Este resumen describe el caso de una mujer de 84 años que acude por empeoramiento de los síntomas del síndrome de piernas inquietas que se le diagnosticó en 2012. Actualmente toma parches de rotigotina pero sus síntomas han empeorado, lo que ha requerido consultas con neurología. El síndrome de piernas inquietas es un trastorno motor y sensitivo que se caracteriza por una necesidad imperiosa de mover las piernas, asociado a factores como la ferropenia, trastornos genéticos y del sistema dopaminérg
2.
Mujer de 84 años. Acude por empeoramiento de
síntomas.
Diagnóstico de Sd. De piernas inquietas en 2012.
Antecedentes:
Anemia ferropénica
Ansiedad: Dx en 2013 . Tto : Mirtazapina
Tto actual: Ramipril 5mg ( HTA), Trazodona 50mg,
Parches Rotigotina.
CASO CLÍNICO
3.
2012
Pramipexol
0,18 mg.
Aumento a
0,7
2014
– Tratamiento con
Deprax (Trazodona)
y Sinemet (Levo-
Carbidopa), sin
mejoría.
Interconsulta –
Neurología : Neupro
(Rotigotina )2mg
2016
– Interconsulta
Neurología :
empeoramiento de
síntomas (
imposibilidad de
descanso nocturno
acompañada de gran
ansiedad .No cede a
pesar de la toma de
lorazepam) : 4mg de
Neupro
2017
Parece que
mejora con los
4mg de Neupro .
Si empeora
pautar Adartrel
0.5mg (
Ropinirol)
EVOLUCIÓN
4.
5.
El SPI se conoce desde el siglo XVII, cuando Thomas Willis ( polígono de
Willis) describió los primeros casos.
En 1945, el médico sueco Karl-Axel Ekbom publicó una serie de casos y
acuñó el término restless legs.
Ekbom ya apreció que un porcentaje importante de sus pacientes
presentaban además ferropenia. Como reconocimiento a la labor de este
autor el SPI ha recibido el nombre de enfermedad de Willis-Ekbom
Sin embargo, el auge en el conocimiento de este síndrome no se produjo
hasta finales de los 80 cuando la American Academy of Sleep Medicine lo
incluyó en su International Classification of Sleep Disorders y se descubrió
la utilidad de los agentes dopaminérgicos para controlarlo.
HISTORIA
6.
El SPI es un trastorno sensitivo y motor que se
define en base a cuatro criterios diagnósticos
mayores :
• Necesidad imperiosa de mover las piernas con sensación de
dolor o malestar
• Los síntomas aparecen y se agravan con la inactividad,
sentado o tumbado
• Los síntomas desaparecen o mejoran con el movimiento
• Ritmo circadiano, de predominio al atardecer y anochecer
DEFINICIÓN
7. También existen unos criterios de apoyo
diagnóstico:
• Trastorno del sueño.
• Movimientos periódicos de las piernas
durante el sueño.
• Movimientos involuntarios de las piernas
durante la vigilia.
• Exploración neurológica normal.
• Historia familiar.
8.
Es una afección frecuente
con una prevalencia del 2-
15% entre la población
general, que aumenta con
la edad. Raramente
aparece en la infancia y la
edad de comienzo es
variable. Los casos graves
suelen comenzar antes de
los 20 años
EPIDEMIOLOGÍA
9.
Alteración en
el
metabolismo
del hierro.
Déficit de
hierro
Factores
genéticos
Sistema
dopaminérgico
Pacientes con
lesiones
medulares y
neurapatías
periféricas
Administra
ción de
algunos
fármacos
IR y Uremia
ETIOLOGÍA
11.
Los pacientes refieren un
malestar que les cuesta definir,
que unos llaman quemazón,
otros tirantez, presión,
cosquilleo, hormigueo,
burbujeo, dolor, etc.
Se localiza preferentemente en
las piernas Aparece cuando
están sentados o tumbados
Intento paliar esta molestia
(estiran, las mueven) y
finalmente se tienen que
levantar y andar.
Aparece con más intensidad al
final del día.
Se tiene que levantar, ir al
baño, recorrer el pasillo de
arriba a abajo o hacer
estiramientos
Esta situación puede
mantenerse hasta las 3, las 4,
las 5 de la mañana, cuando
finalmente la oscilación
circadiana permite una
disminución de la intensidad.
Movimiento periódico incluso
dormido.
SINTOMATOLOGÍA
( Criterios clínicos)
12.
El diagnóstico del SPI se
basa principalmente en la
anamnesis sobre la clínica
del paciente.
Cuando se sospecha el
SPI, hay una serie de
preguntas más específicas
que se deben realiza.
DIAGNÓSTICO
14.
Examen físico
• La exploración física generalmente es normal. Los
aspectos siguientes son de particular importancia:
exploración neurológica, centrada en la médula espinal
y nervios periféricos, y exploración vascular para
descartar trastornos circulatorios.
Pruebas de laboratorio
• La ferritina sérica, las pruebas de función renal y la
glucemia. La polisomnografía no es necesaria, pues el
diagnóstico se basa en la anamnesis del enfermo.
DIAGNÓSTICO
(Pruebas complementarias)
15.
La gravedad del SPI varía de un paciente a otro.
El tratamiento deberá reservarse para pacientes con
síntomas de intensidad moderada o grave.
El éxito del tratamiento es muy variable de un
enfermo a otro
COMPLICACIÓN PRINCIPAL: ‘Augmentation’
TRATAMIENTO