Estructura y elaboración de un presupuesto financiero
(331)long delator traidor o heroe
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DELATOR:¿TRAIDOR O HEROE?
Manfred Nolte
Una de las dimensiones del sentimiento acusador del ser humano se halla en el
concepto de delación. Ya desde la época colegial el profesor alecciona al cobista
para que apunte en la pizarra durante su ausencia los nombres de aquellos en
los que observe un comportamiento inadecuado. Puede advertirse aquí la
primera y vital diferencia: en la pizarra figuraría el que habló con su compañero
de pupitre, y adicionalmente, aquel a quien el pelota se la tenía jurada aunque
se estuviese quieto como una estatua. Motivaciones bien distintas, a lo que
añadiremos que el chivato puede actuar de oficio sin profesor o maestro que se
lo encomiende.
Metidos en la harina de la economía y en lo que nos compete y que estará en la
memoria de todos Vds. han sido delatores famosos personajes como Edward
Snowden, consultor tecnológico estadounidense antiguo empleado de la CIA y
de la NSA (Agencia de Seguridad nacional), que filtró en 2013 documentos
clasificados como alto secreto sobre varios programas de la NSA incluyendo un
programa clandestino de vigilancia electrónica (PRISM) operado por la (NSA)
para la recogida masiva de comunicaciones procedentes de al menos nueve
grandes compañías estadounidenses de Internet. Exilado en Rusia, Snowden
afronta ahora cargos del gobierno de EEUU por robo de propiedad pública y
divulgación no autorizada de material de defensa e inteligencia. Aunque el 30 de
octubre de 2015 el Parlamento Europeo celebró una votación en la que absolvió
a Edward Snowden de todos los cargos en los diferentes países de la Unión
Europea, la medida es meramente testimonial.
Julian Assange es el siguiente nombre en la lista. Autor y actor de los
‘Wikileaks’, cinco años desde la publicación de ‘Los Papeles del Departamento
de Estado’, la mayor filtración de la historia acerca de los secretos de la política
exterior de EE UU, Assange está en fuga y cobijo diplomático de la Embajada de
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Ecuador en Londres .
También Hervé Falciani ingeniero de sistemas italo-francés que sustrajo de la
filial suiza del banco HSBC información de las cuentas de más de 130.000
clientes que podrían tener fondos de dudosa honorabilidad. Hervé Falciani
domiciliado en la actualidad en Francia ha sido condenado a cinco años de
prisión por espionaje económico por el Tribunal Federal de lo Penal de la ciudad
helvética de Bellinzona.
Mas recientemente, los nombres de Antoine Deltour y Raphaël Halet, asociados
al escandalo ‘Luxleaks’. Las filtraciones de estos dos extrabajadores de la
consultora PWC destaparon un entramado de favores fiscales en Luxemburgo
con más de 350 empresas multinacionales. En ausencia de una cobertura
jurídica de protección, Luxemburgo dictó sentencia declarando a ambos
empleados culpables de robar documentos, revelando secretos empresariales y
de violación de secretos comerciales. Deltour fue condenado a 12 meses de
prisión y una multa de 1.500 euros. Halet sufrió una condena de 9 meses y
1.000 euros de multa. Édouard Perrin, el reportero de la televisión pública
France 2 que destapó los documentos, fue absuelto de todos los cargos.
¿Y qué dicen de los Papeles de Panamá? Todo indica que los delatores de la
mayor redada moral de la historia en lo que se refiere a la constitución de
sociedades fantasma dirigidas por testaferros panameños fue fruto de un hackeo
informático de los archivos del bufete Mossack Fonseca. Nada menos que 11,5
millones de documentos. Los delatores, de ser capturados y juzgados según la
ley panameña, sufrirían penas de cárcel dado el carácter penal de las conductas
atribuidas.
Dicho lo cual, ¿son los delatores simples soplones delincuentes quebrantadores
de sus obligaciones de confidencialidad, o héroes sin cobertura legal y expuestos
a que el presidio sea el único premio a su conducta ejemplar? La respuesta la
hallamos en el eslogan de la Organización ‘Transparencia Internacional’ que
promueve la protección jurídica de los delatores. ‘Proteger a los que protegen el
bien común: la dimensión del interés público’.
Ese es el gozne que divide a los pícaros, ladrones, revanchistas u oportunistas de
los ciudadanos de primerísima categoría. El Iscariote que delata y entrega a
Jesús de Nazaret no pensaba más que en sus 30 piezas de plata, que a la postre
fueron el precio de ‘sangre inocente’. En el plano ético, es necesario que quien
airea desatinos económicos significativos, conductas corruptas o hechos
criminales se inspire, sobre todas las cosas, en el bien común al margen del suyo
personal. Además, en derecho, ningún contrato o conducta puede considerarse
justificada si sirve para llevar a cabo una acción ilegal o está pensada para
avanzar en un propósito ilegal. Esta es la base que sustenta jurídicamente la
delación a pesar de que genere un quebrantamiento del principio de
confidencialidad.
Es por ello que los ordenamientos jurídicos deben dar cobertura a estas
conductas altruistas. Países como Reino Unido, Canadá o Estados Unidos están
a la cabeza de la protección del delator de forma reglada. Aquellos delatores
tipificados en la ley no solamente ven protegidos sus intereses contra cualquier
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forma de represalia sino que, dando un paso más, pueden ser objeto de una
gratificación pecuniaria.
Recientemente la Comisión de mercados y Valores de los Estados Unidos (SEC)
ha propiciado una respuesta ejemplar por parte de uno de los delatores
favorecidos por una de las referidas gratificaciones regladas. Es la historia de
Eric Ben Artzi. Gracias a la información proporcionada por Eric Ben-Artzi,
exanalista de riesgos del Deutsche en Estados Unidos y otros dos colegas más, la
SEC multó el pasado año a Deutsche Bank con 55 millones de dólares por
falsear sus cuentas al valorar de forma incorrecta su exposición a productos
derivados, hecho que bajo determinadas circunstancias adversas hubiera podido
conducir a la quiebra del coloso alemán. La SEC premió a Ben Artzi con 16,5
millones de dólares, pero el analista ha renunciado a la recompensa, como
protesta y para dejar en evidencia que la multa no debió ser impuesta al banco y
por tanto a sus accionistas, sino directamente a los directivos implicados en el
fraude. No queda resquicio de duda de que el amigo Artzi ha buscado preservar
valores morales superiores a los personales incluso con la renuncia a una
prebenda regulada por la ley.
Una pincelada brevísima acerca de la situación de la normativa española de
protección al delator. A pesar de las reiteradas recomendaciones de la OCDE
España no ha dado pasos apreciables de homologación en esta materia, cuando
por otra parte todos los residentes están obligados a reportar a las autoridades
cualquier actividad criminal. La única provisión vagamente relacionada con la
delación se refiere a la denuncia anónima sobre conductas irregulares de
funcionarios públicos y miembros del Gobierno así como la protección policial
de testigos en los procesos judiciales.
Promover la delación ordenada y reglada junto a otras formas de colaboración
ciudadana forma parte, así nos lo parece, de una interpretación obvia de la
participación democrática.