Este documento discute los dilemas involucrados en el diseño curricular. Presenta nueve dilemas agrupados en tres categorías: 1) el problema de selección de contenidos y la diversidad vs especialización del conocimiento, 2) las distintas formas de organizar el currículum, y 3) quiénes participan en el proceso de diseño curricular. Cada dilema presenta alternativas como enseñar la cultura propia vs otras, metas únicas vs diferenciadas, y centralización vs descentralización de las decisiones. Se concluye que el curr
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¿Qué es enseñar? - El curriculum de la enseñanza.
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¿Qué es enseñar? - El curriculum de la enseñanza.
El currículum o recorrido, en este caso, en la enseñanza se puede decir que son
los conocimientos (cognitivos, actitudinales, procedimentales) y formas culturales que
una sociedad decide seleccionar para la educación, ordenando y organizando los
conocimientos seleccionados. Este currículum se conforma en un proyecto educativo, el
cual requiere de un diseño o planificación del currículum: diseño curricular; que se plasma
en su puesta en práctica: desarrollo del currículum.
1. Los dilemas curriculares.
Para la selección de los contenidos y el diseño del currículum hay que plantearse y
resolver varios dilemas acordes a nuestra política educativa. A continuación, planteamos once
dilemas para el diseño del currículum, agrupados según las decisiones que deben tomarse.
(Tomamos la idea de Dilemas de decisión, entre otros, de Rosa María Torres 1998 -
http://datateca.unad.edu.co/contenidos/304012/DA%20CURRICULARES/leccin_5__dilemas_para_la_elaboracin_d
el_diseo_curricular.html ).
1. El problema de la selección de contenidos
Es decir, ¿Cuál es la mejor selección de contenidos para diseñar el currículum? Para
responder a ello debemos, a su vez, considerar dos problemas que enfrenta la educación: el
de la diversidad, el del avance y especialización del conocimiento.
1.1. El problema de la diversidad: Esta diversidad viene dada por los grupos culturales
de origen, por las capacidades y conocimientos previos, por los intereses y necesidades
particulares de cada persona y cada grupo, entre otras cosas. Este problema nos conduce a
los primeros tres dilemas:
Primer dilema: ¿Profundizamos el conocimiento de la propia cultura o abrimos las
puertas a otros mundos culturales?
La primera alternativa es recoger los elementos y saberes propios de la cultura
de origen de los estudiantes. Esta se fundamenta en el respeto de la diversidad
cultural y en la idea de que la educación debe servir a los intereses y necesidades
del grupo social al que va dirigida. Esta alternativa tiene como negativo enseñar
únicamente la cultura de origen conduce a que las personas permanezcan
“encerradas” siempre dentro de los mismos patrones culturales, lo que profundiza su
exclusión.
La otra perspectiva es la de seleccionar conocimientos de otros ámbitos y
grupos culturales, ampliando la mirada y las lecturas de las personas. Se
considera que hay ciertos saberes que, si bien han sido producidos dentro de otra
cultura, pueden constituir herramientas útiles e importantes. Tiene como negativo la
dispersión de contenidos y la falta de profundización de la cultura e historia nacional.
Lo deseable sería poder encontrar soluciones de equilibrio, planos de
integración, y no de imposición de una cultura sobre la otra, desaparición completa
de alguna de las dos o yuxtaposiciones sin sentido.
Segundo dilema: ¿Fijamos una misma meta para todos o ajustamos las metas a
las capacidades y conocimientos previos de cada uno?
Se refiere a la diversidad que viene dada por diferentes niveles de capacidades y
conocimientos previos, el fijar un mismo indicador para todos. Esto puede llevar a
que los más capaces alcancen los logros y los más desfavorecidos fracasen
teniendo como consecuencias negativas sobre la autoestima y conducir a la
deserción.
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Otra opción es fijar metas diferenciadas según las capacidades y
conocimientos de los estudiantes. Las metas diferenciadas permiten que incluso
los menos capaces alcancen un grado satisfactorio de logro.
Sin embargo, se recomienda que el currículum fije las mismas metas para todos,
pero que establezca al interior del proceso educativo mecanismos de
discriminación positiva, dando más a los que menos tienen: una cosa es plantear
metas únicas pero otra es enseñar a todos lo mismo.
