapoesía, la consecuencia de la proclamación
de la autonomía de la obra de arte, una vez que se ha desistido
de creer que el poema tiene un ulterior poder histórico o
social. El poema se vuelca sobre sí ismo.
P. GIMFERRER, Jenaro TALÉNS y G. CARNERO restauran la
primacía del lengauje como medio para desembarazarse de
las sumisiones del “realismo”. Se aprecia un esteticismo muy
denso, entre evasivo frente a la injusticia y expresión de
rechazo de los mecanismos uniformadores y represores del
Poder (Bousoño), lo que implica una nueva fórmula de
compromiso social.
La nueva poesía opta por un discurso que, como recuerda
Gª Posada, “no deriva del lenguaje, sino que libera su sentido
en él”. Se adoptan posturas que se conocen como
transvanguardia, sin practicar parricidio con lo anterior,
buscando una evolución suave, que se encuentra en la
antología de la obra de Andrés Trapiello, Las tradiciones
(1991). Frente a la tendencia a la yuxtaposición de poemas, en
esta época hay tendencia al libro estructurado, con simetrías
y correspondencias al modo de Guillén (tendencia al libro
orgánico).
Los nuevos modelos están en los simbolistas de tono
menor del grupo de los 50, especialmente en Gil de Biedma.
El prosaísmo, el interés por lo próximo e inmediato, son rasgos
dominantes. A veces se intuye el deseo de escribir la
semipoesía de M. Machado.
Existe la necesidad de reaccionar frente al culturalismo de
Gimferrer y compañía con otro tipo de culturalismo, un
retorno a la tradición que Lanz describe como una asimilación
imitatoria de la misma. Asistimos a un proceso de
rehumanización protagonizado por los mismos que en su
18
Predominaba en dicha corriente la idea de la historicidad del texto
artístico, constreñido y modulado, incluso en la forma -aunque lejos del
determinismo y de la teoría del reflejo-, por la ideología dominante. Al fondo,
podía percibirse un vacío de expectativas teleológicas y un desmantelamiento
filosófico que habían supuesto un territorio yermo en el que se asentaba,
como única y frágil realidad, la vida del sujeto: su experiencialidad. La
experiencia del yo ocupaba el lugar que antaño habían ocupado la poesía
ensimismada, el culturalismo desbordante, los vanguardismos alejados del
lector común, incluso la metapoesía. La centralidad de ese sujeto creado iba
de la mano de una expresión menos elitista y más comunicativa, cuya
vocación de transitividad recordaba, cierto que con otro lenguaje poético más
exigente y menos instrumental, las propuestas de los autores civiles y sociales
primera juventud cultivaron la estética «veneciana». Hay una
mirada hacia la realidad inmediata, que busca el tono ínimo,
el lenguaje directo y se conforma con nombrar las cosas que
rodean al poeta y al lector. Estos versos que hablan de lo
inmediato y que cuentan mínimas historias cotidianas cobran
especial gracia y rigor formal en la obra de Luis Alberto de
Cuenca (Poesía, 1990; El hacha y la rosa, 1993), en Julio
Llamazares (La lentitud de los bueyes, 1979) o Julio Martínez
Mesanza (Europa y otros poemas, 1990).
La evocación de la realidad se desliza fácilmente hacia el
tono elegíaco que recrea vivencias, sugiere situaciones e invita
a la reflexión en Fernando Ortiz (Vieja amiga, 1994), Eloy
Sánchez Rosillo (Las cosas como fueron, 1992), Javier Salvago
(Volverlo a intentar, 1989), Aberlardo Linares (Espejos, 1991)…
Miguel D’Ors (Punto y aparte, 1992) lo convierte en ternura
familiar y piedad religiosa.
A. POESÍA DE LA EXPERIENCIA
Los rasgos señalado anteriormente se formulan como
ideario poético en la poesía de la experiencia
18
, que ha
querido superar el subjetivismo enfermizo de lo romántico y
burgués creando una lírica fictiva, a través de la narración o
del monólogo dramático. Se propone llegar al lector,
reivindicar una nueva sentimentalidad en un marco urbano
que quiere ser el nuestro de cada día. El término proviene de
Robert Langbaum, The Poetry of Experience, que estudiaba el
monólogo dramático en lengua inglesa. Sus adalides han sido
Luis García Montero y Felipe Benítez Reyes.
Esta lírica de enraizamiento vivencial (sin obligada
adscripción a esta escuela) presenta ciertas variedades: se
vacía en moldes clásico en Manuel Ruiz Amezcua (Una verdad
extraña, 1955), se depura y estiliza en Diego Margínez Torrón
(Las cuatro estaciones y el amor, 1990); alcanza un punto de
extremado prosaísmo en Roger Wolfe (Días perdidos en los
transportes públicos, 1992) o se transforma en sátira moral o
ironía política en Jon Juaristi.
