3. ¿DE DONDE VIENE?• El virus toma su nombre de la ciudad alemana de Marburgo, donde fue aislado en 1967 tras una epidemia de fiebre hemorrágica que cundió en el personal de laboratorio
encargado de cultivos celulares que había trabajado con riñones de simios verdes ugandeses (Cercopithecus aethiops) importados hacía poco, que luego resultaron estar
infectados. En total enfermaron 37 personas. 25 casos ocurrieron entre el personal del laboratorio, por contacto directo con los monos. Siete de estos murieron. Los otros
casos comprendieron dos médicos (infectados al pincharse accidentalmente con las jeringuillas que utilizaron para extraer sangre a miembros enfermos del personal del
laboratorio), una enfermera, un ayudante de autopsias y la esposa de un médico veterinario. En todos estos casos el contagio se produjo por contacto directo con una persona
infectada.
• En 1975, fue hospitalizado en Johannesburgo, Sudáfrica, un varón australiano de 20 años al regresar de un largo viaje a Zimbabue durante el cual había acampado al aire libre
en diversas ocasiones. Todas las personas que entraron en contacto con él fueron puestas en aislamiento a fin de contener la infección. Sólo enfermaron otras 2 personas: una
muchacha de 19 años que lo había acompañado en el viaje y una enfermera de 20 años que había atendido a ambos. Por desgracia, el hombre murió cuatro días después de
ingresar. Las dos mujeres recibieron un tratamiento de apoyo intensivo y sobrevivieron.
• El 8 de enero de 1980, enfermó en Kenia, Charles Monet, un francés de 56 años que, a pesar de los cuidados, falleció siete días más tarde. Monet presentó fiebre repentina,
seguida de cefalea, diarrea y vómitos. Se cree que Monet se contagió al visitar la cueva Kitum, en el Monte Elgon, frecuentada por numerosas especies de animales que podrían
ser reservorios del virus. El médico que había tratado de reanimar a Monet enfermó 9 días después, logrando sobrevivir.
• El 13 de agosto de 1987, fue hospitalizado, asimismo en Kenia, un muchacho danés de 15 años con un cuadro de cefalea, malestar general, fiebre y vómitos, de tres días de
duración. A pesar de la intensa terapia de apoyo, murió al undécimo día de enfermedad. También había visitado la cueva de Kitum.
• Entre 1998 y 2000 hubo una epidemia en la República Democrática del Congo, con 154 personas enfermas de las que murieron 128 (mortalidad del 83 %). La mayor parte de
los casos ocurrió entre obreros de la mina de oro de Durba, en el noroeste del país, y luego en la aldea vecina de Watsa. La transmisión secundaria fue escasa, aunque se
contagiaron algunos familiares que habían participado directamente en el cuidado de los pacientes. Análisis virológicos que se realizaron a continuación indicaron que se
habían introducido cepas virales de diversos tipos, pero no se identificó la fuente.
• Entre 2004-2005 se dio en Angola el que acabaría siendo el mayor brote de fiebre hemorrágica de Marburgo de la historia. Se originó en la provincia de Uige en octubre de
2004. Tras identificarse el último caso confirmado en laboratorio, en julio de 2005, el Ministerio de Salud había notificado en total 374 casos, incluidas 329 defunciones (tasa
de mortalidad del 88%) en todo el país. 368 casos (incluidas 323 muertes) se notificaron en la provincia de Uige. Todos los casos localizados en otras provincias fueron
relacionados directamente con este brote.
• Entre junio y agosto de 2007 se confirmaron en Uganda tres casos entre mineros de Kamwenge, en el oeste del país. Dos de los mineros desarrollaron la enfermedad tras
atender a su compañero, y uno de ellos falleció.
• En julio de 2008, una turista holandesa desarrolló la enfermedad cuatro días después de volver a los Países Bajos tras tres semanas de vacaciones en Uganda. No se pudo
confirmar la fuente de exposición, pero se sabe que la mujer había visitado varias cuevas habitadas por murciélagos.
• Se cree que la fiebre de Marburgo puede ser una zoonosis, pero por el momento todavía no ha sido identificado el depósito del virus, a pesar de que se han tomado en
consideración muchas especies animales. Se cree que el virus de Marburgo puede ser endémico en muchas áreas del África Central. Se discute todavía la cuestión de si los
filovirus pueden ser responsables de infecciones subclínicas.
