El documento discute el trauma genitourinario, específicamente lesiones renales. Indica que el trauma contuso representa el 80% de los casos, mientras que el trauma penetrante es el 20% restante. Recomienda ser agresivo en el diagnóstico a través de estudios de imagen como TAC pero ser conservador en el manejo quirúrgico, optando por la reparación de lesiones cuando sea posible en lugar de la nefrectomía.