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TEMA 25. LA COHESIÓN TEXTUAL: ESTRUCTU-
RAS, CONECTORES, RELACIONANTES Y MARCAS
DE ORGANIZACIÓN
0. INTRODUCCIÓN
En este tema se abordan conceptos relevantes para el es-
tudio del texto en cuanto a sus estructuras y relaciones.
Beaugrande y Dressler, en 1981, establecieron siete es-
tándares que cualquier texto debe tener: cohesión,
coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, situacionali-
dad, intertextualidad e informatividad. Los dos primeros,
son los que componen la «textura textual». De ellos, la
cohesión parece abrir perspectivas nuevas al estudio de
la comprensión del discurso. La cohesión de un texto está
asegurada mediante el empleo de procedimientos lingüís-
ticos apropiados que relacionan los elementos que se
suceden a lo largo del discurso y que determinan su es-
tructuración (elección del artículo definido/indefinido,
pronominalización, empleo de expresiones anafóricas, de
conectores y otros operadores argumentativos, etc.). Estas
marcas lingüísticas funcionan como marcas o instruccio-
nes para el oyente y actúan de manera crucial en la
comprensión y memorización de los textos: su importan-
cia ha sido destacada a partir de experimentos que
muestran que la supresión de ciertas clases de marcas,
por ejemplo de los conectores, afecta a la representación
del texto en la memoria. La comprensión de un discurso
aparece así como la construcción de una representación
integrada, progresivamente retocada y enriquecida, en la
que el tratamiento de las marcas lingüísticas desempeña
una función de primer orden.
Algunos autores consideran la cohesión como “coheren-
cia superficial”, dado que se trata de mecanismos visibles
que aportan coherencia al texto. Por ejemplo, Charolles
(1978), permite hacer coincidir los procedimientos para
lograr coherencia con los mecanismos de la cohesión al
formular sus relgas de repetición, progresión, no-contra-
dicción y de relación. Desde este punto de vista, la
cohesión constituiría una de las más importantes mani-
festaciones de la coherencia, identificable a partir de
elementos visibles y materiales.
1. LA COHESIÓN TEXTUAL
La cohesión1 es la propiedad que incluye los mecanismos
formales, fundamentalmente gramaticales y léxicos, que
se utilizan para explicitar las relaciones existentes entre
las diferentes partes del texto, sobre todo entre oraciones
y párrafos. Es el centro de la llamada «gramática del
texto», puesto que incluye las manifestaciones explícitas
1 Definición cohesión del CVC: La cohesión es la propiedad textual por la
que los textos se presentan como unidades trabadas mediante diversos
mecanismos de orden gramatical, léxico, fonético y gráfico. La establece
el emisor y el destinatario la reconoce, y se materializa en guías puestas
en el texto por aquél a disposición de éste, con el fin de facilitarle su
proceso de comprensión del mismo. Para ello se recurre a tres grandes
tipos de mecanismos lingüísticos: la referencia, la progresión temática y
la conexión. Estos establecen relaciones entre diversas unidades de la
superficie del texto (palabras, frases, párrafos, enunciados...).
de fenómenos de coherencia y adecuación (María Josep
Cuenca).
La cohesión textual tiene su fundamento en la unidad se-
mántica de las secuencias, que se hace patente en la
correferencia sintáctica de los elementos que las consti-
tuyen. La cohesión se cumple, pues, de dos maneras:
a) Cohesión sintáctica: conecta los diferentes sintag-
mas y oraciones mediante conectivos o nexos de
relación, sin los cuales el texto sería una sucesión
de palabras sin aparente concomitancia. En este
sentido, la cohesión es una propiedad de la es-
tructura formal y superficial del texto.
b) Cohesión semántica: también llamada coheren-
cia global, local y lineal, que conecta las oraciones
de una secuencia y las diferentes secuencias en-
tre sí mediante una relación temática que se
proyecta en la estructura superficial mediante co-
nectivos y nexos de relación.
La macroestructura temática contribuye a hacer posible
la cohesión sintáctica y semántica de los componentes de
un texto. La coherencia funciona organizando las micro-
estructuras del texto en función de las exigencias del
tema. Por tanto, en el texto hay una serie de elementos
organizados, conectados, concordantes, que están ejer-
ciendo la función de organizadores textuales a nivel de las
microestructuras para dotar al texto de esa tensión super-
ficial que es la cohesión.
Como se ha dicho más arriba, la cohesión manifiesta la
coherencia a partir de elementos lingüísticos visibles y
materiales. Se da en el orden interior del texto y funciona
como un conjunto de enlaces intratextuales para estable-
cer las relaciones semánticas que precisa un texto para
constituirse como unidad de significación. Estos enlaces
se establecen tanto en un texto construido por interlocu-
tores diferentes (una conversación) como por un mismo
locutor (exposición de un tema).
