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TEMA 61. LA RENOVACIÓN DE LA LÍRICA
ESPAÑOLA: FINAL DEL SIGLO XIX Y
PRINCIPIOS DEL XX.
1. INTRODUCCIÓN
Los últimos Románticos fueron Bécquer y Rosalía de
Castro. La lírica no sigue los caminos del realismo francés e
inglés. Desde 1850 tenemos:
- Ramón de CAMPOAMOR: didactismo del XVIII, Cernuda lo
recupera.
- Gaspar NÚÑEZ DE ARCE: poesía de las ideas, llamó
“suspirillos germánicos” a la poesía de Bécquer.
à Transición entre las tendencias narrativas y
sentimentales de la época del Realismo a la nueva poesía
modernista con poetas como RICARDO GIL, MANUEL REINA o
SALVADOR RUEDA, en los que hay un esfuerzo renovador del
instrumental retórico (ensayos métricos, sinestesias,
imaginería suntuaria) y temático (exaltación del ideal de la
belleza, recreación del mundo antiguo, asuntos de la
bohemia…). Va desde el colorismo regionalista de Rueda y un
panteísmo inicial al folklorismo de VILLAESPESA o MANUEL
MACHADO, pasando por la poesía dialectal que funde lo lírico
con la narración.
La renovación poética finisecular pasa por una angustia de
profundas raíces filosóficas: la muerte de Dios y lo que ello
conllevaba inspiran los temas de la lejanía, la niñez, los
paraísos perdidos y los antiguos jardines cerrados y
ordenados.
Los modernistas muestran resentimiento ante la vida que
les había tocado vivir, una época de fealdad materialista y
filistea. Por ello, la misión del arte no era otra que la de
proporcionar el sentido y la belleza de los que carecía la vida.
RUBÉN DARÍO liberó a los poetas españoles de las antiguas
inhibiciones, y es imprescindible en el intercambio de influjos
a través del Atlántico, creando un mito hispanoamericanista
autópico contra el imperialismo del “coloso del Norte”. Fue él
quien trajo los inadvertidos movimientos de renovación
franceses con Azul… en 1888. Esta actitud supondrán una
renovación en la lírica que no pocas veces se ha comparado
con la que tuvo lugar en el XVI.
2. EL MODERNISMO
A. El concepto de modernismo y características de
la lírica modernista española.
Principio: cuanto más se convierten literatura y arte en
mercancía, tanto más se disfraza de efluvio de almas
exquisitas.
1
Diez de Revenga, (1895) Rubén Darío en la métrica española y otros
ensayos, Universidad de Murcia.
2
Parnasianismo: búsqueda de la expresión perfecta y la imagen
escultural. Arte puro, evasión, creación impersonal, fría y objetiva con
obediencias a la inspiración. Atracción por la naturaleza, el arte y los objetos
preciosos, mitos y leyendas o la meditación filosófica. Son representantes
Leconte de Lisle, Gautier (Voyage en Espagne), José María de Heredia, Sully-
Prudhomme.
Cronología: Es lugar común considerar que parte de la
publicación de Azul… en 1888 y llega hasta la muerte de Darío
en 1916. M. Machado creyó que era simple renovación formal
y que había finalizado en 1913.
Fuentes: parnasianos y simbolistas franceses (a través de
R. Darío) y Bécquer con su expresión de lo inefable, a pesar de
que el lenguaje es débil (Guillén). Poesía que reacción contra
la vulgaridad y desde su estética minoritaria intentaba llamar
la atención al público distraído.
Métrica: se naturalizaron el alejandrino, el dodecasílabo y
el eneasílabo, que se unieron a los endecasílabos y
octosílabos. Se intentó la traslación de los metros
cuantitativos de origen clásico supliendo las sílabas largas por
tónicas y las breves por átonas. Series de endecasílabos
blancos, pie quebrado, silva arromanzada, amétricas… Se
pusieron las bases para la creación del verso libre.
1
à Se
persigue una correspondencia exacta entre el sentimiento y la
musicalidad, “expresar el ritmo de las ideas”, como dijo Darío
en Prosas profanas.
Técnica impresionista con dominio de la frase breve, el
poema como yuxtaposiciones de imágenes bien muy vívidas,
bien ambiguas. Sinestesias, frases inconclusas, escenas
dibujadas, locuciones racionalmente incomprensibles, son
técnicas aprendidas del simbolismo francés.
B. El influjo de Rubén Darío
Félix Rubén García Sarmiento, Rubén Darío, Metapa
1867-1916, es el renovador de la literatura hispanoamericana
postcolonial. Está influido por el parnasianismo
2
y el
simbolismo
3
. El modernismo hispanoamericano es expresión
de la conciencia nacional, con la selva y el indigenismo en
complejo ajuste con el cosmopolitismo simbolizado por París.
