El Círculo de Deming es una herramienta para la mejora continua de la calidad que consiste en un ciclo de cuatro pasos: planear, hacer, verificar y actuar. Estos pasos se repiten secuencialmente para establecer objetivos, identificar problemas, desarrollar soluciones, medir los resultados e implementar mejoras. El ciclo ayuda a las empresas a resolver problemas de manera sistemática a través de pruebas y ajustes continuos.