Tercer dilema: ¿Establecemos un currículum único o diversificado según
intereses y necesidades?
El currículum puede establecer una formación igual para todos o bien proponer
ramificaciones y espacios de elección individual. Estas dos alternativas se
refieren a lo “cerrado” o “abierto” que puede ser el diseño curricular.
La opción por un currículum cerrado, es decir, igual para todos, se justifica
cuando hay ciertos saberes básicos que se consideran indispensables para la
formación de la persona y para todos.
Cuando el currículum es abierto, ofrece conocimientos que son “optativos”, es
decir, que no son indispensables, aunque contribuyen a la formación vocacional de
cada uno.
La solución recomendada consiste en una formación básica e inicial “cerrada”, y
dejar posteriormente otras “abiertas” a la elección según la perspectiva
vocacional del estudiante.
Cuarto dilema: ¿Enseñamos conocimientos científico técnicos o educamos “para
la vida”?
Desde cierta perspectiva se considera que la educación no solo debe formar a las
personas a nivel académico, sino también deben educarlos para la vida, es
decir enseñarlos a aceptar la diferencia a tolerar al otro para la vida en comunidad,
por eso dentro de los modelos actuales de educación, estos se definen a partir de
los problemas sociales que la sociedad enfrentan como la marginalidad y las
condiciones de pobreza extrema en las que vive más de la mitad de la población, la
falta de valores éticos comunes, la crisis de la familia como ámbito de socialización
primaria, la diversidad de estilos de vida y costumbres, entre otros.
Sin embargo, sería importante señalar que la opción del “currículum para la vida”
no necesariamente significa dejar de lado los conocimientos científico –
técnicos ni la formación para el trabajo, sino incluirlos pero dentro de una
perspectiva más amplia. Es decir, no abandonar los conocimientos provenientes de
las disciplinas sino seleccionarlos e integrarlos al servicio de una educación integral
y orientada a los problemas vitales y sociales. Y por otro lado, considerar la
perspectiva de proyecto de vida de cada estudiante.
1.2. El problema del avance y la especialización del conocimiento
La educación dispone de un tiempo limitado para transmitir una serie de conocimientos
a los estudiantes, por esos es un currículo o recorrido. El avance y la especialización del
conocimiento plantean en la elaboración de esos recorridos nuevos dilemas.
Siempre se ha considerado que la educación debe transmitir los conocimientos básicos
que posibiliten a las personas desenvolverse en la sociedad. Sin embargo, qué es lo básico
hoy en día es un problema a determinar ya que debe considerar diferentes maneras
según los grupos de la sociedad y de la producción en los que se desempeña o va a
desempeñarse cada persona. Por otro lado, qué es lo básico depende también del
momento histórico y cultural.
Quinto dilema: ¿Enseñamos la totalidad en forma superficial o una parte en
profundidad?
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Una opción es ofrecer un panorama de los diferentes ámbitos del saber y que
sea de utilidad. Sin embargo, lo negativo es que no permite brindar a los
estudiantes las herramientas concretas para su desempeño, ya que estas
corresponden a cada especialidad.
Del mismo modo, un currículum más especializado permite ofrecer estas
herramientas particulares pero limita a la persona formándola sólo para un
sector muy específico de la producción y de la sociedad.
Lo recomendable es considerar un equilibrio que posibilite a los estudiantes
conocer los aspectos generales de cada campo de conocimiento pero tener las
herramientas necesarias para comprender lo particular y avanzar en su
profundización.
Sexto dilema: ¿Enseñamos lo que necesitan hoy o lo que van a necesitar en el
futuro?
Los saberes que enseñamos hoy, muchos de ellos, no servirán para el mañana.
Entonces, ¿Qué herramientas de las que enseñemos hoy les permitirán apropiarse y
dominar los conocimientos del futuro o los avances de los mismos? Sin embargo,
¿cómo prepararlos para el futuro sin descuidar su formación para el presente?
Una opción es garantizar los conocimientos actualmente utilizados, de manera
que su aplicación a la práctica es rápida y que no plantea inconvenientes. Pero,
una vez que estos queden obsoletos ¿el estudiante como los renueva si sólo
aprendió a asimilar?