& Azul… (1888): amalgama de posromanticismo,
parnasianismo y simbolismo (“galicismo mental”, dijo
Valera).
& Prosas profanas (1896), tan elegantes como los versos.
Fascinado por la música a la manera de Verlaine, también
cercano a Berceo, Góngora, Quevedo.
& Los raros, precursores del nuevo movimiento: Poe,
Moréas, Lautréamont o Martí.
& Cantos de vida y esperanza (1905) tono reflexivo en línea
con Machado o Unamuno (“Letanía de nuestro señor
Don Quijote” o “Los cisnes”), pero sin renunciar a la
brillantez melódica.
C. MANIFESTACIONES DE LA LÍRICA MODERNISTA
EN ESPAÑA:
Federico de Onís en 1934: “El modernismo es la forma
hispánica de la crisis universal de las letras y del espíritu que
hacia 1885 se había de manifestar en el arte, la ciencia, la
religión o la política”.
1) Premodernismo, poesía dialectal y folclorismo:
a. Premodernismo: transición con Rueda y Reina.
Colorido regionalista y pintoresco junto a panteísmo
3
Simbolismo: correspondencias ocultas en la realidad. Manifeste du
symbolisme de Jean Moréas en 1886. Conectar con el sentido oculto del
universo por medio del símbolo, dado que había otro mundo enmascarado
que solo a los poetas competía descifrar. Baudelaire y las correspondencias
entre perfumes, colores y sonidos (sinestesa) que ayudan a entrar en la
esencia de la realidad, así como la sugestión, estados afectivos confusos, ansia
de evasión, música, inspiración urbana, jardines y erotismo.
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filosófico; entusiasmo por la naturaleza y exotismo
exacerbado.
b. Poesía dialectal: Funde lo lírico con la narración y el
drama. El argumento es melodramático, con
personajes tiernos y violentos. La lengua dialectal
solo se emplea en el parlamento de los protagonistas.
Voces locales, rusticismos y arcaísmos, con una
representación fonética muy imperfecta. Vicente
Medina (Aires murcianos), en la vertiente más
revolucionaria; Gabriel y Galán (Extremeñas,
Castellanas, Nuevas castellanas), vertiente
conservadora.
c. Cantares: con rasgos simbolistas, sinestesias,
imágenes ambiguas. Manuel Machado logra estilizar
la canción popular con Cante hondo. También
soleares, seguiriyas gitanas y coplas de Villaespesa.
2) Parnasianismo y exotismo: Traída por Rubén en Prosas
profanas (1896). La poesía netamente parnasiana no
caló, pues casi siempre hay un matiz simbolista. Algunos
de los mejores están en Alma de M. Machado.
3) Simbolismo e intimismo: Influjo de los franceses junto
con el intimismo becqueriano para explorar el “reino
interior”, lado oscuro y desconocido del propio ser.
Transforma la descripción en una experiencia íntima.
Está bien representado por M. Machado, A. Machado
(Soledades), con un intimismo radical de paisajes
sugeridos, pero también son representativos Villaespesa
(Tristitiae rerumm 1906) y Zayas (Paisajes, 1903). Igual
ocurre con el primer JRJ y su sueño arcádico y ansia de
retorno al seno materno. También se aprecia, aunque a
este escritor no se lo puede clasificar en ningún
compartimento estanco, en Unamuno de Poesía y El
Cristo de Velázquez. RICHARD CARDWELL propone el rótulo
“simbolismo” para la sentimentalidad y la estética
finisecular, incluidos 98 y modernismo.
4) Poesía cívica y castellanismo regeneracionista: el mundo
exterior y los conflictos de las gentes. Poesía más
transparente y accesible con lenguaje directo y
desgarrado. (Rubén de Cantos de vida y esperanza).
Preocupación intelectual por el porvenir de España: los
motivos para sugerir antes estados de ánimo, ahora se
utilizan para la reflexión sobre la realidad social.
Machado en Campos de castilla.
5) Camino al expresionismo: Exaltación antisocial, feísmo y
decadentismo. El canto a la bohemia de un trasnochado
romanticismo declamatorio que insistía en lo
nauseabundo y macabro: Luchas, Villaespesa; Ninfeas,
JRJ, Románticas, Carrere, El mal poema, M. Machado:
nueva fórmula expresiva deliberadamente prosaica,
encanto y repulsión de la miseria urbana. Poesía de lo
monstruoso y perverso.
