El escroto agudo es una urgencia urológica en la que el paciente presenta dolor intenso de aparición brusca a nivel escrotal y en su contenido, y en la mayoría de las ocasiones con edema.
En la evaluación clínica de este síndrome es fundamental alcanzar un diagnóstico correcto, ya que del mismo dependerá la viabilidad del testículo afectado.
Se trata de un síndrome de aparición aguda, de etiología variable y tratamiento específico, por lo que pueden existir diferencias clínicas dependiendo del proceso que lo genera. Existe una estrecha relación entre los grupos de edad y las patologías responsables de este síndrome.
Las causas fundamentales del síndrome del escroto agudo son la torsión del testículo, la orquioepididimitis aguda y la torsión de los apéndices testiculares, que constituyen el 95% de los casos. Otras causas menos comunes son tumores testiculares, hidrocele a tensión, vasculitis, etc.
2. INDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. ANATOMIA
3. ETIOLOGIA
4. TORSIÓN DEL CORDÓN ESPERMÁTICO O TORSIÓN TESTICULAR
5. TORSION DE APÉNDICES TESTICULARES
6. ORQUIEPIDIDIMITIS
7. OTRAS PATOLOGIAS
a. GANGRENA DE FOURNIER
b. TRAUMATISMO ESCROTAL
3. 1. INTRODUCCION:
El escroto agudo es una urgencia urológica en la que el paciente presenta dolor
intenso de aparición brusca a nivel escrotal y en su contenido, y en la mayoría de las
ocasiones con edema.
En la evaluación clínica de este síndrome es fundamental alcanzar un diagnóstico
correcto, ya que del mismo dependerá la viabilidad del testículo afectado.
Se trata de un síndrome de aparición aguda, de etiología variable y tratamiento
específico, por lo que pueden existir diferencias clínicas dependiendo del proceso que
lo genera. Existe una estrecha relación entre los grupos de edad y las patologías
responsables de este síndrome.
Las causas fundamentales del síndrome del escroto agudo son la torsión del testículo,
la orquioepididimitis aguda y la torsión de los apéndices testiculares, que constituyen
el 95% de los casos. Otras causas menos comunes son tumores testiculares, hidrocele
a tensión, vasculitis, etc.
2. ANATOMIA:
Los testículos son dos órganos encargados de la producción de los espermatozoides y
constituyen la glándula endocrina encargada de la secreción de hormonas sexuales:
testosterona y dihidrotestosterona.
Los testículos están situados en el interior de las bolsas escrotales, inferiormente al
pene. El testículo izquierdo tiende a descender un poco más que el derecho, por lo que
suele encontrarse en una posición ligeramente más baja. Los testículos se desarrollan
en dirección retroperitoneal dentro de la región abdominal; deben desplazarse
caudalmente y cruzar la pared abdominal para llegar al escroto. En la parte más caudal
del testículo se extiende un haz mesenquimatoso rico en matrices extracelulares
denominado el gubernaculum testis.
Los testículos tienen forma ovoide, con eje mayor ligeramente inclinado de superior a
inferior y de anterior a posterior. El volumen y el peso testicular varían
considerablemente dependiendo de las características individuales, aunque el valor
medio suele encontrarse alrededor de los 4-5 cm de longitud, los 3 cm de delante a
atrás y los 2,5 cm de espesor. El testículo está rodeado por la túnica vaginal, por lo que
su superficie es lisa, pulida y brillante. Su consistencia es firme. El borde posterior y el
polo superior se relacionan con el epidídimo y con los vasos del cordón espermático El
apéndice testicular (hidátide sésil de Morgagni), puede observarse entre el testículo y
la cabeza de epidídimo. El polo inferior se encuentra unido al escroto a través del
ligamento escrotal y no está cubierto por la túnica vaginal.
