La crisis hipertensiva se define como una presión arterial mayor a 180/110 mmHg. Representa alrededor del 0.2% de las atenciones en emergencia. Los principales factores de riesgo son la falta de adherencia al tratamiento, la obesidad y las enfermedades coronarias. La urgencia hipertensiva se trata en el consultorio externo, mientras que la emergencia hipertensiva se caracteriza por daño a órganos blancos y requiere un tratamiento focalizado al órgano afectado.