Este documento resume los principales modelos narrativos que surgieron en España a partir de 1940 hasta la actualidad. En la década de 1940 predominó la novela existencial o desarraigada, caracterizada por el destino humano y la dificultad de comunicación. Un ejemplo fue Nada de Carmen Laforet. En los años 1950 ganó fuerza el realismo social comprometido políticamente, influenciado por Sartre. Finalmente, desde 1975 hasta hoy en día ha habido una gran heterogeneidad de tendencias literarias.
Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Tema 66
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TEMA 66. NUEVOS MODELOS NARRATIVOS
EN ESPAÑA A PARTIR DE 1940
1. INTRODUCCIÓN
Tras la victoria de Franco en la Guerra Civil el 1 de abril de 1939
y hasta su muerte en noviembre del 75, la realidad española estuvo
condicionada por la Guerra civil. El triunfo de los sublevados, la
sangrienta represión durante la contienda, los primeros años de
posguerra con dificultades económicas, intimidación, racionamiento
y hambre, el mantenimiento del régimen a lo largo de casi cuarenta
años, la tutela y censura que en todo momento ejercieron los
poderes fácticos sobre el conjunto de la población… marcaron la vida
política, económica y cultural. Dentro de estas constantes, no cabe
ignorar que la dictadura franquista evolución y se adaptó a las
circunstancias. De la autarquía pasó a facilitar la inversión extranjera,
del imperialismo vociferante a ceder el terreno para las bases
norteamericanas… El pragmatismo y la consigna de mantenerse a
toda costa mantuvieron al dictador y permitieron una peculiar
transformación de la sociedad. Fue con la Transición cuando los
españoles tomaron conciencia de pertenencia sin conciencia de
inferioridad en un conjunto mayor, que era Europa. Las sucesivas
crisis económicas y políticas también han marcado su literatura,
puesto que no debemos olvidar que la literatura emana del poder
social.
El arte que abarca este amplio periodo se manifiesta de
múltiples formas y con gran variedad de actitudes:
POSGUERRA y DICTADURA:
- Existencialismo
- Arte comprometido
- Neorrealismo
DEL 75 A LA ACTUALIDAD: heterogeneidad absoluta de
tendencias, influjos muy variados, hibridación de géneros y
estructuras…
Uno de los problemas a los que se enfrenta la crítica a la hora de
tratar esta época es la periodización que se puede hacer de sus
autores. Parece que lo más adecuado, ya que no contamos con
«generaciones” sólidas (no hay más que ver la variedad de estilos que
un mismo autor presenta), es englobarlos bien por su fecha de
nacimiento, bien por la fecha de publicación de sus obras. La primera
opción responde al deseo de unificar las vivencias históricas que
pueden marcar a los escritores. Por ello, lo que haremos será dividir
en décadas, y dentro de las mismas enunciar las tendencias,
características y autores más destacables.
La novela fue, eso es claro, el espacio propicio para reflexionar sobre
las convulsiones posteriores a la II República. Sanz-Villanueva divide
la novela de toda la época franquista en exiliadios/interior, algo que
no funciona completamente, puesto que hay exiliados en el interior
por la censura que ya hemos comentado y la actitud que encarna la
frase célebre «cuando oigo la palabra cultura echo mano a la
pistola». Gonzalo Sobejano, por su parte, inscribe la novela de este
periodo en un movimiento realista que se remonta al
posromanticismo, en una clasificación que ha triunfado en los
últimos años en novela existencial, realismo social, experimental y,
por último, la del exilio como apéndice.
1
Según Juan Ignacio Ferreras, esta tendencia se caracteriza «por la
exaltación de la victoria guerrera; falta de comprensión y de perdón con los
vencidos; defensa de una ideología dominante; y a nivel literario: intromisión
de la posición personal del autor en el texto, y en general, tendencia al lirismo
exaltado, al más exaltado testimonio y confesión abierta de un maniqueísmo
religioso y político».
2
La familia de Pascual Duarte busca editor; a pesar de los problemas y
rechazos iniciales, la obra consigue salir a la luz, gozando de un importante
éxito. Tanto es así, que se la considera la primera novela de la posguerra. La
2. LA NOVELA EN LA DÉCADA DE LOS 40:
NOVELA EXISTENCIAL O DESARRAIGADA.
Desde la ley de 22 de abril del 38 en que se censuraba
cualquier obra que mantuviera discrepancias de cualquier tipo
con el régimen, o que fueran de «autor hostil» al mismo, los
proyectos fueron cercenados por un órgano al servicio de la
estrategia política de cada momento. A ello se unió la penuria,
la falta de papel, el bajísimo consumo… Para desmentir
propagandísticamente su inquina a la literatura, el régimen
promovió en sus primeros años diversas iniciativas:
- El sector falangista, con poetas y escritores como
Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Pedro Laín Entralgo o
Agustín de Foxá + delegación nacional de propaganda,
con papel de Juan Aparicio à Revista Garcilaso.
- Creación de premios literarios, primero de ellos fue el
Nadal (1944).
Narrativa de los vencedores1
La “novela heroica”, llamada así por los corifeos del
régimen franquista, tenía una carácter propagandístico y
belicoso desde el lado vencedor. Tienen poca vigencia y poca
relevancia. Remarcaremos tres:
- Agustín de Foxá, con Madrid, de Corte a Checa (1938),
presenta un relato constuido según la técnica galdosiana
del episodio nacional. Su capacidad descriptiva del terror-
rojo ha sido elogiada por Rguez. Puértolas.
- García Serrano, La fiel infantería.
- J. Mª. Gironella: trilogía que Planeta apoya, Los cipreses
creen en Dios (1953), Un millón de muertos (1961) y Ha
estallado la paz (1966), con las que quería corregir la
«visión deformada de los extranjeros sobre nuestro
conflicto» (Hemingway, Malraux…)
Tremendismo
Es un neorrealismo áspero de lenguaje bronco, en que todo se
somete a desquiciamiento sistemático. Relata historias
truculentas, en muchos casos de ambiente bélico. Su más
directo modelo es el Viaje al fin de la noche(1932) de Celine:
no se trata de algo nuevo, pero en el marco en que aparecen
provoca una gran conmoción. Empieza a vislumbrarse en
obras de los vencedores (Checas de Madrid, de Tomás Borrás
o La fiel infantería de García Serrano). La familia de Pascual
Duarte (1942), de CAMILO JOSÉ CELA irrumpe en ese panorama,
y con ella se llega al nombre definitivo de «tremendismo»
2
.
Rasgos generales:
- Destino humano y dificultad para la comunicación personal.
- Escenarios rurales y personajes marginales y violentos.
- Narrador en primera persona para llevar adelante una
autobiografía o confesión en ese tono bronco y lenguaje rudo.
Se han subrayado los puntos de contacto con la novela
existencial: versión española del existencialismo (Palley
3
).
