Este documento discute el papel de la escuela en una sociedad multicultural y globalizada. Explora los límites entre las identidades nacionales y étnicas, y argumenta que la escuela debe promover la ciudadanía sobre la cultura para evitar el totalitarismo o sectarismo. También examina los desafíos de la competencia global y cómo la educación pública puede fomentar la cohesión social en una era de desigualdad.