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53An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
RESUMEN
Entre las principales situaciones metabólicas que
pueden precisar atención urgente en el paciente onco-
lógico se encuentran: hipercalcemia, hiponatremia, sín-
drome de lisis tumoral, acidosis láctica, hiperuricemia,
insuficiencia renal, hiperamonemia, hiperpotasemia,
etc.
La hipercalcemia es la complicación metabólica
más frecuente en oncología apareciendo en el 10-30%
de estos pacientes. Sus principales mecanismos son
dos, la lisis tumoral y la hipercalcemia humoral media-
da por la PTHrP (proteína relacionada con la parathor-
mona). Para su diagnóstico lo principal es su sospecha
ya que algunos síntomas son inespecíficos y atribui-
bles a otras causas como somnolencia, estreñimiento,
etc. El tratamiento estará basado en la intensidad y se
inicia con medidas calciuréticas con una intensa hidra-
tación con suero fisiológico y en algunas ocasiones
furosemida. Las medidas antirreabsortivas incluyen la
calcitonina, bifosfonatos, mitramicina, nitrato de galio
y en ocasiones corticoides. Bifosfonatos como el pami-
dronato y el zolendronato parecen ser muy útiles en
estos casos.
La hiponatremia se clasifica en función de la osmo-
laridad plasmática; cuando ésta es baja nos encontra-
mos ante la verdadera hiponatremia que puede cursar
con volumen extracelular elevado (insuficiencia cardí-
aca, cirrosis, síndrome nefrótico e insuficiencia renal),
disminuido (pérdidas renales y extrarrenales de sodio)
y normal (SIADH principalmente, relacionado con una
eliminación alta de sodio en orina con alta osmolaridad
urinaria a pesar de ser ésta baja en sangre). Varios
tipos de tumor y diversos fármacos quimioterápicos
pueden producir este SIADH. El tratamiento variará
según el tipo y la intensidad pero, en general, éste se
basa en una restricción hídrica y la reposición del
sodio deficitario bien a través de suero fisiológico o de
sueros salinos hipertónicos según el caso y en ocasio-
nes furosemida para la eliminación del exceso de agua.
Palabras clave. Hipercalcemia. Hiponatremia.
Urgencias metabólicas. Cáncer. Oncológico.
ABSTRACT
Amongst the principal metabolic situations that can
require emergency attention in the oncology patient we
find: hypercalcaemia, hyponatraemia, tumoural lysis
syndrome, lactic acidosis, hyperuricaemia, renal failure,
hyperammonaemia, hypermpotasaemia, etc.
Hypercalcaemia is the most frequent metabolic
complication in oncology, appearing in 10-30% of these
patients. It has two main mechanisms, tumoural lysis and
humoural hypercalcaemia mediated by PTHrP (a protein
related to parathormone). The principal factor for its
diagnosis is suspicion, since some symptoms are non-
specific and can be attributed to other causes such as
somnolence, constipation, etc. Treatment will be based
on intensity and is started with calciuretic measures with
an intense hydration with physiological serum and on
some occasions with furosemide. Anti-reabsorptive
measures include calcitonin, bisphosphonates,
mithramycin, gallium nitrate and on occasions
corticoids. Bisphosphonates such as pamidronate and
zoledronate seem to be highly useful in these cases.
Hyponatraemia is classified depending on
plasmatic osmorality; when this is low we find
ourselves facing an authentic hyponatraemia that can
develop with an extra-cellular volume that is high
(cardiac insufficiency, cirrhosis, nephrotic syndrome
and renal insufficiency), low (renal and extra-renal
sodium losses) and normal (principally SIADH, related
to a high elimination of sodium in the urine with high
urinary osmolarity in spite of this being low in blood).
Several types of tumour and different chemotherapy
drugs can produce this SIADH. Treatment will vary
according to the type and intensity, but in general this
is based on hydric restriction and the replacement of
the sodium deficit, either through physiological serum
or through hypertonic saline serums depending on the
case, and on occasions furosemide for the elimination
of excess water.
Key words. Hypercalcaemia. Hyponatraemia.
Metabolic emergencies. Cancer. Oncological.
Correspondencia:
D. J.L. Elejalde
Tfno. 848 429462
e-mail: jielejalde@yahoo.es
Servicio de Urgencias. Hospital Virgen del Cami-
no. Pamplona.
An. Sist. Sanit. Navar. 2004; 27 (Supl. 3): 53-62.
Urgencias metabólicas en el paciente oncológico
Metabolic emergencies in the oncology patient
J.L. Elejalde
J.L. Elejalde
54 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
INTRODUCCIÓN
Entre las principales situaciones meta-
bólicas que pueden precisar atención
urgente en el paciente oncológico se
encuentran1
: hipercalcemia, hiponatremia,
síndrome de lisis tumoral, acidosis láctica,
hiperuricemia, insuficiencia renal, hipera-
monemia y otros (hipoglucemia, hiperpo-
tasemia, hipopotasemia, etc).
HIPERCALCEMIA
Epidemiología
La hipercalcemia es la complicación
metabólica más frecuente en oncología
apareciendo en el 10-30% de estos pacien-
tes y por otro lado es la causa principal de
hipercalcemia de todos los pacientes hos-
pitalizados. A pesar de su frecuencia a
menudo no se diagnostica por falta de sos-
pecha clínica al presentar síntomas que se
atribuyen a otras causas en el contexto de
la enfermedad impidiendo un adecuado
tratamiento que podría conllevar una
mejoría clínica y de la calidad de vida1-4
.
Las causas más importantes de hiper-
calcemia en general están recogidas en la
tabla 1.
La frecuencia con que algunos tumores
presentan hipercalcemia son: pulmón
27,3%; mama 25,7%; mieloma 7,3%; cabeza
y cuello 6,9%; primario desconocido 4,7%;
linfoma/leucemia, renal y gastrointestinal
alrededor del 4%.
Fisiopatología
El metabolismo del calcio está regulado
por la parathormona1-4
que aumenta la reab-
sorción tubular y ósea de calcio, la calcito-
nina que disminuye la reabsorción ósea y
disminuye la reabsorción tubular inducien-
do hipercalciuria y los metabolitos activos
de la vitamina D (calciferol) como el 1-25
(OH)2-D (calcitriol o D3) que promueven la
reabsorción tubular de calcio.
Los mecanismos que producen la
hipercalcemia tumoral son fundamental-
mente osteolisis local y hipercalcemia
humoral.
Osteolisis local
Es responsable del 20-30% de las hiper-
calcemias en pacientes oncológicos. Se
presenta con cifras normales de fosfatos
en sangre y disminuidas de parathormona;
es frecuente en pacientes con metástasis
óseas extensas y la hipercalcemia está
mediada por la producción local de facto-
res como citokimas [TGF-α y β (factor
transformador de crecimiento), TNF-α
(factor de necrosis tumoral), TNF-β, IL-1
(interleukina-1), IL-2 (interleukina-2) e IL-6]
(mieloma múltiple), prostaglandinas y pro-
teínas relacionadas con la hormona parati-
roidea (PTHrP).
Tabla 1. Causas más importantes de hipercalcemia.
• Hiperparatiroismo primario 54%
• Tumores 26%
- Pulmón 35%
- Mama 25%
- Hematológicos (mieloma, linfoma) 14%
- Cabeza y cuello (carcinomas de células escamosas) 8%
- Riñón 3%
- Próstata 3%
- Origen desconocido 4%
- Otros 8%
• Otros: hipervitaminosis D y A, inmovilización, osteoporosis, E. Paget, hipertiroidismo,
feocromocitoma, E. Adison, VIH, tuberculosis, sarcoidosis, síndrome leche-alcalinos,
litio, tiazidas, insuficiencia renal crónica y fase diurética de la aguda e hipercalcemia
hipocalciúrica familiar. 20%
55An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
Hipercalcemia humoral
El responsable del 70-80% de las hiper-
calcemias, aunque tradicionalmente se
relacionaba con la sobreproducción de
parathormona. El descubrimiento en 1987
de la PTHrP (proteína relacionada con la
parathormona), con efecto similar a la
anterior, se ha visto que es la causante
principal de este tipo de hipercalcemia
(estimula la adenilato ciclasa ósea y renal
aumentando la reabsorción osteoclástica,
promueve la reabsorción renal de calcio y
disminuye la absorción renal de fosfato).
El aumento de la propia parathormona y
de la vitamina D3 (linfoma) son causas
menos frecuentes. Se produce un aumento
de la reabsorción ósea y una disminución
del aclaramiento renal.
Estos mecanismos se ven potenciados
por la inmovilización. La deshidratación, la
anorexia, la náusea y el vómito agrava la
deshidratación y por tanto la hipercalce-
mia. Las terapias hormonales y las tiazidas
pueden desencadenar o agravar la hiper-
calcemia.
