El rotavirus causa diarrea grave en niños y es responsable de más de 500,000 muertes infantiles por año. Se transmite por la vía fecal-oral y afecta principalmente a bebés y niños pequeños durante el invierno. Provoca vomito, diarrea líquida y deshidratación. Su diagnóstico se realiza mediante pruebas de detección de antígenos o ácidos nucleicos en muestras fecales, aunque no existe un tratamiento específico más allá de la rehidratación oral o intravenosa.