La gestión por competencias se basa en los conocimientos, habilidades, actitudes, modelos mentales y valores de una persona que son evidenciables en un puesto de trabajo específico y en un contexto organizacional determinado. Una competencia implica la combinación de los recursos incorporados por una persona y los recursos de su red, lo que le permite gestionar situaciones complejas de manera pertinente. El documento también lista ejemplos de competencias clave como la visión estratégica, el liderazgo, la orientación a resultados y la resolución de problemas.