PRESUPUESTOS COMO HERRAMIENTA DE GESTION - UNIAGUSTINIANA.pptx
¿inflación a la vista?
1. ¿INFLACION A LA VISTA?
Manfred Nolte
La circunstancial -o no tan circunstancial- alza del IPC debida principalmente a
una serie de factores desvinculados de la demanda, como la subida de la luz y
resto de productos energéticos conduce de forma natural a la consideración de
cómo afrontar y reparar -en su caso- la merma que la inflación produce en la
capacidad adquisitiva de los españoles: sector privado, sector público y
pensionistas.
La inflación anual estimada del IPC en julio de 2021 es del 2,9%, lo que supone
un aumento de dos decimas en su tasa anual, respecto de junio. Por su parte, la
tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos
no elaborados ni productos energéticos) aumenta cuatro decimas hasta el 0,6%,
con lo que se sitúa más de dos puntos por debajo del IPC general. Esto puede
indicarnos el grado de circunstancialidad o estructuralidad con el que abríamos
estas líneas. El Banco de España acaba de atribuir al gas y al CO2 el 70% de la
fuerte alza de la luz, y a ésta un tercio del repunte del IPC. La realidad es que, a
diferencia de 2020 en que convivimos con inflaciones negativas, 2021 ha pasado
a marcar registros positivos, como los señalados.
La inflación, como es obvio y sabido, produce una disminución del poder
adquisitivo de la moneda, una pérdida del valor real del medio interno de pago,
de la capacidad de compra expresada en bienes o servicios físicos. La pregunta
que nos concierne es la siguiente: ¿debe repararse en todas las circunstancias sin
excepción esta pérdida de capacidad adquisitiva? Y si no en todas, ¿cuáles serían
las excepciones y las causas que llevarían a su justificación? Porque resulta
igualmente obvio que una elevación general de sueldos y salarios introduce en el
sistema productivo un elemento indiscriminado de elevación de costes que
conduciría a nuevas elevaciones de los precios de los bienes y servicios y así a una
espiral inflacionista.
Aunque la subida de salarios en general y la subida del salario mínimo tienen
casuísticas diferenciadas, no vamos a entrar aquí en su diferenciación.
Partiremos de la base de que las subidas salariales aumentan la renta de los
trabajadores y en consecuencia tal medida es coherente con el aumento de la
demanda y a su vezdel empleo. Dicho esto, y de forma general, siempre que fuera
2. posible y no se afectara a otras variables básicas de la economía, las subidas
salariales serían deseables.
Naturalmente, como la fijación de los salarios se realiza (salvo en el caso del
salario mínimo) por mecanismos de oferta y demanda es menester reflexionar
sobre esteextremo.Las presiones exógenascomo las de tipo de normativa laboral
y capacidad sindical también tienen importante cabida es este terreno, ya que
desvirtuarían en principio el libre funcionamiento del mercado.
La primera referencia sería analizar el nivel actual de la economía, su posición
cercana o lejana al PIB potencial y el nivel de paro vigente en el sistema. Veamos
el caso español en la estela de la macrocrisis Covid19. El PIBespañol ha registrado
una variación del 2,8% en el segundo trimestre de 2021 respecto al trimestre
anterior. La variación interanual se sitúa en el 19,8%. Aunque el ritmo de
recuperación es fuerte,los principales analistas sitúan a finales de 2022el retorno
al nivel PIB precrisis.
Por su lado, el número total de parados en España es de 3.54 millones de
personas en el trimestre 2 de 2021, loque supone un -3,01% respectoal trimestre
anterior. La tasa de paro es del 15,27%, -0,72 puntos porcentuales en relación a
hace tres meses, según la Encuesta de Población Activa que elabora el Instituto
Nacional de Estadística (INE). Aunque el número de trabajadores en ERTES ha
disminuido dramáticamente aun estamos lejos de la tasa de paro anterior a la
crisis (3,19 MM equivalentes al 13,78%).
A finales del primer trimestre de 2021 el coste laboral por trabajador alcanzaba
los 2.605,61 euros, lo que supone un aumento del 1,4%respectoal mismo periodo
del año anterior. El coste salarial creció un 1,0% en tasa anual, pasando de
1.889,78 a 1.907,82 euros por trabajador y mes, inferior al aumento de la
inflación.
A todos estos aspectos de indiscutible importancia hay que agregar la evolución
de la productividad laboral, que define el corte salarial en las empresas.
Crecimientos de salarios por encima del crecimiento de la productividad laboral,
conducen a la destrucción de puestos de trabajo. En consecuencia, las subidas
salariales deben tener en cuenta el tejido empresarial sobre el que se teje el
empleo en España donde el 90% de las empresas emplean a menos de 10
trabajadores y una gran mayoría de ellas sigue en pérdidas o compensando las
promovidas por la pandemia.
Estas y algunas cosas más cabe aducir en torno a la bondad de un aumento
generalizado de los salarios.