La deficiencia de yodo puede causar graves consecuencias como bocio, hipotiroidismo, discapacidad intelectual y cretinismo. La evaluación de la deficiencia de yodo incluye mediciones de yodo en orina y tiroides, así como niveles de TSH y tiroglobulina. La profilaxis se logra mediante la yodación de la sal, suplementos de aceite yodado u otros. El bocio es la manifestación más común y su tratamiento incluye yodo, radioyodo o cirugía para casos obstructivos o malignos.