Existen tres grandes bloques de mecanismos de cohe-
sión:
- La modalización à incluye dos mecanismos que
manifiestan relaciones de adecuación.
- El discurso citado
- Los mecanismos de referencia y conexión
Según su naturaleza estructural, los procedimientos de
cohesión se pueden agrupar en:
- Mecanismos de referencia
- Conexión
- Marcas de la actitud del emisor y las voces del
discurso
Las principales relaciones de superficie textual (cohe-
sión) según Halliday y Hasan (1976) son:
Algunos autores habían considerado la coherencia y la cohesión textual
como dos propiedades indiferenciadas, pero actualmente se reserva el
nombre de cohesión para las relaciones de la superficie textual. La cohe-
sión no es una propiedad necesaria ni suficiente de la textualidad; esta
depende en última instancia de la coherencia, como propiedad pragmá-
tica que establecen conjuntamente los interlocutores, recurriendo al
conocimiento del mundo que comparten.
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a. Sustitución: reemplazo de una palabra o grupo de
palabras, o de un segmento de oración por una
palabra “comodín”. El lector u oyente puede com-
pletar el elemento correcto basándose en lo
precedente.
b. Elipsis
c. Referencia
d. Conjunción: relación que indica la manera en que
la oración o proposición siguiente debe vincularse
con la oración o parte de oración anterior o pos-
terior. Esto, habitualmente, se logra por el uso de
conjunciones.
e. Cohesión léxica: no se refiere a las conexiones gra-
maticales y semánticas, sino a las conexiones
basadas en las palabras empleadas. Pueden dis-
tinguirse la reiteración y la colocación.
2. LOS MECANISMOS DE REFERENCIA
Gran parte de la progresión del contenido de un texto se
basa en el establecimiento de referentes y su recupera-
ción textual. Este encadenamiento es posible gracias a los
mecanismos de referencia, que manifiestan una relación
entre dos elementos:
(A) pone el significado (el antecedente) – (B) se en-
tiende total o parcialmente en relación al primero
(elemento de referencia no autónoma).
El elemento que activa una relación referencial puede te-
ner naturaleza gramatical o léxica. Esta es una diferencia
muy importante, dado que los elementos gramaticales re-
toman el referente garantizando el mantenimiento de
marcas gramaticales (persona, género, número), mientras
que los léxicos nos aportan información adicional, objetiva
o subjetiva, respecto al referente. Este último es lo que se
conoce como cohesión léxica.
Las relaciones de referencia pueden tipificarse del si-
guiente modo:
Grosso modo, se incluyen dentro de los mecanismos de
referencia las siguientes características:
1) DEIXIS (exofórica): marcas gramaticales que relacio-
nan el texto y el contexto extralingüístico, ya que se
interpretan a partir de un elemento de la enunciación
(interlocutores, espacio, tiempo). Según el elemento de
la enunciación, hablamos de deixis:
- personal: señala o incluya al emisor y al receptor
- espacial: se interpreta en relación a la distancia res-
pecto al emisor
- temporal: se interpreta en relación al tiempo de la
enunciación
2) DEIXIS (endofórica): son la anáfora y la catáfora, mar-
cas gramaticales que se interpretan en relación a un
elemento del contexto lingüístico: Ayudé a Juan, pero él
no lo sabe. Con ello tiene relación el concepto de defi-
nización: El artículo ejerce una función de
correferencia que nos informa de si el sintagma a que
acompaña está actualizado o no. El artículo determi-
nado caracteriza al sustantivo anafóricamente, el
indeterminado o indefinido, de forma catafórica. Así,
los elementos temáticos se unen con el artículo defi-
nido y los remáticos con el indefinido.
3) ELIPSIS: variante de la anáfora en la que, en vez de un
elemento gramatical, tenemos un elemento omitido
que se interpreta en relación a un elemento del con-
texto lingüístico: Álex preguntó el precio, porque Ø no lo
sabía. Reduce la redundancia y aligera el peso que su-
pondría la repetición. Resulta en estructuras que se
procesan gracias a la consulta de expresiones vecinas.