Tal y como ya se ha mencionado, el testículo está rodeado por una túnica albugínea,
una membrana fibrosa, gruesa y constituida por haces entrelazados de fibras de
colágeno, la cual es la encargada de dar el aspecto blanco y brillante a la superficie
testicular. Por término medio, la albugínea tiene un grosor medio de 1 mm, excepto a
4. lo largo del borde posterior del testículo, en donde presenta un ensanchamiento
conocido como mediastino testicular, el cual envía tabiques conjuntivos hasta la
superficie y forma los tabiques testiculares. Estos tabiques testiculares, acaban
dividiendo el testículo en lobulillos testiculares, que suelen tener forma piramidal o
cónica, y se hallan en número de 200 a 300 y suelen estar comunicados en la zona
periférica, ya que los tabiques suelen ser incompletos. Los lobulillos testiculares están
constituidos por los túbulos seminíferos, en los cuales tiene lugar el proceso de
espermatogénesis. Entre los túbulos seminíferos, encontramos tejido conectivo el cual
incluye a las células de Leydig, encargadas de la síntesis de testosterona, vasos
sanguíneos, leucocitos y fibroblastos. Los túbulos seminíferos contorneados de un
mismo lobulillo terminan cerca del mediastino testicular y forman los túbulos
seminíferos rectos. Los túbulos seminíferos rectos acaban desembocando en una red
de conductos anastomosadas entre sí, formando la rete testis o red testicular.
Finalmente, la red testicular da lugar a los conductillos eferentes del testículo.
La vascularización procede de las arterias espermática, deferencial y funicular y su
drenaje venoso se realiza por medio de una red anastomótica pampiniforme que
confluye formando la vena espermática.
5. 3. ETIOLOGIA:
Ninguna de las condiciones responsables de un escroto agudo es patognomónica por sí
misma, pero la combinación de la información obtenida, tanto de la historia clínica
como de La exploración física, nos sugerirá frecuentemente el diagnóstico correcto.
El dolor, la tumefacción o el eritema escrotal pueden deberse a lesiones primarias del
contenido escrotal, por lesiones la pared o la piel, o el origen radicar en el canal
inguinal. En ocasiones, el origen puede ser extraescrotal. Así pues, el diagnóstico
diferencial del escroto agudo configura una larga lista de situaciones que deberemos
identificar:
Alteraciones circulatorias
- Torsión testicular
- Torsión de una hidátide testicular
- Tromboflebitis vena espermática.
Alteraciones infecciosas
- Epididimitis
- Orquitis
- Gangrena de Fournier
Tumores
- Tumor testicular de crecimiento rápido
- Leucemia
Alergia
- Edema escrotal idiopático
- Edema en la púrpura de Shönlein Henoch
- Picadura de insecto
Traumatismo
- Hematoma escrotal
Patología de vecindad
- Hernia inguinal.
- Hidrocele.
- Varicocele.
- Quiste epididimario y espermatocele
No obstante, las causas que constituyen el 95% de los casos se reducen a tres: Torsión
testicular, torsión de apéndices testiculares y orquiepididimitis aguda.
Es precisamente en el diagnóstico diferencial entre la torsión testicular y la
orquiepididimitis donde se plantean los mayores problemas, no sólo por tratarse de las
dos causas más frecuentes, sino también por la similitud de los síntomas, además el
tratamiento es radicalmente diferente en uno y otro proceso.
La incidencia de estas patologías en relación con la edad puede ser punto de referencia
para la orientación diagnóstica.
Así, en el primer año de vida y en la adolescencia es mayor la incidencia de torsión
testicular y de los apéndices, mientras que en fases más tardías de la adolescencia y en
la edad adulta lo es la orquiepididimitis.
6. 4. TORSIÓN DEL CORDÓN ESPERMÁTICO O TORSIÓN TESTICULAR:
La torsión del cordón espermático se considera una urgencia quirúrgica, ya que si no se
establece el tratamiento en un plazo de aproximadamente seis horas puede
evolucionar hasta el infarto de testículo, con la consiguiente pérdida del órgano.
