La maniobra de Kristeller consiste en aplicar fuerte presión manual en el costado izquierdo del útero de la parturienta para lograr la expulsión del bebé. Fue creada por el ginecólogo Samuel Kristeller en 1867, pero se ha asociado con hemorragias, laceraciones y lesiones en la madre y el bebé. La OMS clasifica esta práctica como de uso cauteloso debido a que no está demostrada su efectividad y podría ser dañina.