4) COHESIÓN LÉXICA: relación anafórica entre dos o
más elementos léxicos de significado pleno: Álsex se lo
preguntó a Juan, pero el pobre hombre no sabía nada. Se
pueden diferenciar dos grandes tipos de relaciones de
cohesión léxica:
a. De referencia:
i. repetición (coche-coche) à repetición, igualdad
de forma, referente y sentido.
ii. sinonimia (coche-auto) à reiteración, igualdad
de referente y sentido, no de forma. La sinoni-
mia estricta es poco habitual, es mucho más
frecuente la relación referencial a partir de un
hiperónimo.
iii. hiperonimia – hiponimia (coche-vehículo) à
reiteración, igualdad de referente y forma.
iv. metáfora o metonimia
v. calificaciones valorativas
vi. sustitución por proformas léxicas (hacer, cosa,
cuestión, ideal, lugar, hecho…)
b. De sentido (asociación):
i. por contraste (derrota, perder-triunfo, ganar)
ii. enciclopédica (coche, rueda, aparcar, velocidad)
5) CORRELACIÓN DE TIEMPOS VERBALES: uso de al-
gunos tiempos verbales de indicativo en relación al
tiempo de la enunicación (contexto extralingüístico) o
a un tiempo introducido en el contexto lingüístico. Los
primeros se interpretan deícticamente respecto al
ahora y los segundos anafóricamente respecto a un
tiempo deíctico del pasado, el entonces.
PROCEDIMIENTOS LÉXICOS DE MANTENIMIENTO DEL
REFERENTE:
Los procedimientos de sustitución permiten incorporar la
subjetividad y la modalización porque aportan la visión
del hablante. Existe una amplia posibilidad de reformula-
ción que el hablante tiene a su alcance para mantener y
matizar los referentes discursivos y la capacidad de pro-
porcionar una orientación argumentativa a sus enunciados,
según la elección léxica efectuada. Desde el punto de vista
de la interpretación y la lectura, en el léxico se manifiesta
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el punto de vista, la opinión y la ideología de quien ha
elaborado el texto.
El conjunto de relaciones logradas a partir de procedi-
mientos de sustitución léxica y a partir de relaciones
semánticas de diversos tipos constituyen las cadenas no-
minativas, como las denomina Viehweger. Se llaman
asimismo isotópicas, ya que mantienen un tema común,
asegurando la continuidad del discurso.
PROCEDIMIENTOS GRAMATICALES DE MANTENIMIENTO
DEL REFERENTE:
Muchos autores están de acuerdo en considerar que el
origen de la referencia deíctica y la anafórica tienen su
origen en la deixis, fenómeno según el cual elementos lin-
güísticos determinados adquieren su significado pleno
anclados en una situación enunciativa (yo, ayer, aquí, an-
tes, estas). El contexto situacional proporciona en el
intercambio oral cara a cara el sentido preciso de estas
palabras. Esta visión es calificada de simplista por GUTIÉ-
RREZ ORDÓÑEZ.
Existen unas formas específicas en el sistema de la lengua
que cumplen el cometido de la referencia deíctica: adver-
bios, posesivos, demostrativos, indefinidos, verbos,
determinantes o pronombres personales. Cuando el texto
se aleja del contexto situacional, las mismas formas ac-
túan en el espacio del texto, por lo que se habla de «deixis
textual» Metáfora de la deixis.
3. LOS MECANISMOS DE CONEXIÓN
La conexión es un mecanismo de cohesión que se esta-
blece entre unidades de la oración o del texto y un
conector, el cual manifiesta la relación sintáctica y/o se-
mántica que hay entre aquellas. Hablamos de conexión
extraoracional o conexión textual si las unidades correspon-
den a dos oraciones o conjuntos de oraciones, y hablamos
de conexión intraoracional o composición oracional cuando
se trata de constituyentes de la oración. Las característi-
cas definitorias de estos grupos son las siguientes:
Conexión textual Composición oracional
Nivel extraoracional intraoracional
Elemen-
tos
unidos
dos oraciones, con-
juntos de oraciones
o párrafos
dos o más constituyentes de
la oración (palabras, sintag-
mas, cláusulas)
Rela-
ción
semántica sintáctica y/o semántica
Tipo de
relación
semán-
tica
adición,
disyunción
contraste,
consecuencia
ninguna (subord. sustantiva y
adjetiva)
relaciones seriales: adición,
disyunción
relaciones binarias: contraste,
concesión, consecuencia,
causa, condición, finalidad,
comparación.
relaciones circunstanciales:
tiempo, lugar, manera
Conec-
tores
típicos
conectores paren-
téticos (marcadores
discursivos)
conjunciones (conectores)
Función explicitar relaciones
de coherencia entre
oraciones o grupos
oracionales
hacer el estilo del texto más
integrado o cohesionado
El sistema de la lengua pone a disposición de los hablan-
tes unas piezas lingüísticas que relacionan de forma
explícita segmentos textuales, sean enunciados o secuen-
cias de enunciados, estableciendo entre ellos diversos
tipos de relaciones semánticas: se trata de los llamados
marcadores discursivos y los conectores.