Diagnóstico
La hipercalcemia se define por una
cifra de calcio sérico mayor de 10,4 mg/dL
o 2,6 mmol/L; el calcio iónico (activo)
representa sólo el 45% del sérico (5,6
mg/dL o 1,4 mmol/L), encontrándose el
resto unido a otras sustancias fundamen-
talmente a proteínas (40%), por lo que una
modificación en la concentración de las
mismas obliga a corregir la cifra de calcio
sérico con alguna de estas fórmulas:
Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi-
do (mg/dL) + 0,8 (4 – albúmina sangre)
Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi-
do (mg/dL) – (albúmina + 4)
Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi-
do (mg/dL)/0,6 + proteínas totales/18,5
Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi-
do (mg/dL)/(proteínas totales/16) + 0,55
La alcalosis aumenta la unión a proteí-
nas al contrario que la acidosis (0,12
mg/dL con cada cambio de pH de 0,1).
El diagnóstico diferencial de la hiper-
calcemia1-4
está en la tabla 1.
Los síntomas van a depender del grado
de hipercalcemia aunque no hay una
correlación exacta, influyendo también la
velocidad de instauración. Con cifras <13
mg/dL suelen estar asintomáticos; los sín-
tomas iniciales son inespecíficos e inclu-
yen anorexia, estreñimiento, náuseas,
vómitos, polidipsia y poliuria. A largo
plazo se puede desarrollar nefrolitiasis e
insuficiencia renal crónica (Tabla 2).
La valoración del paciente oncológico
con sospecha de hipercalcemia incluye su
historia oncológica (tipo de tumor, estadio
actual, tratamientos recibidos y respuesta
a los mismos), motivo de consulta y explo-
ración física completa. Entre las explora-
ciones complementarias no olvidar hemo-
grama, coagulación bioquímica con
glucemia, electrolitos con calcio, urea, cre-
atinina, proteínas totales, orina con elec-
trolitos y gasometría arterial, ECG, Rx de
tórax y a valorar serie ósea.
Tratamiento
El tratamiento más eficaz es el trata-
miento del tumor con cirugía o
quimio/radioterapia aunque en algunos
Tabla 2. Síntomas que dependen del grado de hipercalcemia.
Generales Deshidratación, pérdida de peso, prurito, astenia.
Gastrointestinales Anorexia, estreñimiento, náuseas, vómitos, dolor abdominal.
Músculo esquelético Debilidad, dolor óseo, ataxia y cansancio.
Genitourinarios Polidipsia, poliuria, nefrolitiasis, insuficiencia renal crónica.
Sistema nervioso Hiporreflexia, convulsiones, dolor de cabeza, psicosis, confusión, somnolencia,
letargia, coma.
Cardíacos Bradicardia, bloqueos, arritmias, asistolia, alargamiento del PR, acortamiento
del QT, ensanchamiento QRS, alteraciones en el ST-T (ST acortado, T ancha),
aumento de sensibilidad a los digitálicos.
J.L. Elejalde
56 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
casos la hipercalcemia puede persistir a
pesar de erradicar el tumor1-3,5-6
. En el caso
de no disponer de un tratamiento activo
disponible o deseado que permita invertir
el proceso primario de la enfermedad la
decisión de corregir o no la hipercalcemia
es algo que debe tomarse dentro del con-
texto de las metas terapéuticas acordadas
entre el paciente, los cuidadores y perso-
nal médico ya que si no se trata evolucio-
na a coma que puede ser el curso deseado
en el final de una vida en la que los sínto-
mas y el sufrimiento pueden volverse poco
manejables.
Es importante asimismo la educación
del paciente y de la familia en el reconoci-
miento de los síntomas y no olvidar la pre-
vención (mantener la movilidad, asegurar
hidratación adecuada, etc).
La decisión de tratamiento se hará en
función de las cifras de calcio: leve <12
mg/dL, moderada 12-13,5 mg/dL y severa
>13,5 mg/dL.
En hipercalcemias leves asintomáticas
puede no ser necesario más tratamiento
que una correcta hidratación y suplemen-
tos de sal. La restricción de calcio sólo es
necesaria en tumores productores de 1-
25(OH)2-D como los linfomas. Se evitará la
inmovilización y los fármacos que inhiben
la excreción renal de calcio (tiazidas, etc).
En pacientes con niveles superiores de
calcio el tratamiento se realizará con:
1. Tratamiento calciurético: los pacien-
tes pueden tener una depleción de hasta 5-
10 litros por lo que la medida inicial con-
sistirá en expansión de volumen,
corrección de la deshidratación, aumentar
el filtrado glomerular y promover la excre-
ción renal de calcio (el sodio y el calcio se
excretan paralelamente en los túbulos
renales).
En casos leves la hidratación puede ser
oral, cuando es moderada o severa se hará
con cloruro sódico al 0,9% por vía intrave-
nosa a 300-500 ml/hora las primeras 3
horas y posteriormente 500 ml cada 3
horas resultando un total de 3-5 litros en 24
horas siempre teniendo en cuenta el grado
de hipercalcemia, la hidratación previa y la
situación cardiovascular y renal del pacien-
te la cual se puede controlar mediante la
medida de PVC y en todo caso con una
saturación de oxígeno por pulsioximetría y
diuresis horaria (1-2 ml/kg/hora). Esta
medida comienza su efecto en las primeras
24 horas y dura 2-3 días con unas reduccio-
nes de 0,5-2 mg/dl del calcio. Actualmente
se considera que no es necesaria una hidra-
tación muy agresiva sino orientada a repo-
ner la pérdida de agua.
La terapia calciurética se completa con
la administración de furosemida iv a dosis
de 20-40mg/6-12 horas indicada fundamen-
talmente para el control del exceso de
volumen (tras rehidratación) y además
aumenta la eliminación renal de calcio,
aunque actualmente no se recomienda en
todos los casos porque puede producir
una mayor eliminación de sodio que de
calcio lo que llevaría a producir un efecto
paradójico con disminución de la elimina-
ción renal tanto de sodio como de calcio.
No debemos olvidar monitorizar y
suplementar las pérdidas que se produ-
cen de potasio y magnesio. En caso de
insuficiencia renal el tratamiento será con
diálisis.
2. Tratamientos antirreabsortivos: dis-
minuyen la reabsorción ósea y aunque son
más lentos que las medidas calciuréticas
su duración es mayor. Se pueden iniciar a
la vez o después que éstas.
Calcitonina
Inhibe la reabsorción ósea, aumenta
moderadamente la calciuresis y tiene un
ligero efecto analgésico. Es un fármaco
importante porque es el de acción más
rápida comenzando la misma a las 2-6
horas con un máximo a las 24-48 horas,
pero breve (2-4 días) por la taquifilaxia que
desarrolla. Otra ventaja es que se puede
utilizar en pacientes deshidratados y con
insuficiencia renal. Se administran a dosis
de 4-8 UI/kg cada 6-12 horas subcutáneo o
intravenoso en dosis ascendentes un máxi-
mo de 8 días y consigue descensos del cal-
cio de 2-3 mg/dL.
Corticoides
Son útiles en la hipercalcemia causada
por enfermedades granulomatosas, toxici-
dad por vitamina D y neoplasias sensibles
a corticoides como mieloma, linfoma y leu-
cemias y a veces, en el de mama, en el
57An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
resto de tumores su efecto es imprevisible
y no deben utilizarse dados sus efectos
secundarios. El mecanismo es una dismi-
nución de los niveles de 1-25 (OH)2-D. Se
administran 100-400 mg/día de hidrocorti-
sona ó 40-100 mg/día de prednisona (u
otro a dosis equivalente), su efecto se ini-
cia a la semana, dura 3-4 días y disminuye
0,5-3 mg/dL los niveles de calcio.
Bifosfonatos
Se adhieren a la superficie de la hidro-
xiapatita e inhiben la reabsorción de calcio
por los osteoclastos. Se han convertido en
el estándar de tratamiento y son los que
más novedades han aportado en los últi-
mos años con nuevos fármacos como el
zolendronato que puede sustituir al pami-
dronato como primera elección, además
ha demostrado seguridad y eficacia a largo
plazo en el tratamiento de metástasis
óseas en un gran número de tumores sóli-
dos y en el mieloma múltiple7
, otros bifos-
fonatos son etidronato, alendronato y clo-
dronato. Disminuyen >1mg/dL la cifra de
calcio. Normalizan el calcio en >70% de los
pacientes. Además pueden tener efecto
analgésico en metástasis óseas y prevenir
fracturas en vertebrales en procesos como
el mieloma (Tabla 3).
En estudios comparativos el pamidro-
nato parece ser más efectivo que etidrona-
to y clodronato a bajas dosis (600 mg) pero
igual que clodronato a altas dosis (1.500
mg), no encontrándose diferencias entre
alendronato y clodronato8
.
Los bifosfonatos de más reciente intro-
ducción son ibandronato, disponible por
vía oral e intravenosa9
e incadronato.
También ha demostrado utilidad la uti-
lización de vías alternativas a las habitua-
les como la infusión subcutánea de clodro-
nato10
.
Mitramicina o plicamicina
Inhibe la síntesis de RNA de los osteo-
clastos. Es el segundo más rápido de inicio
(12-72 horas) aunque la duración de la res-
puesta es impredecible (2-14 días) con dis-
minuciones de 1-2 mg/dL. Además produce
una gran cantidad de efectos secundarios
como hepatotoxicidad, nefrotoxicidad,
trombopenia, supresión medular, náuseas,
vómitos y disminución de factores de la
coagulación. Se administra por una vía
central (vesicante) a dosis de 25 mg/kg
durante 4-6 horas, la dosis se puede repe-
tir a las 24-48 horas.