La incidencia es aproximadamente de 1 por cada 4.000 varones menores de 25 años, y
es la causa más frecuente de pérdida testicular en el varón joven. Puede aparecer a
cualquier edad pero presenta dos picos de incidencia, uno durante el primer año de
vida o intrautero y otro en la pubertad, alrededor de los 15 años de edad (entre 12 y
18 años), debido al aumento de tamaño de los testículos en estas edades, aunque la
torsión puede aparecer a cualquier edad. A partir de la adolescencia la incidencia
disminuye progresivamente.
En la mayoría de los casos, la torsión es del cordón espermático al producirse una
rotación axial del cordón sobre sí mismo, de forma total o parcial. El mecanismo causal
de la rotación generalmente es debido a anomalías de la suspensión de la glándula que
condicionan una motilidad alterada de la misma. En la anomalía anatómica más
frecuente, la túnica vaginal visceral rodea por completo el testículo y el epidídimo,
impidiendo la unión del epidídimo a la pared escrotal.
Suele producirse la rotación del cordón espermático tras un estímulo físico intenso, un
traumatismo, un coito, o incluso durante el sueño. Para que se produzcan fenómenos
isquémicos importantes la torsión ha de ser de 360° o más.
La compresión vascular puede desencadenar una necrosis tisular dependiendo del
tiempo transcurrido. La posibilidad de recuperación de un testículo detorsionado en
las primeras 6 horas de evolución es muy alta (90%), pero disminuye hasta el 70%
entre las 6 y las 12 horas, y un 20% después de 12 horas de evolución. La exploración
quirúrgica pasadas 24 horas del inicio del cuadro de torsión conducirá muy
probablemente a la enucleación de la glándula isquémica.
Existen dos tipos de torsiones:
- Torsión extravaginal cuya presentación es infrecuente y se produce casi
exclusivamente en el recién nacido. Representa el 5 % de las torsiones.
La torsión se produce en el anillo inguinal externo. Clínicamente se
manifiesta como una masa escrotal firme y dura que no transilumina,
con edema y enrojecimiento escrotal. Se debe realizar diagnóstico
diferencial con la hernia inguinal estrangulada, la vaginalitis meconial y
el hidrocele a tensión. El testículo suele estar necrótico y el tratamiento
es la orquiectomía
- Torsión intravaginal que es la forma común de presentación en la
adolescencia Este hecho da lugar a una detención del retorno venoso
del testículo, lo que ocasiona una congestión y edema intersticial del
mismo. No siempre es de aparición brusca. Existen formas incompletas,
en algunas ocasiones la torsión se resuelve de forma espontánea, lo que
explica que los pacientes refieren episodios previos de clínica similar. Es
la forma más frecuente y constituye el 95% de los casos.
7. El cuadro clínico se caracteriza por dolor testicular de inicio súbito que puede estar
localizado, no solo en el escroto sino en también en la ingle o el abdomen bajo,
pudiendo llegar a simular un abdomen agudo, frecuentemente ocasionado por algún
factor desencadenante, como un pequeño traumatismo, el esfuerzo físico, las
relaciones sexuales o el estado de excitación prolongado. También aparece
tumefacción escrotal y pueden aparecer náuseas, vómitos o hiperpirexia y raramente
lo hará de síndrome miccional o fiebre.
En ocasiones, un episodio de torsión puede tener antecedentes de cuadros dolorosos
breves y poco intensos previos, con remisión espontánea. A estos episodios repetidos
se les llama subtorsión testicular.
A la exploración física, el testículo suele mostrarse extremadamente doloroso a la
palpación, edematoso y con eritema escrotal. La glándula puede estar elevada y
horizontalizada (signo de Gouverneur).
Al elevar el testículo hacia la sínfisis púbica no disminuye o aumenta el dolor (sigo de
Prehn negativo) y existe ausencia del reflejo cremastérico (reflejo cutáneo que aparece
al rozar la cara superointerna del muslo, produciendo elevación del testículo
homolateral o la contracción de la pared abdominal). La identificación del epidídimo en
posición anterior o lateral y la palpación de un cordón espermático de consistencia
blanda y algo congestivo son indicios muy sugestivos de torsión testicular.
El cuadro clínico caracterizado por dolor escrotal de inicio súbito o gradual con
afectación del estado general debe hacernos sospechar esta entidad.
