La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumatológica, autoinmune, sistémica, crónica, que afecta principalmente al revestimiento de las articulaciones sinoviales y se asocia con una
discapacidad progresiva. La atención al paciente con AR debe de llevarse desde un equipo multidisciplinar, en el que el personal de enfermería es considerado una pieza clave en el desarrollo de la actividad asistencial. Esto es así debido a que tiene una posición muy favorable para conocer y atender de forma individualizada las necesidades de cada uno de los pacientes con AR, así como para establecer estrategias de afrontamiento que permitan al paciente adaptarse a los distintos cambios que aparecen a lo largo de la evolución de la enfermedad, y conseguir así la mayor calidad de vida posible.
1. Consulta de Enfermería en AP
Paciente con Artritis Reumatoide
Silvia Calvo Campos (EIR-2)
CS Torrero – La Paz
2. ENFERMEDADES REUMÁTICAS Y MÚSCULOESQUELÉTICAS
- Hay descritas más de 200 enfermedades reumáticas y autoinmunes sistémicas, siendo las
enfermedades reumáticas las dolencias crónicas más frecuentes.
- Se estima que 1 de cada 4 personas, mayores de 20 años, en España padece una
patología reumática. Datos del estudio EPISER (Estudio de prevalencia de las
enfermedades reumáticas en la población adulta española) de la SER (Sociedad española
de reumatología), 2016.
- Con una intervención temprana se puede conseguir mejorar el pronóstico de estas
enfermedades a largo plazo, evitando daños innecesarios.
- Las enfermedades reumáticas en su conjunto suponen la primera causa de incapacidad
física en el mundo occidental. Datos de la OMS.
- Son la segunda causa de consulta, tras las infecciones respiratorias agudas, en Atención
Primaria, y la primera causa de incapacidad en nuestro medio.
- Su coste en los países desarrollados se aproxima al 1,5% del PIB, incluyendo gastos
directos e indirectos.
ARTRITIS REUMATOIDE
1. CONCEPTO
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumatológica, autoinmune, sistémica, crónica,
que afecta principalmente al revestimiento de las articulaciones sinoviales y se asocia con una
discapacidad progresiva.
Se considera que es la más común de las enfermedades inmunomediadas.
Se caracteriza por una inflamación inicial de la membrana sinovial de las articulaciones, que se
extiende a otras estructuras articulares como el hueso, cartílago articular, ligamentos y
tendones, lo cual produce un deterioro de la capacidad funcional y la calidad de vida del
paciente. Si progresa la enfermedad, puede conducir a la acumulación de daño articular y
discapacidad irreversible.
Se trata de una enfermedad heterogénea, con una presentación clínica variable, y mecanismos
patogénicos variopintos. Aunque los autoanticuerpos son una característica importante de la
AR (AR seropositiva), algunos individuos son negativos para estos autoanticuerpos (AR
seronegativa).
Es posible que se requieran múltiples factores de riesgo antes de alcanzar un umbral por
encima del cual se desencadena la AR.
La progresión de la enfermedad implica el inicio y propagación de la autoinmunidad contra las
autoproteínas modificadas, que pueden ocurrir años antes de la aparición de la sinovitis
subclínica y los síntomas clínicos.
Afecta principalmente a las articulaciones más móviles como manos, pies, codos, hombros,
caderas, rodillas y tobillos.
3. La consecuencia más importante de la enfermedad a largo plazo es la discapacidad, que afecta
a las relaciones personales, sociales y laborales de la persona que sufre la enfermedad.
4. 2. EPIDEMIOLOGÍA
La AR es una enfermedad crónica, de distribución universal, con un impacto muy importante
sobre la vida de la persona y la sociedad en su conjunto.
Tiene una prevalencia mundial de entre 0,2-1,2%, siendo más frecuente en mujeres que en
varones (relación 3:1) y en áreas urbanas frente a rurales.
En España se ha estimado una prevalencia de 0,5%, que es mayor en mujeres y en áreas
urbanas, y una incidencia anual de 8,3 casos / 100.000 adultos mayores de 16 años. La
distribución de estos valores depende del área geográfica y de otros factores.
3. ETIOLOGÍA
La causa de AR es desconocida. No obstante, se ha observado que existen una serie de
factores genéticos, ambientales, étnicos, geográficos y nutricionales que interaccionan y llevan
al desarrollo de una reacción autoinmunitaria. Dentro de la familia existe un alto grado de
predisposición hacia la autoinmunidad.