En la antología La otra sentimentalidad (1983) aparecen
poetas granadinos
19
y se reúnen poemas emparentados con
el realismo social e incluso con argumentaciones neomarxistas
como el carácter ilusorio del yo (producto de la clase burguesa
y reflejo de la realidad histórica).
García Montero parte de presupuestos realistas y busca
amplios públicos. Además (1993), Habitaciones separadas
(1994), Completamente viernes (1998). El regreso a un
lenguaje y una simbología más compleja se da con La
intimidad de la serpiente (2003).
B. NEOPURISMO
García-Posada ha llamado así a una poesía caracterizada
por la desnudez, el rigor constructivo y una común
ascendencia que nos lleva a Jorge Guillén, Juan Ramón
del medio siglo, que habían sido barridas por la poética posterior; pero
también las de alguna poesía simbolista de comienzos del siglo. El estilo,
caracterizado a menudo por el tradicionalismo expresivo y un evidente desvío
del experimentalismo, dista mucho del desaliño de anteriores ensayos
realistas.
19
Luis García Montero, Javier Egea y Álvaro Salvador, a los que pueden
sumarse, por adhesión o por simple afinidad estética, los de Benjamín Prado,
Antonio Jiménez Millán, Inmaculada Mengíbar, Ángeles Mora, Teresa Gómez,
Luis Muñoz, etc.; aunque hay poetas en otras lenguas españolas asimilables a
ellos sin excesivas dificultades, como Àlex Susanna en catalán, o Ramiro Fonte
en gallego.
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Jiménez o el simbolismo de Mallarmé. Figura central de este
imaginario grupo es Andrés Sánchez Robayna (Poemas, 1970-
1985, 1987). También pueden adscribirse a esta tendencia
Julia Castillo (Siete movimientos, 1991), Rosa Romojaro (Luna
de agua, 1986) o Justo Navarro (Los nadadores, 1985).
Sobre estas líneas, se ha abierto un portillo a las
influencias vanguardistas, con Blanca Andreu y su primer
poemario (De una niña de provincias que se vino a vivir a un
Chagall, 1980), que trajo una lírica apasionada, adolescente,
imaginativa y arbitraria, en la que se emplean las técnicas y
modos del Surrealismo.
Contra el versolibrismo de los novísimos se da una
tendencia al formalismo métrico y se reivindica la métrica
clásica y el afán manierista. El granadino Antonio Carvajal
(1943) ligado a la generación del 68, es restaurador de un
gongorismo a veces estridente, pero su voz lírica mantiene su
sello personal.
C. POESÍA FEMENINA
La importante cantidad de mujeres que comienza a
escribir y publicar poesía en estos años motivará el fenómeno
de las antologías de mujeres poetas, así como la revivificación
del siempre controvertido tema de la existencia de un arte
femenino con entidad propia y rasgos presuntamente
distintos del masculino.
- Las diosas blancas: antología de la joven poesía
española escrita por mujeres, Ramón Buenaventura
(1985)
- Ellas tienen la palabra (1997), cuarenta poetas,
compilación de Noni Benegas y Jesús Monárriz.
Por primera vez hay colecciones y congresos exclusivamente
femeninos, en búsqueda de lenguajes que censuren las pautas
patriarcales dominantes y expresen las necesidades de la
mujer. Almudena Guzmán, Rosa Romojaro, Ana Rossetti y
María Sanz son otras representantes.
7. CONCLUSIÓN
La impresión que da la lírica de nuestros días es la de estar
ante un maremágnum. Nunca había sido tan barato publicar
ni ha habido tantas instituciones dispuestas a ejercer ese
modesto mecenazgo. Sin lujos pero con generosidad,
ayuntamientos, diputaciones, cajas de ahorros y comunidades
autónomas sacan a la calle multitud de colecciones: desde la
veterana «Provincia» de León a «Puerta del mar» de Málaga,
«Genil» de Granada, «Polifemo» de Córdoba…, a las que se
unen las que salen de las editoriales privadas: «Visor»,
«Hiperión», «Ámbito literario», «Ave del paraíso»… Según
García-Posada, el número de poemarios anual supera el millar.
A esto se le añade la ausencia de un público que juzgue,
aplauda o rechace, anime o margine a los poetas. La lírica se
escribe desde hace tiempo en el vacío y busca a ciegas a sus
destinatarios, sin saber si llega o no a ellos.
El libro de poesía se ha convertido en un producto
comercial más, manipulado por el mercado o por los emporios
mediáticos, aunque queremos creer que en menos medida
que con otros géneros como la novela.
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——, 10 menos 30. La ruptura interior en la «poesía de la
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