El documento discute la "germanización" de la economía española. Señala que España está adoptando políticas económicas similares a las de Alemania, como reformas estructurales, recortes salariales y un enfoque en la competitividad y las exportaciones. Esto ha llevado a una mejora en la productividad de España y una economía más orientada a la exportación. Sin embargo, el documento también advierte que España debe continuar con las políticas de austeridad y reformas para mantener esta trayectoria.
1. La germanización de España.
Manfred Nolte
Germanizar no es sino dar carácter germánico a un proyecto, incluso a un modo
de hacer política, inclinándose por las prácticas y estilos germánicos. Y si hay
algo que referencia al talante teutón es sin duda alguna la huida del parcheo y la
improvisación, la búsqueda del método que perdure sustentado en el pedestal
ideológico del orden, la ‘Ordnung’ transversal a todo el quehacer de la persona y
sus agregados institucionales, simple, contundente, inflexible, ubicua y
multidimensional. La verdadera leyenda fundacional del ‘Ordoliberalismo’
practicado por el gigante central.
En Setiembre de 2012, con motivo de un alto encuentro empresarial entre
España y Alemania, el ministro Guindos aseguraba que nuestro país estaba
llevando a cabo entonces lo que la locomotora europea acometió diez años atrás
al adoptar complejas decisiones en políticas de oferta –reformas estructuralescon el ánimo de impulsar su competitividad y poner en orden sus finanzas
públicas. Confiaba el ministro español que lo que le salió bien a la República
Federal también debería salirle bien a nuestro país, una mera aplicación del
principio de la transitividad. No era solo cuestión de caerle bien a Merkel y a los
influyentes visitantes, dado que Alemania es el principal origen de las
importaciones domésticas, el segundo emisor de turistas, y el segundo
comprador de nuestros productos. La declaración de Luis de Guindos llevaba el
marchamo del convencimiento de que la senda alemana era la única que
conducía –no sin zozobras- a las puertas de la recuperación.
Aunque Alemania se encuentra en el epicentro de la impopularidad por el
posicionamiento inflexible mostrado ante sus enunciados básicos de política
económica, su enfoque ha prevalecido sobre el resto de Europa, hasta el punto
de constituirse en palabras de Ulrich Beck en ‘el arquitecto de la construcción de
la nueva Europa alemana’, expresión a la que sin duda habría que despojar de
cualquier tinte imperialista –‘Realpolitik’- y situarlo en el mero, pero
trascendental, plano del liderazgo político, según subraya hasta la extenuación
el filosofo Jürgen Habermas.
La polémica en torno a las políticas de estímulo y aquellas otras de austeridad
2. no encuentra conciliación posible y sin duda vivimos en el presente momento
una vuelta a la tolerancia, marcada por el aparcamiento provisional del ‘orden’
válido a largo plazo y por la atención a lo inmediato y urgente, mitigando los
padecimientos de una ciudadanía ahogada entre los estragos de un modelo de
Unión Europea que requería ingentes dosis de disciplina, que no fue entendido
cabalmente por nadie y que hemos tardado una década en reconocer.
Ahora, en un informe del 18 de Octubre pasado titulado ‘Intercambio de
modelos económicos en Europa’,(‘Swapping growth models in Europe’) el
servicio de estudios del Deutsche Bank cree que el modelo económico español se
está ‘germanizando’. De hecho, el análisis se amplía con unas conclusiones
sorprendentes: Alemania se está ‘afrancesando’ en el sentido de que el gasto en
consumo está jugando un mayor papel en la dinámica de su crecimiento al
tiempo que se ha ralentizado la restricción de los costes laborales unitarios.
España se ‘germaniza’, convirtiéndose exitosamente –a fuerza de necesidad- en
un ejemplo de crecimiento austero, con costes laborales unitarios decrecientes,
centrado en restablecer la competitividad y rentabilidad de las Empresas
mejorando sus posiciones de endeudamiento neto, y un rol más destacado de las
exportaciones en la dinámica de su crecimiento. Por su parte Francia se
‘españoliza’ respondiendo a la política monetaria del Banco Central Europeo
acumulando deuda corporativa en un intento de compensar el deterioro de la
rentabilidad empresarial.
El calificativo ‘germanizado’ puede resultar un tanto forzado, pero no es malo
que contribuya a mejorar la imagen de marca del País en los mercados
internacionales, desmarcándola
de los habituales –peyorativos- clichés
periféricos.
Los expertos no escatiman elogios al constatar determinados aspectos de
nuestra trayectoria económica. Se califican de ‘impresionantes’ las mejoras de
productividad, recuperando en los cuatro últimos años el bache acumulado con
Francia y Alemania entre 1998 y 2008, consecuencia de la caída de la cuota de
los salarios en el valor añadido de las corporaciones(-6,6% entre 2007 y 2012),
lo que ha conducido a una economía orientada a la exportación al estilo de la
alemana. Aunque todavía hay una brecha muy significativa, la participación de
las exportaciones en el PIB en España converge hacia Alemania (52 % a finales
de 2012), más rápido que en Francia e Italia. Las exportaciones españolas han
crecido desde el 8% del PIB en 1962 hasta el 33% en 2013. Estos niveles
históricos son superiores a los de países como EEUU (13%), Francia (27%) o
Italia (30%). Otro capítulo de admiración recoge el informe al constatar el
restablecimiento de los niveles de fondos internos de las corporaciones
españolas
(Capex)
disponibles
para
continuar
la
senda
del
desapalancamiento(199% del PIB a comienzos de 2009 frente al 178% a finales
de 2012). El informe concluye con la necesidad de que España persista en la
senda de la austeridad salarial y optimice su más clara ventaja competitiva: el
bajo nivel absoluto de sus costes laborales en relación a los europeos que
propicie una pujante actividad exportadora.
Lo anterior reafirma la absoluta necesidad de que España prosiga de forma
realista con las políticas de austeridad y reformas emprendidas. Es cierto que
precisamos la ayuda de otros, y no es la menor la del Banco Central Europeo que
3. está suponiendo una boya de sujeción inconmovible para nuestra estabilidad
financiera. La austeridad es depresiva por naturaleza pero la mejora en la oferta
de hoy –energía, trabajo, capitales, educación, servicios de la administración-es
un mejor y más competitivo producto o servicio de mañana.
No repetiremos el tópico de que hemos salido de la recesión pero no hemos
abandonado la crisis. Aunque el desempleo amenaza con eclipsar el paisaje
económico, los datos macro invitan a la esperanza y a perseverar en los notables
esfuerzos acometidos.