Es importante el estudio de las revistas para comprender el
surgimiento y evolución del modernismo español. Díaz-Plaja
4
ha resumido las aportaciones de Germinal, Vida Nueva,
Revista Nueva, Arte Joven, Alma Española y Helios.
Importantes fueron también el modernismo catalán, con
Eduardo MARQUINA a la cabeza y el andaluz, del que hemos
hablado con RUEDA, VILLAESPESA, al que JRJ tomó como modelo
4
Modernismo frente a 98.
para diferenciar el modernismo español del
hispanoamericano y REINA.
D. Manuel Machado (1874-1947)
Ha sido en gran parte relegado al olvido tanto por el
eclipse que provoca su hermano menor, como por ser sus
obras de juventud, como por su vinculación a Primo de Rivera
y a la causa de Franco, para el que compuso desconcertantes
poemas de propaganda. En el acto de ingreso de la RAE citó
veladamente a su hermano, vetado por el régimen, al mismo
tiempo que dedicó un soneto a Franco. Se han exagerado sus
obediencias inquebrantables, quien escribía que las olas me
traigan y las olas me lleven,/ y que jamás me obliguen el
camino a elegir no podía ser tan cerrado.
Constituye este poeta una de las mejores
manifestaciones del modernismo literario, del que dio esta
definición: “no fue en puridad más que una revolución literaria
de carácter principalmente formal. Pero relativa no solo a la
forma externa, sino a la interna del arte. En cuanto al fondo,
su característica esencial es la anarquía”.
G. Brotherston: búsqueda de la precisión expresiva como
una variante del modernismo más intelectual y original
respecto al influjo francés. D. Alonso vio en él una tensión
“ligereza”/ “gravedad”.
• Alma (1902): uso de símbolos impresionantes. Intento más
logrado de dar la impresión de una pintura con «Felipe V»,
experiencia que habían llevado a cabo los franceses. Otro
tipo de impresión, sobre el Poema de Mio Cid, es “Castilla”:
el contraste entre la fuerza y la lánguida sutileza de uno y
otro dan cuenta de su versatilidad.
• Ejemplo de interés por hacer una poesía inspirada en el
folklore en Canto hondo (1912) gracias a los materiales de
su padre y su tío Agustín Durán. Tiene influjo en Lorca y
Alberti.
• Poesía sobre el dolor y la sordidez de la vida moderna en
los versos antipoéticos y crueles de El mal poema (1909),
con aire entre Nietzsche y Baudelaire con una ironía que
evoca a Heine.
3. ANTONIO MACHADO
Su trayectoria poética va del intimismo al compromiso
político, y del romanticismo modernista a la inspiración
filosófica.
Nació en Sevilla el 26 de julio de 1875 en el seno de una
familia de la burguesía liberal y culta. A su padre se deben
varias obras del folklore español. Se educó en Madrid, en la
Institución Libre de Enseñanza. La muerte de su padre en 1893
y la de su abuelo en el 95 dejan a la familia en situación
precaria. En 1899 viaja a París con su hermano Manuel y allí
descubre la vida literaria y bohemia. Durante una segunda
estancia en París en 1902 traba amistad con Rubén Darío. De
regreso a Madrid se dedica a la literatura, colabora en la
revista Helios y publica varios artículos en La caricatura.
Soledades (1903) revela sus dotes de poeta. Se presenta
a oposiciones de profesores de francés y gana la cátedra de
secundaria en el instituto de Soria (1907), donde conoce a
Leonor Izquierdo Cuevas, de trece años, y con la que se casa
en 1909. Gracias a una beca asisten en París a las clases de
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Bergson y de Bédier. En julio de 1911, en París, Leonor es
víctima de una grave hemoptisis, y muere en Soria en agosto
de 1912. Ese año se publica Campos de Castilla. El poeta pide
su traslado a Baeza. En 1919 obtiene la plaza del instituto de
Segovia, donde también se dedica a la Universidad Popular. En
1924 publica Nuevas canciones y en el 27 es elegido miembro
de la Academia. Entonces conoce a la escritora Pilar
Valderrama la Guiomar de sus últimos poemas amorosos. En
1931 participa en la proclamación de la República, y cuando
estalla la Guerra Civil el gobierno da orden de protegerlo y
trasladarlo a Valencia. De allí pasaría a Barcelona, desde
donde parte con su madre al exilio en Francia. Murió de
agotamiento el 22 de febrero de 1939. Por su amor profundo
hacia el pueblo, su ideal de fraternidad y dignidad y por sus
declaraciones contra los intereses egoístas de las clases
privilegiadas, así como su ardiente patriotismo, Machado se
había convertido en el símbolo de la España republicana
vencida por las tropas del general Franco.
