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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. ISQUEMIA MESENTÉRICA
a. Isquemia arterial aguda
b. Isquemia arterial crónica
c. Isquemia venosa (Trombosis venosa mesentérica)
3. COLITIS ISQUÉMICA (CI)
4. CONCLUSIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
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ISQUEMIA INTESTINAL: ISQUEMICA MESENTÉRICA Y COLITIS
ISQUÉMICA
1. INTRODUCCIÓN
Se denomina isquemia mesentérica cuando afecta al intestino delgado, y colitis
isquémica cuando afecta al intestino grueso. La forma más grave se presenta como
isquemia mesentérica aguda, mientras que la colitis isquémica es la forma más
frecuente.
La isquemia intestinal puede afectar al intestino delgado y al intestino grueso. Se
produce por la reducción del flujo sanguíneo intestinal, que puede ser causado por
oclusión arterial, oclusión venosa o vasoespasmo arterial.
Se puede clasificar en función del tipo de vaso afectado, el grado de oclusión, el
mecanismo por el que se produce, la forma de presentación y la presencia o no de
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circulación colateral. Las consecuencias pueden ser fatales, y se puede desarrollar
infarto de la pared intestinal, perforación y sepsis, por lo que el diagnóstico y
tratamiento tempranos son imprescindibles.
La vascularización intestinal depende fundamentalmente del tronco celíaco, de la
arteria mesentérica superior y de la arteria mesentérica inferior, así como de la
circulación colateral y comunicante establecida en relación con los vasos previamente
descritos, como son las arterias pancreaticoduodenales, la arteria marginal de
Drummond y la arcada de Riolano.
2. ISQUEMIA MESENTÉRICA
Se denomina isquemia mesentérica a un grupo de entidades que varían según la
localización de la lesión y la etiología (arterial, no oclusiva, venosa), así como de la
forma de presentación (aguda o crónica)
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A) Isquemia Arterial Aguda
La IAM supone un tercio de todas las formas de isquemia intestinal. Representa el 1 %
de los casos de abdomen agudo y hasta el 10 % en pacientes mayores de 70 años. Su
mortalidad oscila entre el 30 % y el 90 %, en función de su etiología y del tiempo
diagnóstico y tratamiento.
- Embolia de arteria mesentérica superior: la embolia de la arteria mesentérica
superior es la causa más frecuente de IAM (50 %), aunque también puede
afectar a ramas de esta. El tronco celíaco se ve afectado con menos frecuencia.
El émbolo suele tener origen cardíaco. La principal causa de embolismo es la
fibrilación auricular, aunque la emisión de trombos cardíacos también puede
estar asociada con valvulopatías, infarto agudo de miocardio reciente y
dilatación de ventrículo izquierdo con trombo transmural.
Se objetiva dolor abdominal hasta en el 80 % de los casos, que es típicamente
repentino, grave, periumbilical y, a menudo, está acompañado de náuseas y
vómitos (frecuentemente sin otros hallazgos relevantes). Solo en fases muy
avanzadas se produce necrosis gangrenosa de la pared intestinal con aparición
de peritonitis. Puede haber embolismos arteriales sincrónicos en otras áreas
del organismo (cerebro, extremidades y otras vísceras).
- Trombosis de arteria mesentérica superior: se objetiva en un 15-2 5% de los
casos, principalmente en pacientes de edad avanzada y enfermedad
arterioesclerótica grave (puede haber arteriosclerosis en otras zonas:
coronaria, cerebrovascular y miembros). El trombo se localiza generalmente en
el origen de la arteria, por lo que la isquemia se puede extender desde
duodeno hasta colon transverso.
Retrospectivamente, hasta el 80 % de pacientes es infradiagnosticado. Pueden
haber preexistido síntomas de isquemia mesentérica crónica (IMC) previos a la
trombosis aguda de la arteria mesentérica superior: dolor abdominal
posprandial (angina de pecho abdominal), miedo a comer, diarrea y pérdida de
peso.
- Isquemia mesentérica no oclusiva: es causante de IAM en el 20-30 % de los
casos. Se produce como consecuencia de la vasoconstricción mesentérica,
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secundaria a situaciones de bajo gasto cardíaco (edad avanzada, insuficiencia
cardíaca, arritmias, cirugía cardíaca reciente, hemodiálisis, sepsis, fármacos
[digital, ciclosporina, vasopresores] y drogas [cocaína]). A diferencia de la
isquemia mesentérica debida a embolismo o trombosis aguda, en este caso, la
clínica tiene un inicio más gradual y un curso clínico prolongado.