Si en la exploración física detectamos un testículo ascendido y horizontalizado con el
epidídimo en posición anterior debemos intentar, tras la administración de sedación,
la detorsión manual. Si bien la cirugía es el tratamiento definitivo, podría diferirse en
caso de que la detorsión sea efectiva.
En caso contrario habrá de hacerse urgente a fin de conservar la viabilidad testicular.
En los casos en que exista duda diagnóstica está indicada la realización de una
ecografía doppler, que constituye el método diagnóstico de elección en el escroto
agudo.
El análisis de orina suele ser normal, al contrario que en las epididimitis, donde en la
mayor parte de los casos se objetiva piuria.
La ecografía doppler Permite la visualización de la anatomía intraescrotal y su
vascularización, y puede distinguir áreas de flujo vascular intratesticular normal,
aumentado o ausente. Alcanza una sensibilidad del 80-100% y una especificidad del
100%. La ausencia de flujo arterial es típico de la torsión, mientras que la
hipervascularización es típica de lesiones inflamatorias. A pesar de ser la técnica de
elección puede presentar algunos falsos positivos, ya que el edema y la congestión
secundarios al proceso inflamatorio pueden dar imágenes de vascularización
La gammagrafía testicular con 99Tc pertecnato también permite valorar la
vascularización testicular. En los casos de torsión testicular se aprecia un área de
captación ausente o disminuída rodeada de un área de captación aumentada por
hiperemia reactiva Existen estudios comparativos con la ecografía que demuestran una
sensibilidad y especificidad similar a ésta, sin embargo, presenta la gran limitación de
no estar disponible en los servicios de urgencias.
8. La torsión testicular es un cuadro de escroto agudo que requiere tratamiento
quirúrgico urgente. La precocidad en la instauración del tratamiento es clave para la
preservación del órgano. Únicamente aquellos casos con una evolución superior a las
24 horas permitirán cierta demora terapéutica por la evolución prácticamente segura
hacia la necrosis testicular.
Por lo tanto con la sospecha clínica de torsión testicular, la exploración quirúrgica debe
ser inmediata. Puede intentarse la reducción manual en la sala de urgencias para
mitigar el cuadro álgico en espera de tratamiento quirúrgico. Se trata de una medida
rápida, segura y no invasiva. Tras esta maniobra debe realizarse una ecografía para
comprobar la repercusión testicular. Si esta medida es efectiva, la orquidopexia
(fijación del testículo a la pared escrotal), que constituye el tratamiento de elección de
la torsión podrá realizarse de forme electiva. La vía de acceso quirúrgico
habitualmente es la escrotal. Una vez exteriorizado el testículo y reducida la torsión,
debe valorarse el cambio de coloración del mismo tras su calentamiento con suero
fisiológico, desde el tinte típico cianótico del testículo isquémico, hasta el color
nacarado habitual de la albugínea testicular.En el mismo acto operatorio debe
realizarse la fijación del testículo u orquidopexia con el objetivo de impedir la recidiva
del cuadro. Debe realizarse también la fijación del testículo contralateral ya que la
causa anatómica que predispone a la torsión del cordón espermático es bilateral en
más del 50% de los casos. Cuando se objetiva intraoperatoriamente que el testículo
está necrótico y por tanto su conservación es inviable debe realizarse una
orquiectomía.
El pronóstico del testículo torsionado está en correlación con el tiempo transcurrido
antes de la intervención. Se puede hablar de buen pronóstico si la orquidopexia tiene
lugar dentro de las primeras 6 horas del comienzo de los síntomas. A medida que
pasan las horas el porcentaje de atrofia testicular se incrementa, de forma que por
encima de las 24 horas, el 100% de los testículos sufren necrosis y atrofia. También es
importante en la viabilidad del testículo el grado de torsión del cordón espermático,
pues a mayor número de vueltas del cordón, mayor grado de isquemia.