La diferencia entre ambos grupos viene marcadas por di-
ferentes tipos de escuelas. Así, la NGRAE (2010), afirma
que su desarrollo se ha producido gracias a la pragmática
contemporánea y la lingüística del discurso, aunque las
diferencias en los enfoques son notables, más aún cuando
hoy día prosiguen las investigaciones. También señala
que se ha prestado menos atención a la naturaleza estric-
tamente sintáctica de estas expresiones y, en concreto, el
lugar que ocupa cada conector en las clases tradicionales
de palabras. Remarca, asimismo, las diferencias sociolin-
güísticas que pueden darse en su uso en función del
registro lingüístico al que corresponden. Así, total, que
pertenece a la lengua conversacional, se diferencia nota-
blemente en síntesis o en resumen en los registros
formales. También son notables las diferencias geográfi-
cas de los mismos y sus cambios diacrónicos.
Marcadores y conectores tienen unos rasgos propios que
los caracterizan:
• Desde el punto de vista de su forma son muy variados:
piezas simples o compuestas, conjunciones, adverbios
y locuciones, sintagmas nominales, verbales o prepo-
sicionales. En la historia de la lengua se atestigua una
progresiva gramaticalización de elementos léxicos
para adaptarse a la nueva función adquirida. También
es recurrente la presencia de deícticos en dicho pro-
ceso, cosa que reafirma el papel cohesivo de estas
unidades. Esta tendencia sigue productiva en una serie
de elementos dispares gramaticalmente, pero coinci-
dentes en la misma función. Por ejemplo:
§ [- gramaticalizado]: de todos modos, en cualquier
caso, en otras palabras
§ [+ gramaticalizado]: a fin de que, sin embargo, a
pesar de que, bueno, veamos.
• Su función es la de relacionar y poner en contacto dos
enunciados o secuencias de enunciados. Su presencia,
en otras palabras, enlaza un segmento textual previo
con el siguiente, estableciendo una relación semán-
tica; algunos de ellos tienen la doble función de ser
relacionantes de enunciados (en el plano local) y de
relacionar conjuntos de enunciados (en el plano glo-
bal). Otros son exclusivamente textuales.
• Su finalidad discursiva se centra en proporcionar cohe-
sión y estructura, y en servir de guía o instrucción para
la interpretación del sentido. Algunos de ellos se espe-
cializan en adjudicar una orientación argumentativa,
es decir, dirigida a una conclusión a partir de los enun-
ciados puestos en contacto.
MARCADORES DEL DISCURSO
Son unidades del discurso invariables cuya función es se-
ñalar (“marcar”) la relación que se establece entre dos
segmentos textuales. No ejercen función sintáctica al-
guna, sino que constituyen enlaces supraoracionales que
facilitan la cohesión textual y la interpretación de los
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enunciados. Han sido muy estudiados por la pragmática
del español, aunque es problemática aún la distinción de
los conectores. Hay lingüistas que usan el término para
referirse a las unidades que articulan el discurso oral (lo
que Martín Zorraquino y Portolés llaman “marcadores
conversacionales”). Son los que D. SCHIFFRIN (1987, Dis-
course markers: CUP) define como elementos vacíos de
contenido y, a menudo, monosílabos, que adquieren sen-
tido en la interacción conversacional.
MARTÍN ZORRAQUINO y PORTOLÉS los caracterizan por:
1) Punto de vista prosódico: limitados como incisos
por la entonación, en la escritura frecuentemente
entre comas.
2) Morfológicamente: unidades lingüísticas invaria-
bles que pertenecen a diferentes categorías
gramaticales.
3) Sintácticamente: unidades no integradas en la
oración con un grado de autonomía que varía
para cada marcador2.
4) Pueden incidir en miembros del discurso que
constituyen categorías léxicas y sintagmáticas
muy diversas (de nombres a oraciones).
5) Semánticamente, no presentan un contenido re-
ferencial o denotativo, sino que muestran un
significado de procesamiento: guiar las inferen-
cias que se han de efectuar en el conjunto de los
dos miembros discursivos que conectan.
CALSAMIGLIA y TUSÓN VALS distinguen dos tipos de marca-
dores:
1. Aquellos que contribuyen a la organización total del
texto: LAKOFF y JOHNSON entienden el discurso meta-
fóricamente como un «camino»3: es así como el uso
lingüístico ha ido fijando modos de aludir al fluir del
habla; cómo hay un punto de partida, uno puede per-
derse, divagar, ir desencaminado, dar un rodeo, volver
atrás, irse del tema… Este tipo de marcadores suelen
llamarse conectores metatextuales, porque se orien-
tan la desarrollo mismo de la enunciación que se
desenvuelve a partir de un inicio, un desarrollo y una
conclusión, y además se despliega en el espacio y el
tiempo. Son:
- iniciadores: para empezar, antes que nada, primero de
todo…
- distribuidores: por un lado, por otro; por una parte, por
otra; estos, aquellos…
- ordenadores: primero, en primer lugar, en segundo lu-
gar…
- de transición: por otro lado/parte, en otro orden de co-
sas…
- continuativos: pues bien, entonces, en este sentido, el
caso es que, a todo esto…
- aditivos: además, igualmente, asimismo…
2 A diferencia de las conjunciones, no presenta posición fija, aunque en
algún caso es difícil encontrarlos en posiciones que no sean la inicial. A
diferencia de los adverbios, no pueden recibir especificaciones ni adya-
centes complementarios. No pueden coordinarse entre sí ni permiten la
negación.