En la AR, una vez se desencadena, las células
del sistema inmunitario migran a las
articulaciones, donde producen grandes
cantidades de mediadores del sistema
inmunitario (citocinas y quimiocinas),
provocando la activación y el reclutamiento de
más células al tejido diana. Ocurre entonces
una hiperplasia de la membrana sinovial, así
como una acumulación de fluido en la
articulación, causando una inflamación de la misma y una disminución de la movilidad.
5. Factores de riesgo
- Factores genéticos. Asociado al complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) y en
concreto con el alelo HLA-DR4.
- Factores ambientales. El tabaco es el factor de riesgo ambiental para el desarrollo de la
AR más ampliamente estudiado y reconocido. Aumenta el riesgo de AR en forma gradual,
con una duplicación del riesgo entre los fumadores actuales con un historial de 20 años
de consumo de tabaco en comparación con los no fumadores. Se asocia con un aumento
de los niveles de citosinas proinflamatorias y mayor actividad de la enfermedad de AR.
- Agentes infecciosos. Infecciones víricas y bacterianas. Microbiota oral.
- Alimentación y Nutrición. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3
disminuyen la producción de eicosanoides, citocinas, especies reactivas de oxígeno y la
expresión de moléculas de adhesión que intervienen en la inflamación.
- Bajos niveles de vitamina D. Existe una asociación inversa entre el consumo de vitamina
D y el desarrollo de AR, y entre los niveles séricos de vitamina D y la evolución de la
enfermedad.
- El sexo. Las mujeres tienen dos o tres veces más probabilidades de desarrollar AR que los
hombres. Se atribuye, en parte, a los efectos estimulantes del estrógeno en el sistema
inmunológico aunque sigue siendo controvertido.
- Otras. También se ha estudiado la relación entre la obesidad y la AR.
4. FISIOPATOLOGÍA
La principal característica de la AR es la inflamación articular crónica, que en realidad es un
reflejo externo de la inflamación de la membrana sinovial, secundaria a una activación
anómala del sistema inmune.
El compartimento sinovial está infiltrado por
leucocitos, y el líquido sinovial inundado de
mediadores proinflamatorios que interactúan
para producir una cascada inflamatoria,
caracterizada por las interacciones de los
sinoviocitos de tipo fibroblasto con las células
del sistema inmunitario tanto innato
(monocitos, macrófagos, mastocitos…) como
adaptativo (linfocitos B y T).
La AR evoluciona de la siguiente manera:
- Primera fase: inflamación sinovial y perisinovial. Se produce edema y dolor articular.
- Segunda fase: proliferación / desarrollo del pannus (sustitución del cartílago original por
tejido de granulación abundante). Se ve comprometida la movilidad articular y los daños
degenerativos van agravándose.
- Tercera fase: fibrosis y aniquilosis, deformidad e inmovilización articular. El pannus se
convierte en tejido fibroso cicatricial en la cápsula, tendones y tejido periarticular
inflamados. Aparece deformidad importante de la articulación.
6. 5. SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los signos y síntomas de la AR varían en gravedad, y pueden aparecer y desaparecer. Se
alternan periodos de mayor actividad de la enfermedad (brotes o exacerbaciones) con
periodos de remisión relativa, en los que el dolor y la inflamación se atenúan o desaparecen.
Las manifestaciones clínicas más habituales de la AR son:
- Dolor de características inflamatorias.
- Inflamación articular. Afecta principalmente a las articulaciones más móviles como
manos, pies, codos, hombros, caderas, rodillas y tobillos. La presentación clínica más
habitual de la AR es una poliartritis simétrica, afectando a: articulaciones
metacarpofalángicas (MCF), interfalángicas proximales, muñecas y metatarsofalángicas
(MTF).
- Rigidez articular tras el reposo. Característica la rigidez matutina que produce dificultad
al movimiento de las articulaciones de la cama o después de permanecer un tiempo en
reposo. Tiene más de una hora de duración.
- Deformidad articular, en fases avanzadas, y que puede producir invalidez de forma
progresiva.
- Debilidad y atrofia muscular por menor movilidad y uso de las articulaciones.
7. La consecuencia más importante de la enfermedad a largo plazo es la discapacidad, que afecta
a las relaciones personales, sociales y laborales de la persona que sufre la enfermedad.
También se ve acompañada de una clínica extraarticular, debido a que los mediadores
inflamatorios producen efectos en múltiples órganos y sistemas.