Para Octavio Paz, cuando muere “su vida comienza a ser
realmente vivida. Antes solo había sido sueño y reflexión:
soñar o soñar que soñaba, aspiración a realizarse en algo ajeno
a él”.
A. Machado intimista
Valores románticos como la cordialidad y la verdad de la
Palabra Poética, filtrados por el simbolismo francés. Oreste
Macrí ha estudiado el intimismo de Machado, en paralelo con
el decadentismo europeo.
5
Machado busca en el mundo
interior las grandes respuestas a los problemas del destino del
hombre.
Soledades (1903) ya está impregnado del tono
confidencial que recuerda a las Rimas de Bécquer y las
expresiones preciosistas de Darío. El poeta se puso a aligerar
su libro de poemas de gran elocuencia, y en 1907 lo publica
con un nuevo título, Soledades. Galerías y otros poemas:
admiraba a Rubén, pero quería hacerlo “mirando hacia
dentro”. Machado siempre experimentó la necesidad de
explicar su obra creativa: “pensaba yo que el elemento
poético no era […] sino una honda palpitación del espíritu; lo
que pone el alma, si es que lago pone, o lo que dice, si es que
algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto
del mundo. Y aun pensaba que el hombre puede sorprender
algunas palabras de un íntimo monólogo, distinguiendo la voz
viva de los ecos inertes; que puede también, mirando hacia
dentro, vislumbrar las ideas cordiales, los universales del
sentimiento”.
Hay solipsismo, el recuerdo y las emociones integradas
como un “soñar” lejanamente inspirado en Bergson (“De toda
la memoria, sólo vale/ el don preclaro de evocar los sueños”).
En este libro se utiliza todo un léxico de imágenes y símbolos
al que el escritor se mantendrá fiel durante toda su obra:
-La noria à tiempo recurrente.
-Jardín à paraíso perdido, lugar melancólico de Verlaine,
Valle o JRJ.
-Caminos à indefinible principio o fin.
-Estela de nave en el mar à existencia.
-Crepúsculo à símbolo de vejez y muerte.
5
Oreste Macrí (1989), “El intimismo de Soledades y la metamorfosis
ética del decadentismo”, Ïnsula nº 506-507
Son signos permanentes de una visión del mundo que
seguirá amplificándose y evolucionando sin dejar de
mantenerse fiel a las primeras intuiciones sobre la vida, los
seres, las cosas, los valores morales y espirituales en los que
se basa el destino humano.
La muerte y el amor son los dos grandes temas
existenciales. A
Algunas composiciones de este libro, escritas en formas
breves de folklore andaluz o versos de arte menor, ponen de
manifiesto el amor por la poesía popular, a la que
permanecerá fiel.
Expresión de modalidad estética de simbolismo tal y
como se desarrolla en otras obras contemporáneas como las
de Mallarmé, Valéry, RIlke, Ezra Pound, JRJ o, más
tardíamente, Jorge Guillén y Carles Riba.
B. El alma de Castilla
Philipps considera que supera la autosuficiencia
complaciente de la poesía intimista con Campos de Castilla
(1912, 1917), como una vuelta al “esencial castellano” tras la
pérdida de su esposa. El poeta se orienta hacia el exterior,
hacia el paisaje castellano, sobre el que proyecta su
sensibilidad yen el que ve expresada la realidad española, en
su presente y su pasado.
- Paisaje castellano à símbolos del esplendor
desaparecido, guerreros indomables y altos ideales.
- Poemas trágicos desde Baeza sobre la muerte de
Leonor y “La tierra de Alvargonzález” (ilustra la
presencia del mal tanto en el corazón del individuo
como en la Historia nacional, de la que el poeta
quiere conjurar el destino fatal).
- Machado dijo que la muerte de Leonor asfixió su
aliento poético (“se ha dormido la voz en mi
garganta”), pero su poema “A José María Palacio” lo
desmiente.
La edición definitiva de 1917 contiene otras
composiciones con una evolución manifiesta de dos maneras.
Castilla, de la que el poeta se ha alejado desde la muerte de su
mujer, se convierte para él en algo así como el centro
espiritual, utópico y mítico donde se encarnan los valores del
alma. Andalucía, observada más concretamente, provoca una
reflexión a menudo acerba o satírica sobre las mentalidades,
el retraso económico y el arcaísmo de la sociedad. Le sucede
a la visión idealizada de la G.98 una representación violenta,
brutal y crítica, más realista. A partir de ahora, el poeta
evoluciona claramente hacia actitudes políticas más radicales
y más críticas, si no revolucionarias.
