Joseph Ratzinger analiza las aproximaciones de la fe en el mundo actual. Según Ratzinger, la fe es un don de Dios que requiere una conversión y decisión existencial de acoger lo que se ha recibido de Dios a pesar de las dudas. La fe es también un acto personal e interpersonal de confiar en Dios como persona a través del encuentro con Jesús.