2. HISTORIA Nesparehan, sacerdote de Amún de la XXI dinastía en el antiguo Egipto, presentaba características típicas del mal de Pott, con prolapso vertebral torácico que producía cifosis angular y un absceso del psoas muy largo que drenaba hacia la fosa ilíaca derecha.
3. Este hallazgo publicado por Ruffer en 1910 se ha convertido en el primer caso histórico confirmado de tuberculosis espinal complicada con un absceso del psoas.
4. La primera descripción médica del absceso del Psoas la realizó Abeille en 1854, con 8 pacientes que mostraron abscesos piógenos, posteriormente lo hizo Mynter, en 1881, bajo de la denominación de “psoítis aguda”.
5. Reginal Fitz, en 1886, reportó el primer absceso cuyo origen fue una apendicitis. Rogers, en 1911, informó 7 casos atribuidos a infección de los gánglios retroperitoneales; y Berhman, en 1930 presentó 4 casos cuyo enfoque inicial fue errado al considerar como patología causal la apendicitis aguda, la artritis séptica de cadera y el mal de Pott.
6. Zadek, en 1950, tras evaluar 7 casos de esta enfermedad postuló su origen a partir de un hematoma sobreinfectado localizado dentro de la vaina del Psoas. Lam y Hodgson, en 1966, presentaron el análisis de 24 casos de un absceso piógeno obtenidos en un período de 4 años.
7. Desde la década de los 90 ha habido un aumento en la incidencia del absceso del Psoas, que guarda estrecha relación, con el uso generalizado de técnicas radiológicas no disponibles anteriormente, y que permiten determinar su presencia cada vez con mayor frecuencia.
8. ANATOMÍA El músculo Psoas, de forma alargada y fusiforme se encuentra retroperitoneal, se origina en los bordes laterales de la 12ª costilla y los bordes laterales vertebrales de T12, así como de los cuerpos vertebrales de L1 a L5, para insertarse en el trocánter menor del fémur al conformar un tendón común con el músculo ilíaco.
9. Es inervado por las raíces de L2, L3 y L4 antes de la formación del nervio femoral. Su actividad determina la flexión y rotación lateral del fémur. El espacio retroperitoneal es dividido en anterior y posterior por la fascia de los músculos Psoas ilíaco y cuadrado lumbar.
10. El espacio retroperitoneal anterior (prerrenal o prefascial) suele ser asiento de colecciones secundarias a fuentes adyacentes: Riñón (absceso perinefrítico), colon ascendente (absceso apendicular) y descendente, asa duodenal y páncreas, y gánglios linfáticos; en donde es habitual encontrar E. coli como agente causal.
11. En el área retrofascial, la fascia presenta ciertas prolongaciones que delimitan 3 espacios independientes, que pueden ser base de abscesos piógenos principalmente, o con menos frecuencia de origen tuberculoso.
12. Una vez se presenta la colección de tipo piógeno esta puede permanecer localizada y progresar a la curación, o extenderse hacia áreas anatómicas débiles, y terminar drenando hacia el exterior.
13. CLASIFICACIÓN La clasificación actual del absceso del Psoas es la propuesta por Gordin, la cual los subdivide en: Primarios: En los que no se puede determinar foco infeccioso alguno. Secundarios: En los que se evidencia un foco infeccioso contiguo o a distancia.
14. El origen de los abscesos del Psoas primarios sigue siendo un enigma, se ha propuesto la diseminación linfática o hematógena desde un sitio oculto asociado o no con un traumatismo u otro factor de isquemia muscular que favorezca la siembra en el músculo.
15. Para la variedad secundaria, los principales focos de infección son el óseo (espondilodiscitis), el genitourinario (pielonefritis) y el gastrointestinal, en donde cobra gran importancia la enfermedad de Crohn, la apendicitis aguda y las neoplasias colónicas. Se considera que sólo en un 20% de los casos se identifica el factor causal.
16. EPIDEMIOLOGÍA Actualmente se reconoce una distribución global para los primarios del 30 al 45%, y para los secundarios del 55 al 70% de los casos; confirmando el predominio de estos últimos. Afecta al sexo masculino en el 75% de los casos.
17. Por lo general el absceso primario ocurre en menores de 30 años y se asocia con S. aureus en el 85-90% de los casos, mientras que el 80% de los secundarios se origina a partir del tracto gastrointestinal, en donde hasta en un 60% surgen como complicación de la enfermedad de Crohn.
18. Otras causas que le siguen de lejos son apendicitis (16%), desórdenes del colon (11%), infecciones de discos intervertebrales y osteomielitis (10%), pionefrosis, infecciones perirrenales, tuberculosis y complicaciones postquirúrgicas.
19. En las infecciones entéricas, aunque se demuestra una gran variedad de organismos causales, es la E. coli el agente más frecuente aislado. De forma individual se considera la osteomielitis vertebral lumbar como la fuente más importante de diseminación del M. tuberculosis para causar abscesos secundarios.
20. En la última década los abscesos primarios se han incrementado en pacientes con enfermedades crónicas debilitantes, inmunodeficiencias, ancianos, usuarios de drogas endovenosas y pacientes infectados con el VIH. De los cuales el 80% de los casos son asociados con el S. aureus.