C. Obra última y Machado meditativo.
Nuevas Canciones
6
(1924) indica una orientación
diferente en la que aparece la abstracción, la reflexión, el
pensamiento conceptual, triunfando sobre la emoción y la
mirada al mundo exterior. Aparece el cultivo del género
aforístico en “Proverbio y cantares” y esta meditación
filosófica se desarrollará con su heterónimo Abel Martín en el
Cancionero apócrifo, con textos en prosa y poemas en los que
los temas anteriores —amor, muerte, ausencia, alteridad—,
adquieren mayor amplitud y hondura. El problema del ser, que
6
Cernuda ha visto cierta réplica a la poesía de las nuevas promociones.
Las “Canciones del Alto Duero” recuerdan a poemillas del primer Alberti, y
alguna soleá tiene algo de eco de la moda de los haiku.
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parece acostar a A. Machado desde su lectura de Heidegger,
se le presenta sobre el telón de fondo de una conciencia
vertiginosa e intensamente poética de la nada, pero su
originalidad consiste en metaforizarla en lugar de pensarla.
Pone en marcha una poética del no-ser. A partir de ese
momento, la prosa se multiplica en una dimensión
lamentablemente poco conocida hasta ahora. En la primavera
de 1936 publica un gran libro en prosa: Juan de Mairena.
Sentencias, apuntes, donaires, notas y recuerdos de un
profesor apócrifo. Juan de Mairena es su otro heterónimo,
profesor de Abel Martín, de gimnasia y de retórica que se
interesa por todo.
La poesía entre 1936-1939 está reunida bajo el nombre
de Poesías de Guerra: 19 poemas en los que el autor, testigo
que ha tomado partido, evoca, describe o denuncia la guerra.
Este compromiso no impide que el poeta deje oír sus acentos
personales. Exalta el heroísmo de los combatientes o los jefes
militares, himnos belicosos, lamentos trágicos. Uno de los más
bellos poemas es la elegía a la muerte de Federico García
Lorca.
Antes de su muerte, había garabateado en un trozo de
papel su último verso: “Estos días azules y este sol de la
infancia”. Supo unir en su poesía la pureza de la mirada sobre
las cosas y la conciencia lúcida de los seres y los
acontecimientos.
4. UNAMUNO
Su poesía tiene una forma y técnica muy diversas de las
acostumbradas en su momento y de las que tendían a
introducirse. Para él, «Lo más grande que hay entre los
hombres es un poeta, un poeta lírico, es decir, un verdadero
poeta. Un poeta es un hombre que no guarda en su corazón
secretos para Dios y que, al cantar sus cuitas, sus temores, sus
esperanzas, sus recuerdos, los monda y limpia de toda
mentira. Sus cantos son tus cantos; son los míos». La función
poética es divina por su propia esencia.
La obra de Unamuno se inscribe de plano en un registro
poético. Expresa conjuntamente la autobiografía íntima, el
trasfondo existencial, el curso de la historia y de la intrahistoria
que se esfuerza en revelar o iluminar a través del fluir de los
acontecimientos.
Kierkegaard, al que leyó en danés, fue una de sus grandes
influencias, en la idea del abismo que deja a Dios en lejanía
apenas penetrable por la esperanza y por la cruda conciencia
del existir como base de todo pensamiento.
Como actitud poética, sentía aversión contra lo que
impidiera el libro fluir de los conceptos: musicalidad, rima,
sensualidad o exceso de imágenes le parecían orfebrería
barata.
Sus temas son España, Dios, y la inmortalidad.
R. Senabre subraya su concepto del creador padre y de las
obras como criaturas literarias, ligado al ansia de perduración
y el rechazo a la naturaleza perecedera de lo humano, lo que
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Deseo del hombre de ser inmortal: Dios es el garante de esa
inmortalidad. Angustia por no poder llegar a una fe segura, por lo que necesita
un Dios con inmortalidad palpable: necesidad de la Eucaristía y la resurrección
de Cristo. Aquí supera sus autolimitaciones de la prosa y se entrega a una
posición capaz de fe al mismo tiempo que una mayor creatividad (Riquer y
Valverde).
está en relación con que nunca autorizó ninguna antología de
su obra.
A. Primer periodo de producción poética (1899-
1923)
Poesías (1907), publicado con 43 años. Composiciones en
verso libre, “flores de otoño”, a las que se añaden diez sonetos
en que resuenan los ecos de tres profundas crisis: la crisis
religiosa de 1897, la histórica de 1898 y la rebelión del autor
tras la muerte de su hijo de seis años. Incluye la lectura de la
biblia, que plasma tanto sus atormentados estados de ánimo
como su visión de Castilla, santuario del ideal místico para
Unamuno.