Nitrato de galio
Es un potente inhibidor de la reabsor-
ción ósea pero precisa una administración
intravenosa continua durante 5 días (200
mg/m2
superficie corporal/día). Sus princi-
pales efectos secundarios son la nefrotoxi-
cidad, las náuseas, vómitos e hipofosfate-
mia.
Otros
El fosfato se usa como tratamiento cró-
nico oral en casos leves-moderados, diáli-
sis en hipercalcemia complicada con insu-
ficiencia renal, inhibidores de la síntesis de
Tabla 3. Bifosfonatos.
Posología Inicio Duración Efectos secundarios
Etidronato 7,5mg/kg/d 2-6 días 1-3 sem Fiebre, rash, náuseas, alt.
en 2-4 horas iv, función renal, hiperfosfatemia
3-7 días
Pamidronato 60-90 mg iv 24-72 h 3-4 sem Síntomas GI, fiebre, reacción
(el más utilizado) en 2-4 h local, hipoK, hipoMg, hipofosfat.
Zolendronato 4mg iv 24-48 h >4 sem Fiebre, vómitos reacción cutánea
en 15 minutos local, hipoK, hipoMg, hipofosfat.
Clodronato 5mg/kg en 2-3 h, 24 h 2 sem (También útil SC con poca
2-5 d toxicidad)
Alendronato 10-15 mg
en 2 horas
Incadronato 2,5-10 mg
Ibandronato 0,6-4 mg Menos nefrotóxico
J.L. Elejalde
58 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
la prostaglandina, cisplatino, etc. Son tra-
tamientos en experimentación la osteopro-
geterina y anticuerpos monoclonales anti-
PTHrP. Estos últimos normalizan los
niveles séricos de calcio y mejoran toda la
sintomatología asociada en modelos ani-
males11
.
Pronóstico
La aparición de hipercalcemia tiene un
significado pronóstico grave observándo-
se que el 50% de pacientes mueren en un
mes y el 75% en 3 meses después de ini-
ciado el tratamiento, siendo algo mejor el
pronóstico de los pacientes que respon-
den al tratamiento antineoplásico específi-
co. En cambio el tratamiento sí aporta una
mejoría sintomática significativa, diferente
para los distintos síntomas.
HIPONATREMIA
La osmolaridad plasmática es el deter-
minante de la distribución del agua corpo-
ral. El sodio es responsable de más del 90%
de la osmolaridad del líquido extracelular.
El sodio y el agua están estrechamente
relacionados. Cuando la osmolaridad cam-
bia en uno de los dos compartimentos, el
agua atraviesa libremente las membranas
celulares equilibrando de nuevo las osmo-
laridad intra y extracelular para mantener-
la dentro de los límites normales (285-290
mOsm/Kg). El incremento de la osmolari-
dad estimula la sed y la secreción de la
hormona antidiurética (ADH) que promue-
ve la retención de agua libre. Además de
estos mecanismos el contenido de sodio y
el volumen vienen determinados por el
manejo renal de sodio en el que intervie-
nen las variaciones del volumen eficaz (su
disminución estimula la reabsorción renal
de sodio mediante estímulo simpático
directo y activando el sistema renina-
angiotensina-aldosterona) y los péptidos
natriuréticos (promueven la natriuresis
renal).
La hiponatremia se define como sodio
plasmático <135 mEq/L e indica que los
líquidos corporales están diluidos por un
exceso de agua en relación con el soluto
total. La respuesta normal es la diuresis
acuosa que necesita de una supresión de
la ADH y cantidades suficientes de sodio y
agua que alcancen lugares de dilución de
la nefrona donde se debe reabsorber nor-
malmente el sodio permaneciendo imper-
meables al agua12-14
.
Para su clasificación se utiliza en pri-
mer lugar la osmolaridad plasmática.
Osmolaridad normal
(pseudohiponatremia)
Parte del volumen extracelular está
ocupado por sustancias que no alteran la
osmolaridad (hiperlipemias, hiperprotei-
nemias) y por tanto se reduce la propor-
ción de líquido acuoso que contiene sodio
en cada unidad de plasma tomada para el
análisis.
Osmolaridad elevada
Hay acúmulo de sustancias osmótica-
mente activas diferentes del sodio (gluco-
sa, manitol, glicerol) que provocan la sali-
Tabla 4. Clasificación de la hiponatremia con osmolaridad disminuida.
VEC aumentado VEC normal VEC disminuido
Clínica Estados edematosos e Sequedad de piel y mucosas,
Insuficiencia renal hipotensión ortostática, colapso venoso
Diagnóstico Na o>20 Na o<20 Na o >20 Na o <10
Etiología IRC ICC SIADH Diuréticos Vómitos
Cirrosis Hipotiroidismo Nefropatía pierde sal Diarreas
Nefrótico Insuf. suprerrenal Déficit Minera- Tercer espacio
Polidipsia psicog locor-ticoides
Postoperatorios Diuresis osmótica
IECA, tiazidas
59An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
da de agua del interior de las células, dilu-
yendo el sodio plasmático.
Osmolaridad disminuida (<280
mOsm/kg)
Es la verdadera hiponatremia que a su
vez se clasifica en función del estado de
volemia (Volumen extracelular = VEC) que
se estima mediante exploración clínica.
Asimismo una urea elevada suele indicar
depleción de volumen (Tabla 4).
1. Las situaciones con un VEC (volu-
men extracelular) aumentado son las aso-
ciadas a una alteración de la excreción de
agua (insuficiencia renal) que produce
hiponatremia dilucional por incapacidad
del riñón para eliminar el exceso de agua y
a los estados edematosos (insuficiencia
cardíaca, cirrosis y síndrome nefrótico) en
los que el VCE (volumen circulante efecti-
vo) está disminuido por lo que disminuye
la perfusión tisular (detectado por barore-
ceptores). Para contrarrestarlo existe un
aumento en la retención de sodio y mayor
aún en la reabsorción tubular de agua así
como una disminución en la dilución de la
orina, dependiente de una secreción apro-
piada de ADH (mediada por los barorre-
ceptores), pudiendo dar lugar a una hipo-
natremia dilucional. Globalmente es la
anomalía electrolítica más frecuente en el
paciente con cáncer debido a múltiples
causas: enfermedad hepática infiltrativa,
toxicidad farmacológica, infecciones,
enfermedad veno-oclusiva, ascitis maligna,
insuficiencia cardíaca, obstrucción tumo-
ral venosa etc. Estos estados edematosos
se caracterizan por oliguria con aumento
de peso, aumento de la cantidad total de
sodio con descenso de su concentración
por el exceso de agua libre y orina con
Na<15 mEq/L con disminución de la excre-
ción fraccionada de sodio.
2. El cuadro más representativo de
hiponatremia con VEC normal es el síndro-
me de secreción inadecuada de ADH
(SIADH) en el que la ADH es liberada ina-
decuadamente a pesar de la dilución de los
líquidos corporales. La pérdida renal de
sodio se debe a la retención de agua y a la
ligera expansión del volumen consiguiente
que incrementa la excreción de sodio15
. Es
la causa más frecuente de hiponatremia en
pacientes con cáncer hospitalizados.
Los criterios diagnósticos del SIADH
son:
1- Hiponatremia e hipoosmolaridad.
2- Osmolaridad urinaria inapropiada-
mente alta (mayor a 100 mosml/kg).
3- Sodio urinario mayor a 40 mEq/L.
4- Normovolemia.
5- Función renal, suprarrenal y tiroidea
normales.
6- Equilibrio ácido-base y balance de
potasio normales.
El criterio clásico respecto a la osmola-
ridad urinaria (OSMu) es considerar a ésta
mayor a la osmolaridad plasmática, condi-
ción que conduce a una infravaloración de
este síndrome. En un estado de sobrehi-
dratación, la osmolaridad urinaria “apro-
piada” debe estar en el rango comprendi-
do entre 40–80 mOsm/kg, valor que refleja
una adecuada y total supresión de la secre-
ción de ADH, situación que permite al
organismo desembarazarse del exceso de
líquido. La hiponatremia con hipoosmola-
ridad debe abolir la secreción de ADH con-
duciendo a la Osmu a un valor inferior a
100 mOsm/kg (Polidipsia primaria). En pre-
sencia de hiponatremia una Osmu mayor
de 100 mOsm/kg constituye un valor “ina-
propiadamente” alto y refleja la pérdida de
supresión de ADH, tal como acontece en el
SIADH y en la depleción de volumen. Por lo
tanto, una Osmu mayor a 100 mOsm/kg,
aún siendo menor a la osmolaridad plas-
mática constituye sin duda un criterio
para el diagnóstico de SIADH.