8. 6. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la AR se establece en base a unos criterios que incluyen datos de la historia
clínica del paciente, examen físico, pruebas de laboratorio y exclusión de otras patologías.
Algunos de los parámetros del análisis de sangre que se miden para confirmar el diagnóstico
son los siguientes:
- Velocidad de sedimentación (VSG): es un indicador de inflamación.
- Proteína C reactiva (PCR): se eleva cuando hay infección.
- Factor reumatoide (FR): anticuerpo que se dirige contra el propio organismo.
- Anticuerpos antipéctido cíclico citrulinado (anti-PCC): es la prueba más específica para el
diagnóstico de la AR.
Criterios de derivación desde AP a especialista
1. Tumefacción en dos o más articulaciones
2. Afectación de articulaciones metacarpofalángicas o metatarsofalángicas, objetivable
mediante el test de compresión lateral de metacarpofalángicas o metatarsofalángicas.
3. Rigidez matutina de más de 30 minutos de duración.
La presencia de uno de estos criterios durante 4 semanas o más debe ser motivo de
derivación a reumatología.
9. En cuanto a criterios de clasificación, se encuentran los siguientes:
- Criterios de clasificación de la European League Against Rheumatism (EULAR/ACR) de
2010: para conseguir un diagnóstico precoz en fases tempranas.
- American College of Rheumatology (ACR): para AR ya establecida y avanzada.
10. 7. EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO
La evolución de la AR no es homogénea; algunos pacientes presentan un curso leve o
moderado, sin apenas daño estructural y con escasa repercusión en su capacidad funcional, y
sin embargo, otros pacientes presentan una inflamación importante y mantenida, que
conducirá a la destrucción articular y a la pérdida de capacidad funcional.
En cuanto al pronóstico funcional de la enfermedad, que hace referencia al grado de
incapacidad que desarrolla el paciente a largo plazo, decir que es muy difícil de determinar
debido a la importante variabilidad en la evolución de la enfermedad.
8. TRATAMIENTO
La estrategia Treat to Target, o tratamiento de la artritis con objetivos, propone que la meta
terapéutica debe ser la remisión clínica o en su defecto, un estado de bajo nivel de actividad.
Se debe medir y documentar la actividad de la enfermedad en cada visita y en caso de que el
paciente no haya alcanzado la meta deseada, pueden hacerse los ajustes terapéuticos para
lograrla con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente.
Se basa en la instauración precoz del tratamiento con fármacos inductores de remisión o
modificadores de la enfermedad (FAME) y de un seguimiento estrecho, en busca de disminuir
11. el dolor y la actividad de la enfermedad, mejorar la calidad de vida y prevenir el daño articular
irreversible. Todo esto ha permitido un mejor pronóstico de los pacientes.
El tratamiento de la AR consiste en una combinación de intervenciones entre las que se
encuentran el descanso, el ejercicio físico, el apoyo emocional, la terapia ocupacional y la
utilización de fármacos.
El objetivo terapéutico según la Sociedad Española de Reumatología (SER) es conseguir la
remisión de la enfermedad o, en su defecto, disminuir la actividad inflamatoria de tal manera
que el paciente experimente una mejoría significativa de sus síntomas, su capacidad funcional
y laboral y su calidad de vida y que al mismo tiempo se retrase la lesión estructural articular.
a) Tratamiento no farmacológico
La terapia no farmacológica incluye un amplio abanico de recomendaciones generales y
terapias complementarias con objetivos tan variados como adaptar los hábitos de vida a las
capacidades del paciente, aliviar y/o saber convivir con el dolor, mejorar la flexibilidad de las
articulaciones o sentirse con más energía y optimismo.
Aunque en la AR el tratamiento farmacológico es esencial, hay una serie de medidas no
farmacológicas y otras intervenciones de diferentes profesionales sanitarios que son
importantes en el manejo integral en todas las etapas de la enfermedad.
El paciente debe ser tratado por un equipo multidisciplinar en el que intervengan
reumatólogos, enfermeras, farmacéuticos, psicólogos, terapeutas ocupacionales,
fisioterapeutas, etc.
Estas intervenciones incluyen: aspectos educacionales y emocionales, ejercicio físico, terapia
física y ocupacional, férulas, nutrición, descanso, termoterapia, deshabituación tabáquica.
b) Tratamiento quirúrgico
La cirugía es utilizada como último recurso en el tratamiento de los pacientes con AR. Está
indicada en situaciones en las que existe un dolor articular intratable o un deterioro funcional
importante debido a la destrucción articular, una vez han fallado el resto de enfoques
terapéuticos.