Rosario de sonetos líricos (1911), contiene una
meditación cada vez más profunda y atormentada sobre la
vida, la nada, la muerte y la eternidad
7
. Este libro es también
un himno al lenguaje, “sangre del espíritu” en opinión de
Unamuno, espacio y fórmula de la encarnación de la idea. El
espíritu y la letra se confunden como el cuerpo y el alma.
Andanzas y visiones españolas(1922), reúne poemas
escritos en 1908 y 1913. Paisajes de Castilla, del País Vasco,
Galicia, diversos y distintos aspectos del Universo que son para
Unamuno reflejos rotos de la Divinidad.
Rimas de dentro (1923), escrito antes de los dos libros
precedentes. Preocupaciones que se relacionan con su arte
poético y con su visión de la Naturaleza como espejo de la
Divinidad.
El Cristo de Velázquez (1923) es una obra maestra en la
que empieza a trabajar en 1913, en endecasílabos sin rima,
que se caracteriza por la extrema fluidez del ritmo y un léxico
en que se entremezclan palabras de la vida cotidiana y el
vocabulario abstracto de la filosofía o la teología. Los símbolos
míticos se unen a la evocación plástica del Cristo agonizante,
de forma que expresa su muy personal manera de concebir la
unión de lo humano y lo inmortal.
B. Segunda etapa
Teresa (1924). Las críticas que Unamuno dirigió contra el
rey Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera lo llevaron a
ser destituido de su cátedra en 1914 y condenado al exilio,
primero en Fuerteventura y luego en París. Teresa es un himno
al amor a partir del romántico argumento de dos amantes
separados por la muerte. El amor humano se pone en paralelo
o en correlación con el místico de El Cristo de Velázquez.
De Fuerteventura a París, (1925), netamente
autobiográfico. Hay una exaltación de la libertad, protesta
contra la injusticia. Está compuesto de sonetos y contiene
también el lamento de un escritor arrancado a la tierra
protectora. Renuncia en él a algunas de sus primeras
convicciones.
8
Romancero del destierro, el título recuerda a Flores del
destierro de José Martí, de quien fue gran admirador. Son
metros variados en los que a las críticas de orden político o
social se añaden ahora las anotaciones del diario íntimo que
no dejará de escribir a lo largo de su vida, y de las que el
8
“¡Qué intensidad de emoción alcanza un sentimiento cuando se logra
encerrarlo en un cuadro rígido, en una forma fija, cuando se consigue hacer
un diamante de palabras con sus catorce facetas lisas y brillantes y sus
cortantes aristas!”.
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Cancionero, póstumo pero redactado en parte durante esos
años. Cada uno de los cantos del libro es como un fragmento
en el que se refleja la totalidad de su vida y de su pensamiento.
Está en un horizonte de muerte presentida, en el que la
evolución del lenguaje es notable en esta suma poética de
aspereza a la musicalidad, el enunciado elíptico y a los ritmos
amplios y equilibrados. El lenguaje es en él espacio y fórmula
de salvación del alma. Glosa ideas que recuerdan a las doloras
de Campoamor.
5. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Se autodenominaba “andaluz universal”, propenso a
sufrir obsesiones, depresiones, asediado por el temor a la
muerte, pero con un fértil vínculo con la realidad. Recibió el
premio Nobel de Literatura en 1956 como el reconocimiento
universal con el que siempre había soñado. Su obra son 23
títulos en 23 años, de 1900 a 1923, desde Ninfeas y Almas de
violeta hasta Belleza. Por las Antolojías, editadas por el mismo
poeta, aparecen y desaparecen poemas de las ediciones
originales, se encuentran correcciones nuevas o poemas
viejos, nacen partes de libros tal vez inexistentes en las
ediciones originales, etc.: resultado del hacer y rehacer una
obra que ha de entenderse como única a pesar de su
evolución.
Compromiso con la belleza: Su personalidad y su entrega
a la poesía despertaron sentimientos encontrados. Muchos lo
veían como un ser pagado de sí mismo y ajeno a todo lo que
no tuviera relación con su mundo. Otros intuyeron en él al
maestro que supo sentar las bases de la moderna poesía y
española. Búsqueda incansable de la belleza y la expresión de
lo absoluto a través del lenguaje. Belleza, conocimiento y
plenitud.
Él mismo ofrece una división funcional de su poesía en
tres periodos.
A. Época sensitiva (hasta 1915) o “Borradores
silvestres”
En 1900 conoció en Madrid a Rubén Darío, Villaespesa y
a los primeros bohemios, a cuya influencia es permeable.
Publicó ese año dos obras, Ninfeas, impresa en tinta verde, y
Almas de violeta, en tinta de ese color. Luego quiso olvidarlas
ambas e incluso llegó a comprar volúmenes para eliminarlas.