Otros matizan que en la exaltación de lo sórdido no siempre
segunda edición será retirada por la censura, al ser considerada inmoral
(dañosa para la generalidad), viendo la tercera la luz en Buenos Alfes. Son
características la picaresca, relato en primera persona, pluralidad de
narradores. La figura del transcriptor ha sido estudiada por Jorge Urrutia
como respuesta a una necesidad estructural para que no pierda verosimilitud
el que Pascual Duarte narre su vida. Semejanzas con el Lazarillo: la motivación
interna de por qué se cuenta lo que se cuenta.
3
«Existecialist trends in the modern Spanish novel», Hispania, 1961
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hay dimensión ontológica y metafísica (Roberts
4
). El influjo
termina al final de la década.
Realismo existencial
Entendido como actitud o sensibilidad, no como sistema
filosófico
5
(Sobejano). El centro de atención es el individuo y
sus tensiones íntimas. Son novelas que giran en torno «a la
incertidumbre de los destinos humanos y la ausencia o
dificultad de comunicación personal desde una postura
negativa y sin establecer lazos solidarios con la colectividad».
La raíz última hay que buscarla en el desconcierto que provoca
la guerra y sus secuelas; los personajes sufren presiones
insoportables en un ámbito enrarecido e irrespirable.
Más que de novelistas existenciales, hay que hablar de
novelas: Hospital general, de Manuel Pombo Angulo; Con la
muerte al hombro, de José Luis Castillo Puche; Algo pasa en la
calle, Elena Quiroga). Vamos a destacar dos obras:
Nada, de CARMEN LAFORET: ganadora del Premio Nadal en
1945. Presenta una ciudad decadente, triste y sórdida como
escenario para unos personajes que son incapaces de
vislumbrar un fruto satisfactorio y de orientarse en el vacío en
que parecen flotar. Relato frecuente en primera persona y uso
de monólogo interior, que acentúan la impresión de un ser
humano solitario, incapaz de comunicarse afectivamente y
perdido en laberintos de duda existencial.
La sombra del ciprés es alargada, Miguel Delibes: Premio
Nadal de 1947. Tiene como protagonista a Pedro, cuya abulia
y problemas para enfrentarse al mundo se perfilan desde el
comienzo. Tiene pinceladas tremendistas y una presencia
constante de la fatalidad. Es una obra pesimista que tiene la
muerte como leitmotiv.
Otro tipo de novela de los años 40
Novelas poemáticas como La luna ha entrado en casa (1945) de
José Félix Tapia; narrativa humorística de estirpe ramoniana de
Jacinto Miquelarena (Don Adolfo el libertino, 1940), o en la línea de
Wenceslao Fdez. Flórez (En el pueblo hay caras nuevas, 1945), de
José María Álvarez Blázquez.
3. DÉCADA DE LOS 506
: REALISMO SOCIAL
La literatura española en esta época retoma su ritmo.
Predomina la literatura realista de compromiso político, que
tiene como norte los postulados sartrianos y sus versiones
españolas debidas a Alfonso Sastre y José María Castellet.
Surge una literatura de oposición al régimen bien porque el
autor ha buscado esa crítica, bien porque al actuar con mayor
libertad, presenta una realidad que entra en conflicto con la
propaganda oficial.
4
Temas existenciales en la novela española de posguerra, Madrid:
Gredos, 1973.
5
EXISTENCIALISMO: Más que los problemas ontológicos de Ser y tiempo
de Heidegger (la angustia de existir, el hombre se encuentra con una
existencia que le ha sido impuesta. Su esencia consiste en andar un camino,
el de existir, que es posibilidad y proyecto: «en la misma médula de la
existencia, lanada va disolviendo el ser en la nada». Las consecuencias
piscológicas en el arte las resume Sartre en La náusea (1938): «Todos los seres
que existen han nacido sin motivo alguno, siguen existiendo por impotencia y
mueren por accidente… El hombre es una pasión inútil». Paradójicamente,
este nihilismo alienta un compromiso político, como en el caso de Camus (El
hombre rebelde, 1951). La literatura existencial pone de relieve el sinsentido
que rige la vida del hombre, pero expresa esta concepción a través de un
discurso coherente. Pronto la estética del absurdo elevaría a rasgo formal
estas ideas (Ionesco, Beckett).
6
En 1950 la ONU revoca las medidas contra el régimen de Franco. Los
EE.UU. contribuyen a la recuperación económica con un préstamo y ayudas.
El REALISMO SOCIAL: Se inicia con La colmena de Cela (BB.
AA. 1951). La renovación seguirá adelante con la llamada
“Generación del medio siglo”
7
- Para Sanz Villanueva es importante destacar la
desaparición de la fábula y la desmitificación del héroe:
obra de estructura abierta, la antinovela.
- Sustitución del discurso individual por una voz coral
8
que
indaga sobre los problemas colectivos. Encinar: «ha
perdido [el protagonista individual] su preponderancia y
los personajes secundarios han escalado puestos hasta
colocarse en el mismo nivel, de ahí que se trate de una
multiplicidad de conciencias que aportan una visión global,
de grupo».
- Se describe una realidad que avanza penosamente hacia
formas más abiertas y europeas.
- Los temas son las clases obreras del campo y zonas
industriales y la burguesía como clase superficial e
insolidaria.
- No es exclusivamente español, se da durante todo el siglo
XX en Europa. Su plenitud en España va de 1954 a 1962.
- Postulados de Sartre que definen la “literatura social”
o “La literatura no debe reflejar solo la realidad, sino explicarla
e incluso transformarla”. Influido por el marxismo.
o “El escritor tiene una función social y será cómplice de la
opresión si no se alía con los oprimidos”.
o “No se es escritor por decir ciertas cosas, sino por decirlas de
cierta manera”.
Sobejano distingue dos momentos del realismo social:
Precursores de la novela social à El camino (1950), Delibes
9
; La
noria (1951), Luis Romero; La colmena (1951), Cela; Mi idolatrado
hijo Sisí (1953), Delibes.
Verdadera novela social: desde 1954 à Ignacio Aldecoa, Carmen
Martín Gaite, Caballero Bonald, Ana Mª Matute, Juan Gª
Hortelano, Rafael Sánchez Ferlosio.
Temas:
- La dureza de la vida en el campo (Dos días de
septiembre, Caballero Bonald).
- El mundo del trabajo urbano (Central eléctrica, Juan Gª
Hortelano).
- La ciudad (La colmena, Cela)
- Las clases trabajadoras (El Jarama, Sánchez Ferlosio).
- La burguesía (Entre visillos, Carmen Martín Gaite)
- La Guerra Civil y sus consecuencias.
