5.2 ENLACE QUÍMICO manual teoria pre universitaria
¡No movamos los tiempos del mercado!
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NO TOQUEMOS LOS FLUJOS DEL MERCADO.
Manfred Nolte
Los médicos prescriben pruebas analíticas o radiológicas tan pronto la situación
de un paciente es confusa y exija una mayor precisión. La medicina dispone de
amplios medios de control para acotar el diagnóstico del enfermo.
De igual manera los gobiernos, los centros públicos estadísticos, los grandes
institutos económicos, y algunos más, estudian de forma permanentela evolución
de las variables económicas de un país o región determinada, la marcha de sus
distintos frentes en la producción, el gasto, la renta, la inflación, sus déficits y un
sinfín de índices que, al igual que en las pruebas médicas citadas, tienen como
función diagnosticar la marcha correcta o errada de las variables económicas
sometidas a escrutinio.
En general, haciendo caso de algunos indicadores de seguimiento las cosas no van
mal ni en España ni en el mundo. Lo fastidioso es que tampoco van bien. Y lo del
resto del planeta también es muy importante porque, nos guste o no, el mundo
sigue siendo un pañuelo global.
Todo apuntaba a que la terminación de la crisis económica inducida por la
sanitaria Covid iba a producir un boom de alcance inusitado en la demanda de
todos los sectores económicos, pero no ha sido así. El despegue ha sido selectivo
y en muchos casos, como ya se sabe, el boom se ha enfrentado a graves
restricciones de las cadenas de suministro, en forma de colapso de oferta de
componentes esenciales. En España, por ejemplo, aunque el auge del consumo
privado haya bastado para la recuperación de los sectores más dañados por la
pandemia como son el comercio, el transporte y la hostelería, no ha dado aun el
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‘do de pecho’ esperado. Así, sectores como el del automóvil y otros, languidecen,
a la espera de la necesaria reactivación.
A nivel mundial la economía se está desacelerando. Desacelerar no significa
incurrir en registros negativos, pero constituye su primer paso.
Para valorarlo vamos a remitirnos en esta ocasión a dos indicadores poco
conocidos, a los llamados ‘Índices de sorpresa económica’. El ‘Economic Surprise
Index’ es un registroproducido por el Banco Citigroup de los Estados Unidos. Su
interpretación es sencilla. Se define como el conjunto de desviaciones de los
resultados económicos en relación con las proyecciones de los analistas. Una
lectura positiva del índice sugiere que los datos publicados han sido mejores de
lo esperado y negativo significa que los resultados reales han sido peor de lo
proyectado. Los principales índices que calcula Citigroup son tres: uno para
los EEUU, uno para la zona euro y uno para las 10 principales economías del
planeta. Otro índice alternativo lo constituye el índice de sorpresas económicas
para los países del G10.
Pues bien, en ambos la tendencia es similar, el de Estados Unidos empezó a
decrecer ya en el mes de julio de 2020, y se tornó negativo en julio de 2021, y el
segundo comenzó su desaceleración en agosto de 2020 y han entrado en terreno
negativo a partir de setiembre de 2021.
Docenas de indicadores apuntan levemente hacia esta tendencia, que, como todo
en la vida, será susceptible de mejora o empeoramiento. En España 2021
resultará en menos crecimiento y más inflación de lo previsto.
Si tenemos en cuenta que a no mucho tardar el dinero ofrecido por los bancos
centrales habrá de encarecerse, los tipos de la deuda pueden alcanzar los niveles
históricos del 3 o el 4%, la inflación laminará nuestros ahorros y desbatará la
negociación colectiva, no es momento de sembrar inquietudes innecesarias.
Terminaremos con una bomba de relojería retardada. Ahora resulta que está
circulando una información, cuyo autor o autores solo pueden ser tachados de
desaprensivos de solemnidad. En China, las autoridades acaban de recomendar
llenar las despensas de los ciudadanos para que no falten víveres de uso común.
Si la noticia coge cuerpo y se traduce en hechos, y la medida se traslada a otras
latitudes como ocurrió al inicio de la crisis Covid, Occidente puede ser pasto de
una de las crisis de abastecimiento de productos de primera necesidad más
importantes de la historia. Una crisis tan grave como innecesaria. Ya hemos
recordado repetidas veces que romper la confluencia temporal natural de la
oferta y la demanda del mercado (‘Leads and Lags’) es algo extremadamente
peligroso.