- Isquemia focal segmentaria: la isquemia se produce en un segmento limitado
del intestino, ya que puede haber circulación colateral, que previene el infarto
intestinal.
La isquemia arterial mesentérica (IAM) (aguda o crónica) tiene una elevada mortalidad.
Muchos síntomas son comunes a otros procesos como pancreatitis, diverticulitis
aguda, obstrucción intestinal y colecistitis, por lo que es necesario un elevado índice de
sospecha para un diagnóstico precoz. La supervivencia depende de la velocidad del
diagnóstico y tratamiento.
Con respecto al diagnóstico, podemos basarnos en lo siguiente:
- Criterios de sospecha: debería considerarse este diagnóstico en todo paciente
mayor de 60 años con antecedentes de fibrilación auricular (FA), infarto agudo
de miocardio (IAM) reciente, insufi- ciencia cardíaca congestiva (ICC), embolia
arterial o dolor abdominal posprandial con pérdida de peso previamente a este
episodio.
- Pruebas complementarias:
o Laboratorio: hemograma (leucocitosis, hematócrito elevado),
coagulación, bioquímica con enzimas hepatopancreáticas, láctico,
lactato deshidrogenasa (LDH), creatina cinasa (CK) y gasometría venosa.
La elevación del dímero D puede ser sugestiva (elevada sensibilidad,
baja especificidad).
o Radiología simple abdomen (posteroanterior [PA] y bipedestación):
puede ser inespecífica hasta el 25 % de las veces, pero en casos
avanzados se puede observar neumatosis intestinal (infarto
establecido).
o Tomografía computarizada (TC): es la prueba de elección. Muestra
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hallazgos como defectos en la permeabilidad vascular, falta de realce
mural, engrosamiento de la pared intestinal, neumatosis intestinal,
infarto visceral, gas portal, así como otros signos indirectos. En función
de las alteraciones radiológicas encontradas, traduce distintos grados
de afectación de pared intestinal (sufrimiento, necrosis, perforación) y,
en ocasiones, puede llegar a establecer diagnóstico etiológico. Se debe
realizar sin contraste oral, para evitar enmascarar los vasos
mesentéricos.
o Eco-Doppler: puede ser utilizada para el diagnóstico. Dificultada por la
presencia de íleo. Podría verse oclusión proximal de las arterias, pero
no la afectación distal, por lo que no se recomienda su uso.
o Arteriografía: permite confirmar el diagnóstico de isquemia
mesentérica aguda de origen arterial, así como establecer su etiología.
Se indica principalmente ante la duda diagnóstica. Permite la infusión
de agentes vasodilatadores y trombolíticos, por lo que aumenta la tasa
de supervivencia. Proporciona, además, un mapa quirúrgico idóneo.
Su principal inconveniente es que puede demorar la intervención
quirúrgica.
Tratamiento
- Medidas generales:
o Estabilización hemodinámica: reposición de líquidos (cristaloides) y
electrólitos. Corrección ácido-básica. Evitar vasoconstrictores.
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o Descompresión intestinal: colocación de sonda nasogástrica (si hay
presentación aguda con íleo).
o Control del dolor.
o Antibioticoterapia: antibióticos de amplio espectro por vía
intravenosa.
o Anticoagulación: se valorará en función de la actitud quirúrgica
decidida. Tras la resolución del cuadro agudo, el paciente debe
mantenerse anticoagulado, durante al menos 6 meses.
- Medidas específicas: la mayoría de los pacientes con IAM requieren una
revascularización inmediata para sobrevivir. Depende de la etiología y de la
presencia o no de peritonitis. El primer paso debe ser la revascularización del
vaso ocluido. Posteriormente se procede a resecar el intestino no viable. Se
debe revisar el intestino 12-24 horas después, pues permite evaluar el estado
del intestino remanente y valorar una segunda resección. La controversia es si
mediante cirugía abierta o intravascular
B. Isquemia arterial crónica (IAC)
La IAC supone el 5 % de los casos de isquemia intestinal e incluye estenosis u oclusión
crónica del tronco celíaco o las arterias mesentéricas. La causa más frecuente es la
arteriosclerosis (35-75 %). La prevalencia aumenta con la edad, especialmente en
presencia de otras enfermedades ateroscleróticas. Otras causas pueden ser: displasia
fibromuscular, síndrome del ligamento arcuato mediano, poliarteritis nodosa,
enfermedad de Buerguer, enfermedad de Takayasu, disección arterial y aneurisma de
aorta abdominal.
Se diagnostica basándose en:
- Presentación clínica: los síntomas clásicos de IAC son dolor abdominal
posprandial, pérdida de peso, diarrea o estreñimiento. Para evitar el dolor, el
paciente sufre de la aversión a los alimentos (sin anorexia).