La etiología del SIADH está en relación
con tumores (carcinoma de células peque-
ñas de pulmón, carcinoma de cabeza y
cuello, tumores cerebrales (neuroblasto-
ma), carcinoma de próstata, neoplasias
hematológicas como linfoma y timoma,
gastrointestinales como páncreas y duode-
no, suprarrenales, mesotelioma, urológi-
cas, ovario, mama, etc), alteraciones del
SNC (traumatismos, infecciones, hemorra-
gias, tumores), enfermedades pulmonares
(TBC, neumonía, neoplasias, insuficiencia
respiratoria), fármacos (narcóticos, feno-
tiazinas, IMAO, tricíclicos, tiazidas, sulfoni-
lureas, carbamacepina, clofibrato, bromo-
J.L. Elejalde
60 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
criptina), hipotiroidismo, dolor, náuseas,
postoperatorios y antineoplásicos que se
comentarán más adelante, etc.
Los fármacos utilizados para la quimio-
terapia son causas posibles de hiponatre-
mia, potenciados por el estímulo para la
ADH que produce las náuseas que provo-
can estos fármacos y las vigorosas hidra-
taciones que se suelen administrar para
prevenir la nefrotoxicidad (cisplatino) y
las cistitis hemorrágicas (ciclofosfamida)16
:
– Alcaloides de la vinca: vincristina y
vinblastina, el mecanismo de acción
propuesto es el SIADH.
– Compuestos con platino: cisplatino y
carboplatino. Los mecanismos de
acción propuestos son una pérdida
renal de sal (nefropatía pierde sal) y
por otro lado SIADH.
– Agentes alquilantes: ciclofosfamida,
melfalan e ifosfamida. Los mecanis-
mos de acción propuestos son intoxi-
cación por agua o SIADH y efecto tóxi-
co directo en túbulo renal distal con
modificación de la permeabilidad al
agua y la sal o cambio de la sensibili-
dad a la ADH.
– Inmunoterapia: interferón alfa y
gamma, levamisol, anticuerpos mono-
clonales. Los mecanismos de acción
propuestos son SIADH e intoxicación
por agua.
Los mecanismos por los que puede
haber un exceso de ADH son una secreción
ectópica de ADH (producción paraneoplá-
sica en tumores, que puede hacerse más
intensa en el periodo de lisis tumoral por
el tratamiento), aumento de secreción por
el hipotálamo de una sustancia ADH-like
en las alteraciones neurológicas, fármacos
que producen SIADH y finalmente adminis-
tración exógena de ADH u oxitocina.
En los SIADH relacionados con cánce-
res, la hiponatremia puede mejorar con el
tratamiento del tumor (cirugía, quimio y/o
radioterapia), aunque existe controversia
sobre la relación entre pronóstico de la
enfermedad y el SIADH.
3. En las situaciones con VEC disminui-
do por depleción de volumen a la que se
puede llegar por pérdidas renales de sal
(nefropatías pierde sal, insuficiencia supra-
rrenal, tiazidas, etc.) o extrarrenales (dia-
rreas, sangrados, drenaje de ascitis o derra-
me pleural, vómitos, tercer espacio, etc.)
se estimula la reabsorción de sodio y agua
en el túbulo proximal. Por lo tanto la hipo-
natremia se produce inicialmente por pér-
dida predominante de sodio pero ésta se
perpetúa por incapacidad para excretar el
agua libre (por estímulo del mecanismo de
la sed y secreción de ADH). En las pérdidas
renales el Na en orina será > 20mEq/L y en
las extrarrenales < 20 mEq/L. En la hipona-
tremia por diuréticos intervienen múltiples
factores como la pérdida de sal que puede
causar depleción de volumen que limita la
diuresis acuosa por la estimulación de ADH
y el mecanismo de la sed.
Un tipo especial de hiponatremia con
disminución del VEC es la producida por
lesiones cerebrales, incluidas las tumora-
les, denominado síndrome perdedor de sal
de origen cerebral (Cerebral Salt Wasting
syndrome) caracterizado por la presencia
de hiponatremia, hipoosmolaridad plas-
mática, osmolaridad urinaria mayor que
osmolaridad plasmática, natriuresis exce-
siva y depleción de volumen. Parece que
un exceso de péptido natriurético atrial
circulante puede tener un rol importante
en su génesis, pero en presencia de otros
factores asociados como una disminución
de la actividad simpática entre otros. Estos
pacientes presentarán una ADH elevada,
pero apropiada por la hipovolemia y un
hipoaldosteronismo hiporeninémico.
La intensidad y la gravedad de la clínica
dependen más de la velocidad con que apa-
rece que con su grado. Los síntomas diges-
tivos aparecen precozmente, la clínica neu-
rológica depende del edema neuronal por
entrada de agua en las células que puede
llegar a causar enclavamiento del uncus y
herniación de amígdalas cerebelosas. En
casos crónicos se puede tener cifras 115-
120 de forma asintomática, los síntomas
severos aparecen con cifras < 110.
Los síntomas que pueden aparecer
son: anorexia, náuseas, vómitos, calam-
bres musculares, apatía, cefalea, confu-
sión, letargia, convulsión y coma. Los sig-
nos más importantes son: íleo paralítico,
alteraciones sensoriales, hiporreflexia,
61An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3
URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
Cheyne-Stokes, hipotermia, convulsiones y
parálisis pseudobulbar.
Diagnóstico
En el diagnóstico la osmolaridad y la
volemia permiten el enfoque inicial. El
sodio urinario distingue entre las pérdidas
renales o extrarrenales y las situaciones
con VCE aumentado o disminuido.
La gasometría puede detectar anomalí-
as como alcalosis metabólica con hipopo-
tasemia (vómitos, diuréticos) o acidosis
metabólica con hiperpotasemia (insufi-
ciencia renal, depleción de volumen, insu-
ficiencia suprarrenal).
Tratamiento
El tratamiento17-18
se basará en la inten-
sidad, en la clínica y en la enfermedad de
base. Si es asintomática o no muy intensa
(Na > 120-125 mEq/L) puede ser suficiente
el tratamiento de la enfermedad de base.
En casos severos pero crónicos y asinto-
máticos puede ser suficiente la restricción
de líquidos. Si es aguda (< 48 horas), sinto-
mática o severa (Na < 115 mEq/L) la actua-
ción será más enérgica.
La cantidad de sodio a administrar es
de 0,6 x (peso kg) x (Na deseado-actual).
VEC aumentado (estados
edematosos)
El objetivo es eliminar el exceso de
agua libre mediante la restricción hídrica y
diuréticos de asa (furosemida 1mg/kg iv).
Poner atención a la posible hipopotasemia
concomitante.
VEC normal (SIADH)
Restricción de líquidos (<600-800 ml al
día), que en casos asintomáticos puede ser
suficiente (disminuciones <0,5mEq/L/h).
En sintomáticos o casos severos el sodio
se aporta con el menor volumen posible
mediante suero salino hipertónico al 3%
que tiene 51 mEq/100ml (2-4 ml/kg/h en
síntomas severos y 1-2 ml/kg/h en modera-
dos) o añadiendo ampollas de ClNa al 10-
20% al mínimo volumen -unos 200 ml- de SS
0,9%). La tasa de corrección será lenta, la
mitad del déficit estimado se restituirá en
12 horas o a un ritmo de corrección de la
natremia menor de 1-1,5 mEq/h en los
casos agudos en las primeras 24 horas (en
total <12-15 mEq) con frecuentes controles
plasmáticos, hasta alcanzar niveles de
seguridad (Na de 125 mEq/L) ya que una
corrección excesivamente rápida puede
causar lesiones cerebrales desmielinizan-
tes (mielinolisis pontina). La administra-
ción de furosemida puede favorecer la
excreción de agua libre (1mg/kg/4-6 horas)
sobre todo si la osmolaridad urinaria es >
400mOsm/kg. En casos crónicos no con-
trolados se puede administrar antagonis-
tas de la ADH como litio (900-1.200
mg/día), urea, difenilhidantoina o demeclo-
ciclina (300-600 mg/8h vo, que tarda 4-7
días en comenzar su efecto) que provoca
una diabetes insípida farmacológica.
Se están realizando estudios con varios
fármacos orales con actividad antagonista
del receptor V2 de la vasopresina que
median la reabsorción de agua en el túbu-
lo colector, como el conivaptán que posi-
blemente en un futuro próximo puedan ser
utilizados en la práctica clínica habitual.
VEC disminuido
Infusión de suero salino al 0,9% en can-
tidad necesaria para reponer la volemia.
Poner atención a la posible hipopotasemia
concomitante.