3 Greimas habla de «recorrido semiótico».
4 Entre los conectores de base causal habría que añadir el signo gráfico
de los dos puntos, una de cuyas funciones es la poner en relación dos
segmentos textuales. La mayoría de los marcadores y conectores tratados
- digresivos: por cierto, a propósito…
- espacio-temporales:
a. de anterioridad: antes, hasta el momento, más
arriba, hasta aquí…
b. de simultaneidad: en este momento, aquí, ahora, al
mismo tiempo, mientras, a la vez…
c. de posterioridad: después, luego, más abajo, segui-
damente, más adelante…
- conclusivos: en conclusión, en resumen, en suma, en re-
sumidas cuentas, total…
- finalizadores: en fin, por fin, por último, para terminar, en
definitiva.
2. Marcadores que introducen operaciones discursivas:
Se trata de elementos que en general se sitúan en
posición inicial del enunciado, o como preámbulo al
segundo miembro de la relación. Estos procedimien-
tos o bien indican la posición del Enunciador ante su
enunciado o bien orientan hacia un tipo concreto de
tratamiento de la información:
- de expresión de punto de vista
- de manifestación de certeza
- de confirmación
- de tematización
- de reformulación, explicación o aclaración
- de ejemplificación
Estos marcadores se usan en tanto que «envoltorio comu-
nicativo» del contenido proposicional, que a su vez está
distribuido en «paquetes» o bloques informativos. Los
marcadores del discurso no solo funcionan como elemen-
tos de estructuración, sino como pistas para que el
receptor interprete adecuadamente el texto así organi-
zado.
(Ver anexo: Los marcadores del discurso, clasificación
de Zorraquino y Portolés)
CONECTORES
Los conectores son unidades lingüísticas invariables que
marcan en la superficie textual las relaciones lógicas que
se dan entre oraciones, entre segmentos textuales o entre
macroproposiciones de forma que se puedan interpretar
como pertenecientes a una unidad mayor: el texto.
Esta conexión se lleva a cabo con adverbios (entonces),
conjunciones (pues), locuciones conjuntivas (sin embargo),
proposiciones nominalizadas (debido a), predicaciones lé-
xicas (concluyendo).
Han sido estudiados por la lingüística del texto y por la
pragmática, en esta última como propiedades argumen-
tativas y de procesamiento de información.
Halliday y Hasan hablan de los siguientes conectores4:
sirven tanto en la escritura como en la oralidad, si bien que hay algunos
que solo son propios de la oralidad. Son marcadores que aparecen prio-
ritariamente en el discurso espontáneo, de cara a situaciones en las que
la expresividad es lo más adecuado, la inmediatez enunciativa un reto
psicocognitivo y la apelación al interlocutor una necesidad, cumpliendo
así funciones específicas derivadas de la naturaleza de la comunicación
directa. Son interactivos y se generan por la necesidad de lograr la coope-
ración, el seguimiento, la atención, el acuerdo con la confirmación del
contenido transmitido… Estas expresiones pueden perder su sentido ori-
ginal y convertirse fácilmente en elementos de relleno que se van
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- Aditivos o sumativos à el texto avanza en una misma
línea y el locutor manifiesta una misma orientación en la
información, añadiendo más elementos, tanto si la línea
avanza en sentido afirmativo como negativo. [conexión A
+ B] y, además, encima, después
- Contrastivos o contraargumentativos à El texto cambia
de orientación en sentido contrario al segmento inmedia-
tamente anterior, bien sea de forma total o de forma
parcial. La línea argumentativa sufre un quiebro que in-
dica que se abandona la primera orientación para tomar
otra. [conexión A-B], pero, en cambio, sin embargo (oposi-
ción), en lugar de, por el contrario… (sustitución), excepto
si, a no ser que.. (restricción), de todos modos, sea como
sea… (concesión).
- De base causal:
o Causativos: a causa de ello, por eso, pues, puesto que…
o Consecutivos: de ahí que, pues, luego, por eso…
o Condicionales: si, con tal de que, cuando, en el caso de
que, a menos que…
o Finales: para que, a fin de que, de tal modo que…
- Temporales: cuando, de pronto, en ese momento…
- Espaciales: enfrente, delante, detrás, arriba, abajo.