- Pruebas complementarias:
o Laboratorio: no es específico, los hallazgos incluyen anemia,
leucopenia, anomalías electrolíticas e hipoalbuminemia secundaria a
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desnutrición.
o Pruebas de imagen: la ecografía Doppler, la TC y la resonancia
magnética (RM) son la base para la evaluación inicial de la IAC. La
ecografía Doppler tiene más utilidad que en la presentación aguda
(detecta el flujo y la presión postestenótica).
Con respecto al tratamiento, no se recomienda la revascularización profiláctica en
pacientes con enfermedad asintomática. La decisión de llevar a cabo el
procedimiento por cirugía abierta o por terapia intravascular depende del riesgo
quirúrgico, las condiciones de la anatomía vascular y la experiencia del centro.
C. Isquemia Venosa (Trombosis Venosa Mesenterica)
La trombosis venosa mesentérica (TVM) puede ocurrir por obstrucción de las venas
mesentéricas superior e inferior, vena esplácnica y vena porta. Puede haber formas
agudas, subagudas y crónicas. La edad de presentación es de 45-60 años. El perfil
etiológico incluye estado protrombótico, afectación local de la pared del vaso y
éxtasis venoso.
Diagnóstico
- Factores de riesgo: En pacientes con TVM se debe sospechar la presencia de
neoplasia de origen abdominal o síndrome mieloproliferativo. Se debe realizar
un estudio genético de trombofilias, tanto genéticas como adquiridas.
- Pruebas complementarias:
o Laboratorio: no es específico. La elevación del dímero D puede ser un
marcador sensible, pero no específico.
o Pruebas de imagen: se debe realizar una TC con fase arterial y portal.
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Respecto al tratamiento, hay varias medidas:
- Anticoagulación: En pacientes con TVM sin peritonitis, se debe iniciar
anticoagulación con hepa- rina. Se recomienda iniciar con heparinas de bajo
peso molecular, seguidas de dicumarínicos o anticoagulantes orales de acción
directa (ACOD).
- Medidas generales:
o Estabilización hemodinámica: reposición de líquidos (cristaloides) y
electrólitos. Corrección ácido-básica. Evitar vasoconstrictores.
o Descompresión intestinal: colocación de sonda nasogástrica (si hay
presentación aguda con íleo).
o Control del dolor.
o Soporte nutricional.
- Antibioticoterapia: si se objetiva perforación, sepsis, pileflebitis o
tromboflebitis séptica.
- Tratamiento intravascular: La mayoría de los casos se resuelven solo con
tratamiento médico conservador. Sin embargo, en ocasiones (5 %), es
necesario un tratamiento intervencionista.
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3. COLITIS ISQUÉMICA (CI)
La colitis isquémica es la forma más frecuente de isquemia intestinal (70 %). Aparece
cuando disminuye el flujo sanguíneo del colon. Su incidencia no se conoce del todo,
porque sus formas más leves están infradiagnosticadas.
Es más frecuente en personas mayores (>60 años), en mujeres y en pacientes con
comorbilidad (arteriosclerosis, insuficiencia renal crónica en diálisis, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica [EPOC], arritmias, estados de hipercoagulabilidad). La
localización de la isquemia se correlaciona con los puntos en los que la
vascularización del colon es más deficitaria. Se distinguen dos formas de isquemia en
el colon: oclusiva (trombo o émbolo, traumatismo, obstrucción colónica que
compromete el flujo) y no oclusiva (disminución del flujo sistémico o local).
La tríada clásica más frecuente es dolor abdominal, urgencia defecatoria y sangrado
digestivo bajo (rectorragia-hematoquecia). Puede haber diarrea, náuseas y vómitos.
Si el daño isquémico es reversible, el proceso es autolimitado y benigno (>50 %), por
lo que se resuelven los síntomas y la isquemia colónica. Si la isquemia es mantenida
se producen formas graves, de las que hay que destacar la colitis fulminante, que se
comporta como una pancolitis con megacolon, peritonismo y datos de toxicidad
sistémica, y la forma gangrenosa, en la que hay necrosis de la pared del colon.
En el diagnóstico destacan las siguientes pruebas:
- Laboratorio: no es específico, ayuda al diagnóstico y permite predecir la
gravedad. Se debe hacer analítica con creatinina, iones, albúmina,
bicarbonato, perfil hepático, lactato deshidrogenasa, proteína C reactiva,
hemograma y coagulación. Al igual que en la IAM, se puede objetivar una
elevación del dímero D. La disminución de los niveles de hemoglobina, la
albúmina sérica baja y la presencia de acidosis metabólica se pueden utilizar
para predecir la gravedad.