Es habitual distinguir dos tendencias, aunque algunos autores
funden rasgos:
1) Objetivismo: da cuenta de los hechos sin emitir juicios de
valor. El análisis introspectivo de los personajes cede paso
En 1951 se recupera el nivel de vida anterior a la guerra y en 1952 se suprime
el racionamiento de pan. Se abandona el proyecto autárquico y en 1953 se
firma el concordato con la Santa Sede y los acuerdos con EE. UU. Se producen
las primeras huelgas e incipientes manifestaciones de disidencia. Llegan en
1957 los tecnócratas al poder y se impone el plan de estabilización en 1959.
7
Influjo del neorrealismo cinematográfico italiano, la novela americana
de la «Generación Perdida», especialmente Dos Passos, y el nouveau roman.
8
Buckley: «es la estructura misma de la novela lo que ha cambiado: del
protagonista individual se pasa al colectivo; del tiempo que corre y encadena
episodios de la vida del héroe se pasa a la simultaneidad cronológica que los
superpone; la mirada apasionada del autor comienza a ser sustituida por el
frío contemplar de la cámara cinematográfica.
9
Delibes tenderá cada vez más a los planteamientos críticos. Del lirismo
evocador de El camino (1950) pasa al espeluznante cuadro de miseria de Las
ratas (1962), tras haber censurado el comportamiento de los círculos
burgueses (La hoja roja, 1959).
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a un tratamiento conductista. La denuncia social va
implícita. Dentro del objetivismo tenemos Los bravos
(1954), de Fernández santos (pueblo abrumado por el
caciquismo) y El Jarama (1956), de Sánchez Ferlosio
10
.
También lo son Con el viento solano de Aldecoa, Fiesta al
Noroesta y Los hijos muertos de Ana Mª Matute, Entre
visillos de Carmen Martín Gaite o Encerrados con un solo
juguete de Juan Marsé.
2) Realismo crítico: el novelista toma partido para agitar las
conciencias y la denuncia de las desigualdades e injusticias
sociales. Su interés se centra en los obreros, campesinos,
mineros, habitantes de los suburbios… Sus cultivadores
relegan a segundo plano los aspectos formales en un
intento por acercarse al pueblo que los lleva a simplificar
el estilo. Son ejemplos Duelo en el paraíso, La resaca, La
isla, de Juan Goytisolo; Central eléctrica, de López
Pacheco, Nuevas amistades, Tormenta de verano de Gª
Hortelano; La mina, de Armando López Salinas; La zanja,
Un cielo difícilmente azul, Testa de copo, de Alfonso
Grosso.
Una tercera tendencia es la novela testimonial, de Ángel María
de Lera (Los olvidados), Francisco Candel (Donde la ciudad
cambia su nombre) o Concha Alós (Los enanos).
García-Viñó afirmaría que «la llamada literatura social no ha
dado un solo novelista que sobrepase la mediocridad», pero
es cierto que aunque la vocación documental era la
primordial, muchos autores supieron conjugar lo dulce con lo
utile.
Otras manifestaciones
En oposición a la tendencia realista dominante, surge una
novela metafísica en la que la realidad se halla «trascendida,
profundizada, potenciada, puesta en situación límite, elevada
a la categoría de símbolo», su carácter liberador proviene del
hecho de que no se limita a transcribir la realidad visible. Son
muestra de ello La pérdida del centro de García Viñó; Vuelve
atrás, Lázaro, de Antonio Priego; El futuro ha comenzado, de
Carlos Rojas. Otros autores superponen a la esfera de lo real
una dimensión mágica: surge el «realismo mágico» que se
sustenta en la idea de que la razón no basta para comprender
el mundo y es necesario adentrarse en los abismos de la
fantasía. Son representativas las del exiliado R. J. Sender y A.
Cunqueiro (Merlín y familia, Las crónicas del sochanre) o
Industrias y andanzas de Alfanhuí de Sánchez Ferlosio.
4. AÑOS 6011
hasta la muerte de Franco.
Conoce la prolongación de los esquemas del realismo
comprometido, pero se inicia una reacción contra el desdén
con que se ha tratado el instrumental literario. La
10
Retrata a un grupo de jóvenes durante una excursión dominical a
orillas del río Jarama. La muerte de la bañista Lucita determina el
comportamiento de solidaridad o rebeldía entre los alegres obreros jóvenes y
lo que ratifica la alegría menestral de los maduros usuarios del merendero.
Que la saque del río un estudiante cuyas siglas son R.F.S. (mismas del autor) >
propuesta de alianza entre fuerzas del trabajo – fuerzas de la cultura que
propugnaba la propaganda antifranquista. Goza de resonancias poéticas, con
anticipación de la tragedia. La condensación temporal (la acción se desarrolla
en dieciséis horas) fomenta el empleo de la técnica simultaneísta, en una
novela donde el tratamiento del aspecto temporal es crucial.
11
Etapa del desarrollismo producido por las fuertes inversiones
extranjeras la afluencia masiva del turismo y la emigración de los excedentes
reivindicación de cierto experimentalismo no implica, en la
mayor parte de los casos, un abandono de la intención social
y del reflejo de la realidad cotidiana.
La novela experimental
En 1962, el mismo año que Vargas Llosa publica La ciudad
y los perros, Luis Martín Santos publica Tiempo de silencio. La
masa lectora se había cansado de los mismos asuntos, con lo
que se inicia una etapa que va a dar mucha importancia a los
aspectos formales. Se incorporan los procedimientos
difundidos por Europa y América: ruptura del relato lineal,
mezcla de diversos planos temporales, alternancia de distintos
puntos de vista y personas gramaticales, monólogo interior,
alteraciones de la disposición tipográfica habitual y de las
normas académicas de puntuación, fusión de géneros,
incorporación de lenguajes técnicos y especializados.
12
Se da un proceso de desintegración de la novela y del
lenguaje. A través del barroquismo expresivo, aspiran a dar al
discurso entidad en sí mismo. Se llega a estructuras caóticas y
planteamientos irracionales.
Se pasa a un protagonista problemático que encarna la
lucha dialéctica del individuo contra la Sociedad.
13
Dolgin
14
sostiene que, pese a su preocupación por la
forma, la novela de los sesenta, al menos en bastantes casos
significativos, sigue adscrita a la corriente social; por debajo
de la maraña de innovaciones vanguardistas, laten las mismas
inquietudes que en sus predecesoras.
Tiempo de silencio, de LUIS MARTÍN SANTOS actúa como
revulsivo. Con técnica que pareció extremadamente
novedosa, narra un argumento melodramático. Ofrece una
desoladora visión de la vida española, pero a través de un
alarde estilístico, con un lenguaje propio muy rico y complejo.
El pacto entre autor y lector implícito muestra que los lectores
están cambiando.
En su senda está Cinco horas con Mario de MIGUEL DELIBES,
en el que a través de la figura de Carmen Sotillo, la viuda que
«dialoga» con el marido muerto, muestra el prototipo de la
burguesa puritana y reaccionaria que no ve más allá de sus
propios intereses. Delibes ya no se despega de esa línea
innovadora y nos ofrece otras creaciones como Los santos
inocentes (1981).