MARTÍN ZORRAQUINO y PORTOLÉS (1999) hablan de los co-
nectores textuales como un grupo dentro de los
marcadores del discurso. El conector textual es la función
o propiedad según la cual algunas conjunciones y adver-
bios indican relaciones lógico-semánticas entre las
oraciones de un texto. Establecen 3 grupos por el signifi-
cado (VER ANEXO).
R Necesidad de una relación pragmática y semántica
subyacente entre los miembros que se unen a través
del conector los conectores no garantizan a nivel
superficial ni la conexión ni la ocherencia si no es po-
sible establecer una relación lógica entre los
elementos relacionados.
R Carácter polifuncional: un mismo conector puede te-
ner valores pragmáticos distintos según el contexto de
uso.
Oración compuesta
Por último, habría que hablar de la oración compuesta,
resultado de la duplicación o multiplicación de estructu-
ras predicativas o sintagmáticas dentro de una oración.
Además de la tradicional importancia gramatical, tiene
una influencia en la construcción textual que aún ha sido
poco explorada.
- Complejidad sintáctica y la oración compuesta:
La complejidad sintáctica de una oración es una cuestión
de grado y se ve afectada por factores como el canal y el
grado de formalidad. Dicha complejidad se relaciona con
lo que se puede denominar reducción sintáctica, que se
consigue a través de dos tipos de mecanismos:
a) Los que implican composición oracional: transformar
estructuras simples en estructuras compuestas u ora-
ciones compuestas con una relación estructural
repitiendo. En cuanto se abusa de ellas su función original queda des-
viada y solo entonces podemos hablar de que actúan simplemente de
apoyo.
Muchos de estos marcadores se ven convertidos en muletillas o coletillas
cuando ocupan espacios vacíos en el canal de transmisión, producidos
menos fuerte (coordinadas) en oraciones con una re-
lación más intensa (subordinadas)
b)Los que comportan una mayor integración sintáctica
de ciertos complementos: convertir estructuras oracio-
nales simples en aposiciones o en sintagmas
nominales con un sustantivo de origen verbal y simpli-
ficar cláusulas subordinadas substituyéndolas por
sintagmas semánticamente equivalentes.
- Tipos de oración compuesta
a) Coordinación: es una relación serial, es decir, implica
la existencia o la posibilidad de una relación entre dos
o más elementos equivalentes, que constituyen una
“serie” de conceptos relacionados. Para manifestar un
concepto complejo como suma de conceptos más
simples que se integran.
b) Interordinación: entre cláusulas o sintagmas que man-
tienen una relación semántica de naturaleza binaria,
como es el caso de las adversativas (tesis-antítesis) y
las denominadas “adverbiales no circuntanciales” o
adverbiales impropias.
c) Subordinación: dependencia sintáctica, se produce
cuando una cláusula ocupa la posición de un sintagma
y realiza, pues, una función oracional.
Esto nos lleva a diferenciar entre dos estilos de construc-
ción sintáctica de oraciones de un texto:
- Estilo integrado: se relaciona con el uso de ora-
ciones compuestas y conectores
- Estilo segmentado: predominio de oraciones sim-
ples y yuxtapuestas con estructuras sin verbo
4. LAS MARCAS DE ACTITUD DEL EMISOR Y
LAS VOCES DEL DISCURSO
MODALIZACIÓN
La modalización incluye mecanismos verbales y también
no verbales que manifiestan la actitud del emisor respecto
al enunciado: la valoración, positiva o negativa, las emo-
ciones que le provoca y el grado de conocimiento o de
obligatoriedad que atribuye a lo que dice. En general, po-
demos diferenciar tres áreas fundamentales o tipos de
modalidad relativas a la actitud del hablante:
a) Modalidad valorativa: que incluye marcas que impli-
can una evaluación positiva o negativa.
b) Modalidad expresiva: que se manifiesta a través de
formas y mecanismos que muestran sentimientos o
emociones del emisor.
c) Modalidad actitudinal: incluye marcas que indican
grado de conocimiento y creencia (modalidad epis-
témica), o bien obligatoriedad (modalidad deóntica).
por vacilaciones y dudas propias de una situación enunciativa que se da
cara a cara, de forma inmediata y cuyos procesos cognitivos van a la par
que los procesos de verbalización. (Tomado de Calsamiglia y Tusón Vals)
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Los mecanismos de modalización pueden resumirse
como en la siguiente tabla:
DISCURSO CITADO
Son las marcas explícitas de la voz de los enunciadores,
es decir, de la inclusión de una enunciación subordinada
a la enunciación principal del texto; constituye la mani-
festación más clara de la polifonía. Se textualiza,
básicamente, bajo la forma de discurso o estilo directo y
discurso o estilo indirecto.