Este dilema implica preguntarse por el futuro de los alumnos. Será necesario dar a
los estudiantes herramientas que les permitan seguir aprendiendo una vez
terminada la escolaridad: aprender en forma autónoma.
La escuela sería el ámbito para aprender no solo un cierto cuerpo de conocimientos
sino, lo más importante, aprender los procedimientos y mecanismos necesarios para
actualizar sus conocimientos a lo largo de su vida.
2. Las distintas formas de organización curricular
¿Cómo organizar los contenidos seleccionados al interior del currículum? ¿Será mejor
presentarlos como materias, como grandes áreas, a partir de proyectos? En estos temas
también volvemos a encontrar dilemas relacionados con el formato curricular y con las
formas de las metas educativas.
Séptimo dilema: ¿Enseñamos los conocimientos agrupados por disciplinas
académicas o los enseñamos en forma integrada?
El formato más común es la organización por materias o asignaturas. Los
contenidos de cada materia se enseñan en forma aislada de los demás. La
mayor ventaja de esta forma de organizar los contenidos es que permite a los
estudiantes comprender los conocimientos en el marco de las disciplinas en
las que fueron producidos. Sin embargo, este formato posee aspectos negativos y
es que conduce a atomizar los conocimientos: en el trabajo y en la vida
cotidiana los saberes se utilizan interrelacionados, pero este tipo de currículo no
enseña cómo establecer estas relaciones.
Organización por áreas: materias pertenecientes a una misma área se integran y
se enseñan en forma relacionada (por ejemplo, área de ciencias sociales, área de
ciencias experimentales, área del lenguaje y la comunicación, área expresiva, etc.)
Organización por proyectos: el currículum se diseña partiendo de proyectos
amplios, en función de los cuales se van introduciendo los contenidos de las
diferentes materias.
Si tenemos en cuenta que en la enseñanza actual el currículo se presenta como una
estructura de los diversos contenidos por materias o asignaturas, en donde se le transmiten a
los estudiantes de forma separada y aislada, produciendo así una atomización del
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conocimiento tanto en el trabajo educativo como en la vida cotidiana; o por el contrario se
podría decir que lo ideal es buscar una enseñanza que sea integral para los estudiantes
donde se dé una interrelación entre contenidos de las diferentes disciplinas pero sin caer en
una distorsión del conocimiento.
Por eso, lo conveniente es utilizar una forma combinada o mixta. Por ejemplo, en un
currículum por materias o áreas, se elaboran proyectos al interior de cada una de ellas.
Octavo dilema: ¿Cómo se expresa lo que los educandos deben aprender:
objetivos, contenidos, actividades?
Sería importante que para el diseño del currículo se tenga en cuenta las intenciones que
se quieren lograr en el proceso de enseñanza aprendizaje, por consiguiente el currículo define
y expresa los fines del proyecto educativo. Es decir que se espera lograr con los estudiantes
ya sean conductas, competencias, habilidades, procesos cognitivos o expresivos.
Básicamente se han propuesto tres formas de enunciar las intenciones pedagógicas en el
currículum:
Detallar los resultados de aprendizaje esperados en los estudiantes: esta forma
de currículum consiste en anticipar lo que los educandos deberían ser capaces de
realizar al finalizar el proceso educativo. Los objetivos o expectativas de logro
suelen ser las formas más conocidas de expresar estos resultados, ya se trate de
conductas, competencias, habilidades, procesos cognitivos o expresivos. Además, los
resultados esperados son una buena guía a la hora de la evaluación de los
aprendizajes, porque indican con bastante precisión lo que se espera del estudiante.
Detallar los contenidos que se abordarán: esta forma de currículum consiste en
definir los contenidos que se trabajarán con los estudiantes, sin especificar con
anticipación lo que se pretende que ellos puedan lograr. No es que el educador no
pretenda determinados logros, pero no se colocan estos logros como metas
preestablecidas: el currículum sólo indica los contenidos de aprendizaje para cada
etapa. Una forma más moderna y muy utilizada actualmente consiste en una
ordenación de los contenidos clasificados como conceptuales, actitudinales y
procedimentales.