GONZALO TORRENTE BALLESTER causa un gran impacto con La
saga/fuga de J.B. (1962), historia mítica de Castroforte del
Baralla en la que se mezclan diversos elementos en un
portentoso derroche de imaginación, capaz de disolver el
tiempo, el espacio y la propia definición del personaje entre
elementos mágicos y míticos.
laborales al resto de Europa. Junto al desarraigo, el chabolismo y la
marginación, mejoraron las perspectivas económicas. Se propiciaron
estrechos márgenes de libertad, que se intentaron reprimir con los estados
de excepción de 1962 y 1969. En 1973 se produce la crisis del petróleo, que
corta el progreso desarrollista y el atentado contra Carrero Blanco, que corta
la perpetuación del régimen. El Proceso
12
Guillermo y Hernández (1971), Novelística española de los sesenta,
Nueva York: Eliseo Torres.
13
Spires (1978), La novela española de posguerra, Madrid: Cupsa.
14
Dolgin, Stacey (1991), La novela desmitificadora española (1961-
1982), Barcelona: Anthropos.
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Otros autores que se habían dado a conocer en los cauces
realistas también orientan por nuevos derroteros su
literatura: Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa, 1966; Si
te dicen que caí, 1973. Afonso Grosso con Inés just coming,
1968 o Guarnición de silla, 1970, Ana María Matute con La
torre vigía, 1971 o Carmen Martín Gaite con Retahílas, 1974;
Le cuarto de atrás, 1978.
Mención aparte merece Juan Benet
15
que con su primera
novela, Volverás a región (1967) se revela como uno de los
experimentadores más radicales (fragmentación caótica,
frases inacabables…). Sus obras posteriores se sitúan en las
mismas coordenadas: Una meditación (1970), Una tumba
(1970), Un viaje de invierno (1972), Saúl ante Samuel (1980).
De estas tendencias permanecen recursos en los 70 y los
80 como la visión estereoscópica, el contrapunto, rupturas
temporales o juegos lingüísticos.
5. LITERATURA EN EL EXILIO
Desconocimiento en el interior de los novelistas exiliados:
- Incomunicación entre franquistas y republicanos.
- Dispersión geográfica de los exiliados.
- Prohibición de los exiliados en España.
Hay una gran dificultad para su clasificación, habida
cuenta de la disparidad de la producción del casi centenar de
narradores, la diferencia de edad entre muchos de ellos y los
modos de concebir el hecho literario.
Sobre todo, surgió un extendido y tácito propósito de
poner en los libros tanto la visión personal de la Guerra Civil y
los recuerdos del pasado, como la nueva realidad que estaban
viviendo y el estímulo de unos cambios históricos que en el
exilio tuvieron mayor intensidad y libertad que en la España
franquista. MAX AUB se aplicó a lo primero en su ciclo de
novelas sobre la contienda que llamó “El laberinto mágico”,
pero también inventó la biografía ficticia de un pintor cubista,
rival de Picasso y Juan Gris, Jusep Torres Campalans, que fue
un éxito internacional. RAMÓN J. SENDER escribió intensas
novelas sobre la guerra y sus orígenes morales (El lugar de un
hombre y Mosén Millán, luego conocida como réquiem por un
campesino español), pero su mayor logro fue la serie Crónica
del alba, que vinculó sus fascinantes memorias de infancia y
adolescencia al recuerdo de un soldado republicano, Pepe
Garcés, muerto en un campo de concentración francés. Pero
también fue aturo de narraciones históricas (Bizancio) y de
ambientación americana (Epitalamio del prieto Trinidad).
Memorias de sus días españoles fueron también las escritas
por Corpus Barga, bajo el título común Los pasos contados, tan
vívidas en la evocación como subyugantes en el discurrir de su
prosa en libertad. FRANCISCO AYALA prefirió dirigir su mirada
crítica y sarcástica a menudo a temas morales y políticos de
alcance americano (Muertes de perro) o claramente universal,
como en la sugestiva composición fragmentaria de El jardín de
las delicias, aunque también escribió unos intensos cuentos,
La cabeza del cordero, sobre la Guerra Civil.
De obras tan distintas puede inferirse lo que el exilio tuvo
de dramático desarraigo y, a la vez, de fecundo incentivo
intelectual.
15
Javier Marías dice de él que sus textos «resuenan tras acabarlos, y en
su literatura el juego no consiste principalmente en entender o saber o seguir
6. LITERATURA A PARTIR DE 1975
Mainer recuerda que muchos de los acontecimientos
trascendentales para la cultura española de nuestros días habían
ocurrido antes de ese año. La crisis que acabó con el desarrollismo se
produjo en 1973, con el encarecimiento del petróleo a raíz de la
revolución iraní. Los cambios en el arte (abandono del realismo y de
la preocupación social) se gestaron a lo largo de la década de los
sesenta y afloraron al final de la misma, simultáneamente a la
eclosión anticultural ligada a los hippies y a «mayo del 68». El corte
violento en la política española tuvo lugar en 1973 con el atentado
contra Carrero Blanco.
Tampoco es posible, según este autor, determinar cuándo se
pudo dar por concluida la Transición, hecho que quizá se produjera a
mediados de los años 80, superado el intento de golpe de estado del
23F, llegado el PSOE al poder (82) y en vísperas del ingreso en la UE
(86).
Uno de los cambios más patentes del cambio entre el 70 y el 86
fue la consideración de la cultura, que modificó decisivamente la
enteca y propagandística “cultura de estado” del franquismo: el
primer ministerio de Cultura se creó en el gobierno de Adolfo Suárez
(1977) y mantuvo su existencia independiente hasta 1996. En lo que
concierne a literatura (narrativa), hubo un apoyo institucional
reseñable en:
- Creación del premio Cervantes, creado por una disposición de
1975 y fallado por primera vez en el 76.
- Se renovaron los premios nacionales y cambiaron sus nombres
franquistas, lo que ayudó a la creación de un canon y la
visibilidad de los escritores.
- Centro de las Letras Españolas, para difundir el libro español en
el extranjero.
- En 1991 se constituyó el Instituto Cervantes, del que se
esperaba mucho, aunque antecedió a un ciclo de depresión
económica y descalabro de los socialistas.
Hubo otras iniciativas privadas reseñables en este cambio cultural:
- Los suplementos de los periódicos dedicados a este tema.
- Columnas de colaboración de escritores conocidos.
- Incremento de la actividad editorial.
A pesar de ello, la sensación de que el desmantelamiento del
franquismo fue un proceso negociado con astucia y tacañería, que se
llenó de silencios y algún sobresalto, estaba patente. Manuel Vázquez
Montalbán plasmó esa disconformidad con la frase «contra Franco
vivíamos mejor», que revela el desengaño.