4. LA EPIDEMIA EN ANGOLA
En 2004, estalló en Angola una nueva epidemia de fiebre hemorrágica de Marburgo. El
brote se originó en la provincia de Uige y los informes finales refirieron 374 casos con
329 decesos. En Italia, esta epidemia causó ruido por la muerte de la pediatra Maria
Bonino, trabajadora del hospital de Uige, muerta a los 51 años de edad.
El personal enviado por la Organización Mundial de la Salud fue retirado luego de los
actos de violencia a los que había sido sometido por parte de los habitantes del lugar,
frustrados por la poca eficacia de las curas y la preocupación por la enfermedad. La
principal línea de actuación fue un programa de prevención en las poblaciones locales.
En particular los esfuerzos se encaminaron a ofrecer un equipo de protección adecuado
a los familiares de los enfermos y al personal sanitario local y a instruir a éste último
sobre la utilización de métodos que permitieran reducir el riesgo de infección en las
prácticas quirúrgicas y de laboratorio cotidianas. Con este fin se movilizaron el
gobernador de la provincia y los operadores sanitarios locales, que acudieron
personalmente a visitar las comunidades afectadas por la epidemia. En la campaña de
sensibilización ayudaron también los jefes religiosos.
Los efectos de esta labor de sensibilización se hicieron evidentes cuando los habitantes
empezaron a señalar a los muertos y los casos de enfermedad sospechosos. Esto
favoreció que los grupos de salud pudieran volver a realizar su trabajo.
El personal de la OMS colaboró, además, activamente con el equipo de Médicos Sin
Fronteras, que aprestó, cerca de Uige, un centro de aislamiento donde internar a los
5. ESTRUCTURA DEL VIRUS
El virus de Marburgo presenta la estructura clásica de los filovirus. El virión presenta una morfología irregular (pleomórfica), pues tiene forma de bastoncillo de longitud
variable entre los 800 y los 1400 nm y con un diámetro de alrededor de 80 nm. En ocasiones pueden también tener forma circular, de U o de 6.
La nucleocápside presenta, en su interior, una molécula de ARN de polaridad negativa, y la envoltura viral tiene una simetría helicoidal. El todo está cubierto por una
envoltura lipídica que proviene de la membrana de la célula hospedadora, de la cual salen proyecciones (peplómeros) de alrededor de 7 nm entre las que media un espacio
de 10 nm. Dichas proyecciones tienen forma globular y están formadas de homotrímeros de la glicoproteína de superficie.
El genoma del virus es de alrededor de 19 Kb y parece contener el código de 7 productos; el genoma presenta una disposición lineal de los genes con una zona de
superposición. La estructura del genoma es la siguiente:
• Región 3’ no traducida
• Nucleoproteína (NP)
• VP35
• VP40
• Glicoproteína
• VP30
• VP24
• Proteína L (una ARN polimerasa ARN dependiente)
• Región 5’ no traducida
• El área de superposición se sitúa entre los genes VP30 y VP24 (en el genoma del virus Ébola hay 3 áreas de superposición).
• La nucleoproteína tiene un peso molecular de 95 KDa y está inserta en el virión de forma fosforilada. Parece poder pegarse al ARN y ser el componente más importante
del complejo riboprotéico que forma de la envoltura nuclear.
• La glicoproteína de superficie contiene un dominio hidrofóbico C-terminal que le permite engancharse a la membrana. Ésta contiene N-glicanos y O-glicanos que
constituyen más del 50% del peso de la proteína. Las áreas N- y C- terminales son altamente conservadas y ricas en residuos de cistina, mientras que la parte central es
hidrofílica y contiene los sitios de enganche de los glicanos. La glicoproteína media la adhesión con el receptor de la célula hospedadora y la sucesiva fusión entre las
membranas lipídicas, permitiendo el fenómeno de la infección.
• Se cree que la proteína es una ARN polimerasa ARN dependiente y, en efecto, presenta áreas de homología con otras ARN polimerasas de virus de ARN, situadas sobre
todo a la mitad de la N-terminal.
