2. DEFINICIÓN
Infección dermohipodérmica por Streptococcus pyogenes o
Staphylococcus aureus, que afecta principalmente las piernas y
se caracteriza por pústulas que pronto generan úlceras en
sacabocados de evolución tórpida; es más frecuente
en individuos desnutridos o alcohólicos crónicos.
3. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
Predomina en climas tropicales y estratos socioeconómi
cos bajos; en personas con desnutrición, alcohólicos cróni
cos y pacientes con inmunodefi ciencia.
4. ETIOPATOGENIA
Al principio se origina por estreptococo beta-hemolítico
del grupo A (S. pyogenes); después se agregan S. aureus y
gramnegativos. La causa suele ser una picadura de insecto
o traumatismos; puede ser secundario a un impétigo; es fa
vorecido por autoinoculación y por mala higiene en un en
torno predisponente caracterizado por desnutrición, linfe
dema, alcoholismo o inmunodefi ciencia.
5. CUADRO CLÍNICO
Puede ser unilateral o bilateral, y se localiza por lo común
en piernas, dorso del pie, muslos y glúteos; se caracteriza
por vesículas o pústulas que se agrupan en una placa erite
matosa, se rompen tempranamente y dan lugar a una ulce
ración de uno a varios centímetros de diámetro, bien deli
mitada, en sacabocados, de bordes violáceos netos, cortados
a pico y de fondo necrótico (fi g. 77-1).
La evolución es crónica, tórpida y dolorosa; al sanar
deja cicatriz; se acompaña de síntomas generales y en oca
siones de fi ebre.
6. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Impétigo (fi g. 72-2), micobacteriosis cutánea ulcerosa (fi g.
84-2), leishmaniasis cutánea (fi gs. 90-1 y 90-2), pioderma
gangrenoso (fi g. 164-3), ántrax (fi g. 79-1), calcifi laxis, ém
bolos sépticos, mucormicosis (fi g. 103-5) y aspergilosis cu
táneas. El ectima gangrenoso también es de origen infeccio
so y predomina en pacientes inmunosuprimidos, depende
de Pseudomonas aeruginosa y empieza con lesiones mácu
lo-papulares, ampollas hemorrágicas que dan lugar a úlce
ras con tejido necrótico; el tratamiento es con desbridación
quirúrgica y antibioticoterapia con quinolonas.
7. TRATAMIENTO
Localmente, fomentos con sulfato de cobre al 1 por 1 000 y pomada de yodoclorohidroxiquinoleína
(clioquinol [Vioformo]) a 1 a 3%; se puede usar mupirocina o fusidato de sodio (ácido fusídico).
Por vía sistémica se usan antibióticos o sulfamidas; los de primera línea son dicloxacilina, 250 a 500
mg por vía oral cada 6 horas durante 5 a 7 días; amoxicilina con ácido clavulánico 250 a 500 mg cada
6 horas, o cefalexina, 1 a 2 g/día (25 a 60 mg/kg).
Los de segunda línea son azitromicina, 500 mg/día durante tres días, o clindamicina, 15 mg/kg/día
divididos cada 8 horas. También se usa penicilina G procaínica, 800 000 U/día durante 10 días; se
continúa con penicilina benzatínica, 1 200 000 U cada ocho días durante 1 a 2 meses.
Asimismo, puede utilizarse eritromicina o tetraciclina, ambas 1 a 2 g/día, o
trimetoprimsulfametoxazol, 400 mg/80 mg.
Todos estos fármacos se administran durante 10 días.