En muchas teorías lingüísticas se da por descontado que
es un único hablante quien emite enunciados, sin plantear
ningún problema sobre ello. Debemos a Bajtín y su círculo
una concepción radicalmente nueva que subraya el ca-
rácter heteroglósico del lenguaje sobre la base de su
fundamentación dialógica. La translingüística de Bajtín es
una concepción del uso de la lengua como diálogo vivo y
no como código. Con esta concepción se rompe con la
idea de un único sujeto hablante que coincide con quien
materialmente emite el mensaje y en cambio se acepta
que se hacen presentes en un mismo discurso voces de
otros, de tal modo que los enunciados dependen unos de
los otros.
Ducrot distingue:
El desdoblamiento polifónico en el nivel de los enuncia-
dores se manifiesta típicamente a través del discurso
citado. Así, este se puede definir como el mecanismo po-
lifónico básico consisistente en la incorporación explícita
de una enunciación distinta de la principal del texto.
Authier distingue entre:
- Citas abiertas: Procedimiento discursivo que incor-
pora un enunciado en el interior de otro con marcas
que indican claramente la porción de texto que per-
tenece a una voz ajena. En el discurso oral la
prosodia actúa como señalización principal, junto
con marcas verbales. En la escritura, en cambio, se
ponen en juego signos gráficos y verbales que per-
miten identificar la cita. Toda cita tiene un discurso
de base (D1) que incluye un discurso citado (D2), cu-
yos responsables son respectivamente dos locutores
distintos (L1 y L2).
o Estilo directo: supone una ruptura o discontinui-
dad entre el D1 y el D2. Cambia la entonación,
cambia la construcción sintáctica y el centro deíc-
tico (L1-L2). Cuando se da por escrito, aparecen
signos gráficos que indican el inicio de la cita y su
extensión (dos puntos y comillas).
o Estilo indirecto: en este caso, la forma de introdu-
cir un discurso en otro se realiza mediante la
inscripción verbal como un solo locutor (L1) que
incorpora un solo centro deíctico, un relacionante
introductor y el D2 que se presenta con marcas
deícticas correspondientes al mismo locutor que el
D1.
- Citas encubiertas: discurso de los otros que está en
los discursos propios (heteroglosia, intertextualidad, po-
lifonía) sin que encontremos señales explícitas que lo
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manifiesten. Se trata de una forma solapada de intro-
ducir en el propio enunciado la voz de otros: por eso
se puede decir que en los textos encontramos ecos que
se manifiestan en el llamado estilo indirecto encubierto.
Reproduce una voz ajena sin dar ninguna señal sintác-
tica, ni deíctica, ni gráfica.
5. CONCLUSIONES
R Interés para la enseñanza-aprendizaje de los co-
nectores: trabajos que muestran la relación entre
los diferentes tipos de texto y géneros del dis-
curso con los conectores, al mostrar el conector
en el plano global del texto y en cada contexto
específico de comunicación.
Actualmente hay unanimidad en considerar que el texto
es una unidad comunicativa de un orden distinto al ora-
cional; una unidad semántico-pragmática de sentido y no
solo de significado; una unidad intencional y de interac-
ción, y no un objeto autónomo. El significado del texto se
basa en:
a) el contenido o información global, fruto de la
combinación de los valores del componente lin-
güístico
b) el sentido derivado del componente extralingüís-
tico como los implícitos, el conocimiento
enciclopédico o la experiencia compartida entre
Emisor y Receptor.
El texto se muestra como un juego de relaciones en el cual
las unidades léxico-gramaticales seleccionadas, determi-
nan la construcción de los significados transmisibles,
convirtiendo los elementos lingüísticos en instrucciones,
marcadores e indicadores del sentido textual. El «cosmos»
del texto está constituido por esta «textura» o juego de
enlaces semántico-pragmáticos, dispuestos en diversas
capas que se integran unas en otras. Dentro de ellas cabe
hablar no solo de las marcas formales que posibilitan es-
tas relaciones, sino también de las implicaciones
semántico pragmáticas que conllevan.
6. BIBLIOGRAFÍA
BEAUGRANDE, R. DE Y DRESSLER, W. (1981). Introduc-
ción a la lingüística del texto. Barcelona: Ariel,
1997.
CASALMIGLIA, H. Y TUSÓN, A. (2000), Las cosas del decir.
Manual de análisis del discurso, Barcelona: Ariel
CUENCA, M. J. (2010), Gramática del texto, Madrid:
Arco/Libros
VAN DIJK, T.A. (1988) Estructuras y funciones del discurso,
Madrid: S. XXI
MARTÍN ZORRAQUINO, M. A. Y PORTOLÉS, J. (1999): «Los
marcadores del discurso» en Bosque, I.- Demonte,
V. Gramática descriptiva de la lengua española, Ma-
drid: Espasa
PORTOLÉS, J. (1998), Marcadores del discurso, Barcelona:
Ariel
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7. ANEXO: MARCADORES DEL DISCURSO
ESTRUCTURADORES DE LA INFOR-
MACIÓN: desarrollan la información
contenida en el discurso, creando tó-
picos y comentarios.