BIBLIOGRAFÍA
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cancer patient. Semin Oncol 2000; 27: 322-
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Urgencias metabolicas en el paciente oncologico

  • 1. 53An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 RESUMEN Entre las principales situaciones metabólicas que pueden precisar atención urgente en el paciente onco- lógico se encuentran: hipercalcemia, hiponatremia, sín- drome de lisis tumoral, acidosis láctica, hiperuricemia, insuficiencia renal, hiperamonemia, hiperpotasemia, etc. La hipercalcemia es la complicación metabólica más frecuente en oncología apareciendo en el 10-30% de estos pacientes. Sus principales mecanismos son dos, la lisis tumoral y la hipercalcemia humoral media- da por la PTHrP (proteína relacionada con la parathor- mona). Para su diagnóstico lo principal es su sospecha ya que algunos síntomas son inespecíficos y atribui- bles a otras causas como somnolencia, estreñimiento, etc. El tratamiento estará basado en la intensidad y se inicia con medidas calciuréticas con una intensa hidra- tación con suero fisiológico y en algunas ocasiones furosemida. Las medidas antirreabsortivas incluyen la calcitonina, bifosfonatos, mitramicina, nitrato de galio y en ocasiones corticoides. Bifosfonatos como el pami- dronato y el zolendronato parecen ser muy útiles en estos casos. La hiponatremia se clasifica en función de la osmo- laridad plasmática; cuando ésta es baja nos encontra- mos ante la verdadera hiponatremia que puede cursar con volumen extracelular elevado (insuficiencia cardí- aca, cirrosis, síndrome nefrótico e insuficiencia renal), disminuido (pérdidas renales y extrarrenales de sodio) y normal (SIADH principalmente, relacionado con una eliminación alta de sodio en orina con alta osmolaridad urinaria a pesar de ser ésta baja en sangre). Varios tipos de tumor y diversos fármacos quimioterápicos pueden producir este SIADH. El tratamiento variará según el tipo y la intensidad pero, en general, éste se basa en una restricción hídrica y la reposición del sodio deficitario bien a través de suero fisiológico o de sueros salinos hipertónicos según el caso y en ocasio- nes furosemida para la eliminación del exceso de agua. Palabras clave. Hipercalcemia. Hiponatremia. Urgencias metabólicas. Cáncer. Oncológico. ABSTRACT Amongst the principal metabolic situations that can require emergency attention in the oncology patient we find: hypercalcaemia, hyponatraemia, tumoural lysis syndrome, lactic acidosis, hyperuricaemia, renal failure, hyperammonaemia, hypermpotasaemia, etc. Hypercalcaemia is the most frequent metabolic complication in oncology, appearing in 10-30% of these patients. It has two main mechanisms, tumoural lysis and humoural hypercalcaemia mediated by PTHrP (a protein related to parathormone). The principal factor for its diagnosis is suspicion, since some symptoms are non- specific and can be attributed to other causes such as somnolence, constipation, etc. Treatment will be based on intensity and is started with calciuretic measures with an intense hydration with physiological serum and on some occasions with furosemide. Anti-reabsorptive measures include calcitonin, bisphosphonates, mithramycin, gallium nitrate and on occasions corticoids. Bisphosphonates such as pamidronate and zoledronate seem to be highly useful in these cases. Hyponatraemia is classified depending on plasmatic osmorality; when this is low we find ourselves facing an authentic hyponatraemia that can develop with an extra-cellular volume that is high (cardiac insufficiency, cirrhosis, nephrotic syndrome and renal insufficiency), low (renal and extra-renal sodium losses) and normal (principally SIADH, related to a high elimination of sodium in the urine with high urinary osmolarity in spite of this being low in blood). Several types of tumour and different chemotherapy drugs can produce this SIADH. Treatment will vary according to the type and intensity, but in general this is based on hydric restriction and the replacement of the sodium deficit, either through physiological serum or through hypertonic saline serums depending on the case, and on occasions furosemide for the elimination of excess water. Key words. Hypercalcaemia. Hyponatraemia. Metabolic emergencies. Cancer. Oncological. Correspondencia: D. J.L. Elejalde Tfno. 848 429462 e-mail: jielejalde@yahoo.es Servicio de Urgencias. Hospital Virgen del Cami- no. Pamplona. An. Sist. Sanit. Navar. 2004; 27 (Supl. 3): 53-62. Urgencias metabólicas en el paciente oncológico Metabolic emergencies in the oncology patient J.L. Elejalde
  • 2. J.L. Elejalde 54 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 INTRODUCCIÓN Entre las principales situaciones meta- bólicas que pueden precisar atención urgente en el paciente oncológico se encuentran1 : hipercalcemia, hiponatremia, síndrome de lisis tumoral, acidosis láctica, hiperuricemia, insuficiencia renal, hipera- monemia y otros (hipoglucemia, hiperpo- tasemia, hipopotasemia, etc). HIPERCALCEMIA Epidemiología La hipercalcemia es la complicación metabólica más frecuente en oncología apareciendo en el 10-30% de estos pacien- tes y por otro lado es la causa principal de hipercalcemia de todos los pacientes hos- pitalizados. A pesar de su frecuencia a menudo no se diagnostica por falta de sos- pecha clínica al presentar síntomas que se atribuyen a otras causas en el contexto de la enfermedad impidiendo un adecuado tratamiento que podría conllevar una mejoría clínica y de la calidad de vida1-4 . Las causas más importantes de hiper- calcemia en general están recogidas en la tabla 1. La frecuencia con que algunos tumores presentan hipercalcemia son: pulmón 27,3%; mama 25,7%; mieloma 7,3%; cabeza y cuello 6,9%; primario desconocido 4,7%; linfoma/leucemia, renal y gastrointestinal alrededor del 4%. Fisiopatología El metabolismo del calcio está regulado por la parathormona1-4 que aumenta la reab- sorción tubular y ósea de calcio, la calcito- nina que disminuye la reabsorción ósea y disminuye la reabsorción tubular inducien- do hipercalciuria y los metabolitos activos de la vitamina D (calciferol) como el 1-25 (OH)2-D (calcitriol o D3) que promueven la reabsorción tubular de calcio. Los mecanismos que producen la hipercalcemia tumoral son fundamental- mente osteolisis local y hipercalcemia humoral. Osteolisis local Es responsable del 20-30% de las hiper- calcemias en pacientes oncológicos. Se presenta con cifras normales de fosfatos en sangre y disminuidas de parathormona; es frecuente en pacientes con metástasis óseas extensas y la hipercalcemia está mediada por la producción local de facto- res como citokimas [TGF-α y β (factor transformador de crecimiento), TNF-α (factor de necrosis tumoral), TNF-β, IL-1 (interleukina-1), IL-2 (interleukina-2) e IL-6] (mieloma múltiple), prostaglandinas y pro- teínas relacionadas con la hormona parati- roidea (PTHrP). Tabla 1. Causas más importantes de hipercalcemia. • Hiperparatiroismo primario 54% • Tumores 26% - Pulmón 35% - Mama 25% - Hematológicos (mieloma, linfoma) 14% - Cabeza y cuello (carcinomas de células escamosas) 8% - Riñón 3% - Próstata 3% - Origen desconocido 4% - Otros 8% • Otros: hipervitaminosis D y A, inmovilización, osteoporosis, E. Paget, hipertiroidismo, feocromocitoma, E. Adison, VIH, tuberculosis, sarcoidosis, síndrome leche-alcalinos, litio, tiazidas, insuficiencia renal crónica y fase diurética de la aguda e hipercalcemia hipocalciúrica familiar. 20%
  • 3. 55An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO Hipercalcemia humoral El responsable del 70-80% de las hiper- calcemias, aunque tradicionalmente se relacionaba con la sobreproducción de parathormona. El descubrimiento en 1987 de la PTHrP (proteína relacionada con la parathormona), con efecto similar a la anterior, se ha visto que es la causante principal de este tipo de hipercalcemia (estimula la adenilato ciclasa ósea y renal aumentando la reabsorción osteoclástica, promueve la reabsorción renal de calcio y disminuye la absorción renal de fosfato). El aumento de la propia parathormona y de la vitamina D3 (linfoma) son causas menos frecuentes. Se produce un aumento de la reabsorción ósea y una disminución del aclaramiento renal. Estos mecanismos se ven potenciados por la inmovilización. La deshidratación, la anorexia, la náusea y el vómito agrava la deshidratación y por tanto la hipercalce- mia. Las terapias hormonales y las tiazidas pueden desencadenar o agravar la hiper- calcemia. Diagnóstico La hipercalcemia se define por una cifra de calcio sérico mayor de 10,4 mg/dL o 2,6 mmol/L; el calcio iónico (activo) representa sólo el 45% del sérico (5,6 mg/dL o 1,4 mmol/L), encontrándose el resto unido a otras sustancias fundamen- talmente a proteínas (40%), por lo que una modificación en la concentración de las mismas obliga a corregir la cifra de calcio sérico con alguna de estas fórmulas: Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi- do (mg/dL) + 0,8 (4 – albúmina sangre) Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi- do (mg/dL) – (albúmina + 4) Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi- do (mg/dL)/0,6 + proteínas totales/18,5 Calcio corregido (mg/dL) = calcio medi- do (mg/dL)/(proteínas totales/16) + 0,55 La alcalosis aumenta la unión a proteí- nas al contrario que la acidosis (0,12 mg/dL con cada cambio de pH de 0,1). El diagnóstico diferencial de la hiper- calcemia1-4 está en la tabla 1. Los síntomas van a depender del grado de hipercalcemia aunque no hay una correlación exacta, influyendo también la velocidad de instauración. Con cifras <13 mg/dL suelen estar asintomáticos; los sín- tomas iniciales son inespecíficos e inclu- yen anorexia, estreñimiento, náuseas, vómitos, polidipsia y poliuria. A largo plazo se puede desarrollar nefrolitiasis e insuficiencia renal crónica (Tabla 2). La valoración del paciente oncológico con sospecha de hipercalcemia incluye su historia oncológica (tipo de tumor, estadio actual, tratamientos recibidos y respuesta a los mismos), motivo de consulta y explo- ración física completa. Entre las explora- ciones complementarias no olvidar hemo- grama, coagulación bioquímica con glucemia, electrolitos con calcio, urea, cre- atinina, proteínas totales, orina con elec- trolitos y gasometría arterial, ECG, Rx de tórax y a valorar serie ósea. Tratamiento El tratamiento más eficaz es el trata- miento del tumor con cirugía o quimio/radioterapia aunque en algunos Tabla 2. Síntomas que dependen del grado de hipercalcemia. Generales Deshidratación, pérdida de peso, prurito, astenia. Gastrointestinales Anorexia, estreñimiento, náuseas, vómitos, dolor abdominal. Músculo esquelético Debilidad, dolor óseo, ataxia y cansancio. Genitourinarios Polidipsia, poliuria, nefrolitiasis, insuficiencia renal crónica. Sistema nervioso Hiporreflexia, convulsiones, dolor de cabeza, psicosis, confusión, somnolencia, letargia, coma. Cardíacos Bradicardia, bloqueos, arritmias, asistolia, alargamiento del PR, acortamiento del QT, ensanchamiento QRS, alteraciones en el ST-T (ST acortado, T ancha), aumento de sensibilidad a los digitálicos.