En lo que respecta a la posible alteración de la fertilidad posterior al episodio
isquémico, existen opiniones dispares, ya que según algunos autores puede afectar a la
espermatogénesis del testículo contralateral y según otros no se han encontrado
alteraciones en el mismo.
En resumen, el retraso en el diagnóstico es la principal causa de los resultados
desfavorables en el caso de la torsión testicular y es por ello por lo que el clínico debe
estar alerta y tener un buen conocimiento y alto índice de sospecha en el caso del
escroto agudo.
5. TORSIÓN DE APÉNDICES TESTICULARES:
El escroto agudo causado por la torsión de estas estructuras está provocado por el
apéndice testicular y el apéndice epididimario en la mayoría de los casos,
representando el primero de ellos el 95% del total. Constituye la segunda causa más
frecuente de escroto agudo en la edad pediátrica
9. Se presenta fundamentalmente en prepúberes con un pico de incidencia a los 10-14
años, es excepcional en mayores de 18 años.
De los cuatro apéndices testiculares existentes, es el apéndice testicular o sésil de
Morgagni el que con más frecuencia (95%) se torsiona. Este resto embrionario
derivado del conducto de Müller se localiza normalmente en el polo superior del
testículo.
La hidátide pediculada de Morgagni o apéndice epididimaria es un resto del conducto
de Wolf y representa solamente el 7% de los apéndices torsionados.
El órgano de Giraldes o paradídimo y el conducto aberrante del epidídimo son también
restos wolffianos pero rara vez están presentes y muy pocas veces se torsionan.
El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de un dolor de comienzo súbito, menor
que la torsión del cordón espermático, raramente acompañado de síntomas
sistémicos, como náuseas y vómitos, sino más bien una sensación de malestar.
Al examen físico podemos encontrar un escroto de aspecto normal que, a la palpación,
es puntualmente doloroso. Es patognomónico la observación mediante
transiluminación de un nódulo azulado (“gota azul”: visualización de la hidátide
torsionada en proceso de necrosis) en el polo superior testicular, siendo el resto de la
exploración normal.
Transcurridas unas horas aparece un hidrocele reaccional y un escroto inflamado que
dificultan la palpación siendo el diagnóstico mucho más difícil. En caso de duda
diagnóstica el ecodoppler permite la confirmación diagnóstica al objetivarse flujo
intratesticular normal e importantes signos de edema en el polo superior del testícular.
El análisis sanguíneo y de orina habitualmente es normal.
Ante un diagnóstico claro, el tratamiento será conservador con analgésicos y
antiinflamatorios y reposo domiciliario el cuadro se resuelve en un período inferior a 7
días. Únicamente se realizará cirugía en los casos de sintomatología persistente o ante
la duda diagnóstica con la torsión testicular.
10. 6. ORQUIEPIDIDIMITIS:
Bajo el término orquiepididimitis de epidídimo-orquitis se engloban dos patologías
diferentes:
- Epididimitis: inflamación del epidídimo.
- Orquitis: inflamación testicular.
Dependiendo de la duración del cuadro puede ser clasificadas en agudas, subagudas o
crónicas:
- Agudas: La duración de los síntomas es menor de 6 semanas y se
caracterizan principalmente por dolor e inflamación.
- Crónicas: El cuadro presenta una evolución más larvada, con dolor y en
general sin inflamación pero con una duración de más de 3 meses.
Se considera la causa más frecuente de escroto agudo a partir de los 17 años de edad.
En la mayoría de los casos, la inflamación permanece confinada al epidídimo
(epididimitis). Cuando el proceso inflamatorio se extiende al cuerpo del testículo
hablamos de orquiepididimitis. La inflamación del testículo de forma aislada es muy
rara, a excepción de la orquitis urliana, que puede aparecer en el curso de una
parotiditis postpuberal. La principal causa de inflamación es la bacteriana, aunque
también podemos hallar inflamaciones abacterianas o causas traumáticas. Su
patogenia se relaciona con la infección ascendente tras la colonización bacteriana o la
infección de vejiga, próstata y uretra. Las vías de infección hematógena y linfática son
menos frecuentes
En el pasado, se pensaba que la epididimitis era causada por la irritación del reflujo
urinario, pero en un estudio publicado en 1979 por Berger, se demostró que las
bacterias eran las responsables en la mayoría de las ocasiones. Los tipos de bacterias
implicadas dependen del rango de edad del paciente.