Contienen poemas exuberantes y lujuriosos que muestran
que ya es un mago de la palabra. Se alimenta de lecturas de
Bécquer, Rosalía de Castro, Baudelaire, Verlaine, Mallarmé,
los románticos y los simbolistas. Toda la musicalidad de
Verlaine y de Bécquer confluye en Rimas (1902), con temas
decadentes pero un lenguaje depurado de melodías más
discretas.
Arias tristes (1903): evoca siluetas femeninos en un
marco de jardines etéreos. En Jardines lejanos (1904)
resuenan Gluck, Schumann y Mendelsohn, y se pone de
manifiesto la madurez del autor.
Los temas giran en torno a la creación, lo que se esconde
más allá de las cosas (“La espiga”), la fugacidad, la propia
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Cernuda le echará en cara que no sea capaz de contemplar el amor
sino como literatura, y que cuando se le acerca al fin una mujer de carne y
hueso escribe “Qué trabajo me cuesta/ llegar, contigo, a mí”.
muerte (“El viaje definitivo”)… El proceso de simbolización
crea la intuición de las esencias eternas que lindan con el
Jiménez místico.
En Elejías puras, Elejías intermdias, Elejías lamentables,
Baladas de primavera, La soledad sonora, Poemas mágicos y
dolientes su poesía se acoge a la comunión del poeta con la
ntauraleza, desde la simple contemplación de una flor a la
ebriedad cósmica.
Regresa a Moguer después de una crisis, y de esta vuelta
son fruto los Sonetos espirituales (1917), en que las
sensaciones vivas y ardientes parecen extremarse hasta la
incandescencia. En este libro el lenguaje metamorfosea desde
la exuberancia a la desnudez. Con Estío (1916), la expresión se
realiza mediante símbolos y alegorías, mezclando la confesión
directa con la imagen hermética, la plenitud y la concisión, lo
abstracto y lo concreto.
B. Época intelectual, “poesía pura” o “poesía
esencial”.
Influjo de Mallarmé y Valéry. Comienza con Diario de un
poeta recién casado de 1917, un relato de viaje en verso y
prosa que indica una nueva orientación.
Juan Ramón Jiménez se casó con Zenobia Camprubí Aymar en Nueva
York, el 2 de marzo de 1916. La partida de Moguer, el viaje en barco, el
des- cubrimiento de Nueva York y de algunas otras ciudades de Estados
Unidos constituyen el tema del Diario. En 1948 el título se transformará
en Diario de poeta y mar. Se basa en la experiencia real y al principio
dolorosa del amor, en la aventura del viaje de ultramar, en la aguda
observación de los seres, de los sucesos y del marco en que se
desarrollan, y contiene un relato casi diario, a la vez que la toma de
conciencia metafísica del Ser, captado en el entramado de percepciones
o de sentimientos frecuentemente tumultuosos y desgarradores
9
.
Vive en Madrid entre 1916 y 1936 y funda varias revistas. Es la
época de la “poesía desnuda”, depurada, despojada de
anécdota, de emoción y de referencia que tiende a ser, al
mismo tiempo, puro objeto de lenguaje y señal de toma de
conciencia. El poema se convierte en espacio y fórmula de
advenimiento del espíritu encaminado hacia su plena
realización.
En Eternidades (1916-17), con influjos de Yeats y Verlaine, se
declara distante de su anterior poesía poblada de imágenes, y
se muestra proclive a considerar la inteligencia como su única
musa, la que le permitirá captar “el nombre exacto de las
cosas”. Esta poesía desnuda llega el éxtasis místico capaz de
anegar la conciencia individual en la Totalidad. El ideal poético
se define en la alegoría del poema “Vino, primero pura”, en
que el personaje femenino que es la poesía va despojándose
de su ropa para ofrecerse en su desnudez a la pasión del
poeta.
Dos antologías, Poesías escojidas (1917) y Segunda antolojía
poética (1922) presentan una selección de los quince
anteriores libros y son la recapitulación de lo mejor de su obra
en mitad de su vida.
En 1923 publica Poesía y Belleza, ambos con el mismo
epígrafe: “A la inmensa minoría”, palabras mal comprendidas
6. http://olasdeplatayazulblog.wordpress.com 6
en numerosas ocasiones, que explican la intención de dirigirse
a lo más elevado que cada ser lleva en sí. Concibe la poesía JRJ
como un instrumento destinado a despertar en cada persona
lo mejor de ella misma y no como un juego gratuito de la
inteligencia y la sensibilidad.