LA POSMODERNIDAD
Algunos críticos consideran que la narrativa después del
franquismo se dejó imbuir por esta tendencia. Se puede
definir la posmodernidad como la asunción del fracaso de la
época moderna, de una civilización que confiaba en alcanzar
mediante la razón el progreso y la innovación, la emancipación
del hombre. Sus características principales son:
- Individualismo hedonista.
- Desinterés por lo político: más acentuado con el
derrumbe de la órbita soviética, no aparece una
alternativa creíble al capitalismo.
- Desaparición del espíritu vanguardista: ya no hay a quien
escandalizar, no hay una tradición que romper.
- Eclectismo: libertad creadora total. No existen modelos
impuestos y el artista combina con total libertad.
- Crisis de referentes ideológicos.
una historia aterradora y magnífica, sino más bien en leer, y en parar, y
asombrarse, y en seguir leyendo».
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CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA NOVELA
CONTEMPORÁNEA
En general, la novelística de la Transición es una reacción
contra la novela anterior. A partir de Tiempo de silencio se
acaba con la novela social y se impone en la década la técnica
y la originalidad formal. Después, con la publicación a finales
de los 60 de los grandes autores hispanoamericanos (Rulfo, Gª
Márquez, Vargas Llosa o Carlos Fuentes), son estas novelas los
ejemplos para los más jóvenes: es posible conjugar calidad y
popularidad.
En los años 70 se produce una reacción, así pues, contra
el experimentalismo excesivo y, sin abandonar las técnicas de
la novela del XX, recuperan muchos de los elementos de la
narrativa decimonónica, léase, el contar una historia de trama
compleja, el interés por lo anecdótico sin dejar de buscar la
intriga o las técnicas cinematográficas para evitar el
aburrimiento del lector. Esta búsqueda de la fórmula calidad
+ amenidad es reflejo de una sociedad democrática: no
persiguen una causa política colectiva, ni crear una sociedad
nueva, sino que se centran en asuntos privados e individuales.
Esta llamada “Generación del 66” (por la Ley de Prensa) o del
68, busca una mayor comunicación con los lectores.
AUTORES Y TENDENCIAS DE LA NOVELA CONTEMPORÁNEA
No hay una separación generacional clara que no
responda meramente a criterios biográficos, por lo que vamos
a enumerar a los autores esenciales junto a una serie de
tendencias y rasgos representativos que, como toda
clasificación, adolece de simplificaciones empobrecedoras y
exclusiones.
Villanueva interpreta esta libertad de formas y contenidos
como algo sumamente beneficioso, fruto no tanto de la pura
arbitrariedad como de la acción deliberada, aunque acaso
inconsciente, a superados corsés que coartaron no hace
mucho la individualidad de nuestros narradores.
1) NOVELA NEGRA à Santos Sanz Villanueva considera que
el recurso constructivo de intriga sobre un hecho criminal
es signo de identidad de muchas novelas post-franquistas.
öEn 1970 MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN publica Yo maté a
Kennedy, el inicio de una serie de novelas policiacas
protagonizadas por Pepe Carvalho. Se produce con ello
una ruptura en ese popular género desde las convenciones
del género policíaco, para narrar las contradicciones de la
transformación de la conciencia individual.
öEDUARDO MENDOZA, con La verdad sobre el caso Savolta
(1975) accede a nuevas formas de relato inteligente,
lenguaje terso y brillante ritmo narrativo que aprovecha
fórmulas de subgéneros populares (folletín, novela
policíaca, crónica de sucesos, novela rosa) sin que se
debilitara la trama. Es ejemplo de cómo se supera el
experimentalismo anterior: sin renunciar al material
histórico ni a la valoración ideológica. El nuevo pacto
autor-público partía de referentes genéricos homologados
y reclamaba el entretenimiento inteligente. En este
proceso narrativo ahondan El misterio de la cripta
embrujada (1978), El laberinto de las aceitunas (1982) y La
ciudad de los prodigios (1986).
öJUAN JOSÉ MILLÁS: Cerbero en las sombras (1975) y Visión del
ahogado (1977), en que fija una inquietante instantánea
de la Transición. Desde esas novelas hasta La mujer loca
(2014), pasando por sus relatos y articuentos, no ha dejado
de indagar en la suspensión o enajenación de un universo
literario que adquiere esa condición a fuerza de ser mirado
muy de cerca. José-Carlos Mainer lo llama mirada
microscópica y la concepción enajenada millasianas.
Importan los límites difusos entre realidad y ficción, lo
posible y lo real.
2) NOVELA REALISTA à la recuperación del gusto por contar
una historia a veces adquiere tintes realistas, con muchos
matices que dependen del autor. Son reflejo de la vida de
provincias La fuente de la edad de Luis Mateo Díez y La
lluvia amarilla y Escenas de cine mudo de Julio Llamazares,
relatos elegíacos y líricos. Es destacable la recuperación de
la tradición cervantina que hace Luis Landero en sus Juegos
de la edad tardía, de 1989.
3) NOVELA HISTÓRICA à en parte viene a partir del éxito de El
nombre de la rosa de Umberto Eco y del deseo de escapar de
una realidad por momentos difícil. Se desarrolla a partir de los
80 bien como reconstrucción del pasado, bien como
fabulación más o menos libre o como proyección de las
edades pretéritas sobre nuestro pasado, todo ello dentro de
la vuelta a la narratividad de la que veníamos hablando. Son
exponentes Lourdes Ortiz (Urraca), José María Merino (La
orilla oscura), Pérez Reverte, especialmente con la saga de
Alatriste, Eduardo Mendoza en La ciudad de los prodigios.
Es muy recurrente el uso de la Guerra Civil o la posguerra: Julio
Llamazares en Luna de lobos (maquis leonés), Beatus Ille de
Antonio Muñoz Molina, Soldados de Salamina de Javier
Cercas, El corazón helado y los «Episodios de una guerra
interminable», de Almudena Grandes, Enterrar a los muertos,
de Ignacio Martínez de Pisón. Son obras de diferente lectura,
pero plantean cada vez más abiertamente una reivindicación
del bando perdedor y ponen en causa la transición, vista como
un olvido injusto y voluntario de los atropellos del ejército
vencedor y del escamoteo del reconocimiento debido a los
republicanos.
4) INTIMISMO à Representa más a la novela posmoderna. Los
individuos están colocados en una posición difícil, tienen una
psicología atormentada y eso es motivo para que el relato se
centre en su intimidad. Juan José Millás la exploración del
hermetismo al que el hombre puede llegar en su Trilogía de la
soledad: El desorden de tu nombre, La soledad era esto —
Premio Nadal 1990— y Volver a casa). Dentro de esta
tendencia también tenemos a Miguel Sánchez Ostis: Un
infierno en el jardín, Las pirañas, Félix de Azúa, Adelaida García
Morales o Jesús Ferrero. Vamos a destacar a otros dos autores
fundamentales:
öJOSÉ MARÍA GUELBENZU, que irrumpe con La noche en casa
(1977) en un tipo de escritura que explora el sentido de los
símbolos y valores, el lugar de la memoria y de la reflexión
en el autoconocimiento, pero El río de la luna (1981) es su
más lograda entrega: los personajes se pierden en un
laberinto que puede tener muchos nombres, pero el más
apropiado sería “eternidad”.
