El documento describe el capital intelectual en las empresas. Explica que el capital intelectual se compone del capital humano y el capital estructural. El capital humano incluye las competencias, actitudes y agilidad intelectual de los empleados, mientras que el capital estructural incluye las relaciones, organización y procesos, y capacidad de renovación y desarrollo de una empresa. También forma parte del capital intelectual el capital de clientes y el capital social. La gestión efectiva del capital intelectual es fundamental para que las empresas generen ventajas competitivas sostenibles
Rendicion de cuentas del Administrador de Condominios
El Capital Intelectual en las Empresas
1. EL CAPITAL INTELECTUAL EN LAS EMPRESAS
Fuentes
Bradley, K. (2003). Intellectual capital and the new wealth of nations II. Business Strategy
Review, Vol. 8, Nº 4, pp. 33-44
Brooking, A. (1997). El capital intelectual. Barcelona: Paidós.
Dragonetti, N. et al. (1997). Capital intelectual. El valor intangible de la empresa.
Barcelona: Paidós.
Drogonetti, N. y Roos, G. (1998). La evaluación de ausindustry y el business network
programme: una perspectiva desde el capital intelectual. Boletín de Estudios Económicos,
164.
Edvisson, L. y Malone, M. (1999). El capital intelectual: cómo identificar y calcular el
valor de los recursos intangibles de su empresa. Barcelona: Gestión 2000.
Hall, R. (1993). A framework linking intangible resources and capabilities to sustainable
competitive advantage. Strategic Management Journal, Vol. 14, pp. 607-618.
Monagas–Docasal, M. (2012). El capital intelectual y la gestión del conocimiento.
Ingeniería Industrial, Vol. 33, Nº 2, pp. 142-150.
Roos, G. & Roos, J. (1997). Measuring your company’s intellectual performance. Long
Range Planning, Vol. 30, Nº 3, pp. 413-426.
Roos, J. et al. (1997). Intellectual Capital: Navigating the New Business Landscape.
London: Macmillan Press.
Sainz González, J. (2009). Conocimiento, redes y actividad económica: un análisis de los
efectos de red en la economía del conocimiento. uocpapers, Nº 8.
Steward, T. (1998). La nueva riqueza de las organizaciones: el capital intelectual.
Barcelona: Granica.
Desarrollo
Como señalamos en publicaciones anteriores, de acuerdo a la teoría económica tradicional,
los tres factores principales de producción son la tierra, el capital y el trabajo, pero en los
últimos años comenzó a considerarse como muy importante un nuevo factor: el
conocimiento. En realidad, el conocimiento ha estado siempre presente en el proceso
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2. productivo y ha posibilitado el desarrollo económico. Pero, en los últimos años ha adquirido
mayor importancia en las empresas debido a la transición acelerada de una economía
industrial a otra basada en el conocimiento (Sainz González, 2009).
En el pasado los activos intangibles de las empresas no fueron considerados por los
contadores por su dificultad para valorarlos y porque no suelen tener valor de intercambio;
por lo tanto, solamente tenían en cuenta los activos tangibles. En la actualidad, los activos
intangibles son considerados por las empresas como una fuente de ventaja competitiva
sostenible en el tiempo (Hall, 1993). En este sentido, el conocimiento es considerado un
activo intangible estratégico para las empresas (Drogonetti y Roos, 1998; Dragonetti et al.,
1997).
Algunos autores (Edvinsson y Malone, 1997; Roos & Roos, 1997; Brooking, 1997; etc.)
clasificaron bajo el nombre de Capital Intelectual todos los activos intangibles y analizaron
sus interconexiones.
El Capital Intelectual se expresa principalmente en un proceso de desplazamiento del valor
de la empresa de los activos tangibles a los intangibles. Las empresas, históricamente, fueron
diseñadas para atraer Capital Financiero para alcanzar sus metas organizacionales. En la
actualidad, se considera que el Capital Intelectual es la principal fuente de crecimiento y
desarrollo de una empresa. Edvinson y Malone (1999) presentan el concepto de Capital
Intelectual mediante la utilización de la siguiente metáfora: “Una empresa es como un árbol.
Hay una parte que es visible (las frutas) y una parte que está oculta (las raíces). Si solamente
te preocupas por las frutas, el árbol puede morir. Para que el árbol crezca y continúe dando
frutos, será necesario que las raíces estén sanas y nutridas. Esto es válido para las empresas:
si sólo nos concentramos en los frutos (los resultados financieros) e ignoramos los valores
escondidos, la compañía no subsistirá en el largo plazo”.
