Los tics nerviosos son movimientos involuntarios y repetitivos que afectan más a los niños que a las niñas. En la mayoría de los casos no requieren atención médica porque suelen remitir en unos meses, pero se debe consultar a un especialista si persisten más de un año, empeoran o afectan el rendimiento escolar o las relaciones sociales. Para ayudar al niño, es importante no prestar atención excesiva al tic y evitar situaciones estresantes.