El objetivo del tratamiento quirúrgico es aliviar el dolor y reestablecer la función de las
articulaciones.
El primer tratamiento quirúrgico es la sinovectomía o extirpación del revestimiento de la
articulación (membrana sinovial) e idealmente se realiza mediante artroscopia.
Una alternativa es el reemplazo total de la articulación con una prótesis articular.
12. c) Tratamiento farmacológico
Los analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y corticosteroides, con acción
analgésica y antiinflamatoria, facilitan el control de los síntomas más inmediatos (dolor,
inflamación, rigidez articular, etc). Los AINE no tienen efectos significativos sobre la evolución
de la enfermedad, mientras que los corticoesteroides sí.
13. ANALGÉSICOS Y AINE:
GLUCOCORTICOIDES
Son potentes supresores de la inflamación. Son más potentes que los AINE, pero tienen
mayores efectos secundarios, por lo que sólo están indicados por un corto período de tiempo
en dosis bajas durante las exacerbaciones. También pueden utilizarse en forma de
infiltraciones en las articulaciones inflamadas, para ayudar a controlar de manera temporal la
sinovitis local en las articulaciones especialmente dolorosas.
FÁRMACOS ANTIRREUMÁTICOS MODIFICADORES DE LA ENFERMEDAD (FAME)
Representan el grupo más importante para el tratamiento de la AR.
Actúan retrasando o deteniendo la inflamación al suprimir la hiperactividad del sistema
inmunológico. Esto ayuda a reducir la inflamación y la rigidez, disminuir o prevenir el daño
articular y preservar la salud de los órganos vitales.
14. Las decisiones de tratamiento en el paciente con AR se basan en el grado de actividad de la
enfermedad, la progresión del daño estructural, la presencia de comorbilidades los problemas
de seguridad de los fármacos y otros factores propios del paciente.
Nomenclatura: la nomenclatura de cada compuesto nos indica su composición.
15.
16. 9. ACTIVIDADES DE ENFERMERÍA
La atención al paciente con AR debe de llevarse desde un equipo multidisciplinar, en el que el
personal de enfermería es considerado una pieza clave en el desarrollo de la actividad
asistencial. Esto es así debido a que tiene una posición muy favorable para conocer y atender
de forma individualizada las necesidades de cada uno de los pacientes con AR, así como para
establecer estrategias de afrontamiento que permitan al paciente adaptarse a los distintos
cambios que aparecen a lo largo de la evolución de la enfermedad, y conseguir así la mayor
calidad de vida posible.
Estas actividades tienen como objetivos:
- Promover el bienestar y la salud mediante la educación de la persona y el autocuidado.
o Facilitar la autonomía de la persona, aumentando el automanejo de la
enfermedad.
o Promover un estilo de vida saludable.
o Reducir el dolor y la discapacidad.
o Mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico.
o Informar sobre la protección articular.
- Mejorar la calidad asistencial.
A) VALORACIÓN
- Exploración física: número de articulaciones tumefactas (NAT) y dolorosas (NAD)
- Actividad de la enfermedad: cuestionarios (ACR, EULAR), metrología, analítica (VSG,
PCR...). Estos parámetros permiten calcular las variables clínicas más habituales:
o DAS / DAS 28 (Disease Activity Score): puntuación de la actividad de la
enfermedad.
o SDAI (Simple Disease Activity Index): índice simplificado de actividad de la
enfermedad.
- Valoración funcional: ABVD, AIVD, índice de discapacidad (HAQ).
- Calidad de vida relacionada con la salud
- Dolor: escala EVA.
19. B) TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Dentro del tratamiento farmacológico resulta fundamental la educación del paciente para
favorecer la adecuada adherencia. Esta educación incluye: nombre del fármaco, dosis, forma
de administración, interacciones, mecanismo de acción, efectos secundarios, señales de
alarma, importancia del cumplimiento, autoadministración, conservación y transporte del
fármaco, y eliminación de materiales utilizados.
Se debe de tener en cuenta que los FAME son fotosensibles y termolábiles (la conservación de
los biológicos subcutáneos se hace entre 2-8ºC y la de los orales y Metotrexato subcutáneo a
menos de 25ºC).