La epididimitis está causada principalmente por el ascenso de bacterias desde el tracto
urogenital, que bien pueden ser patógenos de transmisión sexual o bien de infecciones
del tracto urinario.
En función de la edad se pueden diferenciar en la mayoría de las ocasiones: en las
edades extremas, niños y varones de mayor edad, los microorganismos más frecuentes
son los patógenos urinarios comunes, como Escherichia coli. En estos casos pueden
asociarse anomalías del tracto urinario que faciliten la infección. Ante cualquier
episodio de epididimitis e infección del tracto urinarioen prepúberes, debe realizarse
un estudio mediante ecografía renovesical y, en algunos casos, cistouretrografía de
vaciado para descartar problemas estructurales
En el grupo de varones sexualmente activos y menores de 35 años suele estar causada
por microorganismos transmitidos por vía sexual de origen uretral (Neisseria
gonorrhoeae y Clamydia trachomatis). En varones homosexuales suele estar causada
por bacterias coliformes y Haemophilus influenzae.
Los factores de riesgo para el desarrollo de epididimitis incluyen la actividad sexual,
actividad física extenuante, montar en bicicleta o moto, y permanecer largos periodos
11. sentados (viajes o trabajo sedentario). En los varones mayores de 35 años y niños
prepuberales deben tenerse en cuenta también las cirugías recientes del tracto
urinario y ciertas patologías obstructivas, como la hipertrofia prostática en los varones
o la estenosis del meato en los niños prepuberales.
La orquitis aislada suele presentarse de forma secundaria a un cuadro vírico sistémico,
frecuentemente causado por el virus de la parotiditis. El cuadro álgico y flogótico suele
durar unos 10 días y habitualmente provoca atrofia testicular.
La clínica se caracteriza por un dolor escrotal de inicio insidioso y progresivo, así como
por un aumento gradual del tamaño de la bolsa hemiescrotal. El dolor suele estar
localizado en la zona posterior del testículo que puede irradiarse hacia el hipogastrio y
hacia el testículo. El dolor es unilateral en la mayoría de las ocasiones, ya que la
epididimitis bilateral solo aparece en un 4% de los casos. Aproximadamente la mitad
de los casos suelen presentar fiebre, así como síntomas miccionales (disuria,
polaquiuria, tenesmo, etc.). Puede evolucionar a absceso escrotal cuyo tratamiento es
el drenaje. La inflamación comienza en la cola del epidídimo y se extiende hacia el
testículo.
La orquitis viral está asociada con un dolor escrotal agudo e inflamación testicular
unilateral principalmente. La infección por el virus de las paperas suele ocurrir cuatro o
siete días después de la parotiditis.
La exploración física constituye una gran herramienta diagnóstica, ya que es necesario
realizar un buen diagnóstico diferencial de escroto agudo. Es importante la valoración
de la puño percusión renal, la cual en caso de ser positiva podría indicar una posible
pielonefritis y la palpación de la región suprapúbica valorando signos de cistitis. La
región inguinal debe ser también explorada en busca de hernias o ganglios linfáticos
inflamados que podrían sugerirnos el origen inflamatorio o infeccioso de la
epididimitis.
