El documento presenta pautas para el proceso educativo, destacando la importancia de establecer objetivos claros y consignas adecuadas. Explica que las consignas deben ser claras, concisas y consistentes, y que es necesario definir criterios de evaluación. También enfatiza la necesidad de considerar diferentes estilos de aprendizaje de los estudiantes al diseñar actividades, y de crear desafíos motivadores que se ajusten a los recursos de cada uno.
1. NEUROSUGERENCIA 4:
Proceso educativo – Consignas adecuadas
Continuando con las pautas que nos servirán de guía para cada clase y nos
ayudarán a lograr que el ambiente áulico o de exposición sea resonante,
haremos hincapié en el planteo de Objetivos y de las Consignas.
OBJETIVOS CLAROS
Los objetivos expresan lo que esperamos que los aprendientes hayan logrado
al finalizar el tiempo establecido. No pueden plantearse consignas
adecuadas sin antes haberse establecido objetivos claros.
Los elementos que incluyen los objetivos son:
Para establecer objetivos claros (y por consiguiente consignas adecuadas) es
necesario definir qué criterios se van a utilizar para la evaluación de los
objetivos.
Imagínate, por ejemplo, que les pides a tus estudiantes redactar una
“composición tradicional” sobre un tema específico. ¿Qué criterios tiene
en cuenta para evaluarla?:
¿Considera el contenido? ¿La ortografía? ¿La presentación? ¿El registro? ¿La
creatividad? ¿El esfuerzo? ¿La puntualidad de entrega? ¿La investigación
2. realizada? ¿La organización? ¿La capacidad de síntesis?... y podríamos continuar.
Ahora, me pregunto, cuando “calificamos una evaluación o exposición” ¿tenemos
realmente en claro qué criterios aplicamos para hacerlo? ¿Saben los estudiantes
porqué obtienen esa calificación?
Es fundamental, que antes de dar un trabajo práctico, cuando demos la
consigna, aclarar qué se va a evaluar de acuerdo a los objetivos.
CONSIGNAS ADECUADAS
Una herramienta mental nos ayuda a memorizar algo significativamente.
En este caso, la herramienta mental que emplearemos para recordar las
características de una consigna adecuada es una fórmula.
Tenemos muchas más posibilidades de que los cerebros de nuestros estudiantes
interpreten una consigna por vez, que si les damos varias juntas.
Lo que implica:
3. -CLARA: utilizar vocabulario conocido por el alumno.
-CONCISA: ser breve, decir sólo lo que es absolutamente necesario para su
comprensión, pero cuidando de no dejar nada sujeto a la libre interpretación del
alumno.
-CONSISTENTE: evitar la ambigüedad. Muchas veces caemos en la
ambigüedad, sobre todo porque no direccionalizamos con claridad. Un
ejemplo ilustrativo de este caso es cuando utilizamos términos como “derecha” o
“izquierda”. Si decimos por ejemplo “en la columna derecha del pizarrón”, la
derecha va a depender si estoy en el frente mirando hacia la clase o si sentado
mirando el pizarrón.
No importa cuántas veces los estudiantes hayan realizado una tarea parecida, en
una instancia de evaluación o si es la primera vez que realizan una actividad, es
fundamental que le brindemos ejemplos para que se sientan seguros y no
caigan en una reacción emocional como la “inhibición de acción”, tan
común cuando el cerebro se siente amenazado. Si esto ocurre, los estudiantes
dirán “mi mente se puso en blanco”
4. NEUROSUGERENCIA 5:
Proceso educativo – Actividades para todos los estilos de
aprendizaje
No nos deberíamos preguntar Cuán inteligentes, sino Cómo son inteligentes
nuestros estudiantes.
SER INTELIGENTE SIGNIFICA TENER RESPONS-HABILIDAD o la
habilidad para responder a distintos desafíos de acuerdo con nuestros
únicos e irrepetibles estilos de aprendizaje.
La siguiente imagen muestra el boletín de Albert Einstein
5. Su nota más alta es un 6.
La pregunta que sigue es ¿Por qué algunos estudiantes no aprenden?
Considero que una de las mejores respuestas a esta pregunta es la cita de la Dra.
Rita Dunn, mencionada anteriormente.
