La educación en la Alta Edad Media experimentó un declive cultural tras la caída del Imperio Romano. Se desarrolló una escuela cristiana que enseñaba principalmente textos religiosos. Con el tiempo surgieron las primeras universidades, como resultado de la aparición de maestros independientes y clérigos vagantes que enseñaban en distintas ciudades. Las universidades medievales se estructuraron en facultades como Artes, Medicina, Derecho y Teología.