La filosofía para niños se basa en tres presuposiciones principales: el aprendizaje significativo, la pedagogía crítica y la importancia de la interacción social. Se inspira en filósofos como los presocráticos y Sócrates, quienes creían que la razón y el diálogo podían extraer la verdad. La filosofía para niños fomenta el desarrollo del pensamiento crítico a través de la comunidad de diálogo, donde los niños aprenden reflexionando sobre conceptos y expresando sus ideas.