Detallar el tipo de actividades que realizarán los educandos: en esta forma de
currículum se detallan las actividades o el tipo de actividades que se van a
proponer a los estudiantes. El diseño del currículum consiste en seleccionar y
enunciar actividades y propuestas para realizar con los estudiantes, que se consideran
valiosas y formativas en si mismas (proyectos de investigación, actividades
comunitarias, etc.). Esta última constituye una forma mixta entre este tipo de diseño y
el anterior.
3. El proceso de diseño curricular
Todos los dilemas y preguntas planteadas hasta aquí podrían ser resueltos por una
sola persona de una vez y para siempre, o bien podrían ser objeto de discusión en todos
los niveles de la enseñanza y con la participación de todos los actores. Lo que se
incluye en el currículum y cómo se lo organiza internamente puede tener una primera
definición en un ministerio, pero podría volver a definirse dentro de cada escuela. Esto lleva a
nuevas dilemas:
Noveno dilema: ¿Se decide todo de una vez o las decisiones se dividen entre los
diferentes actores e instancias involucrados (cada municipio, cada departamento, cada
institución)?
Este dilema hace referencia a quienes diseñan el currículo que puede ser diseñado por una
institución gubernamental que plantea unos lineamientos generales, o por cada
institución educativa. Por ejemplo, la instancia central define contenidos básicos u objetivos
generales, a modo de un núcleo común; luego, cada departamento regional adapta los
objetivos o contenidos, los organiza y los secuencia por ciclos, para llegar finalmente a que
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cada centro o institución realice el diseño definitivo para cada grupo de estudiantes y diseñe
las actividades concretas. Este tipo de diseño tiene la ventaja de que permite descentralizar
las decisiones y adecuar y contextualizar los contenidos y objetivos educativos a las
características regionales y locales.
Décimo dilema: ¿Quiénes participan en el proceso de diseño curricular?
Este dilema tiene que ver con los actores que participan en el diseño curricular,
donde existen varias opciones una de ellas es que lo haga un grupo de expertos o que
participe toda la comunidad educativa: alumnos, profesores, padres y, miembros de la
comunidad, a partir de un proceso democrático, organizado y coordinado por parte de las
instituciones. Pero en la realidad esta participación no se genera en las instituciones, porque
no propician espacios condiciones necesarias
Esta última alternativa suele ser la más interesante en cuanto a resultados, pero no está
exenta de riesgos. La participación debe estar bien organizada y coordinada por la institución,
dejando claros los límites y los espacios de participación. La institución que coordina puede
ofrecer una propuesta inicial para ser sometida a discusión y garantizar que todos los actores
tengan acceso a la información teórica y práctica necesaria.
Decimoprimer dilema: ¿Qué hace falta para saber diseñar un currículum:
conocimientos o experiencia?
El currículo debe ser de diseñado a partir de la teoría o la experiencia. Lo primero que
debemos tener en cuenta es que el diseño es una actividad práctica porque no se está
construyendo una teoría sino un proyecto educativo, sin desconocer que debe tener una
base teórica producto de la combinación de los dos factores, donde el diseño curricular no
sea una ley universal para todas las instituciones educativos, sino un modelo que cada
institución adopte según sus necesidades.
Por último, cabe señalar que no hay modelos curriculares comprobados universalmente.
Como es un proyecto educativo concreto, los modelos que han sido exitosos en ciertos
lugares y momentos históricos pueden no serlo en otras circunstancias. Sin embargo, ello no
significa descartar las experiencias externas directamente, pero sí tomarlas como lo que son:
experiencias ajenas, a las que será necesario reformular y contextualizar a cada nueva
realidad.
Una vez explicados los once dilemas para la elaboración del diseño curricular
podemos concluir que este debe tener en cuenta un pensamiento ideológico y una
alternativa pedagógica
Por otro lado, como nosotros consideramos una educación inclusiva con carácter
integral esto lleva a otros nuevos dilemas a desarrollar.
Bibliografía:
1. Colección programa internacional de formación de educadores populares, ¿Cómo se
enseña? – Federación internacional Fe y Alegría.
2. Dilemas para la elaboración del diseño curricular,
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mas_para_la_elaboracin_del_diseo_curricular.html