La educación actual prioriza asignaturas como matemáticas e historia y descuida el arte y la música, lo que limita el desarrollo de la creatividad de los estudiantes. Los programas educativos se enfocan solo en una parte de la formación y no cultivan valores y principios. La educación teórica no da espacio para que los estudiantes expresen su creatividad. Se necesita una educación integral que identifique las potencialidades individuales y las fortalezca, y que promueva el trabajo en equipo entre estudiantes y maestros.