öJAVIER MARÍAS, irrumpe precozmente en 1971 con Los
dominios del lobo con un estilo muy ligero. Su labor más
importante ha sido la de volverse contra la arquitectura de
la novela de la mano de Lawrence Sterne, jovial y
cervantino, a quien ha traducido. Corazón tan blanco
(1992) supuso el espaldarazo para su reconocimiento por
6. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 6
parte de la crítica y el público
16
. Con Mañana en la batalla
piensa en mí
17
, ganó en 1994 el Rómulo Gallegos. Los
temas de sus novelas son la culpa, la verdad o la
responsabilidad, con protagonistas problemáticos,
obsesivos, residentes fuera de España. Con Negra espalda
del tiempo y la trilogía Tu rostro mañana (Fiebre y lanza,
2002, Baile y sueño, 2004 y Veneno y sombra y adiós, 2007)
evoluciona a una novela basada en digresiones.
5) CULTURALISMO Y METALITERATURA à Tanto sobre la
propia creación literaria como una indagación
“semiensayística” en temas, motivos y figuras. Un ejemplo
de una “novela de historia de la literatura” es Las máscaras
del héroe, de Juan Manuel de Prada. En El desorden de tu
nombre de J.J. Millás y El hijo adoptivo de Álvaro Pombo, el
protagonista es un escritor, y lo que leemos es, en buena
parte su novela.
ö ANTONIO MUÑOZ MOLINA: en Beatus Ille crea un escritor
apócrifo de la Generación del 27. Muñoz Molina es
una de las voces más consistentes de la narrativa
actual. Se ha subrayado de él su habilidad para
recoger materiales estéticos ya acuñados. Su
escritura es una interpretación esteticista de la
realidad. Ya en Beatus Ille (1986) aparece el que se
convertirá en un espacio habitual de su obra: Mágina,
trasunto literario de su Úbeda natal. Mágina será
escenario de El jinete polaco
18
, Los misterios de
Madrid, Plenilunio (de corte policial) o El viento de la
luna. Con La noche de los tiempos (2009) llegó a la
cumbre de su novela sobre la Guerra Civil. En su
última novela, Como la sombra que se va (2014), lleva
a cabo un ejercicio de introspección (punto 7).
ö ENRIQUE VILA MATAS: Su literatura es una glosa de
autores y temas que le interesan, por lo que en gran
medida es metaliteratura. Historia abreviada de la
literatura portátil, El viaje vertical, Barthlevy y
compañía, París no se acaba nunca…
6) NOVELA FEMENINA: La incorporación más asidua de la
mujer a la literatura hace que entre el universo femenino
en ella y el feminismo. Son ejemplo de ello Rosa Montero
(Te trataré como a una reina, Amado amo); Montserrat
Roig, Cristina Fernández Cubas, Adelaida García Morales,
la erótica con Almudena Grandes, y Belén Gopegui
19
(Lo
real).
7) TESTIMONIO Y AUTOBIOGRAFISMO:
a. Libros de memorias, diarios, relatos de viajes o
recuerdos de infancia > la novela se contamina de lo
autobiográfico. Son ejemplos: Soldados de Salamina,
de Javier Cercas; Todas las almas, Negra espalda del
tiempo, de Javier Marías; El mal de Montano, de
Enrique Vila-Matas; Escenas de cine mudo, de Julio
Llamazares. Son episodios de la vida del autor + ficción,
lo que se ha dado en llamar autoficción.
b. Testimonios de lucha antifranquista:
16
Construida a partir del recuerdo de un suicidio, en ella desempeña un
papel fundamental el lenguaje, siendo el de la traducción uno de los pilares
de la novela.
17
El azar sienta las bases para un desarrollo narrativo en el que el estar
y el no estar adquieren máxima relevancia. Gusta de trampas al lector,
jugando continuamente a diluir los límites que separan realidad y ficción.
i. Tono irónico y distanciado: Historia de un idiota
contada por él mismo, Félix de Azúa;
Autobiografía de Federico Sánchez, de Jorge
Semprún.
ii. Combativo: La larga marcha, Chirbes.
iii. Memorialístico: M. Vázquez Montalbán, El
pianista.
8) EXPERIMENTACIÓN: se convierte en una corriente
minoritaria. Son ejemplos de ello: Miguel Espinosa
(Escuela de mandarines, Tríboda) o Julián Ríos (Larva,
Pandemónium), con un continuo artificio verbal, juegos
de palabras en cinco idiomas, referencias culturales,
calambur y dilogía.
9) RECUPERACIÓN DEL CUENTO: el estímulo de la
publicación de grandes maestros hispanoamericanos
como Borges, Cortázar, Rulfo o Monterroso se hizo notar
también en España en autores como Cristina Fernández
Cubas (Todos los cuentos, 2008) o Juan Bonilla (El que
apaga la luz o La noche del skylab)
DOS GENERACIONES
Gerardo Gullón, en el portal dedicado a la Novela
española contemporánea en la biblioteca Cervantes Virtual,
opina que la coyuntura actual viene producida por la tentación
de los beneficios del mercado. La novela se ha convertido un
producto, lo que no quiere decir que no haya esperanza,
puesto que las novedades editoriales son abundantísimas, a
veces en editoriales pequeñas.
Novelistas nacidos en los años 60-70
Los criterios comerciales prevalecen a partir de los 90,
cuando empiezan a publicar. Las excepciones son editores que
promocionan a escritores independientes, pero estos están
cada vez más arrinconados ante las presiones por conseguir
alto rendimiento económico.
- Momento propicio para la creatividad à revisión de los
valores anteriores.
- Cambio en los modos sociales de percepción à los medios
de comunicación de masas, la TV, internet > formación de
ideas y valores de forma inmediata, sin que medie mucho
tiempo para la reflexión > poder de metamorfosis de la
conciencia, ya no solo creada por la familia y la escuela: la
identidad viene menos determinada por las
preconcepciones.
- La vida social a finales de los 80 la determina la caída del
muro de Berlín à continua metamorfosis de los entornos
sociales, políticos y humanos.
- Hechos históricos vividos a través de la pantalla: la llegada
del hombre a la Luna, el golpe de Estado de Tejero como
algo esperpéntico y la caída del muro à época histórica de
signos positivos, actitudes vitales positivas, sociedad
avanzada de consumo. // → también jóvenes insatisfechos
con esa vida fácil, que buscan nuevas formas para escapar
de la rutina (pastillas, drogas).
18
1991, con ella gana el Premio Planeta y al año siguiente el Premio
Nacional de Narrativa. Reinventa la realidad y el deseo.