  • 4. J.L. Elejalde 56 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 casos la hipercalcemia puede persistir a pesar de erradicar el tumor1-3,5-6 . En el caso de no disponer de un tratamiento activo disponible o deseado que permita invertir el proceso primario de la enfermedad la decisión de corregir o no la hipercalcemia es algo que debe tomarse dentro del con- texto de las metas terapéuticas acordadas entre el paciente, los cuidadores y perso- nal médico ya que si no se trata evolucio- na a coma que puede ser el curso deseado en el final de una vida en la que los sínto- mas y el sufrimiento pueden volverse poco manejables. Es importante asimismo la educación del paciente y de la familia en el reconoci- miento de los síntomas y no olvidar la pre- vención (mantener la movilidad, asegurar hidratación adecuada, etc). La decisión de tratamiento se hará en función de las cifras de calcio: leve <12 mg/dL, moderada 12-13,5 mg/dL y severa >13,5 mg/dL. En hipercalcemias leves asintomáticas puede no ser necesario más tratamiento que una correcta hidratación y suplemen- tos de sal. La restricción de calcio sólo es necesaria en tumores productores de 1- 25(OH)2-D como los linfomas. Se evitará la inmovilización y los fármacos que inhiben la excreción renal de calcio (tiazidas, etc). En pacientes con niveles superiores de calcio el tratamiento se realizará con: 1. Tratamiento calciurético: los pacien- tes pueden tener una depleción de hasta 5- 10 litros por lo que la medida inicial con- sistirá en expansión de volumen, corrección de la deshidratación, aumentar el filtrado glomerular y promover la excre- ción renal de calcio (el sodio y el calcio se excretan paralelamente en los túbulos renales). En casos leves la hidratación puede ser oral, cuando es moderada o severa se hará con cloruro sódico al 0,9% por vía intrave- nosa a 300-500 ml/hora las primeras 3 horas y posteriormente 500 ml cada 3 horas resultando un total de 3-5 litros en 24 horas siempre teniendo en cuenta el grado de hipercalcemia, la hidratación previa y la situación cardiovascular y renal del pacien- te la cual se puede controlar mediante la medida de PVC y en todo caso con una saturación de oxígeno por pulsioximetría y diuresis horaria (1-2 ml/kg/hora). Esta medida comienza su efecto en las primeras 24 horas y dura 2-3 días con unas reduccio- nes de 0,5-2 mg/dl del calcio. Actualmente se considera que no es necesaria una hidra- tación muy agresiva sino orientada a repo- ner la pérdida de agua. La terapia calciurética se completa con la administración de furosemida iv a dosis de 20-40mg/6-12 horas indicada fundamen- talmente para el control del exceso de volumen (tras rehidratación) y además aumenta la eliminación renal de calcio, aunque actualmente no se recomienda en todos los casos porque puede producir una mayor eliminación de sodio que de calcio lo que llevaría a producir un efecto paradójico con disminución de la elimina- ción renal tanto de sodio como de calcio. No debemos olvidar monitorizar y suplementar las pérdidas que se produ- cen de potasio y magnesio. En caso de insuficiencia renal el tratamiento será con diálisis. 2. Tratamientos antirreabsortivos: dis- minuyen la reabsorción ósea y aunque son más lentos que las medidas calciuréticas su duración es mayor. Se pueden iniciar a la vez o después que éstas. Calcitonina Inhibe la reabsorción ósea, aumenta moderadamente la calciuresis y tiene un ligero efecto analgésico. Es un fármaco importante porque es el de acción más rápida comenzando la misma a las 2-6 horas con un máximo a las 24-48 horas, pero breve (2-4 días) por la taquifilaxia que desarrolla. Otra ventaja es que se puede utilizar en pacientes deshidratados y con insuficiencia renal. Se administran a dosis de 4-8 UI/kg cada 6-12 horas subcutáneo o intravenoso en dosis ascendentes un máxi- mo de 8 días y consigue descensos del cal- cio de 2-3 mg/dL. Corticoides Son útiles en la hipercalcemia causada por enfermedades granulomatosas, toxici- dad por vitamina D y neoplasias sensibles a corticoides como mieloma, linfoma y leu- cemias y a veces, en el de mama, en el
  • 5. 57An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO resto de tumores su efecto es imprevisible y no deben utilizarse dados sus efectos secundarios. El mecanismo es una dismi- nución de los niveles de 1-25 (OH)2-D. Se administran 100-400 mg/día de hidrocorti- sona ó 40-100 mg/día de prednisona (u otro a dosis equivalente), su efecto se ini- cia a la semana, dura 3-4 días y disminuye 0,5-3 mg/dL los niveles de calcio. Bifosfonatos Se adhieren a la superficie de la hidro- xiapatita e inhiben la reabsorción de calcio por los osteoclastos. Se han convertido en el estándar de tratamiento y son los que más novedades han aportado en los últi- mos años con nuevos fármacos como el zolendronato que puede sustituir al pami- dronato como primera elección, además ha demostrado seguridad y eficacia a largo plazo en el tratamiento de metástasis óseas en un gran número de tumores sóli- dos y en el mieloma múltiple7 , otros bifos- fonatos son etidronato, alendronato y clo- dronato. Disminuyen >1mg/dL la cifra de calcio. Normalizan el calcio en >70% de los pacientes. Además pueden tener efecto analgésico en metástasis óseas y prevenir fracturas en vertebrales en procesos como el mieloma (Tabla 3). En estudios comparativos el pamidro- nato parece ser más efectivo que etidrona- to y clodronato a bajas dosis (600 mg) pero igual que clodronato a altas dosis (1.500 mg), no encontrándose diferencias entre alendronato y clodronato8 . Los bifosfonatos de más reciente intro- ducción son ibandronato, disponible por vía oral e intravenosa9 e incadronato. También ha demostrado utilidad la uti- lización de vías alternativas a las habitua- les como la infusión subcutánea de clodro- nato10 . Mitramicina o plicamicina Inhibe la síntesis de RNA de los osteo- clastos. Es el segundo más rápido de inicio (12-72 horas) aunque la duración de la res- puesta es impredecible (2-14 días) con dis- minuciones de 1-2 mg/dL. Además produce una gran cantidad de efectos secundarios como hepatotoxicidad, nefrotoxicidad, trombopenia, supresión medular, náuseas, vómitos y disminución de factores de la coagulación. Se administra por una vía central (vesicante) a dosis de 25 mg/kg durante 4-6 horas, la dosis se puede repe- tir a las 24-48 horas. Nitrato de galio Es un potente inhibidor de la reabsor- ción ósea pero precisa una administración intravenosa continua durante 5 días (200 mg/m2 superficie corporal/día). Sus princi- pales efectos secundarios son la nefrotoxi- cidad, las náuseas, vómitos e hipofosfate- mia. Otros El fosfato se usa como tratamiento cró- nico oral en casos leves-moderados, diáli- sis en hipercalcemia complicada con insu- ficiencia renal, inhibidores de la síntesis de Tabla 3. Bifosfonatos. Posología Inicio Duración Efectos secundarios Etidronato 7,5mg/kg/d 2-6 días 1-3 sem Fiebre, rash, náuseas, alt. en 2-4 horas iv, función renal, hiperfosfatemia 3-7 días Pamidronato 60-90 mg iv 24-72 h 3-4 sem Síntomas GI, fiebre, reacción (el más utilizado) en 2-4 h local, hipoK, hipoMg, hipofosfat. Zolendronato 4mg iv 24-48 h >4 sem Fiebre, vómitos reacción cutánea en 15 minutos local, hipoK, hipoMg, hipofosfat. Clodronato 5mg/kg en 2-3 h, 24 h 2 sem (También útil SC con poca 2-5 d toxicidad) Alendronato 10-15 mg en 2 horas Incadronato 2,5-10 mg Ibandronato 0,6-4 mg Menos nefrotóxico