Puesto que es necesario realizar diagnóstico diferencial con la torsión testicular, debe
valorarse que el testículo se encuentre localizado en su posición anatómica. El
epidídimo se encuentra indurado e inflamado en los casos de epididimitis, pudiendo
evolucionar a inflamación testicular (orquitis) produciendo un hidrocele reactivo y
eritema escrotal pudiendo simular una torsión testicular. El reflejo cremastérico puede
provocarse al realizar un ligero golpe en la zona interna y superior del muslo, lo que
produce una contracción del músculo cremastérico que tira del testículo hacia el lado
golpeado. Es imprescindible que siempre sea correctamente valorado en la
exploración de un escroto agudo. El reflejo se encuentra intacto en los pacientes con
epididimitis y orquitis, pero suele estar ausente en la torsión testicular, lo que cual nos
permite realizar el diagnóstico diferencial. El signo de Prehn se define como el alivio
del dolor testicular con la elevación testicular, hecho que ocurre en la epididimitis y no
en la torsión testicular.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Como pruebas complementarias debemos
realizar un hemograma en el que se encontrará leucocitosis y neutrofilia así como un
sedimento de orina que puede ser patológico con piuria y/o bacteriuria. Mostrarán
cifras más elevadas cuando el microorganismo causal sea un gram negativo y más
discretas cuando se trate de una ETS
12. En caso de duda diagnóstica podemos recurrir a la ecografía doppler que detectará un
flujo testicular conservado o aumentado y signos sugestivos de orquiepididimitis como
acentuación de septos, existencia de focos hiperecogénicos y epidídimo aumentado de
tamaño. Es importante en los casos de epididimitis evolucionadas la realización de una
ecografía escrotal para descartar absceso o neoplasia testicular. En la mayoría de los
casos se evidencia también un hidrocele reaccional de cuantía variable.
La Sociedad Europea de Urología recomienda realizar cultivo de los principales
patógenos urológicos y la valoración de las enfermedades de transmisión sexual.
Es de gran importancia que todos los estudios microbiológicos (toma de muestras) se
lleven a cabo antes de comenzar la terapia antimicrobiana puesto que tras la toma de
antibióticos, los patógenos apenas pueden ser detectados.
Tras un correcto diagnóstico debe instaurarse un tratamiento empírico sin esperar a
los resultados de cultivos. En caso de sospecha de infección de transmisión sexual se
deberá iniciar tratamiento con ceftriaxona 1g im o iv en dosis única junto con
doxiciclina 100 mg/12 horas, la cual debe mantenerse 10 días.
Tambien hay que tratar a los compañeros sexuales del último mes y evitar el coito sin
protección hasta que el paciente y sus contactos hayan realizado el tratamiento.
Si por el contrario se sospecha infección bacteriana inespecífica disponemos de varias
pautas: ciprofloxaciono 500 mg/ 12 horas, norfloxaciono 400 mg/ 12 horas o
amoxicilina-clavulánico 875 mg/ 8 horas durante 10-14 días. En casos floridos debemos
asociar aminoglucósidos: tobramicina 100 mg im o iv cada 12 horas o gentamicina 240
mg im o iv cada 24 horas.
Además del tratamiento antibiótico existen una serie de normas generales que
favorecen el alivio de los síntomas: actividad física limitada, suspensorio testicular,
aplicación de frío local. Para el control del dolor se recomienda el uso de AINEs que
además favorecen la disminución del proceso inflamatorio. El edema hemiescrotal
puede persistir durante 4-6 semanas después del tratamiento y de forma residual
puede persistir una induración epididimaria indefinida.
El uso de antibióticos no está justificado en el tratamiento de la orquitis viral y la
mayoría de las orquitis asociadas a paperas tienden a la resolución espontánea tras 3-
10 días.
Los enfermos que presentan síntomas de sepsis o un riesgo elevado como pacientes
diabéticos e inmunodeprimidos precisan hospitalización, sueroterapia y antibioterapia
parenteral hasta la desaparición de la fiebre.
Las complicaciones son raras siempre que se establece un diagnóstico y tratamiento
precoz. Entre ellas, la más frecuente es la aparición de un absceso, cuyo tratamiento
requiere drenaje quirúrgico.
Tras el tratamiento, los síntomas suelen resolverse 5-7 días después en el 80% de los
pacientes, y tan solo en un 10 % se mantiene el dolor después de 30 días. El 40-80% de
los varones con epididimitis continúan teniendo un epidídimo palpable tras un mes, e
incluso puede persistir en un 20% de los pacientes tras 3 meses. La epididimitis crónica
es más frecuente en estos pacientes.