19
Finalista de varios premios importantes, como el Rómulo Gallegos o el
de la Crítica.Enriquecimiento de la vida personal que permita el individuo
mantenerse al margen del sistema capitalista-neoliberal en que estamos
inmersos, de ahí que sea una actitud constante entre sus personajes. Es
postfeminista.
7. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 7
CARACTERÍSTICAS CLAVE:
1) Sus primeras novelas se reseñan en la prensa y han
obtenido premios literarios
20
. Señala Gullón que “parece
que nacen con el certificado de calidad entre los dedos”.
Antes hacía falta que publicaran varios libros, hoy editor
y autor quieren rendimientos inmediatos.
2) La biblioteca a la que tienen acceso es más amplia que la
de las generaciones anteriores, lo que se refleja en sus
obras.
3) Los libros son producto sujeto a las estrategias de
mercadotecnia: portada y solapa. Lo que viene después
del premio suele ser menos. Se ha convertido en un
género de juventud que se acerca peligrosamente al
presente, lo sincrónico, no las etapas del desarrollo del
personaje. Se da así una situación paradójica en que la
crítica pide obras literarias mientras que los premios, las
listas de éxitos y la publicidad sólo buscan lo comercial.
Así:
a. Autores literarios que escriben para un
público que no tiene que ver con la masa
que mira la televisión.
b. Crítica que carece de poder para imponer su
criterio al lector común.
4) Conciencia de libertad. Se mueven de un tema a otro
con absoluta fluidez, sin que las trabas personales o
sociales les corten en su narración. Hay sinestesia
entre relatos.
5) Fluidez de identidad en todos:
a. Experimentar con nuevas maneras
narrativas: Cuca Canals, David Mújica o Ray
Loriga.
b. Procesos de identidad en crisis: Aparo
Serrano de Haro y Antonio Fontana.
c. Etc.
21
6) Humor, ironía, parodia y juego, como el de Ángel
García Galiano en El mapa de las aguas (1998) o Inma
Monsó.
7) Postrealismo: establecen y exploran relaciones
humanas no solo en libertad, sino fuera de la novela
decimonónica en que los valores y actitudes se
declaraban de acuerdo con los de la sociedad de ese
momento.
Hay en estos autores una conciencia personal y social
diferente, como muestra Cercas en Soldados de Salamina, con
la variedad de formas de sentir del hombre, el bien y el mal,
decidido por las circunstancias personales
22
. Las tres
hermanas de Amor, curiosidad, prozac y dudas (1998), de
20
Antonio Álamo (Premio Lengua de Trapo, 1996), Lola Beccaría
(Finalista Premio Nadal, 2001 ) Juan Bonilla (Premio Biblioteca Breve, 2003),
Luisa Castro (Premio Biblioteca Breve, 2006), Juan Manuel de Prada (Premio
Ojo Crítico de Narrativa, 1996; Premio Planeta, 1997; Premio Primavera,
2003), Lucía Etxebarría (Premio Nadal, 1998; Premio Primavera, 2001; Premio
Planeta, 2004)), Belén Gopegui (Premio Tigre Juan, 1993), Pedro Maestre
(Premio Nadal, 1998) Luis Magrinyà (Premio Herralde de Novela, 2000),
Fernando Marías (Premio Nadal, 2001; Premio Anaya de Literatura Infantil y
Juvenil, 2005; Premio de Novela Ateneo de Sevilla, 2005 ), Antonio Orejudo (
Premio Tigre Juan, 1996; Premio Andalucía de Novela, 2000), Sergi Pàmies
(NH Hoteles de Relatos, 2000), Juana Salabert (Finalista Premio Nadal, 1996),
Marta Sanz (Premio Ojo Crítico de Narrativa, 2001; Finalista Premio Nadal,
2006) Lorenzo Silva (Premio Ojo Crítico, 1998; Premio Nadal, 2000; Premio
Primavera, 2004 ), Eloy Tizón (Finalista Premio Herralde de Novela, 1995).
Queda fuera de esta nómina al narrador con más galardones, Javier Cercas,
Lucía Etxebarría, tienen sus propias necesidades,
personalidad, vivencias y deseos; ofrecen un caleidoscopio de
actitudes diversas hacia la vida y ninguna cancela a las otras
porque todas tienen su razón de ser.
J.M. Castellet en La hora del lector defendía la idea
popularizada por Rayuela: el lector cómplice del autor. Hoy,
sin embargo, el lector se metamorfosea para entender las
diferentes posturas, no importa que no haya un eje discursivo
central. Tampoco son máscaras: el personaje postrealista es
capaz de ser otro por un momento.
En la actitud autorial notamos un desplazamiento de lo
sentimental a lo sexual: lo importante es gozar del amor.
También cambia el papel de la mujer, del tradicional de madre
(Antonia en Abel Sánchez de Unamuno) y la Helena de Troya
que supone la pasión y de la que los hombres se prendan, se
pasa a una tercera mujer: la que desempeña los mismos
papeles que el hombre (Lucía Etxebarría, Marina Mayoral) o la
que directamente no propone esa opción: la mujer ES igual al
hombre, como en Belén Gopegui.
La Generación X
Está de moda desde la caída del muro de Berlín hasta los
atentados del 11S, cuando el nihilismo de esta generación
perdió el favor de los lectores.
Interés temático: representación de la conducta de los
entonces jóvenes adolescentes, salidas nocturnas en las
grandes ciudades, uso y abuso de drogas, sexo, alcohol y
música rock.
Acogida: duras descalificaciones, fueron declarados
parias desde la perspectiva tradicional del juicio, sensibilidad
y gusto estético. Su éxito fue semejante al de la novela de
entretenimiento de Vázquez Montalbán, Pérez Reverte, Dan
Brown o Ruiz Zafón. Hay un enfrentamiento en la forma de
entender la novela:
- El valor lo decide el criterio de unos pocos
entendidos.
- Libertad de criterio individual.
Neorrealistas à bando de menor poder en la institución
literaria (universidad, suplementos culturales, editoriales,
bibliotecas). > Literatura comprometida con lo cotidiano, con
experiencias personales que obtienen lectores jóvenes a los
que por su situación personales les parecían relevantes. Hay
una compra masiva pero son son silenciados por los
profesores universitarios y la crítica.
El detonante fue JOSÉ ÁNGEL MAÑAS con Historias del
Kronen (1994). La novela neorrealista deshizo el mito de la
libertad concedida por los sesentayochistas, que en realidad
que ha ganado numerosos y merecidos premios dentro y fuera de España, y
cuyo éxito llegó no precisamente mediante la propaganda que supone recibir
un premio literario, sino por el famoso boca oído.