C. Época suficiente
En el otro costado (1936-1942) y Dios deseado y deseante
(1948-1949). En agosto de 1936 él y Zenobia emprendieron el
camino al exilio. JRJ siempre fue fiel a la República y, tras una
breve estancia en Nueva York como agregado cultural del
gobierno de Azaña, viven en Puerto Rico y La Habana. En 1939
regresan a EE.UU. y dan clases en distintas universidades. En
el 48 emprende una gira de conferencias en Argentina con
triunfal acogida. Ya en el 1951, vuelve a Puerto Rico.
Ahora su poesía se orienta al objeto absoluto en el que el
alma y la belleza convergen en el infinito. Quiere convertirse
en Poesía misma. En 1941 JRJ siente la necesidad de alcanzar
la unidad en su escritura, quiere entretejer su “Obra” como un
solo poema que diese cuenta del mundo y que mostrara la
vocación del autor de “ser poesía más que poeta”. En Espacio,
de 1954, se siente arrebatado por una “embriaguez
rapsódica” que le hace escribir un monólogo ininterrumpido,
desbordamiento de palabras y estados de conciencia. La frase
inicial es a la vez clave y leitmotiv de esta composición: “Los
dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo”. Todo
el conjunto se centra en las “tres normas de su vocación”: la
Mujer, la Obra, la Muerte. Su impulso místico y dionisíaco se
prolonga en Animal de fondo. Su Tercera antolojía incluye ese
libro bajo el título definitivo de Dios deseado y deseante. La
poesía es, como la religión, belleza de símbolos, no verdad.
Habla del “tercero mal” a la última etapa del viaje interior.
La Obra, ella misma divinizada, es el receptáculo de ese
culto y para el poeta es como la metáfora de la deidad, un
espacio sagrado. Unidad o Destino, JRJ había proyectado
organizar y publicar bajo cualquiera de estos dos título la
totalidad de sus libros, constantemente reelaborados,
renegados y reescritos, corregidos, rotos. Es una exigencia e
insatisfacción casi morbosa que guían la Obra multiforme.
La muerte de Zenobia tras recibir él el Nobel quebró su
salud definitivamente y murió en un sanatorio de Puerto Rico.
6. CONCLUSIONES
A. MACHADO: Jorge Guillén no dudó en 1980 en declarar que
era el poeta español más grande del siglo xx. Apenas
terminada la guerra civil, escritores tan distintos como
Dionisio Ridruejo o Blas de Otero le consideraron un modelo
de humanidad y de conciencia política. Los poetas sociales de
los años cincuenta y sesenta ensalzaron el ejemplo y el valor
de crítica social o histórica de Campos de Castilla y de los
últimos poemas. Los autores más formales o inclinados a la
introspección prefieren, en cambio, las composiciones de
Soledades, Galerías y otros poemas. De todos modos la
exaltación extrema a la figura de Antonio Machado durante
los años del franquismo ha dado paso a una visión más serena.
Octavio Paz, Francisco Rico y Francisco Umbral consideran que
la poética de Machado se inscribe más en la línea del
romanticismo o del simbolismo que en el movimiento de la
poesía moderna.
UNAMUNO: Darío dijo de él que era “sobre todo, un poeta”.
Sin embargo, solo después de 1930 empezaron a reconocer
las nuevas promociones de escritores que Unamuno no era
estrictamente un pensador, sino un poeta en toda la extensión
de la palabra, con un acento y una forma peculiares pero, por
encima de todo, un hombre sediento de eternidad
JRJ: influencia de JRJ en los poetas de los años veinte:
desde cuestiones de detalle (atención a la copla
andaluza, versos e ideas que pasan a reelaborarse en
Alberti, García Lorca, Prados, Guillén) hasta la más
general y decisiva: el ejemplo cotidiano del trabajo
poético. Alto privilegio frente a la objetividad
negativa (que es alienación o enajenación) de otros
trabajos humanos. Alta responsabilidad. ¿El poema
se basta a sí mismo sin receptores, o con unos
cuantos receptores de privilegio poseedores de
calladas bibliotecas personales?. Quienes tanto
aprendieron de JRJ acabaron alejándose de él:
- poesía «comprometida»
- quienes avanzan a posiciones más auténticas (menos
egocéntricas) de panteísmo.
(Poesía: «Creo en la realidad de la Poesía. Y la entiendo como
la eterna y fatal Belleza Contraria que tienta con su seguro
secreto a tal hombre de espíritu ardiente».
Poeta: «Creador oculto de un austro no aplaudido».
Relación: «Yo tengo escondida en mi casa, por su gusto y el
mío, a la Poesía. Y nuestra relación es la de los apasionados».)
7. BIBLIOGRAFÍA
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