Comentadores: introducen un rema al que le precede un tema. Bien, pues, pues bien,
así las cosas, dicho esto.
Ordenadores: marcan el lugar que ocupa un miembro discursivo en el grupo de una
secuencia. Rema.
- de apertura: primer miembro de secuencia discursiva. En primer lugar, prime-
ramente, por una parte, por un lado…
- de continuidad: indicar que el miembro discursivo forma parte de una se-
cuencia continuativa. En segundo/tercer lugar, por otra parte, de otra, de otro
lado, asimismo…
- de cierre: marcan el cierre de una secuencia discursiva. Por último, en último
lugar, en fin…
Digresores: introducen un rema que no tiene que ver con el tópico principal del dis-
curso. Por cierto, a propósito, dicho sea, entre paréntesis…
CONECTORES: enlazan semántica y
pragmáticamente un miembro dis-
cursivo con otro que le antecede, o
con una presupusición fácilmente
reconocida en el contexto.
Aditivos: unen dos miembros con la misma orientación argumentativa. Incluso e inclu-
sive (dos miembros discursivos en la misma escala argumentativa); además, encima,
aparte y por añadidura (que no cumplen dicha función)
Consecutivos: El miembro discursivo en que se encuentran se presentan como una
consecuencia del anterior. Por tanto, en consecuencia, por consiguiente, de ahí, pues, así
pues, por considuiente, por ende, entonces.
Contraargumentativos: El miembro en que se encuentran se muestra como supresión
o atenuación de alguna conclusión del primer miembro. En cambio, por el contrario,
pero, no obstante, a pesar de.
REFORMULADORES: introduce un
miembro del discurso como una
nueva, y supuestamente mejor, for-
mulación de lo que se dijo en el
miembro anterior.
Explicativos: introducen un miembro discursivo que aclara o explica lo anterior: o sea,
es decir, dicho de otra manera, en otros términos…
Rectificativo: sustituye un miembro anterior que se considera incorrecto para rectifi-
carlo o atenuarlo. Mejor dicho, mejor aún, más bien, digo.
De distanciamiento: introduce un miembro discursivo que reformula lo dicho quitán-
dole relevancia y condicionando la prosecución del discurso. En cualquier caso, de todos
modos, de todas suertes…
Recapitulativo: Miembro discursivo como una formulación conclusiva o recapitulativa:
en suma, en resumen, en conclusión, en síntesis (misma orientación argumentativa que
el anterior); en definitiva, en fin, al fin y al cabo, total, en resumidas cuentas, vamos, des-
pués de todo (pueden introducir miembros de orientación contraria).
OPERADORES ARGUMENTATIVOS:
condicionan las posibilidades argu-
mentativas, pero sin relacionarlo con
el miembro que lo precede
Operadores de refuerzo argumentativo: refuerzan o potencian el argumento expresado
en el miembro del discurso en el que se incluyen: en el fondo (argumento con mayor
fuerza que uno ‘posible’); de hecho, en efecto, en rigor, en realidad, la verdad (presentan
un argumento como una realidad)
Operadores de concreción: Presentan el miembro del discurso que los incluye como
una concreción o ejemplo de una expresión más general: por ejemplo, verbigracia, en
concreto, en particular, por caso…
MARCADORES CONVERSACIONA-
LES: se distingue de los que operan
en la lengua escrita. A su función in-
formativa o transaccional se suma
otra interactiva orientada al interlo-
cutor.
Marcadores de modalidad epistémica: relacionados con el grado de conocimiento o
certeza del H respecto de E.
a) Marcadores de evidencia: refuerzan aseveraciones. Claro, desde luego, efecti-
vamente, por supuesto, sin duda, naturalmente…
b) Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje: el miembro discursivo
en que se encuentran refleja la opinión del propio interlocutor o transmite
opinión ajena. Por lo visto, al parecer, a mi parecer…
Marcadores de modalidad deóntica: vinculados con el carácter volitivo que manifiestan
los hablantes en relación con el discurso que emiten. Bueno, bien, vale, de acuerdo,
conforme, perfectamente, cabalmente, etc.
Enfocadores de la alteridad: Apuntan al oyente o a ambos interlocutores. Mira, oye, oíd,
vamos, verás, fíjate, entiendes, hombre, por favor, perdón; ¿no?, ¿verdad?, ¿eh? (apéndices
comprobativos)
Metadiscursivos conversacionales: (marcadores de control de contacto) reflejan el es-
fuerzo realizado por los hablantes para formular y organizar su discurso, así como para
mantener el turno en la conversación. Sí, bueno, bien, eh, este, etc.