13. Diagnóstico
diferencial
Torsión testicular Torsión
Apendicular
Orquiepididimitis
Etiología Alteración
anatómica
Desconocida Infecciosa
Edad Niños y jóvenes <20 10-14 años Adultos
Dolor Agudo Agudo/gradual Gradual
Nauseas/vómitos Frecuentes Infrecuentes Infrecuentes
Fiebre Infrecuente Infrecuente Frecuente
Sint. miccionales Infrecuentes Infrecuentes Frecuentes
Tamaño testicular Aumentado Normal Aumentado
Signo de
Gouverneur
Presente Ausente Ausente
Signo de Prehn Negativo +/- Positivo
Reflejo
cremastérico
Ausente +/- Presente
Sedimento orina Normal Normal Piuria
Hemograma Normal Normal Leucocitosis
Eco Doppler. Flujo
arterial
Disminuido/ausente Normal/disminuido Aumentado
Tratamiento Detorsión manual.
Exploración
quirúrgica
Sintomático ATB y AINEs
14. 7. OTRAS PATOLOGIAS:
a. GANGRENA DE FOURNIER:
Se trata de una gangrena genitalperineal necrosante rápidamente progresiva con alta
mortalidad. Afecta a varones en la 6ª-7ª década de la vida.
Es más frecuente en diabéticos, alcohólicos, tras un traumatismo o en pacientes a
tratamiento esteroideo.
El mecanismo desencadenante y la puerta de entrada suelen ser patologías
genitourinarias y anorrectales. La infección suele ser multibacteriana incluyendo
gérmenes aerobios y anaerobios.
Los síntomas son de rápida instauración, evolucionando en horas, con fiebre,
escalofríos, dolor intenso penoescrotal y perineal y grave alteración del estado
general.
En la exploración física se aprecia inicialmente que la región cutánea afectada está
eritematosa y edematosa, transformándose en su evolución en áreas necróticas, con
enfisema subcutáneo, crepitación y dolor a la palpación.
La infección superficial progresa rápidamente hacia el abdomen, tórax y miembros
inferiores produciendo un cuadro séptico.
Precisa drenaje y desbridamiento radical además de antibioterapia intensa
b. TRAUMATISMO ESCROTAL:
Se trata de un golpe directo en el testículo que lo comprime contra la sínfisis del pubis.
El dolor es la manifestación clínica más frecuente. Es un dolor repentino e intenso, con
una irradiación típica, siguiendo el trayecto del cordón por el canal inguinal y puede
llegar hasta el riñón. Se produce un aumento progresivo del volumen escrotal y de su
coloración, con desaparición de las arrugas características del escroto. Esta inflamación
escrotal puede traducir la presencia de: edema escrotal, hidrocele reaccional,
hematocele, orquiepididimitis traumática, y puede o no, estar asociado a rotura
testicular.
La exploración física de estos pacientes debe intentarse siempre, sin embargo, en
ocasiones esto es imposible, ya que el exquisito dolor así como la presencia de
hematoma y edema la hace imposible. Una técnica utilizada es la transiluminación
escrotal que es negativa en casos de hematomas y positiva en caso de hidroceles. El
estudio por imágenes de elección en los traumatismos cerrados es la ecografía
escrotal.
Por lo tanto:
15. - Los traumatismos leves serán aquellos con poca sintomatología,
permitiendo una exploración física adecuada y pudiendo identificar las
partes del testículo. Ejemplos de este tipo de lesión son: contusiones o
hematomas escrotales simples, o epididimitis postraumáticas. El
tratamiento conservador de estas lesiones consistirá en: reposo en
cama, elevación escrotal mediante suspensorio, hielo local, analgésicos
y /o antiinflamatorios.
- Los traumatismos graves, son todos los no incluidos en el concepto de
leves. En este tipo de traumatismo la ecografía puede ayudar a decidir
el tratamiento de tal manera que:
Si no hay hematocele: tratamiento conservador o cirugía si hay
rotura de la albugínea.
Si hay hematocele: exploración quirúrgica.
16. 8. BIBLIOGRAFIA:
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