6. Anatomía patológica
Es común la presencia de necrosis focales de hígado, nódulos linfáticos, testículos, ovarios, pulmones, riñones y órganos linfoides.
En el hígado se localizan cuerpos eosinófilos (similares a los cuerpos de Councilman) y en el pulmón se notan indicios de pulmonitis intersticial y de
endoarteritis de las arterias pequeñas.
La necrosis focal de los órganos linfoides es bastante característica, mientras que la necrosis tubular renal ocurre sobre todo en las últimas fases de
enfermedad.
En el sistema nervioso hay infartos hemorrágicos múltiples y proliferación de las células de la glía.
En los vasos sanguíneos se han encontrado depósitos de fibrina; sin embargo, no está claro si puede haber una coagulación intravasal diseminada,
pues no siempre hay signos de laboratorio en ese sentido. Se han localizado antígenos antivirales en varios órganos, sobre todo en el hígado, en los
riñones, en el bazo y en las hipófisis. En los supervivientes, además, el virus ha sido aislado en la cámara anterior del ojo (hasta 4-5 semanas después
de la enfermedad) y en el líquido seminal (hasta la duodécima semana).
Patogénesis
Por el momento no están claros los fenómenos fisiopatológicos. La controversia en torno a la presencia de un estado de coagulación intravasal sugiere
que pueden estar activos también mediadores específicos. Por el momento no han sido identificados y no dejan de ser meras hipótesis: la participación
de los macrófagos mediante la producción de proteasas, H2O2 y citocinas varias (tipo TNF-α). En efecto, el uso de un sobrenadante, obtenido de
cultivos in vitro de monocitos/macrófagos incubados con filovirus, sobre células endoteliales ha determinado un aumento de su permeabilidad. El
sobrenadante en cuestión ha resultado rico en TNF-α. Se supone, pues, que los fenómenos hemorrágicos se deban al daño de las células endoteliales
causado, ya sea por la replicación directa del virus, o por la coparticipación de mediadores producidos por células activadas.
Se han observado también anormalidades plaquetarias y de los granulocitos. Pueden aparecer también linfocitos atípicos y neutrófilos con la
anormalidad de Pelger-Huet.
Modalidades de contagio
La transmisión interhumana es la principal forma de contagio de la gente. Esto ocurre al entrar en contacto cercano con el enfermo. En particular, el
7. Diagnóstico
El diagnóstico se basa esencialmente en el decurso clínico
y en los datos epidemiológicos. Un diagnóstico específico
se basa en el aislamiento del virus o bien en la evidencia
de la respuesta inmunitaria y en la presencia de material
genómico viral. Para probar la presencia de anticuerpos
(IgM y IgG) se recurre a un ensayo de inmunofluorescencia
indirecta, al uso de la prueba Western blot o de la prueba
ELISA. Para distinguir el genoma o los antígenos virales se
utiliza la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la
inmunofluorescencia, la histoquímica o la prueba ELISA.[2]
Terapia
No existe terapia específica. Aunque en la actualidad no
existen vacunas o terapias contra los virus del Ébola o
Marburgo aprobadas para uso humano, algunos
investigadores han conseguido desarrollar vacunas contra
ambos patógenos basadas en una forma recombinante del
virus de la estomatitis vesicular que produce los virus del
Ébola y Marburgo en la superficie de la proteína, y
descubrieron que una sola inyección de cualquiera de
ambas vacunas en macacos producía respuestas inmunes
protectoras cuando el virus correspondiente se introdujo
en estos animales.
Hay que recurrir a una terapia de apoyo para controlar el
volumen hemático, el balance electrolítico y monitorizar
atentamente la presencia de infecciones secundarias. Sólo
en caso de que se note un estado de coagulación
intravasal diseminada, se puede recurrir a la heparina. Se
han propuesto terapias a base de suero obtenido de
sujetos curados o con interferón, pero actualmente faltan
pruebas de apoyo. La ribavirina no ha podido reducir, en
experimentos in vitro, la replicación del virus de
Marburgo.[1]
Es importante el aislamiento del paciente y el uso de
dispositivos de protección para el personal médico y
enfermeril. Actualmente se realizan estudios para poder
crear una vacuna específica.[3]