6. Cada persona se caracteriza por su capacidad para percibir e interpretar la
realidad, adquirir y procesar la información, pensar, hablar, actuar. En el ámbito
educativo se concreta en los diferentes Estilos de Aprendizaje.
Los Estilos de Aprendizaje se presentan en combinaciones únicas en cada
uno de nosotros, lo que hace que todos respondamos a los desafíos de una
forma particular.
Si no logramos ofrecer actividades para apelar a todos los estilos de
aprendizaje, estaremos discriminando a muchos cerebros que no
“encajan” con la forma en que estamos enseñando.
El conjunto de los estilos de aprendizajes individuales tiene muchos
componentes, tanto innatos como adquiridos y entre otros elementos
podríamos mencionar una combinación única de inteligencias múltiples,
canales de representación sensorial preferidos y estilos cognitivos.
Para aprender se necesita repetir, de lo contrario, se formarán redes
neuronales débiles que no se consolidarán, y por ende, no habrá aprendizaje.
Para llegar a los distintos Estilos de Aprendizaje, la repetición debe ser
con novedad. Para ello, debemos apelar a las inteligencias múltiples, a
todos los canales de representación sensorial y a lo que les gusta a
ambos hemisferios.
Doy un ejemplo de cómo podemos apelar a los distintos estilos de aprendizaje
en una actividad:
7. Esta imagen presenta “los signos de puntuación”, un tema clásico de la materia
Lengua o Lingüística. Vemos en ella que se apela a lo verbal y lo no verbal ya
que, con la prosodia, lo paralingüístico y lo visual se transmite información de
los contenidos a enseñar.
DESAFÍOS MOTIVADORES Y SIGNIFICATIVOS
El estrés es, en realidad, un concepto neutro que se puede definir “como el
resultante entre las variables de recursos y desafíos”.
Si los desafíos que se les presentan a los estudiantes son muy superiores o
son demasiados para los recursos con los que cuentan o para los que ellos
perciben para satisfacerlos, seguramente se sentirán ansiosos e inseguros y
experimentarán lo que denominamos “distrés”.
Cabe resaltar que cuando hablamos de recursos, no nos referimos solamente a
recursos internos (como la experiencia, las habilidades y capacidades, el
conocimiento, la organización, la creatividad, etc.) sino que también nos
8. referimos a los recursos externos, que muchas veces los mismos educadores
tenemos que proveer, tales como información, tiempo, espacios apropiados, e
incluso, un buen equipo de trabajo.
Si, en cambio, los recursos percibidos son superiores al nivel de los
desafíos propuestos por el educador, se caerá en la apatía y en el
aburrimiento, en detrimento de la motivación. Por tal motivo, una vez que se
generó un ambiente resonante, el desafío más relevante para un capacitador
es crear, precisamente, desafíos adecuados, lo que implica que éstos puedan
atraer a todos los cerebros.
Si somos educadores o líderes resonantes, aquellas personas a las que
lideramos sentirán eustrés: la clase de estrés necesaria y favorable para sentirse
entusiasmados, motivados, comprometidos y creativos.
Cada cerebro es único, por eso los desafíos que les brindamos a nuestros
estudiantes deben ser variados y apelar a distintos estilos de aprendizaje.
9. Si bien sería prácticamente imposible presentar temas, actividades y evaluaciones
para cada estilo de aprendizaje individual, lo que es fundamental hacer para
favorecer un aprendizaje real y duradero es REPETIR CON NOVEDAD.
Cuando el desafío ofrecido “encaja” con el estilo de aprendizaje del
alumno, dicho desafío le llama la atención y se produce una conducta de
acercamiento.
El segundo paso es el momento cuando el alumno pone en acción varias
funciones ejecutivas y comienza a interpretar, asociar y a descubrir. Son los
momentos “¡Eureka!” “¡Aha!”, tan placenteros para los cerebros. Cuando se
logra la resolución del desafío, se siente placer y satisfacción.
Este circuito es lo que llamamos “sistema de recompensa cerebral” y de su
activación depende que el alumno esté motivado y se sienta “feliz de aprender”.
CIERRE Y RECREO MENTAL
Muy bien, es momento de hacer un recreo mental para continuar aprendiendo.
No olvides hacer una reflexión sobre los temas tratados. ¡Adelante!