21
Graciela Bustelo, Fernando Palazuelos, el fino prosista Marcos Giralt
Torrente, el innovador Andrés Ibánez, el más tradicional Pablo d'Ors, Pedro
Ugarte y Jaime Alejandre. Ignacio Martínez de Pisón y Jesús Ferrero, dos
puntales de la generación, junto con Ignacio García-Valiño, poseen una
singular habilidad para dotar a sus mundos novelescos de profundidad
sicológica, igual que Germán Sierra en Vidas posibles de la sociedad virtual
(1999) y concluyendo con Antonio Orejudo en Ventajas de viajar en tren
(2000), donde los personajes viven existencias diferentes
22
El republicano que mira a los ojos al fugitivo falangista, lee en ellos el
terror y no dispara. Esto es una escena postrealista: no hay juicio, los valores
desaparecen.
8. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 8
era una forma de desentendimiento de los padres por sus
hijos, que quedan huérfanos de modelos válidos para poder
construirse una identidad.
- Reinsertaba con vigor expresivo a sus jóvenes
protagonistas en la vida social.
- Representan una realidad donde faltan unos
principios o valores que permitan jerarquizarla à
momentos viatles de encrucijada (enfermedad,
muerte, un bebé…).
Hubo una campaña contra la Generación X: se les acusó
de falta de originalidad y de ser imitadores de extranjeros
(Céline, Bukowski, Raymond Carver, Breat Easton Ellis —
American Psycho—, Stanley Kubrik…). Los autores
reconocieron con orgullo sus deudas. Douglas Coupland
acuñó el marbete y fue desdeñado por la crítica tradicional.
Hoy es considerado uno de los mayores innovadores en
lengua inglesa. Otro reproche fue su supuesta pobreza de
lenguaje: lo que hicieron fue recuperar lo oral (frases
inacabadas, diálogos que no conducen a nada) que son reflejo
de la búsqueda de sentido en sus propias reflexiones. Esto
explica el irracionalismo que hay y que busca socavar
instituciones, lo civilizado, la continuidad del mundo burgués,
la democracia capitalista. Al fin y al cabo, se hacen preguntas
similares a las que se hicieron en los años veinte Felipe Trigo y
Eduardo Zamacois.
Como novedad, insertan el “pararreferencialismo”,
surgen menciones a películas, libros, drogas, conciertos e
incluso noticias principales de los telediarios, lo que supone un
lector que lo domina y que da cuenta de su escasa consistencia
conceptual.
Los personajes neorrealistas tienen un vacío de valores:
adanes del mundo moderno urbano. Droga, sonidos, instintos,
sexo, prepotencia, falta de trabajo, de alicientes, alienación de
todo vínculo familiar…
La ciudad aparece como una megalópolis: una superurbe
carente de centro, donde sus habitantes van de un lado a otro
buscando su ambiente: coche, familias con varios trabajos… El
teléfono y el coche rompen los límites.
Léxico que rebosa de novedades que incluso se han
quedado ya en el lenguaje actual (molar, guay, bocata, etc.).
23
7. CONCLUSIÓN
• Relación entre cine y novela en los últimos años
con ejemplos (apuntes TECNOS y MAD). > Las
series de televisión como fenómeno ficcional.
• Falta de perspectiva para juzgar la novela actual.
• Desinterés generalizado hacia la novela por
amplios sectores profesionales con formación
universitaria.
• Criterios editoriales puramente comerciales.
23
La nómina de escritores españoles que practicaron ese acercarse
kronen a la realidad, es decir, sin reservas, en los años noventa resulta
bastante larga, y debe incluir a Gabriela Bustelo (Veo, veo, 1996), Lucía
Etxebarría (Amor, curiosidad, prozac y dudas, 1997), Ismael Grasa (De Madrid
al cielo, 1994), Ray Loriga (Lo peor de todo, 1992; Héroes, 1993; Caídos del
cielo, 1995), José Machado ( A dos ruedas, 1996), Pedro Maestre (Matando
dinosaurios con tirachinas, 1996),Caimán Montalbán (Bar, 1995) Daniel
Múgica (La ciudad de abajo, 1996), Benjamín Prado (Raro, 1995), Care Santos
• Ensayo, libro de historia, bibliografía técnica y
especializada ganan terreno frente a la ficción.
Actualidad de la novela y la narrativa en el mundo digital
(portal de Literatura Electrónica Hispánica de la Biblioteca
Cervantes Virtual): Las perspectivas de la narrativa
hipertextual.
- Hipernovelas: Edith Checa, Como el cielo de los ojos;
Juan B. Gutiérrez, Condiciones extremas; Leonardo
Valencia, El libro flotante de Caytran Dólphin,
Benjamín Escalonilla, Sinferidad.
- Hipermedia: Doménico Chiape, Tierra de extracción,
Belén Gache, Wordtoys, Félix Ramírez, Una
contemporánea historia de Caldesa; Jaime A.
Rodríguez, Golpe de gracia….
- Webnovela: Juan José Díez, Don Juan en la frontera
del espíritu.
- Blognovela: Hernán Casciari, Más respeto que soy tu
madre; Belén Gache, EL diario del niño burbuja, M.
Guerriere, Detective bonaerense.
- Novela colectiva: La huella del Cosmos; Milagros
sueltos.
- Wikinovela: Madrid escribe, El regreso de Cecilio,
Vidas prodigiosas.
8. BIBLIOGRAFÍA
ABELLÁN, M. L. (1980): Censura y creación literaria en
España (1939-1976). Barcelona: Península.
Asís Garrote, M. Última hora de la novela en España,
Madrid: Eduema Universidad, 1990.
Encinar, Á. & Kathleen, M (eds.) La pluralidad narrativa.
Escritores españoles contemporáneos, 1984-2004), Madrid:
Biblioteca Nueva, 2005.
García Viñó, M., La novela española del S. XX, Madrid,
Endymion, 2003.
Gullón, G. Coord.. La novela española actual. ¿Producto
mercantil o lugar de encuentro?, Insula 688., abril 2004.
Hauseler, C, Contemporary Women’s Narrative and the
Publishing Industry, Urbana, Univ. Illinois Press, 2003.
Nora, E., La novela española contemporánea 1938-1980.
Pedraza y Rodríguez (2012), Las épocas de la literatura
española, Barcelona: Ariel.
Sobejano, G. Noevla española contemporánea, 1940-
1995, Barcelona: Mare Nostrum Comunicación S.A., 2003
Soldevila Durante, I, Historia de la novela española (1936-
200), Madrid, Cátedra, 2001.
(La muerte de Kurt Cobain, 1997), Roger Wolfe (Dios es un perro que nos mira,
1993), y, entre los epígonos, Cristóbal Ruiz, El loco Wonder (2000), y Juan
Manuel Olcese (El relevo, 2005). Aunque la mayoría de ellos han seguido en
el siglo XXI trayectorias diferentes, como Loriga, a partir de Tokio ya no nos
quiere (1999) o Benjamín Prado, con Alguien se acerca (1998), o el propio
Mañas en su último título, Caso Karen (2005), que bien podemos decir que
son más convencionales.