Se recomienda sacar de la nevera 30-60 minutos antes, no agitar antes de administrar, no
eliminar la burbuja de aire, y no administrar si se ha alterado su color natural (transparente –
amarillo claro).
Las reacciones adversas más frecuentes son leves – moderadas, principalmente las reacciones
cutáneas en el lugar de inyección (dolor, edema, eritema, picor…) que desaparecen
gradualmente. Se recomienda aplicar hielo y alternar zonas de inyección.
Pueden aparecer reacciones adversas agudas en las primeras 24h: hipo/hipertensión,
bradi/taquicardia, cefalea, fiebre, shock anafiláctico, etc. Y reacciones adversas tardías:
artralgias, mialgias, urticaria, erupciones, fiebre o cefalea.
El fármaco más utilizado en AP es el Metotrexato, en presentación de pluma o jeringa
precargada. Está contraindicado en embarazo y lactancia, alcoholismo, hepatopatía B / C,
cirrosis hepática, neoplasia maligna, citopenia grave y alteración de la función renal. Se
administra semanalmente. Puede presentar toxicidad pulmonar, medular y hepática. Se toma
junto con ácido fólico. Suspenderlo 3-6 meses antes de fecundación en varones y en embarazo
programado en mujeres. Realizar la extracción de sangre 2-3 días post administración para
evitar posibles elevaciones de las transaminasas. Evitar exposición solar por producir
fotosensibilidad. Se administra una vez a la semana, siempre el mismo día.
C) EDUCACIÓN Y OTRAS ACTIVIDADES
La educación del paciente debe de estar integrada en la práctica clínica habitual, con el
objetivo de incrementar su participación en el manejo de su enfermedad y en la promoción de
la salud.
1. EDUCACIÓN
Incluye todas aquellas actividades estructuradas orientadas a aumentar los conocimientos de
la persona sobre la enfermedad, diseñadas para mejorar el automanejo de esta. Pueden ser a
nivel individual, grupal o comunitario (actividades de promoción y prevención en asociaciones
de mujeres, centros sociales de mayores, etc.)
20. 2. ASPECTOS EMOCIONALES
Puede ser útil realizar intervenciones psicosociales, que ayuden a manejar y evitar el estrés; así
como terapia cognitivo – conductual ha demostrado ser beneficiosa para el paciente con
fatiga, enseñándole cómo manejarse a sí mismo y reduciendo su dependencia.
3. ACTIVIDAD FÍSICA. EJERCICIO FÍSICO
Es fundamental hacer ejercicio físico, ya desde el inicio de la enfermedad, con el fin de
mantener la movilidad completa de las articulaciones.
Los ejercicios deben de realizarse de manera regular, adaptándose a las necesidades
individuales, y sin forzar nunca una articulación dolorosa.
Se recomiendan ejercicios de bajo impacto, de flexibilidad y de rango articular; así como se da
preferencia a ejercicios dinámicos frente a estáticos.
Se pueden realizar: (fotos final módulo 5)
- Ejercicios de flexibilidad, de amplitud de movimientos o estiramientos. Contribuyen a
mantener una mejor postura, reducen el riesgo de sufrir lesiones, y mejoran la función
articular.
- Ejercicios de fortalecimiento. Ayudan a mantener o aumentar la fuerza muscular, de
forma que sostenga mejor las articulaciones y ayude a reducir la carga y tensión en la
articulación dolorida. Es importante conocer qué músculos se deben fortalecer y cómo
deben realizarse sin sobrecargar las articulaciones.
- Ejercicios aeróbicos. Mejoran la función cardíaca, pulmonar y muscular, además de
producir beneficios en el control de peso, humor, sueño y salud en general.
- Ejercicios de conciencia corporal. Incluyen actividades para mejorar la postura, equilibrio,
propiocepción, coordinación y relajación. Ejemplo: tai chi y yoga.
Proporciona numerosos beneficios sobre: dolor, rigidez articular, limitación de movimiento,
musculatura, densidad ósea, estado físico, capacidad pulmonar, enfermedades crónicas,
cardiovascular, ánimo y autoestima, calidad de vida e insomnio.
Debe de tenerse en cuenta lo siguiente: no supone riesgo para ar, higiene postural, evitar
deporte de contacto, ropa y calzado adecuado, hidratación y calentamiento.
4. ERGONOMÍA Y CORRECCIÓN POSTURAL
- Evitar la obesidad, ya que sobrecarga especialmente la columna lumbar y los miembros
inferiores.