El valor total de una empresa proviene del Capital Financiero (activos físicos y monetario) y
por el Capital Intelectual. Este último puede dividirse en dos categorías, el capital humano y
el capital estructural, con tres subdivisiones cada una (Roos et al., 1997). Por otra parte, el
Capital Intelectual también incluye el Capital Cliente y el Capital social.
En la Fig. 1 describe lo señalado anteriormente:
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3. Fig. 1: Árbol de Configuración de Valor
De acuerdo a Roos et al. (1997), el Capital Intelectual está integrado por el Capital Humano
y el Capital Estructural.
El Capital Humano se refiere a la capacidad de los empleados de agregar valor a una
empresa. Esta capacidad depende de los siguientes componentes:
Competencias: Las competencias de los empleados agregan valor para el cumplimiento
de los objetivos organizacionales.
Actitud: Es la predisposición mental de los empleados a agregar valor a la empresa. De
nada sirve que los mismos cuenten con los conocimientos y las habilidades necesarias si
no están motivados para aplicarlos de manera efectiva. Una patología organizacional
típica, que muchas veces pasa desapercibida, es aquella en la cual se evidencia que los
empleados desempeñan su rol con el menor esfuerzo posible y utilizan sus
conocimientos y habilidades para fines personales. .
Agilidad Intelectual: Describe la capacidad de generar valor orientado a los fines
organizacionales. Es un atributo que se consigue a trasvés de los procesos de Selección
y Desarrollo de Recursos Humanos. El mismo, está relacionado con el cociente
intelectual de los miembros de la organización.
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Valor Total
Capital Financiero Capital Intelectual
Capital Humano Capital Estructural
Competencias Actitud Agilidad
Intelectual
Relaciones
Organización
y Procesos
Renovación
y Desarrollo
Capital Social Capital Cliente
4. El Capital Estructural de la organización se materializa en su forma de hacer las cosas, su
vinculación con el entorno y su capacidad para producir innovaciones. El mismo, se
compone de los siguientes componentes:
Relaciones: Se refieren a todas las conexiones con el entorno capaces de generar valor.
En la práctica se transforman en recursos concretos que permiten lograr transacciones
que contribuyen a alcanzar los objetivos organizacionales. En esta categoría se incluyen
las relaciones con los distintos stakehoulders (todos los individuos o las organizaciones
afectadas por las actividades de la empresa): clientes externos, clientes internos
(empleados), proveedores, Organizaciones no Gubernamentales (ONGs), etc.
Organización y Procesos: Son el producto de un trabajo intelectual y de la experiencia
de los empleados que permiten lograr los objetivos organizacionales.
Renovación y Desarrollo: Toda organización debe crear continuamente nuevos
productos o servicios para conservar su competitividad en el mercado. Por lo tanto, debe
disponer de los conocimientos necesarios para mantener este ritmo de innovación que
permita alcanzar los objetivos organizacionales.
Por otra parte, el Capital Intelectual también incluye otros dos capitales:
Capital Cliente: El conocimiento de las necesidades y expectativas de los clientes
externos permite diseñar y brindar productos y servicios adecuados que los satisfagan.
La fidelidad de los clientes externos a una marca es un índice de Capital Cliente.
Capital Social: Es la medida del bienestar de la organización y su entorno que permiten
crear condiciones favorables para agregar valor a la empresa y cumplir con los objetivos
organizacionales. En este sentido, las buenas relaciones humanas, contar un código de
ética interna, con reglas claras, constituyen un contexto favorable para que los
empleados liberen su potencialidades.
De acuerdo a lo señalado anteriormente, el capital intelectual es la principal fuente de valor
de las empresas. Por lo tanto, las mismas deben prestar especial atención a la gestión eficaz
del capital intelectual. Al respecto, en la actualidad, se ha incluido una nueva definición de
Gestión del Conocimiento (ver la publicación “Gestión del Conocimiento”): conjunto de
procesos y sistemas que permiten que el Capital Intelectual de una organización aumente de
manera significativa con el objetivo final de generar ventajas competitivas sostenibles en el
tiempo (Steward, 1998). Además, para Bradley (2003), la gestión del conocimiento es la
gestión y movilización de los activos intangibles de la empresa sobre los que debe
sustentarse la capacidad de aprendizaje y mejora continua de la organización. De acuerdo a
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5. los conceptos señalados, la gestión del conocimiento es la base para la generación del capital
intelectual.
La descripción exhaustiva de los componentes del Capital Intelectual sirve para entender
cual es el objeto concreto de la Gestión del Conocimiento (Monagas–Docasal, 2012).
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