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Práctica pedagógica, francisco mercado mercado
1. Caracterización de las Prácticas Pedagógicas
¡Hola! Mi nombre es Francisco Mercado Mercado, soy docente del nivel de
educación básica, ciclo de primaria en la Institución Educativa Juan XXIII, Sede La
Esperanza del municipio de Montería, departamento de Córdoba, Colombia. La
Esperanza es una de las cinco sedes que conforman la Institución Educativa Juan XXIII,
está ubicada en el barrio que lleva su mismo nombre, en la margen izquierda del río
Sinú, y atiende una población estudiantil que vive en condiciones de vulnerabilidad
económica y social, principalmente habitantes de los barrios La Esperanza, Manuel
Jiménez, Sucre y algunas fincas aledañas al sector. No obstante, son en su mayoría
niños y niñas, cariñosos, amables, colaboradores y deseosos de aprender y salir
adelante, con las deficiencias propias de este tipo de población, independientemente del
lugar específico del país en el que se encuentren ubicados.
A continuación presento, más que una clase propiamente dicha, una metodología, un
estilo de trabajo docente, inspirado en el Modelo Pedagógico Social Cognitivo que
ilumina nuestras prácticas pedagógicas en la Institución Educativa Juan XXIII de
Montería.
En cualquiera de las áreas, habitualmente, las clases las inicio a partir de una
pregunta que pretende indagar por los conceptos o conocimientos previos que
poseen los estudiantes sobre la temática a tratar, de tal manera, que ellos entren
en sintonía con la clase a desarrollar, y de paso, llamar su atención y disposición
para el trabajo y la apropiación de aprendizajes. Dicha(s) pregunta(as),
generalmente, la(s) desarrollamos por escrito en la libreta o cuaderno de apuntes
y son socializadas en voz alta las respuestas por algunos estudiantes. Esto lo
llevo a cabo así, por aquello de contribuir al desarrollo de competencias básicas y
ciudadanas, principalmente.
Luego, aprovechando algunas de las preguntas desarrolladas, generalmente la
última de ellas, se le da continuidad a la clase, es decir, a la temática en
desarrollo, la cual se va tratando siguiendo una lógica inductiva o deductiva
según la complejidad o novedad del conocimiento, contando casi siempre con el
apoyo de presentaciones con imágenes, textos o gráficos en diapositivas y/o
vídeos didácticos.
Durante la explicación de la temática, los estudiantes hacen preguntas o aportes
desde su experiencia o vivencia personal, familiar o social; cuentan anécdotas,
cuentos, etc., sin olvidar la visibilización de la conexión o relación de los
conocimientos con su utilidad en la vida diaria inmediata o futura; y a medida
que avanza la explicación se van tomando notas en la libreta o cuaderno de
apuntes, los cuales se dinamizan, con dibujos o gráficos, siempre mediados con
preguntas, del tipo, si esto se dio en el año tal… cuántos años hacen que ocurrió,
cuál fue el aporte que hizo…, por qué esto es importante para la humanidad, etc.
2. Después, sigue un momento para la reflexión o aplicación conceptual o también
llamado “Desarrollo mis competencias” para el caso de las áreas de
Humanidades-Lengua Castellana, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias
Naturales, consistente en un Taller o conjunto de preguntas, ejercicios o
problemas que le apuntan a la puesta en escena de los conocimientos
desarrollado, con énfasis en los procesos cognitivo, personal o social, según el
perfil de la respectiva área en estudio. Es decir, que todo lo desarrollado en el
aula de clase y vivenciado en la institución, está atravesado por la formación
integral, o al menos, por intentar propiciar su búsqueda o desarrollo en los
estudiantes…
Como el momento para la reflexión o aplicación conceptual, generalmente, no se
alcanza a desarrollar todo durante la clase, también se hace extensivo para la
casa a modo de tarea, “pedida por ellos mismos”. Para terminar dicha actividad o
tarea a veces es suficiente con el esfuerzo del propio estudiante, en otras
ocasiones basta preguntarle a los padres de familia o a cualquier adulto de la
casa y en otras oportunidades es necesario acudir a la búsqueda en internet,
libros de texto, diccionarios, enciclopedias, etc.
Finalmente, al regresar de nuevo al aula, se abre un espacio para la puesta en
común del trabajo realizado, con la opción de que cada estudiante por sí solo
pueda validarlo, confirmarlo, retroalimentarlo y/o complementarlo según el caso,
o este complemento lo aporta el docente cuando la situación o las circunstancias
así lo amerite. Cerrando de esta manera un ciclo de clase para cada tema
tratado, el cual es aprovechado para evaluar el proceso de crecimiento de los
estudiantes, ponerle un visto bueno en su libreta o cuaderno “a petición de ellos
mismos” e ir tomando las notas-calificaciones que se requieren para efectos de
llevar a cabo o no la promoción escolar.
Elaborado por: Francisco Mercado Mercado. Docente Institución Educativa Juan XXIII,
Sede La Esperanza. Montería, junio 19 de 2016.