- Evitar cargar con pesos, o usar ayudas desgravatorias como carros, fraccionamiento o
envío de la compra a domicilio, etc.
- Evitar marchas innecesarias y prolongadas por terreno irregular.
- Evitar subir y bajar escaleras innecesariamente ya que es un ejercicio en carga, de
impacto, por terreno irregular.
21. - Evitar realizar gestos de fuerza con las manos como abrir latas o frascos con tapas
enroscadas, retorcer bayetas o el palo de la fregona por aumentar las deformidades y
limitaciones.
- Utilizar las partes del cuerpo más fuertes para realizar el trabajo más pesado, que
debiera distribuirse o planificarse lo mejor posible.
- Colocar el cuerpo en la posición más ventajosa para realizar una tarea concreta como
limpiar el suelo, leer un libro, coser, dibujar, etc.
- No iniciar lo que no pueda detenerse a tiempo.
- Conservar las fuerzas organizando las tareas y evitando la fatiga.
- Evitar posturas mantenidas en flexión ya que pueden originar retracciones y flexos y las
desalineaciones articulares suponen un factor agravante sobreañadido.
- Por lo tanto, no debe permanecerse largo rato con la columna doblada ni mantener
almohadas bajo las rodillas.
- Por el contrario, deben estirarse las piernas frecuentemente.
- Cambiar de posición a menudo previene el acortamiento de los músculos, sus tendones y
los tejidos periarticulares.
- Si está afectada la cadera el paciente deberá yacer algunos ratos en prono (boca abajo).
- La cama debe ser alta, con colchón firme, duro/visco-elástico y almohada de altura
media-baja o mariposa.
- Acostarse no menos de ocho horas al día, incluyendo una hora de siesta, con los brazos y
piernas estirados
- Usar zapatos con buena amortiguación de suela y de tacones, por ejemplo blandos, de
altura media y con cámara de aire. Evitar suelas finas y también tacones altos.
- Si se tiene dificultad para atarse los cordones buscar zapatos tipo mocasín con cierres
elásticos. En todo caso el zapato debe ser amplio: ancho y alto.
- Usar bastón si es necesario, ya que descarga y previene caídas.
- Es mejor el bastón inglés o muleta de codo, que no contribuye a aumentar la desviación
de los dedos como los tradicionales de mano, si se están iniciando dichas deformidades.
- Los pacientes con mala empuñadura, inestabilidad y dolor de muñeca o importantes
flexos de codo no pueden usar los anteriores, pero se pueden ayudar en la marcha con
bastones de apoyo antebraquial horizontal, sobre un soporte en canal, y con un vástago
de empuñadura vertical que se puede engrosar con gomaespuma a necesidad.
- Respetar el dolor y planificar las actividades o detener estas a tiempo de dañar las
articulaciones.
- El uso incorrecto de las articulaciones puede aumentar y mantener el dolor.
5. SUEÑO Y DESCANSO
Además del dolor y limitación que generan las articulaciones inflamadas, la AR provoca fatiga.
Por ello, resulta fundamental tener en cuenta los periodos de reposo de las articulaciones
inflamadas, así como el reposo del cuerpo en general. Es recomendable el descanso sistémico
total en pacientes con cuadros inflamatorios sistémicos y articulares graves.
- Descanso nocturno de diez horas como mínimo. También es necesario el descanso
durante el día y la realización de una hora de siesta.
- Dormir en una cama dura para evitar posibles deformaciones.
22. - Dormir sin almohada o con una delgada y dura, que permita mantener todos los
segmentos corporales extendidos.
6. ORTESIS
Consiste en la utilización de férulas y dispositivos ortopédicos aplicados externamente a una
parte del cuerpo, que pueden proveer de apoyo a la articulación afectada, proporcionar alivio,
disminuir el dolor, evitar la contracción y alinear las articulaciones. Se utilizan para:
- Inmovilizar o restringir movimientos (corsés, férulas de reposo).
- Alinear, corregir o prevenir (ortesis de extensión progresiva del codo, ortesis para el
hallux valgus).
- Eliminar, amortiguar o redistribuir la carga sobre un área del cuerpo (plantillas, cuñas en
zapatos, etc).
7. AYUDAS TÉCNICAS
Las ayudas técnicas o dispositivos de apoyo son productos, instrumentos, equipos o sistemas
técnicos diseñados para prevenir, compensar, mitigar o neutralizar la deficiencia, discapacidad
o minusvalía.