  • 6. J.L. Elejalde 58 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 la prostaglandina, cisplatino, etc. Son tra- tamientos en experimentación la osteopro- geterina y anticuerpos monoclonales anti- PTHrP. Estos últimos normalizan los niveles séricos de calcio y mejoran toda la sintomatología asociada en modelos ani- males11 . Pronóstico La aparición de hipercalcemia tiene un significado pronóstico grave observándo- se que el 50% de pacientes mueren en un mes y el 75% en 3 meses después de ini- ciado el tratamiento, siendo algo mejor el pronóstico de los pacientes que respon- den al tratamiento antineoplásico específi- co. En cambio el tratamiento sí aporta una mejoría sintomática significativa, diferente para los distintos síntomas. HIPONATREMIA La osmolaridad plasmática es el deter- minante de la distribución del agua corpo- ral. El sodio es responsable de más del 90% de la osmolaridad del líquido extracelular. El sodio y el agua están estrechamente relacionados. Cuando la osmolaridad cam- bia en uno de los dos compartimentos, el agua atraviesa libremente las membranas celulares equilibrando de nuevo las osmo- laridad intra y extracelular para mantener- la dentro de los límites normales (285-290 mOsm/Kg). El incremento de la osmolari- dad estimula la sed y la secreción de la hormona antidiurética (ADH) que promue- ve la retención de agua libre. Además de estos mecanismos el contenido de sodio y el volumen vienen determinados por el manejo renal de sodio en el que intervie- nen las variaciones del volumen eficaz (su disminución estimula la reabsorción renal de sodio mediante estímulo simpático directo y activando el sistema renina- angiotensina-aldosterona) y los péptidos natriuréticos (promueven la natriuresis renal). La hiponatremia se define como sodio plasmático <135 mEq/L e indica que los líquidos corporales están diluidos por un exceso de agua en relación con el soluto total. La respuesta normal es la diuresis acuosa que necesita de una supresión de la ADH y cantidades suficientes de sodio y agua que alcancen lugares de dilución de la nefrona donde se debe reabsorber nor- malmente el sodio permaneciendo imper- meables al agua12-14 . Para su clasificación se utiliza en pri- mer lugar la osmolaridad plasmática. Osmolaridad normal (pseudohiponatremia) Parte del volumen extracelular está ocupado por sustancias que no alteran la osmolaridad (hiperlipemias, hiperprotei- nemias) y por tanto se reduce la propor- ción de líquido acuoso que contiene sodio en cada unidad de plasma tomada para el análisis. Osmolaridad elevada Hay acúmulo de sustancias osmótica- mente activas diferentes del sodio (gluco- sa, manitol, glicerol) que provocan la sali- Tabla 4. Clasificación de la hiponatremia con osmolaridad disminuida. VEC aumentado VEC normal VEC disminuido Clínica Estados edematosos e Sequedad de piel y mucosas, Insuficiencia renal hipotensión ortostática, colapso venoso Diagnóstico Na o>20 Na o<20 Na o >20 Na o <10 Etiología IRC ICC SIADH Diuréticos Vómitos Cirrosis Hipotiroidismo Nefropatía pierde sal Diarreas Nefrótico Insuf. suprerrenal Déficit Minera- Tercer espacio Polidipsia psicog locor-ticoides Postoperatorios Diuresis osmótica IECA, tiazidas
  • 7. 59An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO da de agua del interior de las células, dilu- yendo el sodio plasmático. Osmolaridad disminuida (<280 mOsm/kg) Es la verdadera hiponatremia que a su vez se clasifica en función del estado de volemia (Volumen extracelular = VEC) que se estima mediante exploración clínica. Asimismo una urea elevada suele indicar depleción de volumen (Tabla 4). 1. Las situaciones con un VEC (volu- men extracelular) aumentado son las aso- ciadas a una alteración de la excreción de agua (insuficiencia renal) que produce hiponatremia dilucional por incapacidad del riñón para eliminar el exceso de agua y a los estados edematosos (insuficiencia cardíaca, cirrosis y síndrome nefrótico) en los que el VCE (volumen circulante efecti- vo) está disminuido por lo que disminuye la perfusión tisular (detectado por barore- ceptores). Para contrarrestarlo existe un aumento en la retención de sodio y mayor aún en la reabsorción tubular de agua así como una disminución en la dilución de la orina, dependiente de una secreción apro- piada de ADH (mediada por los barorre- ceptores), pudiendo dar lugar a una hipo- natremia dilucional. Globalmente es la anomalía electrolítica más frecuente en el paciente con cáncer debido a múltiples causas: enfermedad hepática infiltrativa, toxicidad farmacológica, infecciones, enfermedad veno-oclusiva, ascitis maligna, insuficiencia cardíaca, obstrucción tumo- ral venosa etc. Estos estados edematosos se caracterizan por oliguria con aumento de peso, aumento de la cantidad total de sodio con descenso de su concentración por el exceso de agua libre y orina con Na<15 mEq/L con disminución de la excre- ción fraccionada de sodio. 2. El cuadro más representativo de hiponatremia con VEC normal es el síndro- me de secreción inadecuada de ADH (SIADH) en el que la ADH es liberada ina- decuadamente a pesar de la dilución de los líquidos corporales. La pérdida renal de sodio se debe a la retención de agua y a la ligera expansión del volumen consiguiente que incrementa la excreción de sodio15 . Es la causa más frecuente de hiponatremia en pacientes con cáncer hospitalizados. Los criterios diagnósticos del SIADH son: 1- Hiponatremia e hipoosmolaridad. 2- Osmolaridad urinaria inapropiada- mente alta (mayor a 100 mosml/kg). 3- Sodio urinario mayor a 40 mEq/L. 4- Normovolemia. 5- Función renal, suprarrenal y tiroidea normales. 6- Equilibrio ácido-base y balance de potasio normales. El criterio clásico respecto a la osmola- ridad urinaria (OSMu) es considerar a ésta mayor a la osmolaridad plasmática, condi- ción que conduce a una infravaloración de este síndrome. En un estado de sobrehi- dratación, la osmolaridad urinaria “apro- piada” debe estar en el rango comprendi- do entre 40–80 mOsm/kg, valor que refleja una adecuada y total supresión de la secre- ción de ADH, situación que permite al organismo desembarazarse del exceso de líquido. La hiponatremia con hipoosmola- ridad debe abolir la secreción de ADH con- duciendo a la Osmu a un valor inferior a 100 mOsm/kg (Polidipsia primaria). En pre- sencia de hiponatremia una Osmu mayor de 100 mOsm/kg constituye un valor “ina- propiadamente” alto y refleja la pérdida de supresión de ADH, tal como acontece en el SIADH y en la depleción de volumen. Por lo tanto, una Osmu mayor a 100 mOsm/kg, aún siendo menor a la osmolaridad plas- mática constituye sin duda un criterio para el diagnóstico de SIADH. La etiología del SIADH está en relación con tumores (carcinoma de células peque- ñas de pulmón, carcinoma de cabeza y cuello, tumores cerebrales (neuroblasto- ma), carcinoma de próstata, neoplasias hematológicas como linfoma y timoma, gastrointestinales como páncreas y duode- no, suprarrenales, mesotelioma, urológi- cas, ovario, mama, etc), alteraciones del SNC (traumatismos, infecciones, hemorra- gias, tumores), enfermedades pulmonares (TBC, neumonía, neoplasias, insuficiencia respiratoria), fármacos (narcóticos, feno- tiazinas, IMAO, tricíclicos, tiazidas, sulfoni- lureas, carbamacepina, clofibrato, bromo-
  • 8. J.L. Elejalde 60 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 criptina), hipotiroidismo, dolor, náuseas, postoperatorios y antineoplásicos que se comentarán más adelante, etc. Los fármacos utilizados para la quimio- terapia son causas posibles de hiponatre- mia, potenciados por el estímulo para la ADH que produce las náuseas que provo- can estos fármacos y las vigorosas hidra- taciones que se suelen administrar para prevenir la nefrotoxicidad (cisplatino) y las cistitis hemorrágicas (ciclofosfamida)16 : – Alcaloides de la vinca: vincristina y vinblastina, el mecanismo de acción propuesto es el SIADH. – Compuestos con platino: cisplatino y carboplatino. Los mecanismos de acción propuestos son una pérdida renal de sal (nefropatía pierde sal) y por otro lado SIADH. – Agentes alquilantes: ciclofosfamida, melfalan e ifosfamida. Los mecanis- mos de acción propuestos son intoxi- cación por agua o SIADH y efecto tóxi- co directo en túbulo renal distal con modificación de la permeabilidad al agua y la sal o cambio de la sensibili- dad a la ADH. – Inmunoterapia: interferón alfa y gamma, levamisol, anticuerpos mono- clonales. Los mecanismos de acción propuestos son SIADH e intoxicación por agua. Los mecanismos por los que puede haber un exceso de ADH son una secreción ectópica de ADH (producción paraneoplá- sica en tumores, que puede hacerse más intensa en el periodo de lisis tumoral por el tratamiento), aumento de secreción por el hipotálamo de una sustancia ADH-like en las alteraciones neurológicas, fármacos que producen SIADH y finalmente adminis- tración exógena de ADH u oxitocina. En los SIADH relacionados con cánce- res, la hiponatremia puede mejorar con el tratamiento del tumor (cirugía, quimio y/o radioterapia), aunque existe controversia sobre la relación entre pronóstico de la enfermedad y el SIADH. 