- Radiografía simple de abdomen: con frecuencia es inespecífica. Distensión y
neumatosis se rela- cionan con infarto intestinal.
- TC abdominal: es la técnica de elección. Se debe realizar con contraste oral e
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intravenoso para asegurar el diagnóstico, valorar la extensión, detectar datos
de gravedad y descartar otras causas. Los hallazgos radiológicos pueden ser
engrosamiento de la pared intestinal, edema, huella digital y anillos
concéntricos (signo del doble halo). No hay directrices claras de cuándo hay
que realizarla; evidentemente, es primera elección cuando hay peritonitis, ya
que está contraindicada la endoscopia.
- Colonoscopia: se debe realizar una colonoscopia temprana (dentro de las
primeras 48 horas de la presentación) en pacientes con sospecha de colitis
isquémica, para confirmar el diagnóstico. Los diferentes patrones
endoscópicos de colitis isquémica son: nódulos rojo-violáceos, erosión,
ulceración y necrosis. Se debe realizar con baja insuflación para no agravar la
hipoxia. La presencia de gangrena en la mucosa obliga a suspender la
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exploración. La toma de biopsias permite establecer diagnóstico de certeza.
La colonoscopia no debe realizarse en pacientes con signos de peritonitis
aguda o evidencia de daño isquémico irreversible.
Con frecuencia, los casos de CI se resuelven espontáneamente. Sin embargo, en caso
de necesitar tratamiento, se dispone de las siguientes opciones:
- Medidas generales:
o Estabilización hemodinámica: reposición de líquidos (cristaloides) y
electrólitos. Corrección ácido-básica.
o Dieta absoluta. La nutrición parenteral se reserva para pacientes en
estado crítico.
o Control del dolor.
- Antibioticoterapia: antibióticos de amplio espectro profilácticos, por vía
intravenosa en casos de afectación moderada y grave, para evitar la
translocación bacteriana. Mantener 7 días.
- Anticoagulación: no hay estudios al respecto. Se recomienda cuando lo
requiera la comorbilidad del paciente (p. ej., cardiovascular como la FA) y en
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casos de oclusión completa del vaso.
- Medidas específicas en colitis isquémica grave: en los casos de obstrucción
completa del vaso, se deberá plantear embolectomía por radiología
intervencionista y/o la cirugía de resección intestinal en las formas más graves
(hemorragia masiva, gangrena con perforación o colitis universal). Otras
indicaciones quirúrgicas son: sepsis persistente y refractaria al tratamiento
médico, signos sugerentes de infarto intestinal, diarrea sanguinolenta >2
semanas, colopatía pierdeproteínas, neumoperitoneo y gangrena. El
procedimiento dependerá de la localización de la CI (colectomía total,
subtotal o segmentaria).
4. CONCLUSIONES
La isquemia intestinal puede afectar al intestino delgado y al intestino grueso. Se
produce por la reducción del flujo sanguíneo intestinal, que puede ser causado por
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oclusión arterial, oclusión venosa o vasoespasmo arterial. Se denomina isquemia
mesentérica cuando afecta al intestino delgado, y colitis isquémica cuando afecta al
intestino grueso. La forma más grave se presenta como isquemia mesentérica aguda,
mientras que la colitis isquémica es la forma más frecuente.
La isquemia arterial mesentérica (aguda o crónica) tiene una elevada mortalidad.
Muchos síntomas son comunes a otros procesos como pancreatitis, diverticulitis
aguda, obstrucción intestinal y colecistitis, por lo que es necesario un elevado índice
de sospecha para un diagnóstico precoz. La supervivencia depende de la velocidad
del diagnóstico y tratamiento (embolia de arteria mesentérica superior, trombosis de
arteria mesentérica superior, isquemia mesentérica no oclusiva o isquemia focal
segmentaria). Se debe sospechar en pacientes mayores de 60 años con antecedentes
de FA, IAM reciente, ICC, embolia arterial o dolor abdominal posprandial con pérdida
de peso previamente a este episodio.
La colitis isquémica es la forma más frecuente de isquemia intestinal (70 %). Aparece
cuando disminuye el flujo sanguíneo del colon. Su incidencia no se conoce del todo,
porque sus formas más leves están infradiagnosticadas.
5. BIBLIOGRAFÍA
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Hospitalario de Toledo. 4ª ed. 2014. Sanidad y Ediciones SL (SANED). Luzón L,
Montoro MA. Enfermedades del mesenterio. Procesos inflamatorios.
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