Estrategia Nacional de Refuerzo Escolar SJA Ccesa007.pdf
Una misionera en_Malawi
1. EL VERDADERO MUNDO: UNA MISIONERA EN MALAWI
Estos días Malawi ha ocupado las mentes y corazones de los alumnos de "Reli" del IES
Antonio García Bellido.
De la mano de la Hermana María Josefa Lara o Mari Pepa -como ella nos ruega
encarecidamente que la llamemos - hemos recorrido Malawi, un país situado al sureste de
África que ostenta el título de ser uno de los menos desarrollados del continente a la par
que uno de los más densamente poblados. Tiene un bajo índice de vida y una alta tasa de
mortalidad infantil
Malawi es un vocablo africano que traducido al castellano significa llamaradas. Su nombre
es también el del lago que recorre este país ocupando casi una sexta parte del mismo. Este
lago ostenta el título de ser el más largo de África.
Gracias a esta Carmelina Misionera -de la familia carmelita fundada por el Beato Francisco
Palau- hemos conocido la belleza del paisaje y las gentes de este país africano -los bantús-tan
castigado por el hambre, la pobreza y el SIDA.
Mari Pepa estuvo con todos los grupos de ESO y Bachillerato de Religión Católica. Con
una estupenda presentación que ella misma elaboró iba desgranando sus historias mientras
los alumnos la escuchaban con un silencio inusitado. Mirando sus ojos era fácil describir la
fascinación que las palabras de Mari Pepa ejercían sobre ellos
Momento especial sin duda el que vivieron cuando la hermana recitó el Padrenuestro en
una de las principales lenguas indígenas del país: el chichewa.
Sus manos ágiles, recias y fuertes danzaban conforme avanzaban las explicaciones
dibujando las historias y reviviendo los episodios de aquellas gentes. Manos expresivas,
firmes, que asistieron partos, sanaron heridas, resarcieron tristezas, aliviaron corazones,
inyectaron vida, devolvieron sueños.
2. Gracias a ella viajamos al mundo del subdesarrollo y la miseria, pero también al de la
veracidad de los amigos que lo son de verdad.
Su aspecto elegante casi cosmopolita contrastaba con la sencillez del sencillo crucifijo de
madera y factura genuinamente africana, que pendía de su cuello. Se adivinaba: Aquí radica
mi fuerza. Sin Él nada es posible.
"Un muchacho africano que volvió con nosotros al mundo desarrollado no podía
explicarse cómo era posible que hubiéramos renunciado a nuestro civilizado mundo por
irnos con ellos".
Dejar el cielo por el infierno -pensarían-, ¿pero acaso puede ser un infierno un sitio donde
la gente sonríe tanto a pesar de tener tan poco?
La historia se repite: la curva de la sonrisa es inversamente proporcional al grado de
desarrollo.
Ellos en su miseria saben compartir y ser agradecidos. A nosotros nos cuesta saludar al
vecino de escalera.
Mari Pepa y yo nos conocimos casi por casualidad y cuando la escuché hablar sobre la trata
de personas -tema en el que tiene una larga experiencia por su colaboración a través de la
Organización de religiosos y religiosas Talita Kumi- supe que tenía ante mí a una de esas
personas que no se pueden dejar marchar sin haber escuchado antes de una manera plena.
Luego descubrí que también había sido misionera y que había viajado por muchos países.
Será difícil olvidar esa sensación de plenitud que experimentamos. Será difícil también
olvidar el final de su intervención cuando sus ojos y su mente parecían volver a aquellos
lugares remotos tan lejanos y distintos poblados por gentes de piel oscura:"Mil vidas que
tuviera mil vidas que las gastaría en África".
Esta profesión es lo que tiene. Permite tener una vida cuajada de intensos momentos,
repleta de experiencia y vivencias que oxigenan el alma ¡y de qué manera!
Marta Redondo Álvarez
Profesora de Religión Católica