3. En las situaciones con VEC disminui- do por depleción de volumen a la que se puede llegar por pérdidas renales de sal (nefropatías pierde sal, insuficiencia supra- rrenal, tiazidas, etc.) o extrarrenales (dia- rreas, sangrados, drenaje de ascitis o derra- me pleural, vómitos, tercer espacio, etc.) se estimula la reabsorción de sodio y agua en el túbulo proximal. Por lo tanto la hipo- natremia se produce inicialmente por pér- dida predominante de sodio pero ésta se perpetúa por incapacidad para excretar el agua libre (por estímulo del mecanismo de la sed y secreción de ADH). En las pérdidas renales el Na en orina será > 20mEq/L y en las extrarrenales < 20 mEq/L. En la hipona- tremia por diuréticos intervienen múltiples factores como la pérdida de sal que puede causar depleción de volumen que limita la diuresis acuosa por la estimulación de ADH y el mecanismo de la sed. Un tipo especial de hiponatremia con disminución del VEC es la producida por lesiones cerebrales, incluidas las tumora- les, denominado síndrome perdedor de sal de origen cerebral (Cerebral Salt Wasting syndrome) caracterizado por la presencia de hiponatremia, hipoosmolaridad plas- mática, osmolaridad urinaria mayor que osmolaridad plasmática, natriuresis exce- siva y depleción de volumen. Parece que un exceso de péptido natriurético atrial circulante puede tener un rol importante en su génesis, pero en presencia de otros factores asociados como una disminución de la actividad simpática entre otros. Estos pacientes presentarán una ADH elevada, pero apropiada por la hipovolemia y un hipoaldosteronismo hiporeninémico. La intensidad y la gravedad de la clínica dependen más de la velocidad con que apa- rece que con su grado. Los síntomas diges- tivos aparecen precozmente, la clínica neu- rológica depende del edema neuronal por entrada de agua en las células que puede llegar a causar enclavamiento del uncus y herniación de amígdalas cerebelosas. En casos crónicos se puede tener cifras 115- 120 de forma asintomática, los síntomas severos aparecen con cifras < 110. Los síntomas que pueden aparecer son: anorexia, náuseas, vómitos, calam- bres musculares, apatía, cefalea, confu- sión, letargia, convulsión y coma. Los sig- nos más importantes son: íleo paralítico, alteraciones sensoriales, hiporreflexia,
  • 9. 61An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 URGENCIAS METABÓLICAS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO Cheyne-Stokes, hipotermia, convulsiones y parálisis pseudobulbar. Diagnóstico En el diagnóstico la osmolaridad y la volemia permiten el enfoque inicial. El sodio urinario distingue entre las pérdidas renales o extrarrenales y las situaciones con VCE aumentado o disminuido. La gasometría puede detectar anomalí- as como alcalosis metabólica con hipopo- tasemia (vómitos, diuréticos) o acidosis metabólica con hiperpotasemia (insufi- ciencia renal, depleción de volumen, insu- ficiencia suprarrenal). Tratamiento El tratamiento17-18 se basará en la inten- sidad, en la clínica y en la enfermedad de base. Si es asintomática o no muy intensa (Na > 120-125 mEq/L) puede ser suficiente el tratamiento de la enfermedad de base. En casos severos pero crónicos y asinto- máticos puede ser suficiente la restricción de líquidos. Si es aguda (< 48 horas), sinto- mática o severa (Na < 115 mEq/L) la actua- ción será más enérgica. La cantidad de sodio a administrar es de 0,6 x (peso kg) x (Na deseado-actual). VEC aumentado (estados edematosos) El objetivo es eliminar el exceso de agua libre mediante la restricción hídrica y diuréticos de asa (furosemida 1mg/kg iv). Poner atención a la posible hipopotasemia concomitante. VEC normal (SIADH) Restricción de líquidos (<600-800 ml al día), que en casos asintomáticos puede ser suficiente (disminuciones <0,5mEq/L/h). En sintomáticos o casos severos el sodio se aporta con el menor volumen posible mediante suero salino hipertónico al 3% que tiene 51 mEq/100ml (2-4 ml/kg/h en síntomas severos y 1-2 ml/kg/h en modera- dos) o añadiendo ampollas de ClNa al 10- 20% al mínimo volumen -unos 200 ml- de SS 0,9%). La tasa de corrección será lenta, la mitad del déficit estimado se restituirá en 12 horas o a un ritmo de corrección de la natremia menor de 1-1,5 mEq/h en los casos agudos en las primeras 24 horas (en total <12-15 mEq) con frecuentes controles plasmáticos, hasta alcanzar niveles de seguridad (Na de 125 mEq/L) ya que una corrección excesivamente rápida puede causar lesiones cerebrales desmielinizan- tes (mielinolisis pontina). La administra- ción de furosemida puede favorecer la excreción de agua libre (1mg/kg/4-6 horas) sobre todo si la osmolaridad urinaria es > 400mOsm/kg. En casos crónicos no con- trolados se puede administrar antagonis- tas de la ADH como litio (900-1.200 mg/día), urea, difenilhidantoina o demeclo- ciclina (300-600 mg/8h vo, que tarda 4-7 días en comenzar su efecto) que provoca una diabetes insípida farmacológica. Se están realizando estudios con varios fármacos orales con actividad antagonista del receptor V2 de la vasopresina que median la reabsorción de agua en el túbu- lo colector, como el conivaptán que posi- blemente en un futuro próximo puedan ser utilizados en la práctica clínica habitual. VEC disminuido Infusión de suero salino al 0,9% en can- tidad necesaria para reponer la volemia. Poner atención a la posible hipopotasemia concomitante. BIBLIOGRAFÍA 1. FLOMBAUM CD. Metabolic emergencies in the cancer patient. Semin Oncol 2000; 27: 322- 334. 2. SOLIMANDO DA. Overview of hypercalcemia of malignancy. Am J Health Syst Pharm 2001; 38 (Suppl 3): S4-S7. 3. Hipercalcemia en Cancer.com (actualización 8/2004). 4. LAMY O, JENZER-CLOSUIT A, BURCKHARDT P. Hypercalcaemia of malignancy: an undiagnosed and undertreated disease. J Inter Med 2001; 250: 73-79. 5. RAMOS JC, RINCÓN C, LOZANO C, NAVARRO F. Protocolo terapéutico de la hipercalcemia tumoral. Medicine 2001; 8 : 3179-3181. 6. DAVIDSON TG. Conventional treatment of hypercalcemia of malignancy. Am J Health Syst Pharm 2001; 38 (Suppl 3): S8-S15.
  • 10. J.L. Elejalde 62 An. Sist. Sanit. Navar. 2004 Vol. 27, Suplemento 3 7. PERRY CM, FIGGITT DP. Zoledronic acid: a review of its use in patients with advanced cancer. Drugs 2004; 64: 1197-1211. 8. SAUNDERS Y, ROSS JR, BROADLEY KE, EDMONS PM, PATEL S. Steering Group. Systematic review of bisphosphonates for hypercalcaemia of malignancy. Palliat Med 2001; 18: 418-431. 9. BARRETT J, WORTH E, BAUS F, EPSTEIN S. Ibandronate: a clinical pharmacological and pharmacokinetic update. J Clin Pharmacol 2004; 44: 951-965. 10. ROEMER-BECUWE C, VIGANO A, ROMANO F, NEUMANN C, HANSON J, QUAN HK, WALKER P. Safety of subcutaneous clodronate and efficacy in hypercalcemia of malignancy: a novel route of administration. J Pain Symptom Manage 2003; 26: 843-848. 11. SATO K, ONUMA E, YOCUM RC, OGATA E. Treatment of malignancy-associated hypercalcemia and cachexia with humanized anti-parathyroid hormone- related protein antibody. Semin Oncol 2003; 30: 167-173. 12. ADROGUÉ HJ, MADIAS N. Hyponatremia. N Eng J Med 2000; 342: 1581-1589. 13. GROSS P, WEHRLE R, BUSSEMARKER E. Hyponatremia: pathophysiology, differential diagnosis and new aspects of treatment. Clin Nephrol 1996; 46:273-276. 14. BERHMANS T. Hyponatremia related to medical anticancer treatment. Support Care Cancer 1996; 4: 341-350. 15. MILLER M. Syndromes of excess antidiuretic hormone release. Crit Care Clin 2001; 17: 11- 23. 16. VANHEES SL, PARIDAENS R, VANSTEENKISTE JF. Syndrome of inappropiate antidiuretic hormone associated with chemotherapy- induced tumour lysis in small-cell lung cancer: Case report and literature review. Ann Oncol 2000; 11: 1061-1065. 17. GROSS P, REIMANN D et all. The treatment of severe hyponatremia. Kidney Int Suppl 1998; 64: S6-11. 18. GROSS P. Treatment of severe hyponatremia. Kidney Int 2001; 60: 2417-2427.