La vagina es una vía de administración de fármacos que ofrece buena absorción sistémica sin pasar por el hígado. Puede usarse para tratar problemas locales como sequedad o infecciones mediante geles, pomadas y óvulos que contengan fitofármacos como isoflavonas, tomillo, caléndula o centella asiática. Estos fármacos actúan de forma antiinflamatoria, cicatrizante y antimicrobiana de manera local o sistémica según su formulación.