Los niños que se gradúan del jardín de infancia han pasado cinco años desarrollándose emocional, social y académicamente. Se llevan habilidades como comunicarse efectivamente, respetar a los demás, tener confianza en sí mismos, valorar el medio ambiente y establecer relaciones lógico-matemáticas. Además, han aprendido a ser más autónomos y a compartir respetando las diferencias.