Las principales indicaciones son:
- Facilitar el desplazamiento (bastones, andadores…)
- Facilitar el vestido (calzadores largos, ropa adaptada…)
- Facilitar la comida (engrosadores de mangos, cubiertos especiales…)
- Facilitar el baño (esponjas con mango largo, asientos de baño…)
- Facilitar el uso del WC (elevadores del asiento)
- Facilitar las tareas cotidianas domésticas o en el trabajo.
En definitiva, incrementar el nivel de independencia y autonomía personal del usuario con
discapacidad en su entorno.
8. TERAPIA FÍSICA Y OCUPACIONAL
Sesiones de terapia física y terapia ocupacional en las que se refuercen aspectos educativos de
protección articular, elaboración de ortesis y férulas. Además de desarrollar un programa físico
que el paciente pueda seguir en su casa.
9. TERMOTERAPIA: CALOR / FRÍO
Se ha evaluado el beneficio de diferentes opciones de termoterapia en pacientes adultos con
AR y, aunque no se han descrito efectos significativos de las aplicaciones de calor o frío en
medidas de evaluación objetiva de la enfermedad, tampoco se han descrito efectos
perjudiciales de esta terapia. Se considera que el uso de la termoterapia se debe basar,
principalmente, en su acción analgésica y relajante del músculo.
23. El calor local puede aliviar el dolor al aumentar el flujo de sangre. Ducharse con agua caliente
después de levantarse relaja la musculatura, consigue disminuir el periodo de rigidez matutina
y favorece el movimiento.
En los momentos de crisis, con recrudecimiento de la enfermedad, el frío puede disminuir la
sensación de dolor en la articulación inflamada.
10. ALIMENTACIÓN
La dieta del paciente con AR debe ser sana, equilibrada y variada. Deben de tenerse presentes
los beneficios del consumo de omega3 y vitamina D, así como los efectos perjudiciales de la
obesidad. Se propone seguir la dieta mediterránea.
11. TABACO
El hábito tabáquico está asociado a un incremento del desarrollo de AR, además de
relacionarse con una mayor gravedad de su curso clínico y una peor respuesta al tratamiento
farmacológico. Puesto que el tabaquismo activo es uno de los factores de mal pronóstico, su
eliminación definitiva debe ser fuertemente recomendada.
12. ESTRÉS
Los factores de estrés pueden desempeñar un papel importante en la etiopatogenia de las
enfermedades autoinmunes como la AR. Además, el afrontamiento al estrés es fundamental
en los pacientes con enfermedades crónicas, ya que puede influir en la vivencia emocional de
la misma, el afrontamiento, en los hábitos de autocuidado específicos y en la adherencia al
tratamiento.
Desde la consulta de enfermería pueden recomendarse técnicas de relajación para manejar el
estrés como son: respiración profunda, yoga, taichí, meditación, relajación progresiva de
Jacobson o relajación autógena de Schultz.
13. EMBARAZO Y LACTANCIA
Importante aconsejar la planificación del embarazo en pacientes con AR. En general no se
aconseja el tratamiento biológico durante el embarazo y la lactancia.
Será el médico quien valore los ajustes de tratamiento oportunos.
14. VACUNAS
Se recomienda intentar vacunar a los pacientes antes de la introducción del fármaco
inmunosupresor. Si no es posible, se valorará el riesgo – beneficio de hacerlo durante el
tratamiento, optando generalmente por las vacunas inactivas en fases estables de la
enfermedad, con la realización posterior de serologías.
Las vacunas frente al neumococo y la gripe son altamente recomendables. También se deben
considerar las vacunas contra la hepatitis A y B, el VPH y herpes zoster, en caso de
susceptibilidad o de presentar factores de riesgo.
24. 15. VIDA LABORAL
Casi el 90% de los pacientes con AR finalizan su vida laboral antes de la jubilación. Tienen más
dificultades para trabajar por la mañana, ya que es cuando tienen más rigidez en las
articulaciones.
Para los pacientes con AR es fundamental poder trabajar, no sólo por cuestiones económicas,
sino también por lo que supone para la situación social y emocional de la persona.
16. SEXUALIDAD
Es posible que el paciente con AR presente dificultades en las relaciones sexuales, por motivos
físicos, psicológicos o farmacológicos.
Existen una serie de pautas para mejorar la vida sexual del paciente con AR.