La Comisión Parlamentaria sobre la crisis financiera en España celebró 48 sesiones entre 2017 y 2019 para investigar la crisis de 2008-2015. Redactó un informe de 107 páginas con las declaraciones de los testigos, pero no incluye conclusiones novedosas o recomendaciones claras. El informe del Banco de España de 2017 sobre la crisis ya había analizado las causas de forma más precisa y sistemática. El resumen de la Comisión Parlamentaria aporta poca información nueva sobre los orígenes y responsables de la crisis financiera en España.
Informe final de la Comisión parlamentaria sobre la crisis financiera carece de conclusiones novedosas
1. INFORME FINAL DE LA COMISION PARLAMENTARIA SOBRE LA
CRISIS FINANCIERA.
Manfred Nolte
En julio de 2009, cuando los estragos de la recesión eran palpables en todas las
latitudes del planeta, la Reina Isabel de Inglaterra fue invitada a pronunciar un
discurso en la ‘London School of Economics’, una de las más afamadas
Instituciones académicas del mundo en el ramo de la economía. En su
alocución, la Soberana tuvo el arrojo de lanzar una pregunta explosiva a los
renombrados asistentes, entre ellos algún Nobel y varios laureados con títulos
de similar valor. La pregunta era la siguiente: ¿Por qué nadie fue capaz de
predecir la crisis?
Como no cabía de otra manera la Academia respondió al requerimiento de la
Reina mediante una carta fechada el 26 del mismo mes. El escrito, firmado por
33 ilustres especialistas, decepcionó parcialmente a los seguidores del caso, por
una simplificación de los hechos, que se antojó pueril para el calibre de los
encuestados, cargando a los Bancos la responsabilidad principal del desastre, al
aludir “que no estuvieron estos a la altura de las circunstancias”. Pero
paralelamente la contestación entonaba un ‘mea culpa’, al reconocer que “el
fracaso en anticipar la temporalidad, alcance y severidad de la crisis, aunque
sujeto a muchas causas, se debe principalmente al fracaso de la imaginación
colectiva de mucha gente brillante, para interpretar el riesgo del sistema como
una totalidad”.
Casi diez años después, el diagnóstico de la Escuela londinense no parece tan
superficial y tautológico como se interpretó en primera instancia. De 2009 al día
de hoy se han escrito ríos de tinta sobre el origen y causas de la gran crisis global
y resulta imposible simplificar la respuesta y no derivarla hacia una situación
holística, a un complejo entramado de razones, que todas ellas, cada una con su
propio peso, justifican y explican el siniestro en su totalidad.
2. Pregunta similar a la formulada por la monarca británica surgió en España en
sede parlamentaria, en febrero de 2017, cinco años después del rescate europeo
a la Banca española, en la estela de la enésima denuncia de la ilegalidad de la
salida a bolsa de Bankia y las imputaciones de ex altos cargos del Banco de
España. El pleno del Congreso aprobó entonces por unanimidad la creación de
una ‘Comisión de investigación sobre la crisis financiera’ referida al periodo
comprendido entre los años 2000 y 2015. Desde mayo de 2017 hasta la fecha la
Comisión ha celebrado un total de 48 sesiones. A las comisiones han
comparecido máximos responsables del sector financiero, de sus reguladores e
inspectores , fundamentalmente del Banco de España y de la CNMV, ministros y
ex ministros, funcionarios y ex funcionarios de las Instituciones europeas,
analistas, auditores y consultores internacionales, representantes de la
Academia, del FROB, de SAREB, del Fondo de Garantía de Depósitos y
representantes de afectados por la crisis. Todo el abanico de sujetos activos o
pasivos que pudieran haber tenido responsabilidad y/o información relevante
en el desarrollo de la crisis.
La semana pasada, la Comisión del Congreso ha dado por concluidos sus
trabajos de interpelación redactando un borrador de informe del que se han
aireado algunos aspectos puntuales, generalmente relacionados con la
incidencia de la politización de las Cajas en el derrumbe de la economía
española y en el rescate y reforma del sistema financiero. Tal causalidad no se
reconoce explícitamente en el dictamen, de lo que se deduce que no ha ocurrido.
Existen, sin embargo, en nuestra opinión, mil referencias para desmontar esa
presunción inmoral que esconde lo evidente.
El borrador –aprobado con los votos de PP y PSOE- consta de 107 páginas, pero
de su lectura no se desprenden conclusiones especialmente novedosas. Como
acaba de señalarse, ambas formaciones tapan irrefutables impudicias políticas,
lo que devalúa la altura del documento.
Hay que destacar además que, poco tiempo después de la constitución de la
Comisión parlamentaria, el propio Banco de España publicó en mayo de 2017 su
propio “Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España, 2008-2014”. De
hecho, dicho informe es un material de constante cita en el dictamen de la
Comisión y sus conclusiones aparecen frecuentemente acotadas. El Informe del
Banco de España marca un hito no superado por el estudio de la Comisión y
resulta mucho más preciso y sistemático que el de esta última.
El dictamen de la Comisión consiste en una transcripción selectiva y
taquigráfica de las manifestaciones de los sucesivos comparecientes, con un
énfasis especial en los casos Bankia y Banco Popular de cuyo fracaso se culpa a
sus gestores. Las ‘malas prácticas’ alcanzan su zenit en el sector de las Cajas de
Ahorro, pero en abstracto. Como era de esperar se descalifica a los Organismos
reguladores y supervisores. También se apela a la protección de los
consumidores y a la superación de la exclusión financiera. Faltan, con todo,
conclusiones precisas y recomendaciones claras, que posiblemente se publiquen
en breve.
El dictamen de la Comisión del Congreso resulta interesante y está plagado de
anécdotas curiosas. Pero dista mucho de representar un informe novedoso que
3. haya aportado razones hasta ahora desconocidas en relación a la gran crisis que
ha azotado a la economía española.